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domingo, 14 de mayo de 2017

Gara Entrevista a Obtusar

Cuando hablamos de las proezas del Gunga Din vascongado lo hacemos a sabiendas de que el buenazo de Urkullu no actúa solo. Entendemos muy bien que al final de cuentas, Don Iñigo es el aburrido rostro de un cuerpo conocido popularmente como los burukideak, o sea, quienes realmente toman las decisiones en el PNV. La patética y gris figura de Iñigo Urkullu se equilibra frente al electorado de la CAV con la del bombástico chicarrón Andoni Obtusar. Vaya pues, que ese par son la versión jeltzale del policía bueno y el policía malo que tanto gusta a Hollywood. 

Tomado lo anterior como advertencia a nuestro público más incauto, les compartimos esta entrevista post pacto presupuestal pepero, publicada en Gara:


Andoni Ortuzar (Abanto Zierbena, 1962) aparece convencido de las bondades del pacto alcanzado por una parte por el Ejecutivo de Lakua con el Gobierno español y por otra por el PNV con el PP, que presenta como un ejemplo práctico del ejercicio de la política.

Iñaki Iriondo

Andoni Ortuzar fue cocinero antes que fraile (periodista antes que político) y conoce a la perfección la profesión a ambos lados de la grabadora. Aunque tiene el costillar derecho dolorido por una lesión jugando a pala, mantiene en excelente forma la cintura.

El lehendakari Urkullu ha defendido la conveniencia de haber dado estabilidad al Gobierno de Rajoy. ¿Lo comparte?

Primero hay que decir que el acuerdo ha sido bueno para Euskadi, que es nuestra prioridad. Y el lehendakari dice que la estabilidad es buena porque, habiendo este Gobierno y sin alternativa a corto plazo, lo lógico es generar un estadio en el que la estabilidad política ayude a una estabilidad económica. Nosotros no nos sentimos responsables de que Rajoy esté gobernando. Eso es incapacidad de la izquierda española, la abertzale vasca incluida, que ha sido incapaz de plantar una alternativa. En estos momentos de tantas incertidumbres políticas y económicas en Europa, tener una plataforma de estabilidad para Euskadi nos parece bueno.

Pero eso fortalece a Rajoy...

Al que está. No está en nuestras manos quitar a Rajoy.

Antes ha culpado a la izquierda, incluida la abertzale, pero el PNV tiene tres diputados más que EH Bildu, alguna responsabilidad tendrá...

El PNV estuvo en el inicio de las negociaciones de Pedro Sánchez y jugamos honesta y profundamente para que aquello saliera bien. Y no fuimos nosotros los que lo echamos al traste.

¿Fue la izquierda abertzale?

No, no... Pero como desde allí nos han llegado los ataques... Yo estuve con Pedro Sánchez y con Pablo Iglesias. No estuve con Ciudadanos. Teníamos clara nuestra alternativa. Pero la izquierda española es cainita.

El acuerdo del Cupo es cumplir la ley. ¿Por qué dar compensaciones por cumplir la ley?

No es dar compensaciones. Es un marco que a nosotros no nos gusta. Pero era la única manera que teníamos en este momento de que se respetara nuestra soberanía y nuestra bilateralidad. Entre otras cosas porque por los flujos financieros éramos nosotros los que teníamos que recibir, y Madrid estaba muy cómodo y podía haber seguido sin acuerdo otros treinta años más.

Pero negociar dos veces cada cosa...

Es verdad que esto se tenía que haber producido sin mediar ningún tipo de contraprestación, pero también es cierto que si la situación nos beneficiara quizá nosotros nos hubiéramos hecho los remolones. Este sistema de bilateralidad, de empate, de que no hay acuerdo si uno no quiere, tiene este pequeño efecto perverso.

¿Por qué se ha mezclado la negociación del Cupo con la de los PGE cuanto tantas veces se ha dicho que no debía hacerse?

No se han mezclado, han coincidido en el tiempo. Pero si no había acuerdo en el Cupo, el PNV no iba a negociar nada más.

¿Qué tiene de bueno el pacto de los presupuestos?

El acuerdo es bueno para Euskadi en lo material y en lo inmaterial. En lo material se defiende en sí mismo por las bondades de liquidar diez años de una dura pelea con el Estado sobre el Cupo y darle un horizonte de cinco años más de tranquilidad. Despejar las infraestructuras que hay que hacer en los próximos siete años. Temas de competitividad. Y en lo inmaterial, si uno repasa el acuerdo desde un punto de vista abertzale, se puede concluir que hemos ganado en soberanía, que vamos a ganar en territorialidad, en unión física de todas las capitales vascas de Hegoalde y de estas con Iparralde y Europa para movernos, algo que ahora es una cosa del siglo XIX. Y también desde un punto de vista de desarrollo social, con las tarifas eléctricas y otras cosas menores como los pasos a nivel.

Sobre el TAV ya ha habido acuerdos anteriores con cantidades y fechas de conclusión incumplidas...

Esta es la buena. Es la primera vez que tenemos un cronograma tan detallado.

¿Y se va a cumplir?

Tenemos una comisión que lo vigilará cada tres meses.

Han vendido como un éxito estos 3.300 millones que de todas formas Madrid tenía que invertir si quiere acabar la obra...

Pero podía ser ahora o dentro de quince años, y a nosotros nos interesa que se haga ahora.

En 2013, en el pacto sobre la Ley del Sector Eléctrico ya anunciaron una rebaja del 50% de la tarifa eléctrica industrial...

Entonces se consiguió quitar un tercio del problema y ahora se han quitado los otros dos.

Entonces dijeron que era la mitad y coincide con los 50 millones que anuncian ahora.

Ahora es el 50% restante.

¿Al PNV le gustan estos presupuestos en sí?

No son los que hubiéramos hecho nosotros. Pero, si somos honestos, nosotros y los que los critican, las pautas socioeconómicas, financieras, reglas de deuda pública, etcétera, etcétera, son muy parecidas a las que hemos empleado todos los demás en todas las instituciones. El PSOE donde gobierna, Podemos donde gobierna, la Generalitat en Catalunya y las CUP se lo han aprobado... Vamos a dejar de hacer demagogia con este tema. El esqueleto del presupuesto hoy es casi el mismo en todas las instituciones.

Hay una enmienda que propone subir un 2% las pensiones y el sueldo de los funcionarios. ¿La apoyará el PNV?

No. No podemos. Con el pacto que hemos hecho no podemos, salvo un acuerdo entre todos.

Declaró que esperaba que el pacto con el PP tuviera repercusión en temas de paz y autogobierno, pero el mismo día que se publicaba esa entrevista el Consejo de Ministros recurría la Ley de Víctimas del Estado.

Es una asignatura pendiente que tenemos. El día de la firma del acuerdo ya dije que era importante pero limitado y que nos separaba una sima en otras materias. Esperemos que estos acuerdos parciales generen confianzas para avanzar en los otros.

Pues Alfonso Alonso avisa al PNV de que no se le ocurra hablar euskara con acento catalán, porque igual entonces todo se estropea...

Pero Alfonso Alonso no ha estado en el secreto de las negociaciones, ni ha participado y no sabe de lo que hemos hablado, y probablemente quiere sacar un poco la cabeza.

El PP no está en la Ponencia de Memoria y Convivencia.

He insistido en público y en privado en que deben estar, porque es la única manera en la que pueden defender sus posiciones y escuchar a los demás.

¿La rueda de prensa y el acuerdo parlamentario previos al desarme, con todas las fuerzas menos el PP, es una forma de avanzar en otras cuestiones?

Claro. Lo que no puede ser es que el que no está pretenda que los demás nos paremos.

¿Y ve posible un acuerdo en materia de los derechos de los presos?

Sí. Esta legislatura tiene que ser la del avance en una nueva política penitenciaria. Y sé que es difícil, pero confío en que no sea solo una petición de la inmensa mayoría de Euskadi y también creo que del Estado español, sino que haya concreciones y se materialicen en un cambio.

En el pacto con el PSE se incluye llevar una proposición no de ley al Congreso, pero esta semana ha habido una moción sobre los presos enfermos y el PSOE ha votado en contra...

En esto tenemos que tener una paciencia inteligente para esperar el momento. En el PSOE, ahora, en la situación en la que está, nadie va a entrar en un tema sensible. Hay que esperar a que haya una ejecutiva con la que se pueda hablar. Y creo que no va a haber problemas para que eso prospere.

Y para aprobar la Ley Quinquenal del Cupo, ¿podría haber problemas con el PSOE?

No.

¿Es información u opinión?

Opinión informada.

¿Tiene el PNV preferencia por algún candidato del PSOE?

No. Y no nos gusta meternos en las cuestiones internas de otros partidos. Al que más conozco es a Patxi López y he tenido una buena relación con Pedro Sánchez, que se rompió porque decía cosas muy diferentes a las que dice ahora. Si hubiera dicho entonces lo que dice ahora, probablemente otro gallo le hubiera cantado. Y con Susana Díaz no he estado en mi vida.

Pero, sin injerencias, internamente no les dará lo mismo que gane uno u otro...

Hombre... para nosotros la mayor incógnita es Susana Díaz.

¿Quién gane puede tener efectos en el pacto con el PSE?

No, porque el pacto lo han visto bien todos.

¿Y funciona bien?

Razonablemente bien. Yo tuve la experiencia de aquellos gobiernos de los 80 y 90 y eran bastante más complicados.

¿Puede influir el pacto en el nuevo estatus?

Sabemos de la complejidad del tema y en el pacto de gobierno hicimos un esfuerzo de clarificación. Allí están especificados los temas sobre los que vamos a hablar. Desde ese punto de vista, Idoia Mendia hizo un esfuerzo importante que le costó alguna incomprensión interna por aceptar ámbitos de discusión que para nosotros son importantes, como el derecho a decidir y el reconocimiento nacional... Nosotros queremos llegar a un acuerdo amplio en Euskadi, lo que quiere decir que estén los que estuvimos en el 79 más la izquierda abertzale y Podemos, que es una fuerza difícil de catalogar pero que la podríamos considerar una mezcla de EE, el PCE evolucionado... Ese sería el ámbito de acuerdo ideal.

¿Cuál es la posición del PNV con las consultas de Gure Esku Dago? Porque el otro día Iñaki Anasagasti dijo que el partido estaba con el freno de mano echado porque eso era un invento de EH Bildu...

Nosotros hemos dejado libertad de acción a nuestra militancia, porque nosotros solo participamos en las cosas que organizamos nosotros, que creo que es una sana costumbre. Desde un punto de vista sentimental, si se hiciera en mi pueblo yo iría a votar y votaría sí. No tengo ningún problema. Tengo más dudas desde el punto de vista de la practicidad política, de si esto nos está haciendo bien a los abertzales o no. Porque ver pueblos con un 70-80% de voto abertzale, donde no conseguimos pasar el 25% de participación, no sé si fortalece, si hace que la gente crea que estamos en ese proceso o vea que es algo folclórico. Es una duda, no llega al nivel de crítica. Porque gente nuestra te para por la calle y te pregunta si eso ya sirve para algo, y es una duda que no hemos conseguido despejar convenientemente.

Se ha destacado que la consejera Arantxa Tapia votara en Zumaia pero no que el lehendakari no votara en Durango...

Cada uno ha hecho lo que ha creído conveniente.

¿Pero Andoni Ortuzar es más de Arantxa Tapia porque ha dicho que iría a votar?

Ah, yo sí. Si se hiciera en mi pueblo, iría a votar.

«Si EH Bildu espera que nos caigamos para ser alternativa, se puede ir sentando»

¿Cómo están las relaciones con Sortu?

Pues estaban bien y ahora no sé como están. Porque la no-negociación presupuestaria para nosotros ha sido una sorpresa y un balde de agua fría. Ya he oído todo lo que han dicho de que nosotros no hemos querido negociar, pero eso no es verdad. Yo mismo ofrecí un marco de negociación a los principales dirigentes de la izquierda abertzale. Sabían que para nosotros era más inteligente y más práctico no tener que pactar aquí con el PP sino tener una alternativa, aunque ya les anticipamos que íbamos a ir a Madrid con intención de llegar a acuerdos. Creíamos que era posible un acuerdo sobre la base de lo que se había hecho en las JJGG de Araba, incluso algo más vestido por la diferencia de presupuesto, pero no lo fue.

El escrito que el Gobierno entregó a EH Bildu ofrecía sólo 25 millones.

Ese es el segundo. Pero ya en la primera reunión que hay, las peticiones de EH Bildu y cómo se formulan hacen imposible el acuerdo.

Es que igual es imposible un acuerdo presupuestario entre EH Bildu y PNV...

Pienso que no. ¿Por qué ha sido posible en Nafarroa?

Quizá el PNV puso más de su parte...

Estábamos dispuestos a lo mismo. De hecho aquí había más margen, porque en Nafarroa estamos pagando los platos rotos del desastre de gestión de UPN. Aquí estamos haciendo políticas más progresistas que en Nafarroa. Esto es objetivo. ¿Que se podría hacer más? Seguro. Pero ya estamos haciendo. ¿Por qué es posible hacer unas cosas en Nafarroa y en las JJGG de Araba y en el Parlamento Vasco no? Ahí ha habido un cálculo político. No son ganas de meter el dedo en el ojo, pero creo sinceramente que ELA hizo una interferencia y le ha dado resultado, y a la izquierda abertzale le ha quitado margen de maniobra.

¿Y no puede ser que EH Bildu en Nafarroa y en Araba, en pos de que se asiente el cambio y no vuelvan UPN y PP, esté dispuesta a hacer más cesiones que en el marco autonómico?

Puede ser, puede ser. Pero eso no ayuda a que la relación global sea mejor. Yo valoro muchísimo la posición de la izquierda abertzale en Nafarroa. Mucho. Y ya me gustaría que algunos de esos comportamientos vinieran a la CAV. Pero valorando eso y el cambio en Gasteiz y en las JJGG de Araba, yo creo que la izquierda abertzale tiene que decidir si se queda esperando a que el PNV se dé el «plastazo» él solo –y entonces será la alternativa–, o si quiere influir, participar, intervenir en la gestión del día a día. Si está esperando a que nos caigamos, que se siente, porque les va a salir barba.

Txiki Muñoz le ha pedido esta semana que «siga como está» porque «refuerza la identidad» de ELA...

Podemos mirarnos en un espejo, porque cada vez que habla Txiki Muñoz el partido se apiña. Pero no creo que le haga mucha gracia lo que decimos, porque yo me tomo sus palabras con una sonrisa y él se pone gruñón. En el fondo ELA también necesita un Pepito Grillo y ahí también hay mucha gente, pero mucha, que no está de acuerdo con lo que están haciendo. Un sindicato es más opaco que un partido. Cualquier afiliado del PNV puede votarme a mí o a otro candidato. En ELA eso no pasa. Yo soy afiliado desde el 83 y no he podido votar nunca.

¿Por qué sigue siendo afiliado de ELA? Es más, ¿qué derechos laborales espera que le defienda como presidente del EBB?

No es una afiliación interesada o normal. Desde que empecé a trabajar en el periodismo opté por la vía sindical en lugar de la colegial, y fundamos la primera federación de periodistas de ELA. Fui delegado de empresa. Y luego me ha parecido que es una forma de implicación en cosas abertzales, que haya musculatura. Como tengo mucha paciencia, espero que algún día esto cambie y ya vendrá alguien mejor.






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