Ahed Tamimi es hoy prisionera de guerra del sionista estado de Israel.
Envalentonados por el voto de confianza que les ha dado la oligarquía estadounidense por conducto de Donald Trump y sabedores que la ONU es un monstruo policéfalo y desdentando, los judíos fascistas están aprovechando las condiciones para lanzar una más de sus campañas de exterminio en contra del pueblo palestino, especialmente sus niños.
En ese contexto, aprovechando las protestas que se han generado tanto en Gaza como en Cisjordania tras el anuncio de Washington con respecto a Al Quds, Tel Aviv ha aprovechado para secuestrar a Ahed Tamimi, símbolo de la resistencia palestina.
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Ahed es uno de los símbolos de una generación palestina llena de audacia que se niega a reprimir su ira. Es una generación que desafía a la ocupación y a la que no le importan las palizas, detenciones y ejecuciones resultantes que llevan a cabo constantemente las fuerzas israelíes contra menores palestinos desde octubre de 2015.Hossam Shaker | Middle East Monitor en EspañolUna chica ha desafiado a la ocupación con un coraje inigualable. Durante los últimos años, los medios han publicado vídeos de ella enfrentándose con valor frente a la ocupación armada de los soldados, exigiendo que abandonaran los territorios que están ocupando a la fuerza, indiferente a sus amenazas y a sus ataques.
Esta joven rubia palestina tiene 16 años y se llama Ahed Tamimi. Creció en el pueblo de Nabi Saleh, en Cisjordania. Este pueblo tiene experiencia en el arte de la resistencia popular y de los enfrentamientos masivos con los colonos y soldados de la ocupación armada.Ya desde pequeña, Ahed empezó a dominar el uso del lenguaje de los principios escolares con los agresivos soldados armados. Les habla como a niños rebeldes, y les reprende con habilidad y degrada a su ejército. Al hacerlo, utiliza su propia arma: un teléfono que graba sus momentos de valentía para que su pueblo y el mundo entero lo vea.Toda la familia Tamimi se ha involucrado en esta tradición, tras darse cuenta del impacto del uso de cámaras a la hora de arrinconar a los soldados de la ocupación y frenar su comportamiento agresivo habitual. Los soldados no pueden enfrentarse a una cámara que expone su acoso contra los palestinos por todo el mundo y revela sus caras.La ocupación no tuvo en cuenta que se inventarían los smartphones, y que se añadirían a las trincheras palestinas durante enfrentamientos en las ciudades, pueblos y campamentos de refugiados de Palestina. Hoy en día, mientras el pueblo palestino gana la batalla de la imagen al exponer su realidad tal y como es, la propaganda israelí intenta distraer al mundo de esta realidad y esconder la ocupación militar y los asentamientos ilegales. La máquina de propaganda israelí también trata de justificar la construcción de muros y la imposición de un nuevo sistema que aísla a los palestinos. Aunque los palestinos saben que su lucha no la decidirán unas cámaras, son conscientes de su impacto, al menos a la hora de depravar a la propaganda de Israel frente al mundo.Ahed Tamimi fue detenida el 19 de diciembre de 2017. Después, su madre también fue arrestada tras visitarla pocas horas después en un centro de detención del ejército israelí. La detención se produjo después de que Ahed les diera a los soldados de la ocupación una dosis de amonestación después de que se reunieran junto a la casa de su familia para atacar a los jóvenes palestinos del pueblo. La valiente joven exigió que se marcharan de inmediato, y, después de que intentaran golpearla, ella, junto a su hermana, respondió con puños y patadas, obligándoles a huir. Millones de personas fueron testigo a través de las redes sociales, gracias a la cámara de su móvil.Ahed es uno de los símbolos de una generación palestina llena de audacia que se niega a reprimir su ira. Es una generación que desafía a la ocupación y a la que no le importan las palizas, detenciones y ejecuciones resultantes que llevan a cabo constantemente las fuerzas israelíes contra menores palestinos desde octubre de 2015. Ahora a los soldados les resulta fácil abrir fuego a sangre fría contra estos menores.Ahed Tamimi es un ejemplo del desarrollo de una nueva generación de las sucesivas generaciones de la intifada palestina. Esta generación declara su rebelión contra la realidad del apartheid y la intimidación sistemática que sufren por parte de las fuerzas de ocupación. Esto incluye las campañas de detenciones que se producen cada mañana al salir el sol, además de los ataques militares y las redadas en medio de la noche. Miles de niños palestinos tienen anclado en su mente el recuerdo de ser despertados por soldados armados en sus habitaciones; algunos, con máscaras, y Ahed es una de esas niñas. Ha sido testigo de la detención de varios miembros de su familia, incluido su padre, Bassem Tamimi, que ha sido detenido nueve veces, y que aún sigue más determinado que nunca a acabar con la ocupación.Esta generación palestina, llena de ira y rabia causadas por la realidad de la ocupación militar, no conoce el miedo. Que un insensato presidente estadounidense le otorgara Jerusalén a la ocupación militar de Israel fue suficiente para encender la llama de la ira palestina popular que acecha bajo la superficie. Esto parece ser una nueva ola de ira que ha empezado a tomar características de la intifada, con el uso de piedras y teléfonos móviles.Puede que el gobierno israelí crea que al fin ha conquistado Jerusalén, que ha allanado el camino para el establecimiento de una rendición palestina y que ha asegurado su control sobre el territorio. Sin embargo, esta lógica arrogante lleva a una difícil situación que ha creado por sí misma. Las fuerzas del ejército, con sus armas y su munición, tienen que perseguir a niños por sus pueblos cada día, y participar en conflictos diarios con la juventud iracunda en varios cruces de caminos y puestos de control. El mundo entero es testigo de estos incidentes, como en el que 15 soldados armados golpearon a un joven palestino indefenso, tan joven como sus hijos. Este joven es Fawzi Al-Junaidi, que sufrió sus puñetazos mientras, sin pestañear, mantenía la cabeza alta. Él es otro símbolo de la generación palestina que la ocupación israelí no podrá dominar.
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