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sábado, 27 de septiembre de 2025

Entrevista a Roger Mateos

Les invitamos a leer esta entrevista que arroja luz sobre los tres integrantes de el FRAP que fueron fusilados en la misma fecha que Anjel Otaegi y Jon Paredes 'Txiki'.

La traemos a ustedes desde Naiz:


«Los fusilamientos contra el FRAP pueden verse como castigo a su fuerza en el franquismo»

El periodista Roger Mateos investiga el caso de Xosé Baena. Asegura no solo que pudo comprobar su inocencia sin la presencia «de una cuarta persona» sin identificar en el atentado que se le imputó. También recalca la potencia, «ninguneada» por los historiadores, del FRAP en los 70.

Daniel Galvalizi 

«Siento la necesidad de darle un brochazo más personal a una historia que me ha obsesionado de manera enfermiza», deja claro Roger Mateos en la introducción a ‘El verano de los inocente’s (Ed Anagrama, 2025). «Este proyecto interminable me ha abducido», añade.

El politólogo y periodista catalán lleva dos décadas estudiando el proceso del PCE marxista-leninista (m-l) y de su creación posterior, el FRAP, del cual tres de sus militantes fueron los últimos fusilados junto a Txiki y Otaegi tras consejos de guerra en la dictadura, hace ya medio siglo. Uno de ellos (el último, precisamente), el vigués Xosé Baena, asegura Mateos que no cometió el crimen que se le adjudica y que el perpetrador fue una cuarta persona que por un pacto de silencio nunca se descubrió.

En entrevista con NAIZ, también señala cómo «la historiografía tradicional de la Transición» se ocupó de soslayar el «papel importante del FRAP» en el fin del franquismo.

¿Es cierto que lleva 20 años investigando el PCE (m-l)?

Sí, empecé a interesarme por ellos cuando empezaba mi carrera profesional, me llamaban mucho la atención los temas de memoria y en especial el PCE (m-l). Era un partido que estaba hermanado con la Albania comunista, que era su gran patrocinador internacional, lo cual era una excentricidad porque era el régimen más aislacionista del este. Y mi interés fue creciendo porque entendí que su posterior invento, que fue el FRAP, tuvo un papel mucho mas relevante de lo que la historiografía oficial antifranquista admite y ha admitido tradicionalmente. El FRAP en la primer mitad de los 70 tuvo mucha visibilidad, mucha hiperactividad en la calle contra la dictadura y los libros de historia no acostumbran a hacerle suficiente caso. En concreto el año 75 es el mejor ejemplo de esto que estoy diciendo. 

Sin ser yo marxista leninista, el tema me ha apasionado siempre. El caso de Albania es una pasión periodística para mi y ademas como está tan poco explorado y estudiado que sentía que pisaba nieve virgen todo el rato. Nadie se ha ocupado de estudiarlo en profundidad.

Comenta que todos los fusilamientos de 1975 fueron hechos horribles pero el caso de Baena fue particular. ¿Por qué?

Más que particular, me llamó la atención lo que me explicó la hermana de Baena, Flor, que contó las ultimas palabras que su hermano le dijo a su padre antes de ser fusilado. Su padre viajó de Vigo a Madrid la última madrugada antes de que lo fusilaran. Llegó a primerísima hora a la cárcel de Carabanchel antes de que se llevaran a su hijo a fusilarlo, acompañado del hijo mayor, Fernando. El padre de Baena le pregunta a Xosé: «Para mi no hay nada peor que maten a mi propio hijo, pero sería mas doloroso si tú no mataste al policía porque eso significaría que además están matando a un inocente». Baena le contestó: «Lo siento papá, pero no puedo darte este consuelo, no lo maté yo».

Estas palabras me impactaron mucho, porque aunque esto no demuestra nada para mí como periodista, sí me espoleó a intentar confirmar la inocencia que Baena le había asegurado a su padre. Y este ha sido mi trabajo, volcarme en acumular pruebas y evidencias de la inocencia de Baena para demostrar que no fue quien dicen que fue, o sea el autor material del primer atentado mortal del FRAP.

Sobre el contexto histórico, hay muchos jóvenes que no conocen nada del FRAP. ¿Qué fue y qué significó en el franquismo?

El FRAP es una de las fuerzas antifranquistas más infravaloradas a nivel historiográfico. Si bien es verdad que después de los fusilamientos la organización estaba hecha trizas a nivel organizativo, quedó mermada por las detenciones en cadena y la desarticulación y pasó a ser una fuerza irrelevante durante la Transición, no fue así en la primera mitad de los 70, cuando llegó a ser una fuerza muy visible en la calle, hiperactiva. Atrajo a muchos jóvenes republicanos, a la oposición más combativa, y llegó a tener un volumen de militancia muy considerable sobre todo en Madrid, València y Catalunya. Quiero matizar: lejos del volumen de militantes del PCE de Santiago Carrillo, pero mucho más relevante de lo que la historiografía suele recoger. El pico de militancia fue en 1973, y aunque es difícil hablar de números, se contaban por miles, entre 3.000 y 4.000 es una estimación posible. Eran organizaciones en la órbita del PCE (m-l), que creó el FRAP como marca política republicana para aglutinar a mas sectores populares antifranquistas mas allá del propio partido.

Se dice con frecuencia que el FRAP era una banda terrorista, pero las siglas nacen en 1971 y no como rama militar, nace como un frente político, conglomerado de organizaciones sectoriales, como un sindicato, una organización de estudiantes, otra de artistas, otra de campesinos, y el PCE (m-l) su matriz política. Nace como frente para desarrollar actividades políticas, como manifestaciones relámpago contra la dictadura, ataques con bombas molotov contra intereses del régimen, pintadas, etc, pero sin la consigna de matar. Eso cambia en 1975 y entonces sí cambia la estrategia y se conforman grupos armados. Hacen tres atentados mortales, dos en Madrid y uno en Barcelona, entre julio y septiembre del 75.

¿Se podría decir que fueron clave en el parto democrático y por ello se explica el escarmiento con los fusilamientos en juicios-farsa?

Sí, fueron clave justo antes de ese parto. Los actos armados los llevó a cabo con muchísima precipitación, sin la infraestructura necesaria para aguantar un choque de trenes con la dictadura. La organización acabó siendo vapuleada por la represión de Franco. Esa represión redujo drásticamente la capacidad política del frente. Y sí, los fusilamientos pueden ser interpretados como un castigo al crecimiento del FRAP porque el régimen temía que si triunfaban en su desafío podía ser una fuerza realmente temible, porque era de alcance estatal y con aspiración no de independencia de un territorio sino que quería barrer a las elites españolas e instaurar una república española comunista.

Era un grupo que quería cambiar el sistema por completo y la dictadura quiso cortar de raíz esa amenaza para su existencia y se empleó con muchísima dureza contra el FRAP y contra ETA, que ya estaba golpeando al régimen muy fuerte. La dictadura hizo sonar el escarmiento más severo para intentar frenar la campaña de atentados que estaba desestabilizando.

¿Temían que el FRAP contagiara de radicalidad al PCE quizás?

Bueno, mas que nada es que el FRAP empezó a matar a policías y guardias civiles, era un nivel superior de lucha que a la dictadura le generó miedo. El FRAP se convirtió en una fuerza temible porque estaba matando y alarmó sobre todo a los estamentos policiales y militares. El gobierno de Arias Navarro tenía la sensación de que podía perder el control de la calle y eso enervó a los sectores mas ultras del régimen, que ya llevaban tiempo tachando a Arias Navarro de blando, de pusilánime. Quiso Arias demostrar ante estos sectores que no era un presidente débil y posiblemente por eso optó por acelerar los procesos judiciales y dictar las penas muerte.

Por lo que ha documentado, ¿cómo fue el rol de un Franco ya agonizante? ¿Se sabe si le preocupaba especialmente el FRAP?

En el verano del 74 Franco había sufrido una enfermedad por la que había tenido que ser hospitalizado y por primera vez había tenido que ceder las riendas del poder al príncipe Juan Carlos. Eso llevó a la sociedad española a pensar que a Franco le quedaban cuatro días. Finalmente superó aquella crisis de salud pero quedó mermado físicamente y su salud se aguantaba con pinzas. Cuando llega el verano del 75, Franco está viviendo sus últimos meses, se está apagando y tiene a un gobierno que se sentía débil ante la presión de la calle. Dictan las penas de muerte y la reacción internacional es fulminante, las condenas internacionales a esos juicios esperpénticos que condenaron a muerte a varios militantes del FRAP y ETA. Esa condena internacional hizo mella, sobre todo la del papa Pablo VI, que el domingo previo a los fusilamientos pidió clemencia. Esa presión del Vaticano a un régimen nacional-católico debió ser difícil de soportar. Aun así, decidió seguir adelante con tres de las condenas a muerte del FRAP mas las dos de ETA y conmutaron al resto.

¿Cree que ha sido ninguneado el FRAP entre los historiadores después de la Transición?

Sí, creo que se debe al estigma del terrorismo. A una parte del antifranquismo le incomoda reivindicar la lucha del FRAP porque implicó muertes. Y solo se circunscribieron a esos meses del verano pero esa actividad armada para una parte del antifranquismo desautoriza al FRAP. Incluso Carrillo en ese verano se manifestó públicamente en contra del “terrorismo individual” del FRAP, e incluso insinuó que detrás de la estrategia terrorista podía haber alguien de las cloacas del estado franquista dirigiéndola, porque esos atentados interpretaba que favorecían a los sectores mas ultras y torpedeaban los intentos de la oposición moderada. Pero mi tesis es que en la cúpula del PCE (m-l) y del FRAP no había infiltrados, lo que sí hubo una toma de decisiones errónea que acabó en catástrofe porque la organización no estaba preparada para aguantar un pulso con la dictadura.

El libro menciona la lectura sesgada de la realidad que tenia la cupula del FRAP, incluso le pronosticaba un pronto cese a ETA, que acabó existiendo muchos años más.

El FRAP intentó colaborar con ETA, porque interpretaban que era una organización que estaba luchando de tú a tú contra la dictadura y le tenían cierto respeto, por jugarse la piel en el campo de batalla. Pero desaprobaban su estrategia terrorista, consideraban que llevaba a cabo atentados indiscriminados y el FRAP no era partidario de colocaciones de bombas. Aun así, intentó colaborar y buscó puentes, se llegaron a celebrar reuniones discretas en el exilio. La propia cúpula de ETA desconfiaba del FRAP por ser una fuerza española. 

Sobre ese desenfoque, esa lectura errónea de que ETA iba a durar poco, se debe a que sus análisis eran muy endogámicos, herméticos, muy poco autocríticos, y entraron en una espiral de autocomplacencia que les llevó a creer sus propios mensajes de que estaban verdaderamente liderando al pueblo español hacia la victoria. Tomaron decisiones en las que sobredimensioan sus fuerzas. Asi como digo que la historiografia los infravalora, también digo que la dirección del FRAP sobredimensionó sus propias fuerzas.

Yendo al caso de Baena. Tras su investigación, usted asegura que hubo una cuarta persona en el atentado por el que lo condenan...

Sí. Es una conclusión a la que he llegado a partir de mi investigación: Baena no fue el autor del atentado por el cual fue fusilado y hubo un cuarto individuo en aquel comando. Y ese cuarto individuo fue el autor material y consiguió escapar a Francia. Ha sido una tarea muy ardua porque los implicados en aquellos acontecimientos son todavía muy reticentes a dar detalles, no es fácil.

¿Ha sido difícil que le cuenten las cosas los que vivieron ese proceso?

Para mí como periodista hablar de estos temas de memoria, de hace ni mas ni menos que 50 años, es algo normal, está todo prescrito y amnistiado además, no entraña excesivos problemas, pero también entiendo que quienes fueron acusados de participar en esos hechos sigan siendo reticentes porque son temas delicados, porque sufrieron muchísimo, sufrieron torturas salvajes en comisarías, detenciones y prisión, condenas a muerte en juicios-farsa, y sufrieron traumas que son difíciles de imaginar. Son reticentes y no puedo hacer otra cosa que respetarlos, aunque considero que tiene todo el sentido reconstruir estos hechos que son muy importantes; fueron los primeros ataques del FRAP, que luego vinieron unos terribles consejos de guerra, con fusilamientos atroces en un año que fue clave para la historia de España.

Otro elemento cotidiano de la dictadura era la tortura y usted deja entrever en el libro que un camarada de Baena lo señaló bajo tormentos policiales.

Sí, lo que hay en el sumario es una declaración policial del primer detenido por el atentado en la calle Alenza, Mayoral, en la cual se señala a Baena. Él dice ‘Daniel’, que era su nombre de guerra en Madrid. Esa declaración policial lo señala como autor pero la tenemos que poner en duda completamente porque lo firmó después de tres días de torturas bárbaras. No sabemos por qué se señala a Baena y después de firmarlo incluso, aunque que Mayoral hubiera señalado lo considero justificable porque en ese momento Baena estaba libre, no había sido detenido, con lo cual quizás tenia esa intención de señalar a quien no podía sufrir consecuencias. Baena, de hecho, también firma declaración autoinculpatoria como autor material, sufrió un infierno de torturas y pudo sacar un escrito de manera clandestina de la cárcel en la DGS de Puerta del Sol en que las denunciaba.

¿Qué pasó con los integrantes del FRAP después de 1975? 

El FRAP estaba noqueado y muchos de ellos en el exilio. Entendieron que no podían continuar con la lucha armada. Aun así, crearon grupos armados pero no para matar sino para cometer atracos, para financiar a la organización, que iba destinado a las arcas del partido. En 1978 uno de esos grupos de atraco fue detenido y ahí toda la estructura quedó desmantelada. Hubo encarcelamientos y torturas. En paralelo el PCE (m-l) ya empezaba a prepararse para su legalización y eso finalmente sucedió y se convirtió en una fuerza que operaba legalmente.

 

 

 

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