De un lado un puñado de valientes que han enfrentado el rencor vengativo del estado español.
Del otro lado, una pandilla de rufianes que se han dedicado a enriquecerse gracias a una franquicia a la que ya han devestido de todo significado.
Miren de lo que nos hemos venido a enterar en la página de El Confidencial Digital:
El Gobierno Vasco no quiere cargar con la inminente excarcelación masiva de presos de ETA
Reclama públicamente la transferencia en materia penitenciaria pero a nivel interno no la desea para no aparecer como el partido que pone en la calle a decenas de terroristas
PSOE y PNV buscan sellar un acuerdo para que los diputados vascos apoyen la investidura de Pedro Sánchez. Los nacionalistas, como en otras ocasiones, han dejado caer que, a cambio, quieren tener competencias sobre el control de las cárceles de la región. En el PP, sin embargo, recuerdan que Urkullu “dio marcha atrás” cuando Rajoy le ofreció esa concesión.
Según revelan a fuentes gubernamentales, los tres partidos con capacidad de llegar a un acuerdo sobre las competencias penitenciarias en el País Vasco, es decir, PP, PSOE y PNV, saben desde hace tiempo que, en la legislatura que acaba de comenzar, se producirá el acercamiento de miembros de ETA a las prisiones vascas, pero sobre todo un importante número de excarcelaciones de presos vinculados a la banda.
De las “largas” de Urkullu a Rajoy...
Con ese escenario en el horizonte, Mariano Rajoy planteó a Íñigo Urkullu, en la segunda mitad de la pasada legislatura, pactar dos históricas reivindicaciones del PNV: reducir la dispersión de presos de ETA por toda España y la transferencia de competencias sobre política penitenciaria al Gobierno Vasco.
La respuesta del lehendakari, sin embargo, no fue la esperada. Según altos cargos del Ejecutivo, conocedores de esas conversaciones, a los que ha tenido acceso El Confidencial Digital, Urkullu “aplazó cualquier tipo de decisión en ese sentido hasta después de las elecciones generales”.
El dirigente vasco argumentó entonces que no se podía tomar una decisión de esa magnitud sin saber quién gobernaría España y el País Vasco en 2016, con las generales y las autonómicas aún en el horizonte. No obstante, ambas partes pactaron volver a tratar el asunto con el inicio de la nueva legislatura.
…a las del PNV a Sánchez
Ahora, y después de los resultados del pasado 20-D, ha sido el PSOE de Pedro Sánchez, y no el PP, el que ha ofrecido al PNV la posibilidad de otorgar al Gobierno Vasco el control de las cárceles de la región, a cambio de recibir el apoyo de los seis diputados que ha obtenido en el Congreso el partido nacionalista.
Esa oferta, de la que se han hecho eco varios periódicos nacionales, no ha recibido, sin embargo, respuesta por parte del PNV. Ni su presidente, Andoni Ortuzar, ni la dirección del grupo parlamentario, ni el propio lehendakari, Íñigo Urkullu, han valorado la oferta socialista, y se han limitado a lanzar condiciones que nada tienen que ver con gestionar la política penitenciaria.
En ese sentido, el Partido Nacionalista Vasco ha trasladado al PSOE que apoyará la investidura de Pedro Sánchez si éste se compromete a cumplir con la llamada Ponencia de Autogobierno que ya está aprobada en el Parlamento Regional. Es decir: reconocer el derecho a decidir y la celebración de un referéndum sobre el futuro de Euskadi.
Así lo confirmó el jueves el diputado nacionalista Joseba Agirretxea, que también exigió el blindaje del Concierto Económico Vasco. Del traspaso de la competencia sobre política penitenciaria, sin embargo, ni una palabra.
No desean gestionar la gran excarcelación
Las fuentes consultadas por ECD explican que las reticencias de Urkullu y del PNV a aceptar ahora la gestión de las cárceles vascas, siendo ésta una de las reivindicaciones históricas del partido, tiene que ver con la actual situación penitenciaria de la mayoría de los presos de ETA.
El Partido Nacionalista Vasco es consciente de que muchos de ellos, siguiendo las actuales instrucciones del colectivo de presos, reconocerán el “daño causado” para primero ser trasladados a prisiones de Euskadi y, después, ser excarcelados. Con eso, se producirán unas salidas masivas de prisión que tendría que gestionar el Gobierno Vasco.
Ese escenario echa para atrás al PNV, que ya dejó caer, en las negociaciones de la pasada legislatura, que no quiere ser visto como el partido que puso en la calle a decenas de terroristas.
O sea, el PNV está alarmado ante la posibilidad de que el proceso de DDR dentro del marco del proceso de paz rinda frutos durante la próxima legislatura. Cuanta cobardía.
¿Algún comentario de parte de los "duros" de ATA al respecto?
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