Un blog desde la diáspora y para la diáspora

sábado, 30 de noviembre de 2024

Egaña | Egin, al Baúl de la Historia

Durante los meses recientes hemos estado compartiendo artículos de la hemeroteca de Egin, mismo que han estado siendo publicados por Naiz.

Pues bien, desde su perfil de Facebook traemos este texto que Iñaki Egaña ha dedicado a ese rotativo vasco asediado por el españolismo más retrógrada.

Lean ustedes:


Egin, al baúl de la historia

Iñaki Egaña

El derribo de las instalaciones de Egin, en el polígono Eziago de Hernani, ha puesto punto final a una crónica desgarradora que comenzó justo con su salida a la luz, allá por setiembre de 1977, con Mariano Ferrer de director. Desgarradora por los ataques vandálicos y judiciales que sufrió, los secuestros de varias de sus ediciones y la muerte de tres de sus periodistas en ataques parapoliciales, más los 15 atentados que soportaron tanto sus instalaciones como redactores. Egin fue clausurado por el juez Garzón en 1998 y sus dirigentes encarcelados para que en 2009 el Tribunal Supremo español declarara que el cierre había sido ilegal. Como persiguieron en su tiempo tanto Atutxa como Aznar, se atrevieron con la clausura del diario abertzale sin temblarles el pulso. Tuvieron detrás una corte de discípulos, muchos de ellos tildados de periodistas, que aplaudieron a rabiar, en nombre de una libertad de expresión a su medida. El Hormiguero hispano tiene un recorrido escandalosamente largo.

Egin marcó una admirable línea en la difusión de un proceso de reafirmación y liberación que aún respira. Nació con el espíritu de Txiberta, bajo el amparo de las entonces dos sensibilidades abertzales: PNV y KAS (más tarde divididos en Euskadiko Ezkerra y Herri Batasuna). La primera crisis surgió precisamente antes de su primera edición, cuando parte del consejo, abandonó el proyecto para, en una carrera infernal, adelantarse a la salida con un propósito distinto, Deia. En la causa 18/98, en la que fue integrado Egin, la fiscalía llegó a señalar que el diario era una conclusión del Frente Cultural de ETA, una estructura de la organización armada vasca nacida de su V Asamblea en pleno franquismo, 1966. Anacronismos que funcionaban y funcionan.
Bajo el manto del diario creció Egin Irratia y se refugió otro medio mítico, la revista Punto y Hora. Su directora Mirentxu Purroy salvó la vida en varios ataques parapoliciales y uno de sus directores, Javier Sánchez Erauskin, fue encarcelado por difundir una entrevista con las hermanas de un refugiado al que matarían más tarde los GAL. Consideraron aquello apología. Por su rotativa pasaron los protagonistas de nuestra historia reciente y se fotografiaron junto a la redacción. Julio Cortázar se explayó: “Felipe González me ha engañado, Egin también tiene sección de deportes”.

Quizás pueda parecer derrotista dar titular con baúl a un diario que aguantó 21 años los embates del Estado y sus franquicias, incluidas las autonómicas. Nada más lejos de mi intención. Simplemente una constatación. Un cotejo que se renueva cada noticia referente a épocas en las que muchos de nosotros y nosotras fuimos protagonistas. La trascendencia de los lapsos y la intensidad de los recuerdos no los hacen eternos, ni siquiera supervivientes del presente a pesar del dicho de “aquellos barros estos lodos”. Lo acabo de comprobar hace unos días con el fallecimiento de Andrés Cassinello, el militar español que apadrinó el Plan Zen y estuvo detrás de la estrategia contra el independentismo vasco desde antes de que muriera el dictador. Para nuestra generación, Cassinello -nunca he sabido si lo de las dos “s” se debían a un intento de la disidencia de enmarcarlo en la cuadrilla de Goebbels- era el padre intelectual de toda la estructura represiva: Guardia Civil, Ejército, terrorismo de Estado, servicios secretos. Su formación en Fort Braag, le hacía, como señalaba Mundo Obrero, referencia de la CIA. Arrastró los ecos de una respuesta a una pregunta de si se trataba del jefe de los GAL: “Si fuera verdad y tú lo hubieras descubierto, tu vida valdría sólo dos pesetas”.

Pensaba que la muerte de Cassinello ocuparía portadas. Pero no fue así. Un diario de Almería, de donde era natural, la destapó. Y la reseña fue rebotada sin pena ni gloria. Cuando hablé en mi entorno más joven del personaje nadie se acordaba de él. Los diarios digitales tuvieron escasos clics en la noticia. El presente es como una ola gigante que arrasa con lo que pilla, mandando al desguace del pasado, de la historia, las crónicas que nos han moldeado. Si el lado desconocido de la mecánica cuántica no lo resuelve alguna vez, la ola del tiempo irá difuminando nuestra huella hasta convertirla en esa gota del océano que cantaba Eñaut Elorrieta: “Begiratu atzean, ortzimugak sutan”.

La historia de los 7.200 números que editó Egin se cobija en la carpeta de los medios vascos que fueron censurados, criminalizados y vandalizados. A recordar, precisamente, estos días en los que el diario decano de Gipuzkoa está celebrando por todo lo alto sus 90 años de existencia, entre los que se encuentran aquellos que alentó al golpe de Estado militar contra la República y sirvió de sostén a la dictadura. No todos corrieron su misma suerte. Egin entrará en ese baúl que guarda también a los diarios que murieron por la llegada al poder de los pistoleros que hoy renuevan su mensaje. Diarios como Euzkadi, El Liberal, Tierra Vasca, El Pueblo Vasco, El Día, La Voz de Guipúzcoa, La Libertad, La Voz de Navarra. Como con Egin, algunos talleres de estos medios fueron asaltados y embargados para publicar los diarios del régimen.

Por ellos, hay otro periodismo que también merece su lugar en la historia, aunque esta la enlatemos en un baúl. Josu Muguruza, Xabier Galdeano y Ángel Etxaniz, trabajadores de Egin, murieron por disparos de sicarios alentados por el estado profundo. José Ramón Aranguren murió de un infarto mientras se le juzgaba. Su recuerdo reside en ese cofre evocador junto a otros periodistas a los que la dictadura ejecutó: José María Azkarraga Mozo, Lurgorri, Juana Mir, Julián Hernández Martín, Miguel Escobar, Alberto Lamas, Mauro Castilla Burgaleta, Julio Ruiz de Oyaga… A Estepan Urkiaga, Lauaxeta, le detuvieron y juzgaron por ser un “periodista separatista”. Lo fusilaron frente a las tapias del cementerio de Gasteiz. Y a pesar de la incontestable rotación terrestre que marca los años, parece que fue ayer.

 

 

 

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miércoles, 27 de noviembre de 2024

Declaración de Baiona

Se avecina la edición 2024 del Día Internacional del Euskera y en la ciudad septentrional de Baiona se ha llevado a cabo la firma de una declaración en favor del idioma que define a todo un pueblo y por antonomasia, a una nación, el euskera.

Aquí lo publicado por Noticias de Navarra:


Día Internacional del Euskera: 75 años de lucha por la normalización y revitalización de la lengua

Representantes institucionales de toda Euskal Herria firman una Declaración en Baiona para revitalizar y garantizar los derechos lingüísticos

Mikel Amorena Iturri

Representantes institucionales y agentes culturales de toda Euskal Herria se han reunido este martes en el Ayuntamiento de Baiona, en un acto organizado por Eusko Ikaskuntza por el 75 aniversario del Día Internacional del Euskera. Durante la jornada, se ha renovado el compromiso con la universalidad del euskera y se ha reivindicado su papel como elemento de cohesión social.

El evento conmemora la proclamación del 3 de diciembre como Día Internacional del Euskera, establecida en el VII Congreso de Estudios Vascos de 1948, un hito que adquirió especial relevancia histórica en un contexto de represión y persecución de la lengua en la dictadura franquista y que fue adoptado por comunidades de la diáspora vasca desde 1949.

Ana Urkiza, presidenta de Eusko Ikaskuntza, ha leído la Declaración del 75 aniversario, que reconoce los avances logrados en circunstancias más favorables pero subraya que "el espíritu de 1949 sigue siendo válido". El texto hace un llamamiento a revitalizar el euskera y a garantizar su plena normalización a través de políticas sólidas que permitan su presencia en todos los ámbitos sociales. La Declaración también señala la necesidad de celebrar el 3 de diciembre como una expresión del deseo de vivir en euskera y destaca el papel del idioma en la construcción de una sociedad igualitaria.

Tras la lectura, los representantes institucionales presentes han firmado el documento como muestra de compromiso. Entre ellos se encontraban Jean-René Etchegaray, alcalde de Baiona y presidente de la Comunidad de Aglomeración del País Vasco; Ana Ollo, vicepresidenta segunda del Gobierno de Navarra; Aitor Aldasoro, viceconsejero de Política Lingüística del Gobierno Vasco; y Claude Mehats, responsable territorial de Eusko Ikaskuntza en Iparralde.

En su intervención, Ana Ollo ha destacado la transformación del euskera en las últimas décadas. “Durante estas siete décadas y media, la situación del euskera ha cambiado radicalmente. Ha pasado de ser una lengua marginal y menospreciada a una herramienta útil para todos los ámbitos y tareas de la sociedad moderna actual”, ha señalado. La vicepresidenta también ha puesto en valor el papel del euskera en la integración social, subrayando que se ha convertido "en un camino hacia la naturalización y el arraigo de ciudadanos llegados desde todos los continentes”.

Retos y barreras para consolidar la comunidad vascoparlante

La segunda parte del evento ha estado dedicada a una mesa redonda titulada “Nola trinkotu eta saretu euskal hiztunen komunitatea” (Cómo consolidar a la comunidad vascoparlante), moderada por Xalbat Alzugaray de Eusko Ikaskuntza.

En el debate han participado figuras clave de la actividad cultural vasca, como Xan Aire (Plazara), Jasone Mendizabal (Euskaltzaleen Topagunea), Idurre Eskisabel (Euskalgintzaren Kontseilua), Peio Jorajuria (Seaska) e Ihintz Oliden (AEK).

Los participantes han reflexionado sobre los desafíos que enfrentan para fortalecer la comunidad vascoparlante. Entre los temas abordados han destacado la necesidad de universalizar el conocimiento del euskera, garantizar los derechos lingüísticos y promover el idioma como un elemento clave para la convivencia y la cohesión social.

Asimismo, se ha hecho hincapié en evitar la instrumentalización del euskera y en la responsabilidad compartida entre instituciones y sociedad para consolidar su revitalización. 




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martes, 26 de noviembre de 2024

La Omerta de Robles

En este blog hemos compartido información acerca del 'Caso Almería', uno que retrata perfectamente al estado español, mismo que durante la "modélica transición" mutó al franquismo convirtiéndolo en franquismo borbónico.

Y es que, hace cuatro décadas, sin miramientos, Madrid ejerció la doctrina Homo Sacer de la que recientemente escribió Iñaki Egaña; mataron a quien según su estrategia represiva, merecía morir, sabiendo que el hecho no levantaría una sola ceja en el ceño de absolutamente nadie pues, al final de cuentas, se trataba de "etarras".

Solo que las tres víctimas no eran "etarras", algo que sabe perfectamente bien la sociata Margarita Robles, quien ha optado por exigir que se obedezca la omerta oficial por parte de la familia de uno de los tres, Juan Mañas.

Y de eso nos habla este artículo de Naiz:


«La ministra Robles me dijo que pasemos página, que nos olvidemos del ‘caso Almería’»

Francisco Mañas | Hermano de Juan Mañas, víctima del «caso Almería» | Francisco Mañas, hermano de una de las víctimas a manos de la Guardia Civil, cuenta a NAIZ la reunión privada que tuvo con la ministra de Defensa para pedirle ayuda para que se conozca toda la verdad, entre ellas «las torturas que recibieron». Pese a la negativa, seguirá «luchando hasta el final».

Daniel Galvalizi | Periodista

Hace más de cuatro décadas, Juan Mañas, Luis Cobo y Luis Montero viajaban desde Santander -donde residían- rumbo a la ciudad almeriense de Pechina, para participar de la comunión de Paquito, el hermano menor del primero de ellos. En la costera Roquetas de Mar, a tan solo 32 kilómetros del destino final, fueron detenidos por agentes de la Guardia Civil.

Los tres jóvenes nunca llegarían a la celebración familiar de los Mañas, aquel 10 de mayo de 1981. En la víspera serían identificados por los agentes como presuntos miembros de ETA, sufrirían torturas, sus cuerpos serían quemados y luego lanzados junto con el coche en una curva de la comarca de Gérgal.

El crimen se convirtió en uno de los más emblemáticos de la transición y pasó a la historia como el «caso Almería». Hubo tan solo tres condenados entre todos los participantes, y la sentencia fue por homicidio y no por asesinato, ignorando las evidencias de tormentos sufridos por los injustamente detenidos.

A comienzos de 2023, el Gobierno español hizo un intento de resarcimiento de este daño histórico del Estado para con unos ciudadanos mediante un acto de reparación celebrado en la Subdelegación del Gobierno en Almería. La por entonces directora de la Benemérita, María Gámez, dijo que no cabía justificación alguna para el crimen, acompañada por altos cargos del Ministerio de Memoria Democrática.

Sin embargo, Francisco Mañas, aquel niño cuya comunión fue arrasada por la tragedia, no ceja en la búsqueda de la verdad y la impulsa junto a otras decenas de familiares de víctimas del Colectivo por los Olvidados de la Transición. Hace pocos días, de hecho, se acercó hasta el madrileño barrio de Carabanchel para hablar en un simposio sobre los muertos a manos de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en aquellos años, organizado por el Espacio Rosa Luxemburgo.

Allí contó algo que no era de público conocimiento aún. La ministra de Defensa, Margarita Robles, de cuya cartera depende la Guardia Civil, lo recibió en su despacho en una reunión privada, fuera de agenda oficial y sin informar a la prensa, y durante la conversación le recomendó «pasar página» y «olvidar» el crimen.

El consejo de olvidar

Al escuchar esa declaración, hecha en público, NAIZ contactó con Mañas para saber más del sorprendente hecho. No solo se trata de uno de los casos históricos de violencia estatal más reconocidos sino que es uno de los que ilustran la deuda de memoria, verdad y justicia para con los hechos acaecidos.

En conversación con NAIZ en medio de su complicada agenda (vive de lunes a viernes en Castelló por trabajo a cargo de una fábrica y se traslada los fines de semana a ver a su familia a Almería), Mañas brindó estos detalles: «La reunión con la ministra fue a mediados de mayo de este año, a las 11 de la mañana y en su despacho. Lo gestionamos a través de un amigo mío, activista de memoria histórica, que colabora con nosotros y suele escribir cartas pidiendo colaboración. Había pedido la cita, motivado por buscar justicia y la verdad del caso, y finalmente le avisaron que Robles nos iba a recibir».

Mañas acudió acompañado de su pareja, de su amigo facilitador y de la esposa de éste, esperanzado en poder recibir algún tipo de ayuda para el esclarecimiento final del terrible crimen. «Se juzgó pero quedó como homicidio y no como asesinato, que es lo máximo que el abogado pudo conseguir en aquel momento. Hay una verdad que no ha aparecido, que son las torturas que le hicieron a mi hermano y a sus dos compañeros. Todas las mentiras que dijo la Guardia Civil, también sobre la forma de detenerlos y sobre posibles encubridores, todo eso queremos que se esclarezca. No van a pagar por ello los que hayan quedado impunes, es difícil porque pasaron muchos años, pero buscamos la verdad», señala.

«El reconocimiento que hubo en 2023 fue reconfortante, yo estuve presente. Ya es algo que pidan perdón, pero aun así seguimos luchando para conseguir la verdad y que algunos de los guardias civiles que participaron y aún viven, porque fueron 11, cuenten la verdad ante un juzgado y que haya constancia de ello y la sociedad lo sepa. Esto es lo que le expliqué a la ministra», añade.

Preguntado por la respuesta de Robles, explica: «Ella dijo que no podía ayudar, siempre volvía a lo mismo, a que el caso ya tuvo su sentencia, aunque en la sentencia no constan las torturas, le dije, aunque los forenses describieron cuerpos desmembrados y que faltaban trozos de carne».

«Luego fue cuando me dijo algo que me causó tristeza. ‘Hay que pasar página’, me dijo, y aconsejó que nos olvidáramos del caso para que nuestra vida sea más reconfortante. Yo le dije que no iba a parar mientras pueda y que seguiría luchando por la verdad, en los medios y en las asociaciones. Parece que a los guardias civiles se les ha regalado impunidad, porque salieron de la cárcel y recibieron fondos reservados, según salió en los medios, y nadie lo ha desmentido», asegura.

Al preguntarle si recuerda efectivamente que Margarita Robles haya pronunciado las palabras «pasar página» y «olvidar», Mañas se ratifica y asevera que lo escuchó nítidamente. «Cuando les comenté esto a los familiares de los otros dos asesinados les pareció de vergüenza que desde el propio Gobierno nos inviten a olvidarlo y seguir con la vida normal. Es evidente que mi vida y la de las familias de los chicos quedó marcada y es algo con lo que tenemos que convivir», explica.

Cuando se despidió de la ministra le dijo que no pasaría página y que entendía que haya gente que necesitara hacerlo pero que él si se había desplazado hasta Madrid para verla «era justamente no para pasar página sino para buscar la verdad y tratar de gestionar que algún guardia civil cuente lo que sabe, porque al día de hoy siguen siendo unos cobardes».

Los dos padres de los hermanos Mañas ya fallecieron sin tener la reparación justa. «Mi madre sabía que nosotros estábamos luchando por esto, ellos también lo hicieron pero cuando fueron muy mayores nosotros cogimos el testigo», relata. También pide recordar que el Parlamento de Cantabria en 2018 recordó a las tres víctimas (que trabajaban en Santander) e instó en aquella oportunidad a que el Gobierno central hiciera lo mismo. Pero por ahora, según su vivencia, un miembro de ese Gobierno del Estado lo ha invitado a fingir demencia.




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25 Años de Gara

Este blog vio la luz hace ya veintitrés años.

Una par de años antes el periódico vasco Gara había sido presentado a la sociedad vasca como heredero del periodismo ejercido antes desde Egin y siempre con la amenaza represiva españolista, sofocante, dispuesta siempre a cercenar la libertad de prensa y el derecho del pueblo vasco a estar informado.

Sobra entonces decir que mucho del material compartido en este blog proviene de Gara y más recientemente, de Naiz.

Así que habiendo reconocido lo anterior, les presentamos este texto dado a conocer en la plataforma de dicho medio:


Artefaktua: El futuro ya está aquí

Artefaktua ha publicado un libro con el trabajo de todo este año que ha comenzado ya a distribuirse. Su prólogo, que reproducimos a continuación, está escrito por Iñaki Altuna, que hasta el pasado mes de octubre fue director de NAIZ.

Iñaki Altuna

La proximidad del vigésimo quinto aniversario del nacimiento de GARA alumbró la idea de hacer este enorme ejercicio de memoria de la mano del periodismo vasco, ese que adquirió forma diaria tras la muerte del dictador Francisco Franco, cuando aparecieron en los kioscos las cabeceras de ‘Deia’ y ‘Egin’ en un breve lapso de tiempo allá por 1977.

La necesidad de hacer dicho ejercicio no respondía solo al impulso de celebrar aquel parto realmente esperanzador para nuestra comunidad y el país que supuso la aparición de GARA el 30 de enero de 1999. Estaba motivado también por la punzada de la injusticia que de nuevo había sufrido este proyecto con la imposición ya efectiva del pago de la deuda de ‘Egin’ a la Seguridad Social española, atribuida torticeramente a nuestro periódico. La espada de Damocles caía por fin sobre nuestras cabezas, aunque ya para entonces el plan pergeñado en su día desde las cloacas del Estado para provocar una nueva clausura de un periódico vasco –sería la tercera tras la del mencionado ‘Egin’ y la de ‘Euskaldunon Egunkaria’– hacía agua. La herida a esas alturas no iba a ser mortal, aunque el esfuerzo para sanarla se antojaba titánico.

Aquel expolio de tres millones de euros condicionó la actividad del proyecto de forma permanente desde 2018 hasta 2021, cuando se abonó el último plazo. Las dificultades se acumulaban en plena pandemia. Por ello también nos citamos para este veinticinco cumpleaños, como aquel que quiere respirar a pleno pulmón sin más límite que su propia capacidad.

Porque nuestro objetivo último no era solo pagar la deuda, sino dimensionar a futuro este proyecto comunicativo. Si nos hubiéramos limitado a abonar religiosamente aquella ingente e indecente cantidad de dinero sin ningún otro plan, habríamos muerto desangrados. Por ello, miramos más al futuro que al pasado, con una auténtica vocación de renovación que, entre otros avances, llevó a un cambio y modernización del funcionamiento de la redacción, a un nuevo diseño y modo de elaboración de NAIZ y a la salida de NAIZ Irratia, todo ello en medio de una campaña para lograr 10.000 nuevo suscriptores. «Suscríbete al futuro» fue su significativo lema.

La cita para este 2024 tomó cuerpo mediante la iniciativa de Artefaktua, que venimos desarrollando de forma permanente durante todo el año y que también ha permitido confeccionar este libro que ahora tienes entre manos.

Los datos no pueden ser más elocuentes: está previsto que hagamos para final de año cerca de 1.000 artículos, muchos de los cuales, además de en internet, estamos llevando al papel en GARA o en los suplementos ZAZPIKA y GAUR8, además de a la radio. Un reto que incluye vídeos, audios, fotografías y reproducciones de primeras páginas o portadas. Son miles los archivos que pueden consultarse en este enlace.

Hemos realizado crónicas de cada uno de los 365 días, de los 366 contando los bisiestos, y de cada uno de estos 47 años, hemos recuperado artículos de tiempo atrás –auténticas joyas del periodismo– y hemos recogido testimonios actuales de los protagonistas para valorar con perspectiva algunos de los acontecimientos más relevantes. Una labor en la que han participado más de 50 periodistas, colaboradores, fotógrafos, diseñadores e informáticos, entre otros.

Artefaktua comprende el periodo que va desde el nacimiento de ‘Egin’, el 29 de septiembre de 1977, hasta la actualidad. La elección de la fecha de inicio venía dada. Porque, si no hubieran cerrado ‘Egin’, esta línea del tiempo habría sido otra. Ni siquiera 2024 habría sido un aniversario redondo.

Así, al celebrar los veinticinco años de andadura de GARA, debíamos indefectiblemente recoger también contenidos de las dos décadas anteriores, para tener una visión suficiente de lo que ha sucedido y de cómo se ha contado.

Y la conclusión no puede ser más clara: sin estos medios de comunicación la realidad informativa habría sido mucho más sesgada, insoportablemente adulterada. Las fotografías de las torturas a Joxe Arregi mostradas en ‘Punto y Hora’, la información ofrecida para hacer frente a la patraña del 11-M, la publicación de la ponencia política que abogaba por el cambio de estrategia de la izquierda abertzale cuando ya se llevaban detenidos a Arnaldo Otegi y sus compañeros o los audios de las comunicaciones de la Ertzaintza el día que cargaron con todo hasta provocar la muerte de Iñigo Cabacas son algunos ejemplos.

Desde nuestras propias empresas y participando o colaborado con otras, tampoco cabe pasar por alto la contribución hecha a la construcción de la nación vasca, con medios que abarcan todo el territorio, de forma determinante en Ipar Euskal Herria gracias a Mediabask, o con la promoción del euskara, cuyo uso no ha hecho más que crecer con el desarrollo de NAIZ. En la línea monolingüe nos encontramos, además, con el semanario GAUR8, NAIZ Irratia, la revista de viajes Bidaiari, el diario digital Kazeta o Hamaika TB.

Artefaktua muestra el tamaño de la contribución del proyecto que echó andar con GARA, y lo hace en un momento en el que se debe resaltar la importancia que tiene contar con medios de comunicación rigurosos, que respondan a la pluralidad de la sociedad vasca. Una prensa solvente es sinónimo de salud democrática, por lo que su sostenibilidad debiera ser también motivo de preocupación para los poderes públicos.

Es curioso que, vista la contribución del proyecto iniciado con GARA, este grupo reciba cuatro veces menos de dinero público que cualquier otro. La diferencia en los recursos recibidos puede llegar a ser aún muchísimo mayor respecto a determinados medios.

Porque, como queda atestiguado en este Artefaktua, no aportamos ni representamos menos que nadie. Obviamente, no existe la suficiente ecuanimidad en las políticas públicas en este ámbito. La prensa y, en general, los medios de comunicación necesitan apoyo desde una apuesta decidida por la ya señalada pluralidad, lejos del clientelismo o el favoritismo para la financiación de los afines. No debieran ser políticas partidarias, sino ponderadamente equitativas con criterios de servicio público.

Con todo, hemos cumplido 25 años, y en esta última fase, además, hemos completado con éxito –relativo, para que no suene presuntuoso– una importante modernización, con hitos como los ya señalados y que ha cristalizado incluso en la renovación física de las redacciones. Se podría decir que se ha concluido otra etapa y que, desde el estadio alcanzado, es momento de volver a repensar el proyecto para fijar nuevos objetivos. Pero para empezar a hablar de ello será mejor leer primero el epílogo de este libro, a cargo de la nueva directora de NAIZ, Ane Urkiri, quien ha tomado mi relevo en el cargo. El cambio generacional es también un hecho.

 

 

 

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lunes, 25 de noviembre de 2024

De Armenia a Euskal Herria

De todos quienes integramos la diáspora vasca de quienes menos hemos tenido noticia es de los muchos niños y niñas vascas de la Generación Gernika que hicieron sus vidas en la URSS tras haber sido evacuados ante el sangriento avance fascista.

Es por ello que nos alegra compartir esta información acerca de uno de ellos, quien vive en Armenia, reportaje que ha sido publicado en las páginas de Deia:


Vuelta a los orígenes vascos desde Armenia

Un bisnieto de un fusilado vasco busca mecenazgo para un proyecto cultural de conexión entre Armenia y Euskadi

Iban Gorriti

José María Daniel Pérez Vellido suma 41 años y nació en Rusia. Él, junto a su mujer Ellen, buscaron asentarse en Armenia. DEIA ha hablado con la pareja que, junto a sus hijos, sueña con hacer realidad un proyecto curioso relacionado con el país de acogida, Euskadi, y la cultura vasca. Hablan por primera vez con un medio de comunicación: “Tengo 41 años, pero según las leyes militares de la Federación Rusa, un hombre puede ser llamado a la guerra hasta los 60 años. Precisamente por esta razón no puedo obtener la ciudadanía española según la Ley de Memoria Histórica como nieto de mi abuelo vasco. En Armenia no hay consulado español, por lo que para tramitar los documentos debo ir a Moscú”.

La entrada militar rusa en Ucrania dio comienzo el 24 de febrero de 2022 y la familia consiguió exiliarse breves días después. “Como cabeza de familia y descendiente de mis antepasados, no quería permitir la repetición de la historia, que mis hijos crecieran en medio de conflictos bélicos, y mucho menos dividir a la familia. Por eso se tomó la decisión de trasladar a toda la familia a otro país”.

 Pérez lamenta que no tiene posibilidad de viajar a Euskadi porque “requeriría demasiados recursos”. El Ministerio de Asuntos Exteriores de España, por su parte, le informó de que “ahora mismo esa posibilidad no existe”. “Al inicio del conflicto ruso-ucraniano, decidimos mudarnos a Armenia. Siempre me interesó este país, aunque nunca antes había estado aquí. Tengo muchos amigos armenios que frecuentemente me invitaban. Armenia nos recibió muy cálidamente. Son un pueblo de buen corazón: alegres, hospitalarios y sociables. Siempre están dispuestos a invitar a tomar un café o beber una copa de vino casero”.

De hecho, Daniel relata que de forma frecuente le confunden con un armenio, y cuando descubren sus raíces vascas, inmediatamente le dicen: “¡Eres de los nuestros!”. Y ahí el quid de su proyecto de recuperar una especie de caserío-bodega y al mismo tiempo, crear un espacio para intercambios culturales y degustaciones de gastronomía y bebidas vascas. La casa ya está comprada, el proyecto ya está en marcha y la mayor parte del trabajo ya se ha realizado.

La iniciativa pretende, además, organizar encuentros empresariales para la colaboración entre empresarios de ambas procedencias de diversos sectores. “Muchos armenios están convencidos de que existe un vínculo antiguo entre los pueblos vasco y armenio. Especialmente los de Nagorno-Karabaj insisten en esta conexión”.

De hecho, existen teorías sobre una conexión lingüística y cultural entre estos ambos pueblos. Algunas líneas de investigación afirman que el euskara, el supuesto idioma más antiguo de Europa, puede tener su origen en aquel país. El primer diccionario armenio-euskara data de 2001. “Probablemente por todo ello me sentí inmediatamente cómodo aquí. El origen antiguo, las tradiciones de agricultura y vinicultura, el orgullo del espíritu popular, todo esto une a nuestros pueblos a pesar de los miles de kilómetros de distancia”.

Para comenzar a hacer realidad este sueño familiar han abierto un proyecto de crowdfunding en la plataforma ReArmenia, buscando mecenas. Asimismo, hacen un llamamiento a instituciones vascas y asociaciones que puedan contribuir a avanzar en el proyecto. Es ahí cuando contactan con la madrileña Dolores Cabra, secretaria general de AGE, Archivo de Guerra y Exilio. “La vida del abuelo vasco de Daniel se convierte en un proyecto de vida para el nieto y así nace en Armenia esta tremenda aventura en la que se imbrican la historia, la lengua y las tradiciones para que esta hermosa semilla, este maravilloso legado, puedan crecer en libertad y hermanamiento”, aporta quien estima que estos abuelos y abuelas, niños y niñas de la Guerra Civil fueron auténticos creadores de vida. “Enfrentándose a tanto horror y tanta tristeza, de forma natural y sin desaliento, consiguieron la ecuación mágica: sobrevivir con un código, resistencia al dolor y a la muerte, y viviendo una segunda guerra tan infernal. Su orfandad empeñosa dejó una herencia a las generaciones, vivir para contarlo, vivir como deber de memoria”. Por ello, AGE dedica su energía a dar voz a ese canal de dolor y olvido. “Por eso el destino nos ha llevado desde el abuelo getxotarra José María Pérez Bellido hasta el nieto de su mismo nombre, nacido en Rusia como un hilo conductor que atraviesa el gran documental Huérfanos del olvido del cineasta Lino Varela.

Pero, ¿quién fue aquel niño evacuado en el barco Habana a Leningrado y Moscú? José María Pérez Vellido, nació el 9 de julio de 1931 en Las Arenas (Getxo). “Mis padres me pusieron su mismo nombre en memoria de él”, avanza desde la aldea de Voskevaz. Sus padres eran Jesús Pérez Barrios y Juliana Vellido Planillo. “Jesús estaba vinculado a los republicanos y su actividad contra el régimen de Franco, siendo cercano a Dolores Ibarruri”. Consultado al respecto a Euskal Prospekzio Taldea, Kepa Ganuza confirma que aquel combatiente era de las MAOC, Milicias Antifascistas Obreras y Campesinas. Fue el miliciano N° 67.484, integrado en la 4ª Compañía del Batallón MAOC 1- Larrañaga, N° 3 del Ejército de Euskadi. Hay una curiosidad al respecto: “El comandante de ese batallón fue el padre del célebre modisto Paco Raban, Francisco Rabaner”, agrega Ganuza quien observa que “Jesús pudo caer herido en la cota 333 en Amorebieta, o días después en el monte Bizkargi”.

Aquel antifascista fue arrestado y encarcelado en la prisión de Burgos, penal en el que sufrió durante años. Acabó fusilado. “Enviaba tarjetas postales dibujadas a mano a su esposa, esperando un indulto que nunca llegó. Su tía Dolores nos contaba que su abuela Juliana también estuvo en prisión por su actividad contra el régimen de Franco, aunque no ha podido encontrar información que lo confirme. La última postal de su padre mostraba su esperanza de regresar a casa, pero fue fusilado ese mismo año”, comunica y lamenta no saber “dónde está enterrado”.

Jesús y Juliana –que firmó algunas nóminas del miliciano– tuvieron tres hijos: José María, Mariano y Rosi. El primero, inicialmente estuvo en diferentes centros de acogida. “Luego fue trasladado al Orfanato N°1, cerca de Moscú”. Durante la Segunda Guerra Mundial fue evacuado a Saratov y regresó a Moscú.

Cursó estudios técnicos y junto a su hermano fue enviado a Sumy, Ucrania, y vivió un tiempo en Crimea. Trabajó en una fábrica y fue detenido por robar. “Muchos niños huérfanos (no solo españoles) acababan en prisión por robar, ya que necesitaban alimentarse. Por lo general, los liberaban después de que les encontraran un entorno que les permitiera no tener que recurrir al robo”, argumenta su nieto. “Lo encarcelaron probablemente por robar comida en un mercado debido al hambre”, precisa. En 1956 regresó por primera vez a Bilbao, en tren. Vivió un tiempo en la capital vizcaina, pero por alguna razón él y su hermano regresaron a la URSS. “Posiblemente porque ya tenía un hijo en la Unión Soviética”. Retornó en ocasiones a Bilbao, “pero nunca se quedó definitivamente”.

Décadas después, la familia siente este vínculo más allá de la teoría de la conexión entre Armenia y Euskadi. “Nuestro proyecto se ha convertido en una manera de profundizar en estos antiguos vínculos, revivirlos y compartirlos con el mundo”, enfatizan y detallan que el caserío se llama La casa de la cepa de oro. “Pero para alcanzar nuestros objetivos lo más rápido posible necesitamos financiación para reconstruir el techo de la casa, que está en pésimo estado, para restaurar la bodega y realizar otros trabajos. Para ello, lanzamos el mecenazgo en la plataforma ReArmenia, bajo el nombre del proyecto que en inglés es Golden Vine House y se puede buscar bajo esa denominación en internet para quien o quienes puedan ayudarnos”. También se puede seguir el proyecto por Instagram.


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Entrevista a Peña y Gorostiaga

Una de ellas fue torturada por una dictadura, la de Pinochet. La otra, fue torturada por una democracia, la de Juan Carlos I.

Y es que por alguna razón, la democracia española se parece mucho, tal vez demasiado, a las dictaduras.

No se podría entender su extendido uso de la tortura en contra del pueblo vasco sin aceptar entonces que de democracia la española tiene muy poco.

Establecido lo anterior, les compartimos esta entrevista publicada por Naiz:


«Hay que aprovechar los momentos políticos favorables para la denuncia de la tortura»

Rita Peña fue torturada y encarcelada en Chile. Participó en la comisión Velach para el reconocimiento de la tortura. La navarra Mariló Gorostiaga también fue torturada y encarcelada. Ambas han participado en las jornadas de Iruñea y hablan con NAIZ de las semejanzas y diferencias de ambos procesos.

Martxelo Diaz

¿En qué consistió la comisión Valech en Chile?

RITA PEÑA: Cuando se termina la dictadura y comienza el Gobierno transicional de Patricio Aylwin en 1990, se abre un espacio político muy adecuado. Había mucha presión internacional, se logró que las Fuerzas Armadas se fueran a sus cuarteles, ... Se aprovechó. Se empezó a tratar el tema de los derechos humanos. Primero se creó la comisión Rettig, que vio todos los casos de detenidos desaparecidos y de ejecutados políticos. Posteriormente, vino la comisión Valech, que se encargó de torturados y expresos políticos, como es mi caso. Pero caímos en una trampa, porque mucha gente fue torturada y no fue presa. Fueron torturados en lugares secretos. Los torturaban y los soltaban. Los expresos políticos estábamos en libertad, pero no participamos en las negociaciones de la comisión. Quedamos fuera. Se hizo esencialmente con gente de las iglesias que había trabajado en derechos humanos. Cuando ellos emitieron su informe, los expresos emitimos otro informe diciendo que faltaban cosas.

La comisión Valech I tuvo un plazo de investigación de casos, del 2003 al 2004. Fue muy acotado. Todos los casos de tortura son muy complicados de tratar. Hay gente que por diversos motivos no quiere hablar. Había gente que decía que no se vendía por el dinero de las compensaciones. También hubo gente que no se enteró porque vivía en zonas aisladas. Otros no lo habían reconocido siquiera en su familia. Un caso extremo es el de alguien que fue violado o violada, pero que no lo había contado a su pareja. Además, la cantidad de gente torturada y presa es mucha. Tuvo que haber entrevistado al menos a 32.000 personas, que fueron las reconocidas. El momento político era favorable y el porcentaje de reconocidos era del 90%. Terminó la comisión y llegaron nuevos casos, pero ya no entraron. Fueron más de 200. Se cerró y se cerró. Se fue el avión.

La comisión emitió un informe que tiene muchas cosas importantes, como el reconocimiento. Hasta el momento se sabía que había víctimas de tortura, pero la derecha, por ejemplo, decía «algo habrán hecho» o que las Fuerzas Armadas lo hicieron para salvar el país. En lo jurídico, se logra también que nos devuelvan el derecho al voto, que lo teníamos anulado. También se borraron los antecedentes, que eran una traba para postularse a un trabajo. En lo económico, se estableció una pensión chiquita, unos 250 euros. Pero es algo. En lo educacional, se fijaron becas para quienes eran estudiantes cuando fueron detenidos. Con el correr de los años, fueron poniendo cortapisas. También se dieron beneficios para optar a una vivienda básica. Junto a todo ello, el Gobierno tuvo que reconocer lo sucedido.

Todas estas cosas suponen negociaciones políticas, en las que nosotros no participamos. En este contexto, dijeron que las víctimas de la tortura no querían hacer públicos sus datos. Se estableció un secreto de 50 años. Las familias de los desaparecidos y ejecutados necesitan conocer qué sucedió con sus allegados. Y esa información estaba, pero no se hizo pública porque así se negoció con la derecha y con las Fuerzas Armadas. Se sumó a los pactos de silencio. Como expresos hemos levantado muchas veces el tema y hemos dicho que no somos nosotros los que no queremos que esta información se divulgue.

Hay diferencias con el proceso que se ha seguido en Nafarroa, pero también similitudes.

MARILÓ GOROSTIAGA: Sí. Nosotros, como Red de Personas Torturadas, tampoco hemos participado en la elaboración de la comisión ni de la ley, aunque sí hemos tenido conocimiento de cómo han ido las cosas. Aquí la ley no se ha centrado tanto en el tema económico, aunque hay unas indemnizaciones, pero no pensiones.

Lo de los 50 años me ha dejado impresionada. Es evidente que quieren que siga la impunidad y que los victimarios no aparezcan con nombres y apellidos. La Red no busca tanto conocer eso, sino el reconocimiento de que aquí se torturó y de que se torturó de forma sistemática. Personalmente, cada uno puede decidir si quiere llevar a la Justicia su caso o no. Y le apoyaríamos, pero el objetivo de la Red no es ese. Nuestra función es que la sociedad sepa qué paso.

Por ello, nos parece importante pasar por la comisión que se ha creado porque deja constancia de lo sucedido. No queremos que luego se quede en un cajón. Queremos que la sociedad conozca esa realidad. Hasta hace poco era una cuestión que estaba escondida y de la que nadie quería hablar. Hoy en día se ha reconocido oficialmente. Hay más de 150 casos presentados y se sigue avanzando.

¿Es un proceso demasiado lento?

M.G.: Es complejo. Partíamos de no tener absolutamente nada. En Nafarroa, hemos sido las propias personas torturadas las que hemos creado la Red y hemos trabajado para que esto se reconozca. ¿Que va despacio? Cuando pasas de nada a algo, ya notas que es un avance. Por supuesto, ni la ley es la que hubiéramos querido, porque notamos carencias, ni vemos que sea la panacea para el reconocimiento y la reparación. Parece que la ley está pensada para una compensación económica, pero la gente lo que quiere es el reconocimiento de que hubo tortura y que se señale quién permitió eso y que esa situación no se puede volver a dar. Si quieres tener una sociedad en plena convivencia democrática, no puedes consentir que se torture a la gente en base a unas ideas políticas o en defensa de una forma de gobierno. La tramitación es lenta y los recursos son limitados, pero nos reconforta el hecho que se esté dando.

R.P.: Que se esté dando es importante. Cuando hay un momento político que abre la oportunidad hay que aprovecharlo. Como dice una amiga, cuando se saca la tranca de la puerta tenemos que empujar. Si la comisión fuera hoy en día, en Chile no hubiéramos logrado nada. Se hizo una segunda Valech 2, en otro momento político. Si en la primera se reconocía al 90%, en la segunda solo se reconoció al 20%. El momento político es importante.

M.G.: Lo que nosotros esperamos es que todo el resultado del trabajo de la comisión sea permanente y duradero. Que sea tan fuerte que si hay un cambio de gobierno, que se puede dar, sea irreversible. Sí que hemos tenido reticencias desde el principio. Pasar por delante de una comisión no es fácil. Es muy difícil presentar pruebas porque la tortura se basa en la impunidad. Te presentas ante unas personas que no sabes si te van a creer. Es como un examen. Y revivir esas cosas puede hacer mucho daño. Lo puedes tener guardado en tu memoria, pero enfrentarte a ello años después es muy duro.




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domingo, 24 de noviembre de 2024

Entre Vascos y Judíos

Las manifestaciones en favor del pueblo palestino se han multiplicado por toda la geografía de Euskal Herria desde el principios de octubre del año pasado cuando el ente sionista iniciase su más reciente campaña de limpieza étnica en Gaza.

La crueldad de la que hemos sido testigos estos últimos once meses ha invitado a no cejar en el compromiso para visibilizar los crímenes de lesa humanidad cometidos por quienes ante la comunidad internacional se hacen aparecer como las víctimas.

Pero no se equivoquen, dicha solidaridad no inició hace apenas un año, el pueblo vasco ha sido solidario con el pueblo palestino desde hace décadas e incluso este blog ha dejado registro de ello a lo largo de su existencia.

Quienes tampoco se deben equivocar con respecto a la raíz de esa solidaridad con los palestinos son los propios adeptos a la religión judía. Recuerden, ni todos los judíos son sionistas ni todos los sionistas son judíos y lo que ha estado ocurriendo en Palestina poco o nada ha tenido que ver con el judaísmo y si todo que ver con el sionismo, una expresión más del fascismo que en su momento enarbolaron Churchill, Hitler, Mussolini y Franco.

Porque así como en este blog hay fe y constancia de la solidaridad hacia los palestinos, también lo hay con respecto al trato respetuoso que en Euskal Herria, a pesar de sus avatares con las potencia vecinas, ha tenido para con quienes profesan la religión judía. Las publicaciones en ese sentido son varias.

Dicho lo anterior, desde el portal de El Salto traemos a ustedes este reportaje que hace una compilación de información a ese respecto, misma que compartimos sin dejar de señalar algo que parece ser una discrepancia; los actuales herederos ideológicos de quienes en el pasado persiguieron al judaísmo son hoy los más férreos defensores de lo que hoy están haciendo Netanyahu y sus esbirros.

Aquí la información:


Los judíos en la tierra del euskera

Un repaso de la acogida que les brindó el Reino de Navarra tras su expulsión de Castilla y Aragón, a la red clandestina que los ayudó a cruzar la muga durante la ocupación nazi de Francia y las relaciones con el Estado de Israel

Unai Aranzadi

En la localidad vascofrancesa de Kanbo hay un monumento en memoria de aquellos que combatieron el fascismo durante la segunda guerra mundial. Esculpido en su parte más alta y fuera del alcance de la mano, hay un símbolo que ha pasado desapercibido pese a ser, probablemente, único en el mundo. Se trata de un lauburu circunscrito en una estrella de David, recordatorio de un tiempo en el que el pueblo de Abraham obtuvo auxilio de los vascos para cruzar las fronteras naturales que hoy, como ayer, suponen el río Bidasoa y el comienzo de los Pirineos Occidentales.

La frontera entre los estados francés y español, la muga para los vascos, suponía un último escollo a sortear antes de abandonar la Francia ocupada desde la cual, nazis y colaboracionistas, deportaron a miles de judíos entre 1942 y 1944 (muriendo 72.500 de los 75.000 que llegaron a los campos de exterminio del Tercer Reich).

El campo de concentración de Gurs, a las puertas de Iparralde

Con el fin de poder sortear esa frontera, los Aliados crearon la red de escape clandestina Réseau Comète, en la que experimentados mugalaris (personas especializadas en hacer contrabando) tuvieron un papel crucial, salvando la vida de pilotos británicos, miembros de la resistencia y decenas de civiles judíos. Para no olvidarlo, todos los meses de septiembre, varios descendientes de esos supervivientes se acercan a Euskal Herria con el fin de recorrer, de mano de los nietos de los mugalaris, las mismas rutas por la que salvaron la vida sus antepasados judíos.

Otros, con peor fortuna, fueron apresados e internados en el campo de concentración de Gurs, en Bearne, a las puertas de Iparralde. Allí, muchos prisioneros judíos compartieron espacio, aunque no barracones, con exiliados vascos, entre otros colectivos victimizados. Referentes ya clásicos de la historia del humanismo y las letras como Hannah Arendt o Jean Amery encarcelados en este punto lograron salvar la vida.

El campo, que es hoy un memorial y museo, fue levantado en 1939 para albergar a los refugiados que habían perdido la guerra civil contra Franco y sus aliados alemanes e italianos. Dormían en unos barracones mal impermeabilizados, con falta de abrigo, pésima alimentación e higiene, así que el tifus y la disentería hacían estragos.

Allí aún podemos encontrar un amplio cementerio judío y cristiano con lápidas con nombres como Olga Goldberg, Max Adler o Arthur Lowenstein, producto de las 1.100 muertes que se dieron en el campo. En algunas de ellas incluso vienen rubricados sus lugares de origen; poblaciones tan lejanas como Nizhyn (Ucrania) o Bucarest (Rumanía). Se calcula que de los 18.185 prisioneros judíos de Gurs, casi 4.000 terminarían en Auschwitz.

La llegada de los judíos a Euskal Herria

Los historiadores aún no han conseguido ponerle fecha a la llegada de los judíos a Euskal Herria. Sea como fuere, empieza a estar bien documentada a partir de la Edad Media, al tiempo que se consolidaba el Reino de Navarra alrededor del año 1000 d.C. Su lengua primaria era el romance y algunos hablaban hebreo. No se tiene constancia de que muchos dominaran el euskera, la lengua vehicular del pueblo, pero sí que usaron sobrenombres eusquéricos (como ederra o beltza); dado que esta era la lengua mayoritaria tanto en Navarra como en las provincias vascas, es probable que no pocos lo hablasen.

Pese a las diferentes ordenanzas discriminatorias que sufrirían siglo a siglo, los miembros de la comunidad hebrea mostraron gran vitalidad y destacaron como prestamistas (labor prohibida a los cristianos), artesanos, cirujanos, joyeros y fabricantes de paños. Curiosamente, durante cientos de años los judíos no estuvieron presentes en la región más septentrional del reino navarro, Nafarroa Beherea (hoy estado francés), sino siempre al sur y por debajo de la capital, Iruñea.

Lizarra es la primera plaza en dejar constancia de una aljama, aunque donde los israelitas fueron más numerosos fue en Tudela, de cuya popular judería partió en 1159 Benjamín de Tudela, escritor que plasmó en un libro (precursor mundial del género viajero) sus aventuras por ciudades tan lejanas como El Cairo, Bagdad o Constantinopla. En muchas otras poblaciones navarras como Olite, Cascante o Tafalla, el pueblo hebreo también tuvo una presencia destacada.

Iruñea también albergó una aljama, del mismo modo que en Araba (ya dentro de la Corona de Castilla, como el resto de lo que es hoy la Comunidad Autónoma Vasca) existían las de Gasteiz, Laguardia y Salvatierra. En Gipuzkoa la presencia fue muchísimo menor y más difícil, teniendo constancia de ellos en Arrasate, donde se enfrentaron a varias ordenanzas en su contra. La Villa de Bilbao, importante punto de comercio vizcaíno, pero con un concejo proteccionista, fue otro de los lugares en los que no pudieron avecindarse, permaneciendo la mayor parte de ellos en Balmaseda, enclave neurálgico del tránsito comercial de la lana que salía de Castilla con destino al puerto de Castro-Urdiales, desde donde se despachaba por mar a otros puntos de Europa.

Un acuerdo de siglos en Judimendi que casi rompe la dictadura franquista

Trágicamente, el edicto de Granada firmado por los Reyes Católicos en marzo de 1492 tras la conquista de la ciudad, marcó un antes y después para el devenir de los judíos en casi toda la península ibérica. Quien no se convirtiera al cristianismo disponía de cuatro meses para abandonar el Reino de Castilla y Aragón (incluía la actual Bizkaia, Gipuzkoa y Araba).

Un rastro importante de aquella traumática expulsión se puede percibir actualmente en el barrio de Judimendi (“monte de los judíos”, en euskera) de Vitoria-Gasteiz. Para que quede constancia de ello, las instituciones vascas han celebrado varios homenajes y erigido un monumento que recuerda que en este monte estaba el cementerio de la vibrante comunidad hebrea. En aras de salvaguardar la integridad y memoria de sus antepasados, los judíos salientes y las autoridades locales de hace 500 años acordaron un pacto: el procurador de la ciudad, Juan Martínez de Olave, se comprometía a respetar el antiguo cementerio hebreo, prohibiéndose labrar o edificar sobre ese espacio desde el 27 de junio de 1492.

Se respetó durante siglos, pero en el siglo XX el consistorio de la dictadura franquista estuvo a punto de construir sobre lo que es hoy el parque de Judimendi, una operación urbanística contra la que intervino la comunidad sefardí en la diáspora (los judíos expulsados y sus descendientes se autodenominan así por provenir de Sefarad, término bíblico usado para referirse a la península ibérica).

Producto también del edicto real que en 1492 ponía fin a siglos de convivencia intercultural entre musulmanes, cristianos y judíos, la mayor parte de la fructífera comunidad israelita de Balmaseda –unos 100 habitantes– tuvo que abandonar Bizkaia. De este modo, la comunidad vasca pasó a ser netamente católica, quedándose sin sinagogas, aljamas, puertas con la mezuzá en la entrada, ni gastronomía kosher.

Refugio en el Reino de Navarra

El destino buscado por miles de los judíos expulsados del nuevo reino de Castilla y Aragón sería una parte de la geografía peninsular aún no conquistada por los Reyes Católicos: el Reino de Navarra. Un lugar no exento de episodios antisemitas sangrientos –como la matanza de Lizarra en 1328–, pero que gozaba de un marco relativamente tolerante hacia confesiones minoritarias. Sin embargo, el antisemitismo que desde el exterior iban irradiando los Reyes Católicos sirvió para alimentar nuevos edictos como el que prohibía a los judíos salir a las calles de Olite, Tafalla o Tudela a ciertas horas de la semana.

Las aljamas navarras, que tenían sus propias ordenanzas e incluso funcionaban de forma autónoma (siempre y cuando no afectaran los menesteres de la Corona), se vieron cada vez más cercadas por los aires intimidatorios que la recién creada Inquisición propagaba desde la vecina Castilla. Llegado el año 1498, con una Navarra en declive y el antisemitismo al alza por la inestabilidad que esta decadencia generaba en el reino, los judíos no fueron expulsados por decreto, sino que su religión fue prohibida y todo aquel que no se convirtiera al cristianismo tenía la obligación de marcharse. ¿Cuál sería el destino de muchos de ellos? Una vez más, no muy lejos, en otro rincón de Euskal Herria.

Rumbo a Iparralde

“Pase y vea nuestra sinagoga. Es de 1837. La construyeron sefardíes como yo, venidos de Navarra en 1498, y otros de la expulsión de Portugal, que se produjo un año antes”. Patrick, un hombre de mediana edad, es uno de los voluntarios que cuidan de la sinagoga de Baiona, en el barrio de Saint-Esprit, también conocido por los vascofranceses como “la pequeña Jerusalén”.

Fue hasta aquí donde escaparon muchas familias judías de origen vasconavarro. Muchas abrieron panaderías en las que hasta hace poco se podía comprar el pan challah para celebrar el sabbat; otros aprendieron de los guipuzcoanos a preparar el cacao que traían de América los navegantes, exportándolo al resto de Europa donde aún no se conocía.

De Baiona salió la iniciativa que en los años cincuenta pidió a las autoridades franquistas no violar el acuerdo de Judimendi en Vitoria-Gasteiz, además del apoyo para construir en 1904 la sinagoga de Biarritz, no tan majestuosa como esta de Rue Malbec en Baiona, pero muy singular porque, además del rito sefardí, incluía el askenazi, dada la presencia de judíos venidos del Imperio ruso y otros rincones del Este y Centroeuropa.

Abriendo el impresionante portón que da al espacio de culto, otra voluntaria llamada Fabienne se afana en explicarlo todo. El parojet, ese gran velo que cubre  el arca donde se guardan los rollos de la Torá, está abierto. Sobre su cabeza se yergue un enorme candelabro de siete brazos al que los judíos se refieren como menorah. Y en el centro de toda la planta se encuentra la tevá, un gran estrado hecho de maderas finas desde el cual se da lectura a los textos sagrados.

Algunos barcos que llevaron judíos a Palestina tras la caída del nazismo fueron capitaneados por marinos de Bermeo, Muskiz o Algorta

Preguntada sobre qué tipo de comunidad tienen en el lado francés del País Vasco, responde: “Cada vez somos menos en la región –evita dar datos concretos–. Muchos de han marchado. Dos de mis tres hijos están en Israel”. Los vascos también tienen mucho que decir del éxodo de los judíos a Palestina en calidad de protagonistas. Algunos de los barcos que más judíos llevaron de Europa a puertos como el de Haifa poco después de caer el Tercer Reich fueron capitaneados por marinos de Bermeo, Muskiz o Algorta.

En la actualidad, la ciudad de Haifa tiene una calle llamada Captain Steve, cuyo verdadero nombre era Esteban Hernandorena Zubiaga. En un solo viaje transportó a 15.000 personas judías a bordo de dos buques. No fue, ni mucho menos, el único voluntario vasco implicado en el transporte de población judía a Palestina. Se cree que fueron decenas –mayormente de Bizkaia– quienes facilitaron la partida de miles de exiliados a lo que en 1948 terminó siendo el Estado de Israel y que supuso la expulsión de 700.000 personas palestinas que acabaron siendo refugiadas en su propia tierra.

El himno no oficial del Estado de Israel con melodía popular vasca

Las relaciones institucionales entre los diferentes equipos del Gobierno Vasco e Israel han existido desde entonces, como también otras, ya de carácter individual, pero no menos anecdóticas. Es el caso de una popular melodía vasca que se convirtió en el himno no oficial de judaísmo mundial, Pello Joxepe. Lo explicó un día en un recital su responsable, el cantautor Paco Ibáñez Goristidi: su madre, guipuzcoana, le cantaba el tema cuando él era niño y un día de 1960 lo interpretó en un café de París repleto de artistas y exiliados. Allí, al fondo de unas mesas, estaba la cantante y poetisa judía, Naomi Shemer. Conmovida por la canción, le puso su propia letra y así nació Yerushalayim shel Zahav (Jerusalén de oro), el tema más popular de la historia de Israel. Este dato es desconocido para la mayor parte de su población porque la autora negó el plagio toda la vida; solo lo admitió pasados los años, en una carta a una amiga.

El cementerio de Baiona es otro lugar que hace especial la presencia judía en la tierra del euskera. De 1689 y tiene más de 3.000 sepulturas, convirtiéndola en una de las necrópolis judaicas más grandes de Europa. No es la única de este departamento: en la Bastida-Clairence hay otra, mucho más pequeña, fundada alrededor de 1620 tras la llegada de los judíos expulsados de Navarra, Castilla y, sobre todo, Portugal.

Según cronistas del siglo XIX como Léonard Laborde, en Baiona existió un cementerio aún más antiguo que el actual. Hipotéticamente estaría situado en la zona del fuerte que está sobre el barrio de Saint-Esprit. Hoy en ese recóndito lugar el paseante puede disfrutar de una de las mejores y menos conocidas panorámicas de Baiona. ¿Estuvo bajo este espacio el primer cementerio judío de País Vasco francés? Aún nadie ha podido confirmarlo, pero Laborde da pistas de lo que hasta el siglo XIX debió ser el corazón judío del barrio de Saint-Esprit.

Entre la fascinación y los prejuicios, lo resumió así: “El silencio y la quietud reinan por todas partes durante el día. Los pasos de los raros habitantes del lugar, de piernas vacilantes, y costumbres singulares, turban solamente el silencio misterioso. Por la noche, a la luz de una bujía de resina resulta uno extrañado al ver un grupo de hermosos niños jugar a las cartas en el umbral de una puerta; tienen la cara ennegrecida o embadurnada como los gitanos, sus ojos son claros y sus cabellos rubios. Es que estamos en el Fuerte, detrás de la vieja iglesia de San Juan, desaparecida más tarde con su poderosa encomienda. Por otra escalera se baja a la calle Maubec. Pero antes de esto nos encontramos delante de la poco monumental puerta abierta en la propiedad Tavarez, y cuyo montante debió de pertenecer a la puerta del primitivo cementerio israelita. Allí, bajo un cobertizo, había todavía en el siglo XIX un fragmento de losa funeraria con unas inscripciones hebraicas”.

Con ese viejo cementerio por descubrir o sin él, desde las callejuelas que recorren la parte trasera de la Rue Maubec, esto es, la Rue de la Cabotte y Tombeloli, se accede a otro de los desconocidos tesoros de la comunidad judía que perdura hasta nuestros días. Se trata de la segunda mikve más antigua del estado francés, registrada en 1752 y que se cree activa desde mucho antes. Una mikve o mikvah es una pequeña cisterna de agua corriente (para el judaísmo el agua “purificadora” nunca ha de ser estanca) en la que las mujeres se debían bañar siete días después de su ciclo menstrual. Los hombres también estaban llamados a realizar allí otro tipo de abluciones, pero para los sefardíes, no de forma regular.

Cerrada al público, como la sinagoga de la ciudad, solo se puede acceder para llevar a cabo rituales o visitas concertadas. De vuelta a la sinagoga de la Rue Malbec, la voluntaria Fabienne reflexiona sobre la relación entre vascos y judíos, así como todo lo que unos ignoran de los otros: “Creo que aún nos queda mucho aprendizaje mutuo. Espero que ayude el pequeño museo que hemos inaugurado aquí en la asociación. Nos falta mucha financiación y lo atendemos como podemos, pero deseo que sirva para estrechar lazos”. Junto a Patrick, cierra las puertas del templo.

 

 

 

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¿Qué Clase de Nación?

Les compartimos la editorial que Naiz le dedica a la movilización que ha llevado a cabo EH Bildu en Bilbo:



Claro que Euskal Herria es una nación y que, como es negada y su voluntad democrática no es respetada, debe reivindicar periódicamente esa naturaleza política colectiva, ese ser que va acompañado de un querer ser. En el ejercicio de manifestar la identidad nacional, como ocurrió ayer de forma masiva en las calles de Bilbo, como ha sucedido de forma sostenida a lo largo de la historia contemporánea vasca, se refleja esa voluntad colectiva y a su vez se alimenta el debate político y la prospección social y cultural.

Ayer también se proyectó una capacidad organizativa, una ambición comunitaria y una oferta política original. EH Bildu tomó impulso para confrontar, cooperar y negociar los ejes que moldean su acción.

Cuando esta fuerza política está inspirada, sus propuestas son imaginativas. Si se concentra, puede ser muy eficaz. Claro que, cuando se desvía de su camino, puede ser torpe como pocas. La amplia familia abertzale se adapta a los equilibrios de poder que condicionan su práctica política con una mezcla particular y variable de realismo e idealismo.

Se ha comprobado esta semana, además de en la movilización de ayer, en el debate sobre fiscalidad, el traspaso de la competencia de Tráfico o el pacto sobre Los Caídos en Iruñea. En estos años, EH Bildu ha sido capaz de atraer talento y lograr que muchos de sus cargos transmitan una credibilidad que contrasta con la suspicacia social hacia la política.

A pesar de ello, sufren presiones injustas por parte de grupos y personas que exigen que el resto acate sus deseos particulares. Sin duda, los cargos se pueden equivocar y se puede discrepar de sus ideas, pero poner en duda sus credenciales militantes en terrenos como la represión, la memoria, el feminismo o el euskara es deshonesto. No obstante, los mecanismos de debate y participación exponen los apoyos; y los comicios, la conexión con las mayorías sociales.

Sus almas emancipadora y disciplinada conviven con periodos de mayor y menor armonía. Sin duda, es permeable a las tendencias que afectan a la sociedad, también a la pulsión reaccionaria. El retraso de otros en temas como el feminismo o el ecologismo le da quizás una falsa sensación de cumplimiento que frena avances y cambios estructurales necesarios.

El soberanismo de izquierdas es un movimiento de gente comprometida y desconfiada a la fuerza. Rebelde y solidaria, sus tradiciones de lucha han forjado un legado bien considerado incluso por sus adversarios, a los que periódicamente sorprende. Una década después del giro estratégico, desde Jonathan Powell hasta José Luis Rodríguez Zapatero reflejan ese influjo. No es un movimiento previsible y, no obstante, suele ser coherente.

Por fases y barrios, a veces esa reflexión colectiva tiende a la frustración y otras a la ilusión, guiada por percepciones no siempre ajustadas a la realidad. En perspectiva, el «pueblo abertzale de izquierdas» tiene razones para mostrarse orgulloso, pero si se despista corre el riesgo de caer en el ensimismamiento. Su colectivismo mantiene a raya al ego humano, gracias a una historia de resistencia y sacrificios que, en general, pone a las personas en su sitio. Está por ver si el paso del tiempo y el turbonarcisismo erosionan esos grandes valores.

Ante los retos inabarcables del momento histórico, solo partiendo de la autoexigencia y la humildad podrá crecer la ambición nacional vasca. Para quienes Euskal Herria y sus habitantes son prioridad, es hora de acertar: en la lectura sobre las relaciones de poder y opciones de pactos en diferentes ámbitos; en la urgencia de revertir la decadencia institucional y social; en las alianzas para articular mayorías; en los plazos y las fórmulas para avanzar en la democracia, la igualdad y la libertad. En definitiva, acertar en la oferta política para toda la nación y su ciudadanía.




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Alonso | Retorno a la Madre

Desde Gara traemos a ustedes este ejercicio de memoria reciente que se centra en el proceso de DDR llevado a cabo por la organización antifascista vasca ETA:


Retorno a la madre

El «aitaren etxea» de Gabriel Aresti y la Amalur a la que rendían respeto y culto los primeros pobladores de las tierras vascas representan la misma idea de la Euskal Herria que, como escribiera el poeta, había que defender para que se mantuviera viva y en pie.

Fernando Alonso

Por eso no es de extrañar que, en el comunicado con el que ETA daba por concluida su tarea y recorrido histórico, la organización concluyera con estas palabras: «ETA surgió del pueblo y ahora se disuelve en él».

Sesenta años después retornaba a la madre, y lo hacía expresando agradecimiento a quienes durante varias generaciones habían luchado por Euskal Herria y la libertad y ensalzando su «entrega» y «generosidad».

ETA había dado sus primeros pasos allá por 1958 como una organización política que pasó a practicar la lucha armada. Más de medio siglo después empezó el recorrido inverso, iniciando un proceso de desmovilización, desarme y profundo debate político hasta, finalmente, decidir el cierre de su recorrido histórico.

3 de mayo, la fecha

El anuncio se hizo público de manera protocolaria el 3 de mayo en Ginebra, en la sede del Centro de Diálogo Humanitario y ante numerosas personalidades del ámbito de la diplomacia y la resolución de conflictos, así como un importante número de medios internacionales.

La imagen y la voz del vídeo de la histórica declaración eran las de Josu Urrutikoetxea, miembro de las delegaciones de ETA para un diálogo resolutivo, y Marixol Iparragirre, prisionera política vasca.

Ambos dieron a conocer un texto en cuyo contenido se decía, entre otras cosas, que los que fueran militantes de ETA seguirían trabajando políticamente «por una Euskal Herria unida, independiente, socialista, euskaldun y no patriarcal, en el lugar en el que consideren oportuno y con la responsabilidad y sinceridad de siempre».

Si desde que se iniciara el cambio de estrategia el desarrollo de los acontecimientos no estaba siendo del gusto del Estado, mucho menos lo fue el desenlace.

El Gobierno del PP se apresuró a insistir en la derrota de ETA, mantra que sostiene en el tiempo. Y lo hizo de manera tan vehemente que semejante énfasis dejaba patente lo contrario a lo que proclamaba.

Querían un final a lo «cautivo y desarmado…», como el del último parte de guerra firmado por Franco el 1 de abril de 1939. Pero no fue así.

El PSOE también apostaba por un final diferente al que resultó, así que, cuando tras la moción de censura de junio Pedro Sánchez llegó a La Moncloa, una de las primeras cosas que hizo fue citarse el 1 de octubre con el presidente francés Emmanuel Macron para escenificar una «ceremonia solemne» en la que Francia entregaría a España todo el material incautado a ETA a lo largo de la historia.

El acto era otro intento de presentar el fin de la organización como una victoria policial de ambos estados. Ya que la realidad no era como pretendían, emprendían la labor de reescribir el pasado para hacerlo encajar en su relato.

Al día siguiente de la comunicación de ETA, el 4 de mayo se celebró en Kanbo un encuentro internacional del que salió la “Declaración de Arnaga”, que reconocía el paso dado por Euskadi Ta Askatasuna y recordaba que todavía quedaban asuntos por resolver, como el de las personas presas y huidas.

Aunque la conclusión fuera la deseada, el PNV tampoco se encontraba cómodo, así que los lehendakaris Uxue Barkos e Iñigo Urkullu no acudieron al acto de Kanbo y prefirieron hacer juntos una comparecencia en Bertiz.

Por contra, el alcalde de Baiona y lehendakari de Euskal Elkargoa, Jean-René Etchegaray, sí estuvo en Kanbo y, además, aseguró que de haber sido en el sur también habría acudido.

A Kanbo no, a Madrid sí

Urkullu no fue a Kanbo, pero sí a Madrid, en octubre, a la escenificación de Sánchez y Macron. También se prodigó en medios para denostar a ETA, considerar «un honor» las críticas políticas que sobre él hizo esta organización y cargar contra los agentes internacionales que se habían comprometido en el proceso.

Entre ellos, los del Grupo Internacional de Contacto, constituido en febrero de 2011 y que en octubre de 2018 anunció en Aiete el fin de su labor. «No creo que ya nos necesitéis más», dijo Brian Currin en la despedida.

Antes de su comunicado final, ETA hizo una declaración en la que reconocía el daño y sufrimiento causados con su acción armada: «ETA reconoce la responsabilidad directa que ha adquirido en ese dolor y desea manifestar que nada de ello debió producirse jamás o que no debió prolongarse tanto tiempo».

La mayoría del espectro político valoró la declaración, pero también hubo quienes buscaron carencias o incluso se aferraron al «no es suficiente». Entre los insatisfechos se alinearon los gobiernos de Iruñea y Lakua; y también el PNV, a quien le pareció poco.

El PSE lo estimó positivo, aunque dijo que llegaba tarde. Por contra, el PP lo consideró una «humillación a las víctimas». El Gobierno español dijo «está bien», para, seguido, incidir en la tesis de la derrota de ETA.

Rosa Lluch, hija de Ernest Lluch, muerto por ETA en 2000, reconoció que aquella declaración sobre el daño causado «fue mucho más allá de lo que yo esperaba».

Lo que siguió generando sufrimiento fue la política penitenciaria. El 6 de marzo Xabier Rey se quitó la vida en una celda de Puerto de Santa María, a más de mil kilómetros de Euskal Herria. Pese a no haber cometido ningún atentado, había sido condenado a 26 años de prisión. Murió tras diez años de alejamiento extremo y aislamiento.

Precisamente, la dispersión y el aislamiento siempre ha sido mayor en el caso de las mujeres presas. En 2018 había en el Estado español 26 prisioneras dispersadas en 18 cárceles y la mitad de ellas estaban completamente solas. En el Estado francés había 11 mujeres en cuatro cárceles.

Durante la primera mitad de 2018 nada se movió en la política penitenciaria. En verano, la llegada a La Moncloa de Pedro Sánchez y sus primeras declaraciones abrieron un resquicio de esperanza en las familias. Pero el año acabó con muy pocos cambios; tan solo el acercamiento de tres de los 21 presos enfermos y alguna progresión a segundo grado. La maquinaria echaba a andar, sí, pero lo hacía a un ritmo demasiado lento.

En el Estado francés los avances fueron más notables. A final de año habían retirado buena parte de los DPS y había 13 prisioneros en Lannemezan y 14 en Mont-de-Marsan, lo que suponía la reubicación de más de la mitad de los allá encarcelados.

A lo largo del año, Euskal Preso Politikoen Kolektiboa (EPPK) reiteró en varias ocasiones su apuesta por «construir convivencia» y mantuvo contactos con el Foro Social Permanente, que desarrolló una intensa labor.

Catalunya

Con el recurso a la violencia del Estado español y la autonomía suspendida, la situación en Catalunya rolaba entre investiduras fallidas, encarcelamientos, persecución política, exilios, arresto y liberación de Carles Puigdemont en Alemania, tensiones entre partidos independentistas, la instrumentalización española de la Justicia…

Una situación endiablada en la que Quim Torra fue finalmente investido president. Durante el año se reunió dos veces con Sánchez en La Moncloa, a donde este había llegado el 1 de junio al salir adelante la moción de censura contra Mariano Rajoy gracias a los votos de ERC y PdeCAT. De las reuniones solo salió la foto.

La pérdida del Gobierno por parte del PP se llevó a Rajoy, y su lugar lo ocupó Pablo Casado, pupilo de José María Aznar y Esperanza Aguirre.

Catalunya fue también lugar de uno de los atentados de los «lobos solitarios» del ISIS en Europa. Allá fue en Cornellá de Llobregat; pero también atacaron en Londres, París, Estrasburgo, Lieja y Carcasona.

En América hubo cambios de presidencia: Díaz-Canel en Cuba, López Obrador en México, Bolsonaro en Brasil y Uribe en Colombia; y la reelección de Maduro en Venezuela.

En 2018 cumplió cien años Eusko Ikaskuntza, y Euskaltzaindia inició los actos de su centenario regresando a Arantzazu, donde justo 50 años antes naciera el euskara batua.

Bajo los conmovedores 14 apóstoles de Oteiza, en 2018 también el euskara batua retornó a la madre; pero, en este caso, para seguir adelante.

 

 

 

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sábado, 23 de noviembre de 2024

Del Ebro al Aturri

Naiz nos trae la reseña de la manifestación en favor de la autodeterminación del pueblo vasco, misma que ha sido convocada por EH Bildu.

Aquí la información:


Una marea humana dice «alto y claro» que Euskal Herria es una nación, del Ebro al Aturri

Miles de personas han tomado esta tarde la calle Autonomía de Bilbo para «decir alto y claro que Euskal Herria, desde el Ebro hasta el Aturri, es una nación». «Y el compromiso de la izquierda independentista es situar a esta nación en el centro de la agenda política», ha apuntado Otegi.

Ion Salgado

«Estamos aquí para volver a decir alto y claro que Euskal Herria, desde el Ebro hasta el Aturri, es una nación». Así lo ha manifestado el coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegi, al término de la manifestación celebrada esta tarde en la calle Autonomía de Bilbo, una movilización que ha reunido bajo el lema ‘Nazioa gara’ a unas 30.000 personas, según los organizadores.

La marcha ha partido a las 17.30 desde la Casilla y ha finalizado en la plaza Zabalburu, donde ha intervenido Otegi. Sus primeras palabras han sido para saludar a compañeros de la CUP, ERC, Compromis, BNG y Més per Mallorca, presentes en la villa, mostrar su apoyo a los 133 jóvenes de Ernai sancionado por denunciar el encarcelamiento de Galder Barbado y Aitor Zelaia, y poner en valor el trabajo de la militancia de EH Bildu.

«No se puede liberar un país ni construir una sociedad alternativa si todos los días o de forma mayoritaria no somos capaces de anteponer el país y lo colectivo a lo individual», ha apuntado antes de  reiterar el compromiso de la izquierda independentista «para situar a esta nación y a su proyecto nacional en el centro de la agenda política».

En este sentido, ha aseverado que «la izquierda soberanista vasca comparte con el resto de izquierdas del mundo muchas luchas que son de carácter universal, la lucha ecologista, feminista, la luchas socialista por el reparto de la riqueza, la lucha por la soberanía de los pueblos contra el imperialismo... luchas que tienen un carácter universal».

«¿Qué es lo que aporta el movimiento independentista vasco y de izquierdas a esas luchar? Una mirada nacional, vasca, desde Euskal Herria. Miramos al mundo y sus luchas y las nacionalizamos. Las hacemos nuestras, las hacemos a escala nacional vasca, las miramos desde la perspectiva vasca».

«Estamos convencidos de que hay una manera vasca de hacer frente a los retos universales y que eso para por fortalecer nuestro proyecto nacional y nuestro proyecto popular», ha manifestado, y ha recordado que en Euskal Herria se ha abierto un debate sobre el estatus político de los siete herrialdes vascos.

Ha destacado EH Bildu trabajará para «alimentar ese debate». «Necesitamos dar un salto en el terreno nacional, hacer camino hacia un nuevo estatus político. Y ese camino empieza porque todo el mundo reconozca que Euskal Herria es una nación y que se le debe respetar. ¡A partir de ahí hacemos camino!».

Pasos dados

Otegi también ha celebrado los pasos dados en dicho camino a lo largo de los últimos doce meses, y ha puesto tres ejemplos: «El año pasado por estas fechas UPN gobernaba el Ayuntamiento de Iruñea y ahora Asiron es el alcalde. Hoy hace un año la competencia de tráfico todavía estaba en manos de la Guarida Civil y hoy ya no está. Y hoy hace un año, o un poco más, que es EH Bildu preside la Federación de Municipios y Concejos de Nafarroa».

Asimismo, ha hecho hincapié en que «hemos dado pasos para desactivar la Ley Mordaza y hemos dado pasos significativos en la búsqueda de una solución definitiva para el problema de los presos políticos». «Acabamos con la dispersión, con los primeros grados, con el aislamiento, y ahora hemos acabado con una de las medidas de excepción que se les aplicaba», ha remarcado en alusión al doble cómputo de penas.

Además, ha puesto en valor el acuerdo alcanzado en Nafarroa para demoler parte de Los Caídos, erigido «para glorificar a los fascistas». Ahora, quienes lo levantaron y los protegieron, «tendrán que ver todos los días, una vez concluyan las obras los ojos de Maravillas Lamberto, los ojos de la Euskal Herria antifascista, abertzale, republicana y socialista. A eso se le llama justicia poética».

Al ritmo de ‘Sarri, Sarri’

La manifestación, que ha finalizado a ritmo de Kortatu con ‘Sarri, Sarri’, ha servido para lanzar un mensaje de apoyo al pueblo palestino, masacrado por Israel, a los republicanos irlandeses, que este año disputarán los comicios en el sur de la isla, y al pueblo de Uruguay, que este domingo acude a votar en la segunda vuelta de las elecciones.

«Hay muchas cosas que nos unen al pueblo uruguayo, muchas luchas, muchos anhelos, muchos deseos, y quiero enviar desde aquí, de movimiento de liberación nacional a movimiento de liberación nacional, todos nuestros mejores deseos para el MLN Tupamaro; y quiero enviar también mis mejores deseos recordando a Yámandu, recordando a Pepe, recordando a Lucia, de frente amplio a frente amplio, ¡vamos arriba!», ha apuntado.

 









 

 

 

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