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sábado, 5 de octubre de 2024

El Atentado a 'Punto y Hora'

Recientemente hemos hablado de las agresiones por parte del españolismo en contra del periodismo vasco al compartir con ustedes la saga de Egin.

Pues, bien, hoy Naiz hace un rescate a la memoria de otro medio de comunicación vasco en la mira del franquismo borbónico:


Atentado contra el semanario 'Punto y Hora de Euskal Herria' en 1977

A las 14.45 del día 5 de octubre de 1977 una explosión destrozaba la redacción de la revista 'Punto y Hora de Euskal Herria' en Iruñea. Escasos minutos antes, dos periodistas y el gerente de la publicación vasca habían abandonado el local. El ataque fue reivindicado por los grupos ultraderechistas Triple A y Brigadas Juveniles de Navarra.

Asier Robles

En sus 15 años de existencia, la revista semanal 'Punto y Hora de Euskal Herria' sufrió diferentes ataques como amenazas, ediciones secuestradas o condenas judiciales. Pero el peor momento lo vivió el 5 de octubre de 1977, cuando ultraderechistas atentaron con una bomba contra la redacción que se ubicaba en Iruñea.

La revista fue publicada por primera vez en la capital navarra en abril de 1976 bajo la dirección de Mirentxu Purroy Ferrer, que también fue directora de 'Egin' entre 1978 y 1980. Nació en un momento sociopolítico convulso, marcado por la muerte del dictador Francisco Franco un año antes.

«Dimos la voz y la palabra a todos aquellos que habían vivido durante 40 años bajo la losa del silencio, sin la posibilidad de expresar sus opiniones, sus ideas, su lengua, su identidad y su verdad», comentaba Purroy en 2021 al recoger un premio como reconocimiento a su trayectoria profesional.

La revista no tardó en conocer las garras de la censura. El que tendría que ser su número 10 fue secuestrado por el Gobierno español por un editorial sobre la amnistía. Fue el primer aviso, y quedó claro que 'Punto y Hora de Euskal Herria' estaba en el punto de mira de los aparatos de un Estado que se resistía a cambiar. En diciembre de ese mismo año, la directora fue encarcelada acusada de injurias a las Fuerzas Armadas por la publicación de una carta sobre la represión de la Guardia Civil en las fiestas de Lekeitio.

Un atentado que se veía venir

Pero lo peor estaba por llegar. A las 14.45 del día 5 de octubre de 1977 hizo explosión una bomba destinada a acabar con la redacción situada en la calle Cortes de Navarra en Iruñea. Se trataba de un artefacto con cinco kilos de goma 2 que fue colocado a unos veinte centímetros de la puerta de acceso a la oficina y que hizo saltar por los aires todo el tabique que separaba a esta del pasillo exterior. Afortunadamente, dos periodistas y el gerente del semanario habían abandonado hacía cinco minutos la redacción y, como no se encontraba nadie dentro, no hubo que lamentar ningún herido. Pero el mobiliario quedó destruido casi en su totalidad.

«La situación en que ha quedado el edificio, puede definirse como catastrófica. Incluso se ha aconsejado a todos los vecinos que no pernocten es sus domicilios por el peligro de derrumbamiento. Numerosas brechas eran patentes en las paredes del inmueble y hasta la puerta de comunicación con la calle, por efectos de la onda expansiva, se encontraba desencajada», relataba 'Egin' en el periódico del día siguiente.

Las llamadas amenazantes a la redacción habían sido habituales en el poco más de un año de vida que llevaba la revista, pero en los días previos al atentado el ambiente había sido particularmente extraño, con muchas llamadas que, tras ser contestadas por los periodistas, los emisores colgaban sin mediar palabra. Tal y como recordaron los periodistas, el mismo día del atentado recibieron más llamadas de lo habitual y con peticiones extrañas. También un hombre fue en persona a la redacción pidiendo pegatinas y luego hablar con el director.

Pero según los propios periodistas, la clave estuvo en una persona que sobre las 14.30 solicitó a la portera la apertura del portal diciendo que se había «olvidado un paquete en 'Punto y Hora'». Un cuarto de hora después fue la explosión.

El atentado fue reivindicado a las 16.30 por los grupos ultraderechistas Alianza Apostólica Anticomunista (Triple A) y Brigadas Juveniles de Navarra a través de una llamada telefónica al 'Diario de Navarra'.

No fue un hecho aislado. Tan solo quince días antes la Triple A había realizado otro atentado con paquete explosivo contra la sede de la revista satírica 'El Papus', causando la muerte del conserje Joan Peñalver e hiriendo a otras diecisiete personas.

«Un hecho de esta naturaleza exige una interpretación dentro del contexto político en que nos toca vivir. Los mercenarios que colocan los explosivos son tan solo técnicos. Detrás de ellos se encuentran los cerebros pensantes al servicio de intereses cada día menos ocultos y más definidos. Las fuerzas de la reacción no se resignan a perder los privilegios que han disfrutado durante estos últimos cuarenta años y van a intentar dar la batalla», decía 'Punto y Hora' en el número publicado después del atentado.

Manifestaciones, huelga y apoyo popular

La solidaridad no se hizo esperar. Al poco de conocerse el atentado, los recién creados diarios 'Egin' y 'Deia' ofrecieron sus locales a los trabajadores de 'Punto y Hora' para crear un especie de gabinete de crisis. En 'Deia' se reunieron todos los partidos políticos, sindicatos y diferentes grupos para apoyar y manifestar su condena al atentado, y en 'Egin' se celebró una rueda de prensa para denunciar lo ocurrido y convocar una manifestación para el día siguiente, a la que se sumaron la gran mayoría de agentes sociopolíticos, desde UCD, PSOE y HASI, pasando por CCOO, UGT, ELA y LAB. Bajo el lema «Prensa libre para un pueblo libre», una multitudinaria manifestación recorrió las calles de Iruñea. También en Donostia hubo una manifestación.

Prácticamente todos los medios de comunicación condenaron el atentado, aunque no hubo un acuerdo a la hora de realizar una huelga para el 7 de octubre. 'Egin' fue el único medio impreso que secundó la huelga en todo Hego Euskal Herria y no llevó su periódico a los quioscos, mientras que en Gipuzkoa se sumaron también 'El Diario Vasco', 'La Voz de España' y 'Unidad'. Radio Popular de San Sebastián no emitió en todo el día y otras radios realizaron algún acto de solidaridad y denuncia.

También hubo una gran respuesta popular para recaudar fondos y ayudar económicamente a 'Punto y Hora'. De hecho, con la ayuda de, entre otros, 'Egin' y 'Deia', que cedieron sus redacciones, y de Julián Echevarría, que cedió maquinas de escribir, la revista pudo redactar y publicar el siguiente número, con una portada en la que se mostraba una foto de como había quedado la redacción tras el atentado y un clarificante titular: «Queridísimos verdugos: Nos queda la palabra».



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