Vaya, parece que la crisis en los EUA es más fuerte de lo que creíamos:
Placas de bronce con sus nombres fueron robadas en primavera
Mikel Soro
El monumento al Pastor Vasco en Reno (Nevada, Estados Unidos) va a ser restaurado después de varios meses transcurridos desde que unos gamberros robasen las placas de bronce con los nombres de cientos de pastores a los que estaba dedicada la escultura. La noticia nos la acaba de facilitar John Ysursa, portavoz de la directiva de la Organización Vasca de Norteamérica (NABO, en las siglas en inglés) y miembro destacado de la euskaletxea de San Francisco. Más de un vasconavarro se alegrará, porque fueron cientos desde estas tierras a pastorear inmensos rebaños de ovejas a esta zona.
El monumento del escultor afincado en Hondarribia Néstor Basterretxea fue inaugurado en 1989 como un homenaje al pastor vasco, en un espacio grande, abierto. En el monumento está representado en relieve un pastor que lleva al hombro una oveja. Hace menos de un año, unos vándalos robaron las placas de bronce grabadas con los nombres de cientos de pastores que emigraron a los Estados Unidos. Ahora, la reparación está en marcha y cuando finalice la rehabilitación del monumento habrá una ceremonia de reinauguración.
El caso del ataque y robo de las placas fue llamativo por cuanto es una región y un estado de la Unión que siempre ha considerado a los pastores vascos como algo propio de su historia. Pero se supone que la venta de esas placas de bronce podría redundar en un jugoso y rápido beneficio para los ladrones y los chatarreros sin prejuicios.
Todo sucedió durante la pasada primavera. El Monumento Nacional al Pastor Vasco se encuentra en el Rancho San Rafael del Parque Regional en Reno, en Nevada. Los ladrones arrancaron la mayoría de las placas de bronce y algunas de las grandes letras del mismo metal que había en un mural de piedra y se las llevaron. Un par de meses más tarde, el mapa de bronce de los asentamientos vascos en los Estados Unidos, así como las letras grandes que marcan los puntos cardinales, también desaparecieron.
Parecía que se habían cebado con este monumento, que si destaca por algo es por su solitario lugar, recordando la soledad que sufre el pastor durante su trabajo. De hecho, el monumento de Basterretxea se llama 'Soledad' (Bakardade en euskera y Solitude en inglés) como el poema del autor que está en la obra artística. Palabra que los vascos de Reno que erigieron el monumento pretenden cambiar porque no les gusta nada.
El hecho de que el monumento se encuentre en un área no protegida en las afueras de Reno le hace más vulnerable. Otras placas de bronce fueron robadas también en el entorno según la policía de Reno.
Andy Mink, gerente de distrito de los distritos del parque que incluyen Rancho San Rafael, ha estado trabajando con la compañía de seguros y el servicio de una empresa para determinar la pérdida y el costo de reemplazo. El robo está cubierto por el seguro y los elementos serán reemplazados, tal vez en un material diferente, con un costo estimado de 25.000 dólares (18.500 euros).
Donaciones con nombre
Hay un número de familias e individuos del estado de Reno que han expresado su interés en que los nombres de sus seres queridos que no estaban en las placas originales sean agregados ahora. Los coordinadores de la rehabilitación señalan que no es una opción posible. La historia es la historia y sólo hay sitio para los pastores, no para quienes los contrataban o trabajaban con ellos en el rancho.
Sin embargo, será posible añadirlos aparte, según se está tratando estos últimos días.
Para ello, los vascos de Reno y Nevada han lanzado una idea de cara a la rehabilitación: es posible añadir una pequeña placa para los nuevos donantes. Quienes aporten 300 dólares (225 euros), lo mismo que el precio original, podrán inscribir su nombre y apellido junto a los de los pastores homenajeados. Quizá haya alguno jubilado, de Euskadi y Navarra que ha vuelto a su tierra, interesado en disfrutar de este trozo de historia. Los interesados pueden contactar con Carmelo Urza en el 1.775.682.5888 o enviarle un mensaje a: curza@unr.edu
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