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jueves, 18 de enero de 2018

Eje Antirruso Madrid-Riga

Con respecto al artículo de Público que les presentamos a continuación queremos hacer dos prescisiones:

Primero, recordemos que si los Aliados retuvieron en el poder a Francisco Franco y su caterva de asesinos fue porque así convenía a su estrategia geopolítica en contra de la Unión Soviética. Las bombásticas declaraciones por parte de Ike Eisenhower con respecto a la expulsión del fascismo de suelo europeo quedaban así reducidas a miserables balandronadas. Han pasado casi tres décadas del colapso soviético, pero pareciera que Madrid permanece atrapada en un bucle tiempo espacio que la sitúa en su propia Guerra Fría.

Segundo, Europa celebró por todo lo alto la autodeterminación de Letonia, Lituania, Estonia y las otras ex-repúblicas soviéticas, lo cual - entendemos que fue dentro del contexto de la Guerra Fría - contrasta con la actitud de esa misma Europa con respecto a la declaración de independencia de Catalunya. Que Alemania, Inglaterra, Italia o el estado francés hayan guardado silencio cómplice ante la actitud tomada por el estado español se puede entender, pero que países como las tres repúblicas bálticas así como Chequia, Eslovaquia, Eslovenia, Macedonia, Bosnia, Croacia, Montenegro, Moldavia, etc. también lo hayan hecho, añade insulto a la injuria.

Planteado lo anterior, les compartimos esta joya de la patéticamente pírrica cruzada españistaní en contra de Rusia... país capitalista, por cierto.

Aquí la información:


El ejército que España envió al país, con la mayor capacidad de combate que ha desplegado nunca en el exterior, costó 63 millones de euros solo en 2017. El despliegue se produjo sin la autorización del Congreso, como ordena la ley.

Carlos del Castillo

Diez meses después de que el contingente con mayor capacidad de combate que España ha enviado nunca al exterior se desplegara frente a la frontera rusa, el Congreso será informado por primera vez sobre él. No será la primera noticia que los diputados tengan de su misión, pues el ex ministro de Exteriores José Manuel García Margallo deslizó en diciembre que estas tropas formaban parte del acuerdo al que España llegó con Letonia para que este país no reconociera la independencia de Catalunya.

El miércoles 24 de enero la ministra María Dolores de Cospedal comparecerá ante los diputados de la comisión de Defensa y ofrecerá los primeros detalles del pequeño ejército que España tiene en el país báltico. En la documentación preparatoria de la sesión enviada a los diputados se ha revelado ya un dato sobre él: las tropas desplegadas en la frontera rusa de Letonia tuvo un coste para las arcas públicas de 63,4 millones de euros solo en 2017.

El contingente se desplegó en marzo y se trata de un batallón mecanizado formado por seis carros de combate Leopardo —los más grandes y potentes de las Fuerzas Armadas, siendo la primera vez que se desplazan a una misión internacional—, catorce blindados Pizarro, doce transportes oruga acorazados, varios vehículos de combate de zapadores, una sección de armas de apoyo con morteros y misiles anticarro Spike y una unidad de drones. Todos ellos con sus respectivos combustibles adaptados al frío extremo y operados por 321 militares españoles preparados para el combate. "A diferencia de otras misiones, las tropas españolas no harán patrullas, sino que se limitarán a estar listas para intervenir", corrobora Defensa. Intervenir contra Rusia, puesto que Letonia teme una posible invasión después de que Vladimir Putin se anexionara Crimea e invadiera con tropas extraoficiales la zona oriental de Ucrania.

El envío de las tropas a Letonia se produjo sin la autorización del Congreso, a pesar de que la Ley de Defensa Nacional establece que "corresponde" a esta cámara aprobar "con carácter previo, la participación de las Fuerzas Armadas en misiones fuera del territorio nacional". Mariano Rajoy se limitó a dar el visto bueno vía Consejo de Ministros, ocultando en la publicación oficial del organismo el país de destino de las tropas y los detalles de su misión.

No es la primera vez que este Ejecutivo del PP manda tropas fuera de España sin la autorización del Congreso. Este mismo lunes se conoció que Cospedal ha doblado la presencia española en Mali (de 140 militares a 280) sin esperar a la aprobación de la cámara, que tiene previsto hacerlo a finales de enero. La excusa de la conservadora para saltarse la ley en esta ocasión es que España debe relevar a Bélgica en el mando de la misión el 31 de este mes. Esperando al debate parlamentario no se habría podido completar a tiempo el despliegue, que incluye 15 vehículos blindados Lince y tres RG-31. Los militares españoles que refuerzan la misión ocuparán muchos puestos clave que dejarán los belgas y su llegada no podía esperar.

En el caso del despliegue en Letonia, el Ejecutivo asegura que España solo está cumpliendo con sus compromisos como socio de la OTAN. La realidad es que se trata de un despliegue voluntario (en el que solo están participando la mitad de los miembros de la Alianza Atlántica) y que España tiene el segundo mayor contingente en suelo letón entre todos los participantes. Además, Rajoy ya ha anunciado que aspira a liderar las fuerzas internacionales en el país, por lo que tendría que aumentar el despliegue y ser la nación con mayor presencia.

Guardia contra Rusia por la unidad de España

El verdadero motivo para este despliegue lo explicó el exministro Margallo, presidente de la comisión mixta Congreso-Senado de Seguridad Nacional. Interrogado por el diputado de En Comú Podem Felix Alonso Cantorné, Margallo reveló que las tropas españolas se desplazaron suponían el intercambio de un trueque diplomático con Letonia. A cambio, el país báltico, que se había mostrado proclive a apoyar los resultados de un referéndum de autodeterminación en Catalunya, aceptaba hacer oídos sordos ante las aspiraciones de los soberanistas.

"Nosotros, cumpliendo con nuestro deber de socios leales y fiables, hemos colaborado con esfuerzo militar", reveló el ex jefe de la diplomacia española, afirmando que "en justa contrapartida a esos esfuerzos" el Gobierno expresó que "la defensa de la Constitución era prioritaria". "No entenderíamos ni entenderemos que un Gobierno que sea socio nuestro haga un ataque frontal a la integridad territorial", comunicó Margallo a sus homólogos bálticos.

El exministro había explicado que ambas delegaciones habían puesto encima de la mesa sus intereses antes de la reunión. "La prioridad del Gobierno español, al que yo representaba, era mantener la unidad de España y la vigencia de la Constitución. Las cuestiones que preocupaban a los países bálticos se enfocaban en Rusia", explicitó Margallo, siendo así el autor, quizá involuntario, de la primera entrada en acta parlamentaria del motivo real del despliegue.







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