Le vamos dando seguimiento a la situación en Kobani con este texto publicado en Nodo 50:
El pueblo kurdo resiste en el norte de Siria los ataques del Estado Islámico. La posibilidad de una región autónoma, dirigida por una fuerza de izquierda, genera temor entre los islamistas radicales y Estados Unidos.
En el marco de la Guerra Civil de Siria, a mediados del año 2012 se instauró la región autónoma democrática de Rojava, en el norte del país. En esta zona, el pueblo kurdo se ha organizado en tres cantones, en especial el denominado Kobane, que en la actualidad sufren una importante agresión por parte del Estado Islámico (EI) amenazando con destruir su joven proyecto social y empeorar la situación en el lugar.
Los cantones de Rojava, asentados en la frontera con Turquía, son un proyecto de autodeterminación y organización comunal, nacidos de la lucha del pueblo kurdo por el reconocimiento de sus derechos civiles, económicos y culturales, y la adopción de la propuesta del Confederalismo Democrático impulsada por Abdullah Öcalan, líder del Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK).
Desde la instauración de la región autónoma de Rojava, el pueblo y su organización han sufrido un duro bloqueo económico y un fuerte asedio militar, impuesto por Turquía y por la región pseudoautónoma kurda del norte de Irak, dirigida por el pro-estadounidense Partido Democrático de Kurdistán (PDK). Esta situación afecta a los habitantes de la región impidiéndoles la obtención de artículos de primera necesidad con el objetivo de rendir por hambre y necesidad al pueblo y su joven estructura organizacional.
Junto al bloqueo, desde sus inicios existió el asedio por parte de grupos extremistas como el Frente Al Nusra y el EI, que declararon una guerra en contra de toda fuerza y población que no se suscriban a su estrecha e intolerante interpretación del Islam. Cabe recordar el desplazamiento y masacres cometidas por el EI en Shengal (Sinjar en árabe, noroeste de Irak) hace menos de 2 meses.
Sin embargo, en los últimos meses y, en especial, en los últimos días, los ataques armados del EI se incrementaron de manera significativa en Kobane, obligando a decenas de miles de personas a huir hacia la frontera con Turquía.
La última agresión comenzó en julio pasado desde la ciudad de Raqqa donde se sitúa el cuartel general del EI, en el norte de Siria y a pocos kilómetros al sur de la ciudad de Kobane (Ayn al-Arab en árabe). En estos ataques, el Estado Islámico utilizó las armas y artillería pesada capturadas a los ejércitos iraquí y sirio, y las obtenidas en la frontera turca.
El EI ambiciona apoderarse de Kobane por su posición estratégica justo en medio de los otros dos cantones de Rojava, Cizre y Efrin. Mediante la ocupación de Kobane pretende cortar la ruta entre los dos cantones, lo que significaría un gran golpe a las fuerzas que combaten contra el terrorismo. De igual manera, el ataque a Kobane es estratégico para ocupar ciudades cercanas, con el objetivo de crear un enlace directo entre las demás zonas ocupadas por el EI en Siria.
Estos ataques se enmarcan en la estrategia de expansión del grupo extremista sobre las regiones de Siria para sostener su poderío, ganando más libertad de movimiento y consolidando su fuerza con el apoyo logístico y político de Turquía, puesto que la coalición liderada por Estados Unidos le propina serios golpes en Irak, con la intención de retomar la ciudad de Mosul y darle algo de autoridad al nuevo gobierno central iraquí.
Durante estos ataques, kurdos del norte (Turquía) se han abalanzado hacia la frontera con el propósito de participar en la resistencia, uniéndose a las fuerzas YPG/YPJ (Unidades de Protección Popular, integrantes del PKK), solidarizarse con su pueblo, asistiendo a los que huyen de la guerra o haciendo vigilias en las aldeas fronterizas. En este último caso, los kurdos fueron atacados salvajemente por la policía y soldados turcos con balas, gases lacrimógenos y cañones de agua.
Kobane es un sitio estratégico para el desarrollo y consolidación del EI, y al mismo tiempo es el punto donde se podría crear la plataforma idónea para su completo exterminio, puesto que la defensa y victoria en Kobane significaría la derrota de EI en Raqqa, y por consiguiente sería su derrota en Siria.
Sin embargo, una alianza entre la coalición comandada por Estados Unidos y las YPG/YPJ para el combate contra el Estado Islámico se ve lejana, ya que que el proyecto de autoadministración del pueblo causa descontentos a los intereses mezquinos en la región. Los bombardeos realizados por la coalición no se efectuaron en ninguno de los tres frentes en los que ataca el EI al cantón de Kobane. Representantes de la Unión de Comunidades de Kurdistán (UCK) expresaron que si llegase a suceder una tragedia en la zona la responsabilidad sería de los países integrantes de la coalición.
La estrategia actual de Washington se basa en utilizar como pretexto la lucha contra el extremismo, creado por ellos mismos y lograr lo que le había sido vedado anteriormente: bombardear e intervenir directamente en el conflicto interno sirio. Este hecho no ha disminuido la amenaza del EI en Kobane, sino que la ha aumentado porque los ataques perpetrados por la coalición alentaron su arremetida en esta región.
La guerra en Siria se intensifica cada vez más y su destino no es importante solamente para Kobane en Rojava, sino que determina el destino de todo Kurdistán, teniendo en cuenta que la actuación de Turquía también determinará el destino del proceso de paz para el conflicto interno en esa nación.
Las fuerzas de defensa del pueblo YPG/YPJ siguen resistiendo con sus fusiles AK47, con convicciones y devoción a la arremetida de los tanques, morteros, misiles y artillería pesada. La insurgencia del PKK continúa luchando contra la intolerancia hacia otras expresiones de identidad y defendiendo la autonomía de un pueblo que se resiste a dejar de existir.
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