¿Por qué están tan interesados los borbónico franquistas y sus cómplices jacobinos en impedir a cada paso el desarme de ETA?
Sencillo, una vez superada esa etapa dentro del conflicto político que ha enfrentado el digno pueblo vasco frente a la obsesión genocida y colonialista de los estados español y francés, la gente en la comunidad internacional podría empezar a indagar acerca de todo lo que hábilmente se ha ocultado por medio de los grandes consorcios informativos con respecto al tema, utilizando como arenque rojo las actividades de la organización antifascista vasca.
Como ejemplo, la tortura, método de terrorismo de estado que es toda una institución para el régimen de Madrid, claro, con la comodina aquiescencia de París.
Lean ustedes esta nota publicada en Naiz:
Tasio Erkizia declara sobre las torturas sufridas a petición de la jueza Servini
Tasio Erkizia ha declarado ante el Juzgado de Instrucción número 7 de Bilbo, a petición de la jueza argentina María Servini de Cubria, con el objetivo de «acabar con la impunidad» del franquismo. El histórico militante abertzale ha denunciado que fue sometido a «torturas salvajes» por la Policía española en 1975.
Servini envió un exhorto a los Juzgados de Bilbo en el que se emplazaba a que se tomara declaración a Erkizia por la querella que él presentó a través de la Plataforma Vasca contra los Crímenes del Franquismo y contra la Impunidad.
El exdirigente de HB ha relatado que el 8 de mayo de 1975 fue detenido por la Policía española, que le llevaron a la Jefatura Superior de Indautxu, y que, en menos de 24 horas, le «molieron a palos» y le sometieron a «todo tipo de torturas salvajes. Me llevaron al Hospital el día 9 inconsciente y sin pulso».
Posteriormente estuvo 29 días en la UVI «debatiéndose entre la vida y la muerte» y otros tres meses en el hospital en tratamiento médico. «Nunca he entendido el porqué de mi detención y el porqué de esa agresividad. Yo, por aquel entonces, tenía mucha relación con los clubes juveniles que había en el barrio y trabajaba como profesor de ikastola, me movía en el mundo del euskera. Entonces, ellos me relacionaban con ETA, pero no tenían absolutamente ningún dato. Solo me decían que dijera cuál era mi responsabilidad en ETA. Yo no tenía ni idea de nada».
«A mí me detuvieron el 8 de mayo y estuve custodiado por la Policía Armada día y noche hasta el 25 de julio, que es cuando levantaron el estado de excepción. Y entonces, el día 25, fiesta, fue un juez a tomarme declaración sobre esa acusación genérica de que pertenecía a ETA. Y yo dije que ellos dirían qué esperaban de mí, pero que no podía aportarles absolutamente nada porque no tenía ninguna relación con ETA. El juez me dejó libre sin ningún tipo de cargo», ha indicado.
Erkizia ha explicado que su objetivo con esta querella no es lograr «ningún tipo de venganza, sino exigir a las instituciones que reconozcan que en este país se ha torturado por objetivos políticos y que pongan los medios para que no haya ni un caso más de torturas».
Tras ofrecer su testimonio en los tribunales, Erkizia ha reconocido que no tiene esperanzas puestas «en la acción de la Justicia», pero ha considerado que su declaración era «necesaria para ayudar a acabar con la impunidad del franquismo. Yo espero que algún día se levante esa impunidad y que la presión popular, al final, obligue al Estado, de una vez, a buscar la verdad y permitir al pueblo que recupere su memoria histórica y la verdad sobre lo que ha acontecido en nuestro pueblo».
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