Por que nos gusta el buen comer y el departir con los amigos sobre un buen patxaran y tabaco, les compartimos esta nota publicada en Deia:
Con veintiséis estrellas, destrona a Catalunya en el palmarés gastronómico, según la célebre guía roja
Concha Lago
La lluvia de estrellas Michelin consolidó ayer el status de Euskadi como reina de los fogones. En el reparto galáctico cabe destacar la estrella conseguida por el restaurante Nerua, que Josean Alija dirige en el Guggenheim de Bilbao, y la de Marqués de Riscal en la Rioja alavesa, únicas novedades vascas en una raquítica Guía Michelin, presentada ayer en Barcelona. Y es que sobre las nueve y media de la noche se resolvía el suspense, un triller con la tensión de saber a quién le dan el brillo y a quién se lo apagan, una peli de intriga que cada año lleva consigo esta entrega de los Oscars culinarios.
Las reiteradas tentativas en falso de Josean Alija en el Nerua del Guggenheim dieron finalmente sus frutos, uniéndose en el cielo bilbaino al Zortziko y al Etxanobe. Sin embargo, la Academia de la gastronomía no premió el virtuosismo natural de Aduriz en Mugaritz con un tercer galardón. El eterno aspirante en todas las quinielas a las tres estrellas, deberá esperar otro año para el gran salto. Andoni Luis Aduriz, a quien en la nota de prensa del Larousse Gastronomique le habían otorgado ya las tres estrellas (como un vaticinio) se quedó en su restaurante (daba de cenar a René Redzepi y Heston Blumenthal) y no se desplazó a Barcelona.
Con el veredicto de ayer, Euskadi suma 26 estrellas Michelin y mantiene el exclusivo elenco de triestrellados vascos, que está compuesto por Juan María Arzak, Martín Berasategi y Subijana. No en vano, Donostia es la ciudad del mundo con más concentración de estrellas por habitante. No hay que olvidar además que otros dos chefs vascos acumulan otras dos cada uno, el propio Aduriz y Eneko Atxa, del Azurmendi.
Gracias a este reparto, la CAV aventaja a Catalunya ya que en esa comunidad es donde más novedades se han registrado. El Celler de Can Roca, del desaparecido Santi Santamaria, pierde una estrella, de modo que se queda con dos. También desaparece de la guía, tras su cierre, el restaurante ElBulli de Ferrán Adrià. Sin embargo los otros tres estrellas del Estado español son también catalanes Can Roca, en Girona, y el restaurante Sant Pau de Carme Ruscalleda en Sant Pol de Mar.
«Es vital que te distingan. Tener una estrella significa estar o no estar en el mundillo», asegura un afamado restaurador. Y es que el lujo en gastronomía se asocia al nombre Michelin porque la popular guía gastronómica sienta las bases de la alta cocina en todo el mundo. Sin embargo, ningún nuevo restaurante español se ha incorporado a la cúspide de establecimientos con tres estrellas en un baile de estrellas que se ha considerado "rácano" por los expertos.
Sin embargo, al club de los estrellados alaveses se sumó también el restaurante de Francis Paniego en el hotel de lujo Marqués de Riscal, en Eltziego. El cocinero riojano Paniego, ya sabe lo que es lucir una estrella de la guía roja porque ya la obtuvo con su casa madre en Ezcaray (La Rioja), El Portal de Echaurren. En Araba, la gran decepción de la noche fue la pérdida por parte del Ikea de la estrella que había conseguido el año pasado.
Atxa conserva las dos
Igualando los buenos resultados de la pasada edición , conserva las dos estrellas Eneko Atxa, del Azurmendi, en Larrabetzu. También las mantienen Paco Pérez, del Miramar (Girona); Ramón Freixa, del restaurante madrileño de su nombre, o Dani García, de Calima (Marbella). Con dos estrellas figuran además en la guía Casa Marcial de Arriondas, Lasarte de Barcelona, Atrio de Cáceres, Quique Dacosta en Denia, Sant Celoni de Madrid, Sergi Arola (Madrid), La Terraza del Casino de Madrid, y Les Cols de Olot.
El palmarés de galardonados se dio a conocer en la noche de ayer en Barcelona, donde se presentó la biblia francesa. La concesión de una estrella Michelin representa para el restaurante en cuestión un respaldo importantísimo en prestigio y en proyección. Por ello, la expectación que despierta cada nueva edición de esta publicación no tiene parangón. Fue lo que sucedió ayer en el Hotel Palace de Barcelona donde sirvieron la cena Joan Roca, Carme Ruscalleda, Ramain Fornell, Jordi Cruz, y Javier y Sergio Torres. Michelin reconocía así el status de capital gastronómica, pues ahora cuenta con 20 locales distinguidos; un buen relevo para Donostia, que acogió el año pasado la presentación de la famosa biblia francesa.
La difusión de los premios fue precedida de un gran secretismo ya que la credibilidad de la guía roja está vinculada al anonimato que prácticamente siempre preside las actuaciones de sus inspectores. Siempre hay rumores, especulaciones, sugerencias, propuestas, pero no hay filtraciones y la sorpresa se reserva para un acto que en las dos ediciones anteriores se celebró en el Mercado de San Miguel en Madrid y el hotel María Cristina de Donostia.
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