Este sábado 13 de enero es la gran cita en Bilbo para mostrar la solidaridad para con lxs presxs políticxs vascxs y el rechazo a la medida penitenciaria de excepción conocida como el alejamiento o la dispersión.
Este año, el enfoque de la convactoria está en visibilizar a las víctimas colaterales de una política carcelaria basada en la venganza: los niños y adolescentes que tienen que viajar cientos de kilómetros para ver a sus progenitores unos cuantos minutos.
La misma ha sido convocada por Sare y ya cuenta con el apoyo de otros colectivos vascos como es el caso de Etxerat.
En ese tenor, les compartimos este texto dado a conocer por sus organizadores en su propia página web:
Joseba Azkarraga RoderoAsí es. 29 años después de implantarse la política de alejamiento destinada a castigar a las presas y presos vascos, continuamos exigiendo se ponga fin, a una política penitenciaria que incide en el mantenimiento de la venganza y la confrontación, no solo hacia el colectivo de prisioneros vascos, sino también hacia su núcleo familiar y una parte, cada vez más importante de la sociedad vasca.Porque cada vez más, es ya una inmensa mayoría de la sociedad vasca, la que no entiende la persistencia de los Gobiernos de España y Francia, de continuar actuando como si no hubiera existido en el calendario, la fecha del 20 de octubre de 2.011.Si esta medida, fue ya rechazada cuando se implanto y suscitó la crítica no solo de una parte importante de la sociedad vasca, sino de amplios sectores judiciales, lo es más, cuando llevamos más de seis años, donde la única violencia que se práctica, es la del Estado.Una violencia que se ejerce contra un colectivo de presos y presas vascos, pero que incide directamente, en sus familiares y allegados. Personas estas, que nunca fueron juzgadas ni condenadas por delitos o falta alguna, pero son los que semanalmente deben de recorrer, cientos de kms., para poder visitar durante pocos minutos, a su familiar o amigo preso o presa.Una violencia, que se ejerce contra, los cada vez más, presos gravemente enfermos, a los que los Gobiernos de España y Francia, les niegan la aplicación de su propia legislación, para que puedan ser tratados de sus graves dolencias, fuera de los muros de la prisión.Ojalá me equivoque, pero dada la situación, cualquier día, cualquiera de estos presos morirá en prisión, ante la inacción de una parte de los partidos políticos, instituciones y medios de comunicación. Mirarán hacia otro lado, y dirán que ha muerto porque estaba muy enfermo. No. Si algo ocurre, será porque la venganza de estos Gobiernos ha llegado hasta el límite, que les da igual. O incluso, consideraran que es rentable políticamente, para sus bastardos intereses.Una violencia, que se ejerce, contra, también cada vez más, presos que habiendo cumplido sus condenas, continúan privados de libertad, porque España, País supuestamente democrático, no quiere cumplir la normativa europea, y aplicarles la acumulación de las penas ya cumplidas en otros Estados miembros de la U.E.Y en este punto, al igual que en otros, no es ajena la actitud de una parte importante de la Justicia española, convertida en correa de transmisión y fiel cumplidora de los designios políticos del Gobierno español.Qué se puede pensar, sino, cuando la Sala del Tribunal Supremo decide por 11 votos contra 9, no preguntar a instancias judiciales europeas, la forma en cómo debe aplicarse el cómputo de penas. No se toma la decisión de aplicarlo de una forma u otra. NO. Se decide, no preguntar cómo hacerlo. Verde y con asas. O blanco y en botella.Y esta forma de proceder, de una parte de esta Justicia cómplice, se denomina de una forma muy clara en el Código Penal. Lo dejo a la interpretación del lector.Una violencia, contra todo un colectivo de presas y presos vascos, que con la aplicación de la Ley 7/2003, ven vulnerados sus derechos, y son sometidos a cadenas perpetuas encubiertas. Medida esta, que no está recogida ni en la propia CE.Y es aquí, donde compartiendo plenamente lo que de manera reiterada, viene manifestando el abogado Iñigo Iruin, resulta urgente, por decencia democrática, poner fin, derogar esta ley, que es el paraguas donde se cobijan tantas vulneraciones de derechos al colectivo de presos y presas vascos.Y todas estas vulneraciones, continúan produciéndose cuando ETA, tomo ya hace seis años, la decisión de poner fin a su actividad armada. Cuando hace ocho meses, procedió a su desarme y cuando el propio colectivo de presos vascos, ha venido manifestando su reconocimiento del daño causado. ¿Qué más se les va a exigir? ¿Hasta cuándo tanto odio, revancha y venganza?Por todo esto, por obligación democrática, SARE, continuará trabajando para poner fin a esta situación, que nos aleja, cada día más, de una verdadera paz y convivencia.Pero en este objetivo, no somos vanguardia ni avanzadilla de nada. Queremos caminar, codo con codo, contigo, con todos y todas aquellas personas, ciudadanas que consideran que por encima de adscripciones políticas partidistas, hay algo universal: La defensa de los Derechos Humanos, de todos los derechos, para todas las personas.Ésta es la invitación, que desde SARE, hacemos al conjunto de la ciudadanía vasca, y permitirme que a través de este sencillo artículo, lo haga, especialmente, a todos los gernikeses y gernikesas.El próximo 13 de enero, recorramos juntas las calles de Bilbo.La paz, la convivencia y la resolución, es, también, cosa tuya.
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