A partir de hoy, el intelectual orgánico de la derecha iberomexicana tendrá que aceptar sin más el "mayor grado de crítica" que se le dispensará en este blog.
Además, tanto Krauze como sus colaboradores de la infumable Letras Libres tendrán que recordar constantemente que "...como lo tenemos que soportar los servidores públicos, por ejemplo, tenemos un régimen con la crítica de los periodistas, pues que tenemos que soportar con mucha más fuerza la crítica que lo que sería un ciudadano que no tiene esta responsabilidad". Y no lo hemos dicho nosotros, lo ha dicho el ministro de apellidos vascos Zaldívar Lelo de Larrea.
Y de una vez le advertimos tanto a Krauze como a Loret de Mola, a López Doriga, a Pedro Miguel, a Alberto Peláez, a Victor Trujillo, a Carlos Marín, etc., etc, etc, que al mencionarlos a ellos podemos usar términos "duros, ríspidos o desagradables" por que al final de cuentas "el derecho a la libertad de expresión debe prevalecer sobre el derecho al honor", aún cuando algunos de los mencionados no sepan lo que significa esa palabra.
Y claro, tal como ellos lo dijeron, tanto el ya mencionado funcionario público como sus cómplices Olga Sánchez Cordero, José Ramón Cossío y Jorge Pardo Rebolledo deberán también anteponer la libertad de expresión a su honor, que bien que les pagamos ingentes cantidades de dinero para que se les endurezca la piel.
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