Lamentablemente el caso de los 43 estudiantes de la carrera magisterial desaparecidos en México sigue estando notablemente ausente de los medios alternativos. Aún así, gracias a las redes sociales, siguen llegando muestras de solidaridad por parte de individuos y colectivos de todo el orbe.
Mientras tanto, en Guerrero, estado de México donde ha tomado lugar este crimen de estado las cosas están subiendo de tono ante la incapacidad por parte de los tres niveles de gobierno de dar respuestas a los familiares de los desaparecidos.
El siguiente recuento de lo sucedido ayer en Chilpancingo, capital del estado de Guerrero, ha sido publicado en La Jornada:
Estudiantes, maestros y padres de familia incendiaron oficinas y destrozaron ventanales en el palacio de gobierno estatal y en la sede del ayuntamiento para exigir la presentación con vida de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos desde el 26 de septiembre, así como la destitución del gobernador Ángel Aguirre Rivero y la aprehensión del alcalde con licencia de Iguala, José Luis Abarca, a quienes responsabilizan del asesinato de seis personas, entre ellas tres alumnos.
Esta nueva jornada de protestas se inició desde temprana hora como parte de un plan de acción acordado previamente entre organizaciones que integran el Movimiento Popular de Guerrero, en el que participa la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación (Ceteg), entre otras agrupaciones.
Alrededor de las 11 horas, normalistas bloquearon los cinco accesos al palacio de gobierno, al sur de la capital, e impidieron el ingreso y salida de empleados y el paso a quienes acudían a realizar gestiones en los edificios Centro, Tierra Caliente, Montaña, Acapulco, Costa Chica, Norte y Costa Grande.
Cohetones contra las oficinas
Los estudiantes colocaron decenas de carritos de autoservicio de Soriana, ubicada a un costado del inmueble oficial. Minutos después se escucharon cinco detonaciones de cohetones lanzados al interior del recinto. Los manifestantes destrozaron los vidrios de una caseta de vigilancia y desprendieron el alambrado de seguridad ubicado en las paredes del palacio de gobierno.
Cerca de las 16 horas, los inconformes permitieron la salida de mujeres y personas discapacitadas, pero permanecieron en el interior cientos de trabajadores y ciudadanos que realizaban trámites; según fuentes del gobierno estatal, eran más de mil 500 personas.
Esta situación generó tensión. Los propios empleados denunciaron que los policías estatales les habían impedido abandonar el inmueble, luego de que habían solicitado a los normalistas que les permitieran retirarse.
A las 16:30 horas, burócratas y ciudadanos rompieron el cerco y lograron salir del palacio de gobierno; esto generó un conato de violencia con los estudiantes, al grado de que ambos bandos se lanzaron piedras; no hubo lesionados.
Ya con los ánimos caldeados, a eso de las 17 horas llegaron decenas de policías antimotines que se apostaron frente a los contingentes de normalistas, los cuales se habían replegado hacia las instalaciones del Instituto Tecnológico de Chilpancingo, a unos 100 metros del palacio. Minutos después, los alumnos se apoderaron de una camioneta de la empresa Bimbo, a la que prendieron fuego; los uniformados no intervinieron. Los manifestantes arrojaron piedras a los antimotines, quienes no respondieron y, por el contrario, se replegaron.
Más tarde, los inconformes regresaron al palacio de gobierno y comenzaron a romper los cristales de seis edificios donde se encuentran diversas dependencias, como las secretarías de la Mujer, de Seguridad Pública, de Desarrollo Social, de Finanzas, la Secretaría General, y la oficina de Aguirre Rivero, entre otras.
Padres y madres de familia y normalistas, apoyados por maestros de la Ceteg, comenzaron a lanzar piedras y a rociar gasolina al edificio de Tierra Caliente (de tres pisos), al que prendieron fuego y prácticamente se incendió en su totalidad. Se consumieron equipos de oficina, computadoras y papelería.
En el edificio Norte, donde se ubican –entre otras dependencias– las secretarías de Seguridad Pública y Desarrollo Social, se suscitó un conato de incendio, pero no pasó a mayores. Después de las 18 horas arribaron más policías estatales y enseguida bomberos para apagar el fuego. ‘‘Esto apenas empieza’’, advirtió uno de los estudiantes participantes en la protesta.
Alrededor de las 18:20 horas, integrantes de la Ceteg irrumpieron en la alcaldía –ubicada en el centro de la ciudad–, donde rompieron vidrios en la planta baja y el sótano e incendiaron oficinas del registro civil, relaciones exteriores y comunicación social, reportaron funcionarios del ayuntamiento, quienes indicaron que pudieron desalojar al personal.
Según testigos, los profesores que regresaban al zócalo de Chilpancingo –donde se encuentran en plantón desde el 8 de octubre–, procedentes de la caseta de cobro de Palo Blanco, de la Autopista del Sol, y del palacio de gobierno, se trasladaron a la alcaldía. Ahí permanecieron hasta casi las 19 horas. Una vez que salieron, policías municipales y bomberos sofocaron el fuego en la planta baja y el sótano.
Luego de los disturbios, el secretario de Gobierno estatal, Jesús Martínez Garnelo, anunció que a partir de las primeras horas de este martes reforzarán con agentes antimotines la sede del Poder Ejecutivo y otros edificios públicos.
En conferencia de prensa, pasadas las 21:30 horas, acompañado por el edil de Chilpancingo, Mario Moreno Marcos, el funcionario llamó a los normalistas al diálogo y a la reconciliación.
Después de los destrozos causados en el ayuntamiento, el alcalde también llamó a la paz y tranquilidad. Subrayó que estas acciones violentas no abonan en nada para encontrar a los 43 normalistas desaparecidos.
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