La oligarquía colombiana supo mover sus cartas para lograr el kafkiano resultado en las urnas con respecto al acuerdo de paz logrado entre las FARC y el gobierno de Juan Manuel Santos.
Afortunadamente, quienes han trabajado con tanto ahínco para lograr dicho acuerdo no se van a cruzar de manos.
Les invitamos a leer esta artículo publicado en Naiz:
Santos y las FARC tratan de salvar el proceso con un «pacto político»
El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, convocó ayer a los líderes políticos para analizar qué sigue al «No» en el plebiscito del domingo. El jefe negociador, Humberto de la Calle, quien ayer mismo viajó a La Habana, puso su cargo a disposición de Santos. Mientras, las FARC reiteraron su apuesta por la paz y abogaron por un «pacto político»
Ainara Lertxundi
Un día después del «No» en el plebiscito sobre el Acuerdo Final entre las FARC-EP y el Gobierno, el presidente, Juan Manuel Santos, convocó en Casa de Nariño –sede del Gobierno– a los líderes de los principales partidos políticos para estudiar las opciones de salvaguardar el proceso. Aunque la votación no era vinculante estrictivamente, queda herido por el «No» del 50,21% y la alta abstención, del 62%. Los partidarios del «Sí» lograron 6.377.482 votos, es decir, el 49,78%.
Por de pronto, el Centro Democrático del expresidente y actual senador Alvaro Uribe, líder absoluto de la oposición a este proceso de resolución, declinó asistir a esta cita. «No creo que el escenario sea reunirnos hoy –por ayer–. Esta no puede ser la oportunidad para un ‘show’ mediático o tomarse una foto», alegó Carlos Holmes Trujillo, miembro del partido. En vez de una reunión multipartita, pidió un cara a cara entre Santos y Uribe.
En este maremágnum de reacciones, Santos envió a La Habana al jefe negociador, Humberto de la Calle, y al Alto Comisionado para la Paz, Sergio Jaramillo. En una breve declaración a los medios antes de partir a la capital cubana, De la Calle puso su cargo a disposición de Santos, de quien alabó su «liderazgo valiente porque prefirió la paz a la inercia de la guerra».
«Los errores que hayamos cometido son de mi exclusiva responsabilidad, de mi exclusiva responsabilidad. Asumo plenamente mi responsabilidad política», remarcó en un intento de quitar presión al presidente, derrotado en las urnas.
De la Calle, quien aseguró que «el país tiene una deuda enorme» con los negociadores del Gobierno, resaltó que es el «momento de la unión. Hay que buscar un acuerdo nacional». «Continuaré persiguiendo el objetivo de la paz en lo que resta de mi vida», añadió en tono de despedida.
Desde La Habana, el comandante en jefe de las FARC, Timoleón Jiménez o Timochenko, reiteró la apuesta de la guerrilla por las vías exclusivamente políticas y lamentó «profundamente que el poder destructivo de los que siembran odio y rencor haya influido en la opinión pública colombiana».
«Con este resultado, sabemos que nuestro reto como movimiento político es todavía más grande y nos requiere más fuerte para construir la paz estable y duradera. Las FARC mantienen su voluntad de paz y reiteran su disposición de usar solamente la palabra como arma de construcción hacia el futuro», manifestó el líder guerrillero.
Dijo que analizarán «con calma» la situación, e incluso que «este resultado nos llena más de entusiasmo, nos compromete mucho más, porque de todas formas hay diversas lecturas y hay que analizarlas para ver en qué hay que rectificar», subrayó.
Avanzó que en los próximos días o semanas las FARC «proyectarán iniciativas para sacar adelante el proceso».
Timochenko consideró que el plebiscito se vio influenciado por una «polarización promovida casi de manera artificial» y avanzó que analizarán cómo incluir «en la batalla por la paz» a ese 62% de colombianos que no acudió a votar.
El negociador Pablo Catatumbo, por su parte, quiso mandar un mensaje optimista a través de su cuenta de Twitter asegurando que lo ocurrido «no es la hecatombe. Es solo un traspiés en esta larga lucha por alcanzar la paz definitiva», sostuvo.
Comunidad internacional
El «No» generó un aluvión de reacciones en la comunidad internacional, atónita en gran parte, sobre todo en el sentido de la necesidad de preservar la búsqueda de la paz.
El ministro de Exteriores de Noruega, Borge Brende, expresó su decepción. «Creo que la causa es que Colombia está muy polarizada. Muchos no quieren que las FARC participen en un proceso político ni que sus líderes reciban penas menores. Pero las FARC y muchos campesinos pobres tienen resentimiento hacia la actuación de militares y paramilitares», consideró.
A petición de la canciller colombiana, Brende envió de vuelta a su equipo de garantes a La Habana. «Claro que estaremos, hay tanto en juego...»
El portavoz del Departamento de Estado de EEUU, John Kirby, vaticinó en los próximos días deberán tomarse «decisiones difíciles» en Colombia.
Otegi señala a «enemigos de la paz aquí y allí» mientras el PNV prefiere «buscar consensos de todos»
El proceso colombiano tiene un impacto político especial en Euskal Herria por ciertos elementos coincidentes, como la implicación de la comunidad internacional, con protagonistas muy similares a los que gestaron la Declaración de Aiete hace ahora cinco años. La victoria del «No» fue recibida con preocupación tanto en el PNV como en EH Bildu, pero los subrayados de uno y otro fueron muy diferentes.
Así, desde la izquierda independentista Arnaldo Otegi señaló en un mensaje de Twitter que «los enemigos de la paz no conseguirán destruir el anhelo de paz, ni en Colombia ni en Euskal Herria». Por la red social circularon otros mensajes que incidían en la contradicción que supone que muchas voces ayer en el Estado criticaran el boicot de Álvaro Uribe a la resolución mientras justifican el veto de Mariano Rajoy a la opción abierta en Euskal Herria. Cabe recordar que a la firma del Acuerdo Final en Cartagena de Indias acudieron el Rey emérito español, Juan Carlos de Borbón, o el ministro de Exteriores en funciones, José Manuel García-Margallo, y que ha sido respaldado también por voces como la del juez Baltasar Garzón, que en Euskal Herria se distinguió por intentar impedir el giro estratégico de la izquierda abertzale.
Otegi añadió que «hoy más que nunca reiteramos nuestro total apoyo al compromiso por alcanzar la paz». Ello fue remarcado horas después por EH Bildu en una nota en la que indica que «es momento de reflexión para entender las razones de quienes han dicho No, pero sobre todo es momento de compromisos para mantener abierto el camino hacia la paz».
Destaca EH Bildu la reacción de las FARC y hace un llamamiento tanto a la guerrilla como a Santos para «que sigan buscando soluciones, tal y como han hecho durante el proceso de negociación, para superar las dificultades y encaminar la situación».
Por parte del PNV, la eurodiputada Izaskun Bilbao introdujo otras matizaciones, al considerar que la conclusión para Euskal Herria de este rechazo ciudadano es que «estos procesos hay que consensuarlos con todos los partidos políticos y los agentes implicados».
«Lo que hemos visto es que el expresidente Uribe ha mantenido una posición muy clara respecto del No con un discurso basado en que ‘no puede haber impunidad y esto no puede ser gratis’», dijo Bilbao en Radio Euskadi. De ello concluye que «el futuro y las propuestas hay que consensuarlas también con quienes tienen posición contraria».
En cualquier caso, la eurodiputada jeltzale se mostró esperanzada en que el proceso «va a continuar» y aseguró que «tenemos que ser optimistas respecto al futuro».
Reacciones
«La paz llegó para quedarse. Los frentes guerrilleros mantendrán el cese al fuego bilateral»
TIMOCHENKO | Líder de las FARC
«Tenemos una oportunidad que se nos abre con la nueva realidad política que se manifestó en el plebiscito»
Juan Manuel SANTOS | Presidente de Colombia
«Llamamos a la sociedad a seguir buscando una salida negociada»
ELN
«En Cartagena atestigüé el profundo deseo del pueblo de acabar con la violencia. Confío en que presione»
Ban KI-MOON | Secr. gral. de la ONU
«Creemos que seguirá el camino a la paz, con el compromiso de todas las partes»
Federica MOGHERINI | Alta Representante UE
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