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También puede ser leído en el blog Berriak Egunkaria.
La papeleta y el papelón
por Daniel C. Bilbao
El sábado 14 de febrero, a las 16:30 de Argentina, colgaba en el blog una entrada bajo el título "Los votos de D3M no son "nulos". En ella reflexionaba brevemente sobre legitimidad, nulidad, libertad, concluyendo que el estado español no tiene posibilidad de convertir en nula la voluntad y decisión de los vascos. Curiosamente, a esa misma hora, pero en Euskal Herria, Ramón Sola, periodista de Gara, escribía sobre la misma idea. "Es un error decir que la izquierda abertzale votará nulo.", comienza su artículo.
¿Casualidad? Por supuesto que no. Es la realidad objetiva la que determina las ideas con sus "indicios" y revelaciones. Sólo hay que estar atentos a lo que van diciendo los hechos. Sola apunta a lo mismo: el estado busca anular una papeleta. Pero el estado no puede declarar nula la decisión de decenas de miles de vascos de elegir esa papeleta. Es su límite.
Los brutos fascistas y los mediocres "demócratas" no lo quieren entender. En la noche de San Andrés de 1947, el Comité Nacional de ANV dio a publicidad una declaración titulada "La voz del interior a nuestros hermanos del exterior", que entre otros conceptos decía: "Sostenemos que el único que debe decidir sobre su destino es el pueblo, manifestando su decisión de una forma democrática y, por lo tanto, que este pueblo vasco Y NO OTRO, NI OTROS (en mayúsculas en el original), es el que puede poner límites a sus aspiraciones de libertad."
Fue escrito cuando aún no existía ETA, ni el cipayo Ibarretxe jugaba con el cuento de la supuesta "consulta". ¡Hace 62 años! Lo mismo que ANV y la izquierda abertzale siguen diciendo. Lo mismo que dice ETA hoy: reconocimiento del derecho de autodeterminación y unidad territorial, y se termina la resistencia armada. Así de simple.
"Falta por saber hasta qué punto llevará el Estado español esta nueva campaña de anulación", se pregunta Sola. El estado español, en manos de esperpentos y mediocres de toda laya, tiene una estrategia propia de guión de comic. Creen que si les matan al jefe los indios huyen. Por eso su obsesión con las "cúpulas". Llenaron las cárceles con "cúpulas", con capitanejos y con indios de lanza, pero la indiada sigue ahí, haciendo sonar sus tambores de guerra. A estas alturas, Rubalcaba, Garzón, Zapatero, son ridículos personajes de un comic.
¿Los españoles se dedicarán a construir macrocárceles? Si "todo es ETA" ¿todos a la cárcel? No pueden. ¿Convertirán a Euskal Herria en un campo de concentración? No pueden. Están cada vez más debilitados en lo estratégico.
Ese mismo año de 1947, en el reaparecido periódico "Tierra Vasca-Eusko Lurra" los militantes de ANV escribían: "Los vascos se salvarán a sí mismos o no habrá poder alguno que nos salve. . . Pero si cuando se habla de España se sigue pensando en un estado unitario y centralista, regido por una monarquía asentada en el feudalismo del dinero, del Ejército y de la Iglesia, si se busca su salvación por caminos que desconozcan nuestra existencia nacional y nuestro derecho a disponer libremente de nuestros destinos. . . nuestra misión fundamental es salvar Euskadi. Y, más aún, añadiremos que por esos caminos vendrá la ruina definitiva de España".
Esta es la "orden" que recibieron los militantes abertzales de hoy. Fue dada hace más de 60 años por los gudaris de ayer, no por ETA. Los ilegalizados de hoy son herederos de un antiguo mandato popular: liberar a Euskal Herria. Las consecuencias no deseadas son causadas por la negación y el ninguneo español.
Mientras la realidad comienza a consolidar el nuevo escenario, la izquierda abertzale sigue adelante con la papeleta, y el estado español con el papelón.
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