Vaya, se nota que el Ararteko en funciones tiene una disposición muy diferente a lo que llamamos Derechos Humanos si lo comparamos con el impresentable Iñigo Lamarca Iturbe, a juzgar por su actitud frente al caso de Begoña y Mikel.
Les invitamos a leer esta nota publicada en Naiz:
El Ararteko, Manuel Lezertua, ha mostrado su preocupación por la detención en Grecia de Mikel Zuloaga y Begoña Huarte cuando pretendían trasladar a Euskal herria a ocho refugiados y ha trasladado un escrito al Defensor del Pueblo de ese país en la que pone de manifiesto el «carácter humanitario» de la actuación de los arrestados.En un comunicado, Lezertua ha aludido a la «sensibilidad» de la sociedad vasca frente a la «catástrofe humanitaria a la que Europa está llamada a hacer frente con firmeza y decisión», en referencia a la crisis de los refugiados.Según ha destacado, esa crisis ha generado, en efecto, una «inmensa ola de solidaridad» entre la ciudadanía vasca «hacia las personas obligadas a huir de la guerra, la persecución, la miseria y el terror».«Como en otros lugares, la frustración se ha ido extendiendo entre nosotros ante el incumplimiento de los compromisos adquiridos por la Unión y por los gobiernos europeos en materia de asilo. La población de nuestro país ha manifestado, reiterada y generosamente, su voluntad de acogida, ayuda y asistencia, expresando, cada día de manera más intensa, su decepción profunda y su inquietud creciente ante la insuficiencia de la respuesta ofrecida por Europa a la hora de ofrecer digna y legal acogida a los solicitantes de asilo», ha agregado.El Ararteko ha señalado que, en esta situación, proliferan las denuncias contra la «lentitud y clamorosa insuficiencia» de la reacción de quienes «tienen la responsabilidad primera de tramitar los procedimientos de reasentamiento y reubicación de los solicitantes de protección internacional».A su juicio, la «tibieza» de la reacción «no tiene parangón con la magnitud de la tragedia humanitaria» y ha añadido que, «lejos de evitar el terror y la miseria de los que huyen las personas refugiadas, la desesperante lentitud de los procedimientos y su limitada eficacia práctica no hacen sino aumentar el drama, forzando, en muchos casos, a los solicitantes de asilo a intentar rutas alternativas cada vez más peligrosas».En este sentido, Lezertua cree que el «gesto» de Huarte y Zuloaga «se enmarca en este contexto».A su juicio, constituye una expresión de ese «sentimiento generalizado de decepción, frustración e impotencia» existente en el seno de la sociedad vasca, entre otras. Su iniciativa, según el Ararteko, pretendía denunciar «una situación inaceptable y, más allá de su ajuste a la normativa reguladora de la documentación necesaria para viajar, no guarda relación alguna con el tráfico de personas».Por ello, ha añadido que, a la vista de los datos de los que dispone, considera que la privación de libertad de estos cooperantes aparece como «carente de una justificación sólida».Estas reflexiones se las ha trasladado al Defensor del Pueblo de Grecia, mediante un escrito enviado este jueves, en el que insiste en el carácter «eminentemente humanitario de la conducta de estas personas» y solicitándole, en el marco de la cooperación que ambas instituciones mantienen sobre temas de interés común, que se interese «por su situación y por la efectividad de sus derechos».
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