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sábado, 7 de febrero de 2009

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Gracias al blog Araba Nabar Estatu por dar a conocer este escrito:

Voluntaria Entrega de Alava a Castilla

Fernando Sánchez Aranaz

La “Voluntaria Entrega” es un hecho histórico que tiene hasta una calle dedicada en Vitoria-Gasteiz, pero del que no todo el mundo conoce su significado verdadero. Para unos se trata del pacto entre los alaveses y los castellanos, por el que los primeros se integraban en la monarquía castellana, para otros significa lo mismo, pero añadiendo la obstinación en negar la veracidad de tales hechos. Respecto a esto, resulta chocante observar como los defensores de la soberanía vasca, incluso con las armas en la mano, desde el carlismo al nacionalismo más extremo, han coincidido en hacer suya la versión histórica del enemigo, es decir, la unión pactada entre Vasconia y España, bien sea para reivindicarla, bien para denunciarla por incumplimiento de la parte española.

Sin embargo no hay tal desde ningún aspecto. La llamada “Voluntaria Entrega” es un hecho histórico fechado el año 1332, en tiempos del rey castellano Alfonso XI, por el que los señores alaveses coaligados en la Cofradía de Arriaga, traspasan al rey de Castilla el poder feudal que tenían sobre sus territorios, convirtiéndose éstos en realengo, a cambio de ciertas concesiones, la principal que todos los fijosdalgo de Álava quedasen por siempre libres de pechos, es decir, los señores alaveses conservaron sus privilegios fiscales a cambio de renunciar a la jurisdicción, que pasa al rey, aunque posteriormente, al albur de las circunstancias políticas, algunos señores volverían a recibir pueblos y territorios en señorío. Me viene a la memoria ahora aquella fantasmagórica agrupación política, felizmente desaparecida, denominada “Unidad Alavesa”, constituida en los años noventa del pasado siglo a base de tránsfugas del PP y del PSOE, con algún que otro incauto entre sus filas, quienes creían haber encontrado la fórmula para, sin dejar de ser españoles, ser alaveses sin necesidad de ser vascos. Pues bien, estos iluminados tenían a bien escenificar sus más preclaros actos políticos en la ermita de San Juan de Arriaga, donde los señores alaveses hacían sus juramentos, como sabemos al margen del pueblo. Por lo visto aquel era el modelo político de los autodenominados “alavesistas”.

No hay conquistan ni anexión sin connivencia de algún sector dirigente de los conquistados con los conquistadores. Navarra no ha sido una excepción.

Continúa...


No podemos recobrar nuestra soberanía si no conocemos nuestra historia.

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