Este escrito en relación a la más reciente andanada de vulneraciones a los derechos políticos del pueblo vasco ha sido publicado en Gara:
Victoria Mendoza | Psicoterapeuta
Maltrato político hacia los vascos
El maltrato físico y psicológico hacia una mujer, niño o anciano provoca diversas secuelas psicológicas, pero también existen otro tipo de maltratos: maltrato social y político, como el que sufren miles de inmigrantes y miles de vascos, y esto, sin lugar a dudas, también provoca muchas y variadas secuelas.
Son muchas las personas e iniciativas que han denunciado a lo largo de todos estos años la falta de Derechos Humanos que se vive en Euskal Herria debido a la poca inteligencia de algunos políticos, algo que ocurre desde la época de Franco y que ahora se disfraza y agrava con falsos discursos y con estrategias políticas incoherentes y absurdas. Las denuncias se han hecho públicas a nivel nacional e internacional. Muchos países, e incluso la ONU, han tenido que admitir y hacer público que España abusa del poder y se extralimita en cuanto a negar el derecho de participación y representación política, han tenido que reconocer la falta de democracia y el uso ilegal de la tortura, la dispersión de presos... pero, sobre todo, poner en entredicho la injusta Ley de Partidos y la constante ilegalización de partidos y detenciones masivas de representantes de la izquierda abertzale. La tortura, detenciones, dispersión de presos políticos, juicios, ilegalizaciones de partidos, negación de participación y representación política y una constante conculcación de derechos humanos, civiles y políticos son parte del maltrato social y político hacia un sector, un colectivo, un numeroso grupo de personas que definen y defienden sus ideas, que intentan hacer valer sus derechos políticos. Este tipo de maltrato prohíbe, niega derechos e impide a toda costa la democracia y la paz en Euskal Herria. Todo este maltrato social, político y psicológico y, por qué no admitirlo, también maltrato económico, provoca una serie de secuelas psicológicas, sociales y políticas, provoca rabia, dolor, sufrimiento, agotamiento físico y mental, provoca necesidad de venganza, provoca hastío, provoca la pérdida de credibilidad hacia los diferentes partidos políticos, hacia los propios políticos, hacia las instituciones, provoca desorganización y caos; pero, sobre todo, quita toda posibilidad de resolver un conflicto, ya que no se puede mediar ni resolver un conflicto si sólo se beneficia y se apoya a una parte, si sólo se da solución al problema de una parte del conflicto. Hacerlo de esa forma es tener poca o nula inteligencia política.
Todas estas detenciones e ilegalizaciones son parte de una mala estrategia política, y lamento que sus psicólogos sociales, sus especialistas y profesionales no les adviertan sobre las nefastas consecuencias que traen estos actos infantiles, inmaduros, injustos, mediocres y antidemocráticos.
Aún están a tiempo de reconducir todo y de compensar todo el daño social y político que han creado y han provocado a los vascos, aún es tiempo de actuar con inteligencia, todo es cuestión de querer y respetar con seriedad al pueblo vasco. Recuerden que el tiempo de crisis es tiempo de oportunidades. Pues ahora tienen una oportunidad de oro.
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