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jueves, 25 de enero de 2018

Boicot a Bacardí

Uno de los grandes fraudes cometidos por la gusanera miamense expuesto en las páginas de Cubainformación:


José Manzaneda

El libro “Ron Bacardí: la guerra oculta” y el documental “El secreto del murciélago” muestran las relaciones de la compañía Bacardí con la ultraderecha cubanoamericana de Miami. También la participación de su equipo de abogados en la redacción de la Ley Helms-Burton que, en 1996, recrudeció el bloqueo económico a Cuba.

Pero ni libro ni documental han sido objeto de noticias o reportajes en los grandes medios internacionales, más interesados en blanquear el oscuro historial de la empresa Bacardí y en optar a sus ingresos por publicidad.

Un reportaje de “El País digital” analizaba, hace unos días, la más reciente campaña promocional de esta firma, en un trabajo titulado “Havana Club apela a sus raíces cubanas en el exilio”. Un verdadero despropósito desinformativo.

Recordemos que, debido a las leyes del bloqueo contra Cuba, EEUU es el único lugar donde no puede comercializarse el ron cubano “Havana Club”, vendido en más de cien países por un consorcio entre la compañía privada francesa Pernod Ricard S. A. y la estatal cubana Cuba Ron S. A.

Pero si hay una compañía que ha hecho negocio con el bloqueo estadounidense a la Isla esa es Bacardí. Ubicada en Bermudas, Bacardí compró a la familia Arechabala, cuya fábrica de ron “Havana Club” fue expropiada por la Revolución, los supuestos “derechos” de la marca. Unos “derechos” inexistentes, ya que desde su nacionalización pertenecen al Estado cubano. Este además, y a pesar del bloqueo, renueva regularmente la marca “Havana Club” en la Oficina de Patentes de EEUU desde 1976.

Pero en 1999, gracias a sus vínculos políticos, Bacardí logró que el Congreso aprobara la llamada sección 211, que le permitió apoderarse en EEUU de la marca “Havana Club”. Esta legislación ad hoc fue condenada por la Organización Mundial del Comercio, pero ha permitido a Bacardí comercializar en territorio estadounidense un falso “Havana Club” fabricado en Puerto Rico.

La raíz cubana de este ron es nula. Pero para arreglarlo está… la publicidad. Una gran campaña, creada por la agencia BBDO de Nueva York y protagonizada por un conocido actor de cine, trata de convencer al público estadounidense de una enorme mentira: la supuesta “cubanidad” del “Havana Club” de Bacardí.

El diario español “El País” colaboraba con la confusión: “La popular marca de ron Havana Club” –decía, sin aclarar que no es el “Havana Club” cubano que conocen los lectores de “El País”, sino su falsificación para EEUU- hace “un homenaje a la cubanidad de los centenares de miles de isleños que tuvieron que dejar su país”.

“El País” repite y legitima así el mensaje victimista y panfletario de la empresa Bacardí, cuyo director de marketing defendía “la autenticidad que tiene nuestro ron al ser una marca de origen cubano que fue exiliada”. “Nos expulsaron, pero la patria vino con nosotros”, dice la campaña.

Por sus mentiras y su ejemplo de práctica empresarial mafiosa, amparada en lo más oscuro de la política estadounidense, hay una campaña internacional de boicot a todos los productos de la firma Bacardí.

Una campaña, que como el libro y el documental al que hacíamos mención, los medios jamás han prestado la menor atención. Mucho más centrada en mantener a Bacardí como un rentable cliente publicitario.

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