Un blog desde la diáspora y para la diáspora

domingo, 10 de enero de 2016

Ciclistas Etíopes en Euskal Herria

Desde la página especializada en deportes Marca traemos a ustedes esta historia en la que la práctica del ciclismo ha unido a vascos y etíopes:


El técnico cuenta cómo fue la creación en el País Vasco de un cuadro formado por cinco ciclistas etíopes

Nacho Labarga

En Mekele, la ciudad donde nace el cemento en Etiopía, un mensaje de auxilio apretó el interruptor. Aquella petición llegó a través de las redes sociales a Mikel Gurrutxaga. El vasco, enrolado en la ONG 'Proyecto Ciclista Solidario', no dudó en intentar ayudar a un joven ciclista que reclamaba apoyo desde el Cuerno de África. Tres meses después, 'Gurru' viajó junto a Aitor Ayerza (presidente de la escuela de ciclismo de Oriako) hasta la exótica nación para conocer de primera mano las necesidades del interesado.

Allí, en el segundo país más poblado de África, Mikel se encontró con Goytom Biru, Getachew Atsbha, Temesgen Biru, Kbrom Hailay Giday y Jailemelekot Hailu. Cinco corredores locales que, además de la nacionalidad, también compartían un sueño: correr en el País Vasco. "La verdad que el comienzo de la historia fue algo surrealista. Todo se fraguó en internet pero, después de hablar bastante con uno de los chavales, me decidí a ir para allá. No me quedaba otra", explica Gurrutxaga en declaraciones a MARCA.com.

Después de decenas de enrevesadas gestiones, gracias al apoyo de Ner Group y su compromiso con la sociedad, 'Gurru' logró crear una academia en el País Vasco para que sus cinco pupilos crecieran por dos vías. La primera es la educación, el objetivo innegociable es que los ciclistas aprendan inglés, castellano e informática. El segundo pasa por su formación deportiva. "Son unos chicos increíbles, muy profesionales. Se están dejando todo para hacer las cosas bien, pero lógicamente les cuesta hacerse con hábitos que aquí en España tenemos muy interiorizados. Saben poco de estrategia y también cometen errores algo infantiles como no saber alimentarse o descansar bien. Pero, con esta actitud, podrán evolucionar más rápido", cuenta un técnico que tiene su base instalada en Idiazabal (Guipuzkoa) y cuyos hombres han podido probarse en los últimos meses en carreras vascas, en el Trofeo Escribano de Madrid, en la Vuelta a Valencia o en el Tour de Pyemont francés.

Manolo 'pesca' en la academia

Vistos los resultados, parece que la experiencia está resultando positiva: "Nacimos en junio, pero hemos logrado que tres de nuestros corredores fichen por dos equipos con buenas herramientas como son Aldro Team y Burgos BH. Tenemos buena relación con Manolo Saiz, le estamos muy agradecidos a él y a su equipo. En su día se interesó por nosotros y nos comentó que nos echaría una mano en lo que pudiera. Al final, nos ha firmado a dos de los nuestros además de ayudar con la creación de la escuela en Etiopía". Es ahí donde crece su otro gran reto. "Queremos mejorar sus condiciones de vida. Por eso estamos creando esta escuela y mandándoles bicis a través de 'Bicicletas sin fronteras'", comenta orgulloso el guipuzcoano, quien no duda en hablar maravillas del país etíope.

Como en España hace 50 años

"El ciclismo en Etiopía es algo espectacular. Creo que, para que la gente se haga una día, habría que compararlo con el que teníamos en España en los años 60. Lo normal es que allí no tengan teles, tampoco lo siguen en 'streaming', así que se lanzan a las carreteras para verlo en directo. Es increíble observar como los seguidores crean estampas tan curiosas detrás de los ciclistas", expone alguien que ve ese ciclismo "como una fiesta, todo lo contrario a lo que ocurre en España". "Lejos de las grandes vueltas, en España van a ver a los chavales los padres y cuatro más. Allí es un acontecimiento de entretenimiento con mucho seguimiento", remarca.

Tras seis meses de vida, Mikel no duda en ponerse buena nota: "Del 2015 no ha habido nada negativo. Despedimos el año con un sabor de boca realmente dulce. El balance es extraordinario porque hemos aportado cosas a varios ciclistas, hemos tenido la suerte de 'colocar' a tres de ellos en estructuras de mayor categoría y además los medios nos habéis tratado bien. Quiero agradecer también al pueblo Idiazabal y a los voluntarios por la buena acogida de los chavales durante estos meses. No puedo decir nada malo de lo que hemos vivido", explica Mikel, quien espera doblar las conquistas en este nuevo año que acaba de comenzar: "Tenemos que ir poco a poco pero, si seguimos en esta línea, lograremos el objetivo de ayudar a muchos más ciclistas sin oportunidades". Su aventura confirma que en Euskadi, tierra fetiche para los amantes del pedal, se cimentan los sueños del ciclismo etíope.






°

No hay comentarios.:

Publicar un comentario