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miércoles, 27 de enero de 2016

Multiplicar Txantrea

El ejemplo de Txantrea debe ser multiplicado por todo el territorio de Hegoalde y por qué no, del estado español.

Lean esta editorial publicada en Gara:


Cientos de familias han sido desahuciadas en Euskal Herria víctimas de la avaricia de los bancos en uno de los episodios más vergonzosos, dramáticos y antisociales de esta época de crisis. Se trata de un drama masivo, de una condena a vida: no solo se les expulsa de sus viviendas, sino que mantienen la deuda con los bancos, impidiendo en muchos casos a los desahuciados un nuevo comienzo, abocándolos a vivir de la caridad de familiares o, en el peor de los casos, a la exclusión social extrema, a la más absoluta desesperación.

Ayer debía darse el enésimo desahucio en Euskal Herria, el de una pareja del barrio iruindarra de la Txantrea, con un caso de minusvalía y una niña de dos años. Pero, dando un ejemplo que inspira, mediante la presión social y el desafío popular desobediente, con la muy significativa presencia del alcalde de Iruñea, Joseba Asirón, y la presidenta del Parlamento navarro, Ainhoa Aznarez, en las movilizaciones, finalmente el desahucio se paralizó. La alegría y la satisfacción se palpaban en la Txantrea y en todo el país. Una vez más, quedó demostrado que con sensibilidad y voluntad política, con el empuje de un movimiento social de base, se puede poner freno y cambiar las cosas.

Lo que ayer se vivió en la Txantrea fue una movilización y una muestra de solidaridad ejemplar. Hizo más visible la lacra de los desahucios, puso cara a las estadísticas, agitó conciencias y empoderó las capacidades de la gente. Y, ampliando el foco, fue una demostración de una nueva y movilizada intolerancia contra la «religión» neoliberal según la cual los ganadores deben ser cada vez menos y más ricos y los perdedores, más y más pobres. Se trata de ese «sálvese quien pueda, pero yo primero» frente al cual existe una alternativa: juntos, organizados y todos a una, desde la protesta de calle a la representación en las más altas instituciones, se puede y merece intentarlo siempre. Ayer se demostró en el barrio de la Txantrea de Iruñea, con la participación de diferentes fuerzas y sensibilidades del cambio. Esa es la agenda, ese es el camino.





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