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lunes, 25 de noviembre de 2024

De Armenia a Euskal Herria

De todos quienes integramos la diáspora vasca de quienes menos hemos tenido noticia es de los muchos niños y niñas vascas de la Generación Gernika que hicieron sus vidas en la URSS tras haber sido evacuados ante el sangriento avance fascista.

Es por ello que nos alegra compartir esta información acerca de uno de ellos, quien vive en Armenia, reportaje que ha sido publicado en las páginas de Deia:


Vuelta a los orígenes vascos desde Armenia

Un bisnieto de un fusilado vasco busca mecenazgo para un proyecto cultural de conexión entre Armenia y Euskadi

Iban Gorriti

José María Daniel Pérez Vellido suma 41 años y nació en Rusia. Él, junto a su mujer Ellen, buscaron asentarse en Armenia. DEIA ha hablado con la pareja que, junto a sus hijos, sueña con hacer realidad un proyecto curioso relacionado con el país de acogida, Euskadi, y la cultura vasca. Hablan por primera vez con un medio de comunicación: “Tengo 41 años, pero según las leyes militares de la Federación Rusa, un hombre puede ser llamado a la guerra hasta los 60 años. Precisamente por esta razón no puedo obtener la ciudadanía española según la Ley de Memoria Histórica como nieto de mi abuelo vasco. En Armenia no hay consulado español, por lo que para tramitar los documentos debo ir a Moscú”.

La entrada militar rusa en Ucrania dio comienzo el 24 de febrero de 2022 y la familia consiguió exiliarse breves días después. “Como cabeza de familia y descendiente de mis antepasados, no quería permitir la repetición de la historia, que mis hijos crecieran en medio de conflictos bélicos, y mucho menos dividir a la familia. Por eso se tomó la decisión de trasladar a toda la familia a otro país”.

 Pérez lamenta que no tiene posibilidad de viajar a Euskadi porque “requeriría demasiados recursos”. El Ministerio de Asuntos Exteriores de España, por su parte, le informó de que “ahora mismo esa posibilidad no existe”. “Al inicio del conflicto ruso-ucraniano, decidimos mudarnos a Armenia. Siempre me interesó este país, aunque nunca antes había estado aquí. Tengo muchos amigos armenios que frecuentemente me invitaban. Armenia nos recibió muy cálidamente. Son un pueblo de buen corazón: alegres, hospitalarios y sociables. Siempre están dispuestos a invitar a tomar un café o beber una copa de vino casero”.

De hecho, Daniel relata que de forma frecuente le confunden con un armenio, y cuando descubren sus raíces vascas, inmediatamente le dicen: “¡Eres de los nuestros!”. Y ahí el quid de su proyecto de recuperar una especie de caserío-bodega y al mismo tiempo, crear un espacio para intercambios culturales y degustaciones de gastronomía y bebidas vascas. La casa ya está comprada, el proyecto ya está en marcha y la mayor parte del trabajo ya se ha realizado.

La iniciativa pretende, además, organizar encuentros empresariales para la colaboración entre empresarios de ambas procedencias de diversos sectores. “Muchos armenios están convencidos de que existe un vínculo antiguo entre los pueblos vasco y armenio. Especialmente los de Nagorno-Karabaj insisten en esta conexión”.

De hecho, existen teorías sobre una conexión lingüística y cultural entre estos ambos pueblos. Algunas líneas de investigación afirman que el euskara, el supuesto idioma más antiguo de Europa, puede tener su origen en aquel país. El primer diccionario armenio-euskara data de 2001. “Probablemente por todo ello me sentí inmediatamente cómodo aquí. El origen antiguo, las tradiciones de agricultura y vinicultura, el orgullo del espíritu popular, todo esto une a nuestros pueblos a pesar de los miles de kilómetros de distancia”.

Para comenzar a hacer realidad este sueño familiar han abierto un proyecto de crowdfunding en la plataforma ReArmenia, buscando mecenas. Asimismo, hacen un llamamiento a instituciones vascas y asociaciones que puedan contribuir a avanzar en el proyecto. Es ahí cuando contactan con la madrileña Dolores Cabra, secretaria general de AGE, Archivo de Guerra y Exilio. “La vida del abuelo vasco de Daniel se convierte en un proyecto de vida para el nieto y así nace en Armenia esta tremenda aventura en la que se imbrican la historia, la lengua y las tradiciones para que esta hermosa semilla, este maravilloso legado, puedan crecer en libertad y hermanamiento”, aporta quien estima que estos abuelos y abuelas, niños y niñas de la Guerra Civil fueron auténticos creadores de vida. “Enfrentándose a tanto horror y tanta tristeza, de forma natural y sin desaliento, consiguieron la ecuación mágica: sobrevivir con un código, resistencia al dolor y a la muerte, y viviendo una segunda guerra tan infernal. Su orfandad empeñosa dejó una herencia a las generaciones, vivir para contarlo, vivir como deber de memoria”. Por ello, AGE dedica su energía a dar voz a ese canal de dolor y olvido. “Por eso el destino nos ha llevado desde el abuelo getxotarra José María Pérez Bellido hasta el nieto de su mismo nombre, nacido en Rusia como un hilo conductor que atraviesa el gran documental Huérfanos del olvido del cineasta Lino Varela.

Pero, ¿quién fue aquel niño evacuado en el barco Habana a Leningrado y Moscú? José María Pérez Vellido, nació el 9 de julio de 1931 en Las Arenas (Getxo). “Mis padres me pusieron su mismo nombre en memoria de él”, avanza desde la aldea de Voskevaz. Sus padres eran Jesús Pérez Barrios y Juliana Vellido Planillo. “Jesús estaba vinculado a los republicanos y su actividad contra el régimen de Franco, siendo cercano a Dolores Ibarruri”. Consultado al respecto a Euskal Prospekzio Taldea, Kepa Ganuza confirma que aquel combatiente era de las MAOC, Milicias Antifascistas Obreras y Campesinas. Fue el miliciano N° 67.484, integrado en la 4ª Compañía del Batallón MAOC 1- Larrañaga, N° 3 del Ejército de Euskadi. Hay una curiosidad al respecto: “El comandante de ese batallón fue el padre del célebre modisto Paco Raban, Francisco Rabaner”, agrega Ganuza quien observa que “Jesús pudo caer herido en la cota 333 en Amorebieta, o días después en el monte Bizkargi”.

Aquel antifascista fue arrestado y encarcelado en la prisión de Burgos, penal en el que sufrió durante años. Acabó fusilado. “Enviaba tarjetas postales dibujadas a mano a su esposa, esperando un indulto que nunca llegó. Su tía Dolores nos contaba que su abuela Juliana también estuvo en prisión por su actividad contra el régimen de Franco, aunque no ha podido encontrar información que lo confirme. La última postal de su padre mostraba su esperanza de regresar a casa, pero fue fusilado ese mismo año”, comunica y lamenta no saber “dónde está enterrado”.

Jesús y Juliana –que firmó algunas nóminas del miliciano– tuvieron tres hijos: José María, Mariano y Rosi. El primero, inicialmente estuvo en diferentes centros de acogida. “Luego fue trasladado al Orfanato N°1, cerca de Moscú”. Durante la Segunda Guerra Mundial fue evacuado a Saratov y regresó a Moscú.

Cursó estudios técnicos y junto a su hermano fue enviado a Sumy, Ucrania, y vivió un tiempo en Crimea. Trabajó en una fábrica y fue detenido por robar. “Muchos niños huérfanos (no solo españoles) acababan en prisión por robar, ya que necesitaban alimentarse. Por lo general, los liberaban después de que les encontraran un entorno que les permitiera no tener que recurrir al robo”, argumenta su nieto. “Lo encarcelaron probablemente por robar comida en un mercado debido al hambre”, precisa. En 1956 regresó por primera vez a Bilbao, en tren. Vivió un tiempo en la capital vizcaina, pero por alguna razón él y su hermano regresaron a la URSS. “Posiblemente porque ya tenía un hijo en la Unión Soviética”. Retornó en ocasiones a Bilbao, “pero nunca se quedó definitivamente”.

Décadas después, la familia siente este vínculo más allá de la teoría de la conexión entre Armenia y Euskadi. “Nuestro proyecto se ha convertido en una manera de profundizar en estos antiguos vínculos, revivirlos y compartirlos con el mundo”, enfatizan y detallan que el caserío se llama La casa de la cepa de oro. “Pero para alcanzar nuestros objetivos lo más rápido posible necesitamos financiación para reconstruir el techo de la casa, que está en pésimo estado, para restaurar la bodega y realizar otros trabajos. Para ello, lanzamos el mecenazgo en la plataforma ReArmenia, bajo el nombre del proyecto que en inglés es Golden Vine House y se puede buscar bajo esa denominación en internet para quien o quienes puedan ayudarnos”. También se puede seguir el proyecto por Instagram.


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