Un blog desde la diáspora y para la diáspora

jueves, 3 de noviembre de 2011

Análisis Pseudo-Jurídico


¿Quieren saber hasta que punto llega el desdén de algunos españolitos para con el derecho a la autodeterminación de los pueblos?

Su abyección ante el proyecto tardo-colonialista que caracteriza al estado español no conoce límites, para muestra, este texto publicado en el Diario de León:

Isidoro Álvarez Sacristán | Jurista
Vaya por delante que este es un análisis jurídico del Comunicado de Euskadi Ta Askatasuna, pero que no puede desligarse de las connotaciones sociales y geográficas que lleva consigo tales asertos que, se firman, como lugar de su propuesta en Euskal Herria. Tal acepción, sin salirnos del Estatuto que regula la relación política del territorio de las antiguas provincias vascongadas o de Guernica, no se trata de un toponímico, pues en el artículo 1º del citado Estatuto se dice: «El Pueblo Vasco o Euskal-Herría como expresión de su nacionalidad». Es decir que la declaración no se firma en un lugar sino en un «pueblo», como ente indiferenciado. Pues lo que en realidad tiene forma jurídica es Euskadi o País Vasco, empleado indistintamente, como por ejemplo: selección de Euskadi, Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, etc. Claro, que el lugar no podía llamarse Euskadi, ya que se trata, como se dice en el Estatuto de Guernica, de «Comunidad Autónoma dentro del Estado Español», término que repugnaría a los firmantes que no hablan de historia, aunque en aquel Estatuto se diga que las tres provincias son Territorios Históricos. (Nos preguntamos a que historia se refieran o si el reino de León es una entidad advenediza sin historia y sin imperio).
Y si nos atenemos a las formas, aparecen tres encapuchados y que, por serlo, carecen de personalidad. Alguien se preguntaba si firmaría un contrato o una promesa con una persona encapuchada. Como es sabido, la expresión persona viene de la palabra griega prosopon, es decir, la representación de la personalidad. En este caso se sabe que son ponentes de una organización, pero no se sabe a quien representan y jurídicamente el disfraz no está contemplado en el derecho nada más que para ser agravante en los delitos. Solamente una persona es sujeto de derechos cuando es reconocible física o jurídicamente.
Quien firma la declaración se autodenomina «organización socialista revolucionario vasca». El hecho de ser una organización presupone que coexisten o conviven elementos personales y materiales, presididos por una ideología que se llama socialista y revolucionaria. El socialismo que se propone no es el europeo de la socialdemocracia sino el marxista (en otras ocasiones, lo denominaron marxista-leninista) a la manera de Cuba, Corea del Norte, Vietnam, etc. Y naturalmente es revolucionaria puesto que no se ha podido realizar por medios pacíficos sino que son necesarios sistemas violentos. No se conoce el triunfo de ninguna revolución por el método del diálogo. Quiérase o no. una revolución, por lo menos por la vía político-social, exige sistemas de fuerza ideológica o de armas. Sistemas que están expulsados de las normas de convivencia en la Europa actual. Es imposible admitir en un mismo comunicado las expresiones de revolución y democracia. Son términos antagónicos y excluyentes.
Tal declaración tiene por objeto la solución integral del conflicto. La Real Academia de la Lengua española define como conflicto aquella situción de combate, lucha, pelea y que necesariamente tiene que componerse de dos o más partes. Que se sepa la pelea que seguía el profesor Juan de Dios Doval cuando fue abatido a tiros era con sus apuntes de derecho procesal en la Facultad de Derecho de San Sebastián; la lucha que seguía el concejal Gregorio Ordoñez cuando le descerrajaron un tiro en la nuca era con el filete de ternera en el bar La Cepa de Donostia; los tiros que recibió el magistrado José María Lidón al salir de su domicilio en Bilbao fue por la pelea con la palabra que todos los días sostenía en las aulas de la Universidad de Deusto al explicar derecho; el domingo lluvioso en que fue abatido del escritor López de la Calle lo fue como contendiente en la lucha que sostenía con su pluma; el vendedor de periódicos Tito, fue asesinado en un combate con la venta callejera de diarios y revistas; y así sucesivamente. Este es el conflicto político, que citan en la declaración, porque no hablan de otro tipo de conflicto sino de una confrontación armada en la que por lo visto una parte portaba las armas consistentes en periódicos, códigos procesales, revistas dominicales, etc., otros la goma 2, la parabellum o las bombas lapa. A esto no se llama conflicto, tiene otro nombre que lo tienen que calificar los jueces.
La alusión al diálogo no merece ninguna consideración, pues requerir al Gobierno tal función se aleja de las misiones que el Ejecutivo tiene encomendadas en el artículo 97 de la Constitución, tales como la dirección de la política interior y exterior y la «defensa del Estado», que por sí misma es la del Estado social, democrático y de derecho en el que, es evidente, que no cabe ninguna organización revolucionaria.
Hay una visión endogámica, autoritaria y pseudorepresentativa. Es endogámica porque se remite a la sociedad vasca como ente unitario —y autoritario al decir que es sinónimo de lucha— llevada a cabo por «compañeras y compañeros». Es autoritario porque exige la apertura del diálogo, imposibilidad ante los gobiernos que no tiene asumida tal misión. (Es como si te dijeran, he matado a tu hijo, ahora vamos a dialogar). Y alega una representación falsa, puesto que no representa a la ciudadanía vasca —a la que hace un llamamiento— ni los miembros de la conferencia internacional en la que se apoyan representaban a país, organización o entidad alguna.
Toda relación social, hoy día, está regida por normas, obligaciones, deberes, actuaciones de poderes democráticos. De forma que aquellas situaciones escritas u orales, no reguladas y que, además, van en contra de cualquier norma moral o legal, no puede tener efecto jurídico alguno. Es ineficaz para el poder democrático y para la ética ciudadana.


Para no darle muchas vueltas al asunto por que la verdad ni siquiera vale la pena solo vamos a decir esto, cualquier análisis jurídico que se haga de una declaración de independencia de cualquiera de las otrora colonias españolas en América, Asia y África sufrirían el mismo destino, pues precisamente el diferendo político entre una colonia y un poder colonial pasa por que los primeros no reconocen las instituciones ni las leyes de los segundos... y por eso hoy en día se defiende el derecho a la autodeterminación de los pueblos al punto que la ONU hizo signar a sus estados miembros un Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, del cual parece ser que don Isidoro Álvarez ni siquiera se ha enterado.

Y por cierto, de humorista sarcástico se muere de hambre... que bueno que es españolito, en su país un tarado como él puede ser jurista. Por ejemplo, le retamos a que nos informe acerca de una revolución que no buscara mayor democracia para un pueblo sojuzgado... a ver, que nos diga... ¿ven?... los términos no son antagónicos y excluyentes como él afirma.


°

No hay comentarios.:

Publicar un comentario