A los integrantes de la comunidad internacional que conforman el Foro Social Permanente el régimen español no los va a engañar tan fácilmente.
ETA declaró un cese el fuego hace cinco años e inició un proceso que en las instancias supranacionales es conocido como Desarme, Desmovilización y Reinserción (DDR por sus siglas). Madrid, con la ayuda de París y la complicidad de Lakua ha impedido que este se desarrolle con normalidad, apostando en su lugar por la brutal violencia que ha caracterizado a los españolazos desde hace siglos.
Desde Aiete, según nos relata este reportaje publicado en Gara, vuelven a mover ficha en favor de la paz:
El Foro Social anima a un desarme de ETA centrado en Euskal Herria
El Foro Social sigue buscando vías alternativas que hagan avanzar la resolución y tras ocho meses de contactos aboga por un desarme de ETA arropado por sociedad e instituciones vascas. Brian Currin destaca que sería un valor.
Ramón Sola
Aiete vuelve a ser foco que pone luz sobre los elementos más oscuros y eclipsados del proceso de resolución. Cinco años después de la Declaración, ayer fue desde la Casa de la Paz una red vasca, el Foro Social (con colaboración técnica internacional), la que movió ficha para intentar desbloquear esa hoja de ruta. En febrero, tras el monográfico realizado en Gernika, ya emitió recomendaciones que situaban el centro de gravedad del desarme de ETA en Euskal Herria y ayer apuntaló y detalló esta idea tras una intensa ronda de contactos.
Ha conversado con instituciones (Gobierno de Lakua, Gobierno navarro, presidenta del Parlamento navarro...), partidos (todos los significativos salvo PP y UPN), sindicatos y otros organismos. Y concluye que existe acuerdo sobre la necesidad de avanzar en este ámbito, «en un plazo razonable», con un «calendario acordado», con verificación internacional y con seguridad. Así las cosas, «ETA debe emprender un proceso de desarme con la sociedad vasca», consideraron Aitzpea Leizaola y Agus Hernán en nombre de este Foro Social.
«Ante la realidad de bloqueos múltiples, se debe acometer la fase final, que debe desembocar lo antes posible en un escenario de desarme completo mediante la destrucción de los arsenales», añadieron.
En su agenda de contactos, que siguen, figura David Pla, uno de los delegados de ETA para la resolución. Han solicitado por los canales preceptivos poder visitarle en prisión. Actualmente está en Osny.
«Voluntario es un valor»
En la intervención que cerró esta sesión de Aiete a la que acudieron importantes representantes políticos y sindicales, el miembro del Grupo Internacional de Contacto Brian Currin dio algunas pistas más sobre la viabilidad de esta fórmula. Aseguró por ejemplo que le consta que «hay voluntad del Gobierno Vasco y del Gobierno navarro de participar en un proceso de desarme». Teniendo en cuenta que ETA también muestra clara disposición para llegar a ese punto, por encima del bloqueo de los estados lo relevante para Currin es que «todos los jugadores importantes están realmente a favor. Es un cambio importante. Existe un potencial para el acuerdo. Hay quizás diferentes opiniones, pero no las vemos como algo que vaya a obstruir».
El facilitador sudafricano destacó el valor de esta posibilidad bastante más que las trabas incesantes de Madrid y París, aunque sin quitarles gravedad: «Estoy totalmente decepcionado y triste por que el Gobierno español ha decidido desatender la voluntad del pueblo vasco y la Declaración de Aiete», subrayó. Citó como mayor ejemplo la situación de los presos, absolutamente enquistada, pero también estimó que en la de las víctimas tampoco se ha hecho todo lo que se debía sino que los avances han venido por la vía de la iniciativa social vasca y no del impulso de Madrid.
En consecuencia, Currin recalcó como «urgente e importante» la oportunidad para avanzar hacia el desarme y concluyó con una idea: «El simbolismo y el valor de un desarme voluntario es algo muy importante». Apuntó que «esto se perdería» si no es materializado por ETA con la implicación de sociedad e instituciones vascas sino por los estados «que quieren hacer el desarme ellos mismos».
La sociedad civil: Colombia
El esquema trazado por el Foro Social hace pivotar el proceso de desarme sobre un triángulo formado por la comunidad internacional, las instituciones vascas y la propia ciudadanía de la que emana esta red. Este último vértice fue remarcado por Véronique Dodouet, experta de Berghof Foundation, una de las entidades que impulsaron Aiete hace cinco años. Consideró que el reciente triunfo del No en el plebiscito de Colombia supone la última constatación de que «la sociedad civil no va a validar algo que se haga negociando con las puertas cerradas».
Consideró además que la implicación civil en estos procesos consigue poner sobre la mesa temas de interés general y no particular. Que generalmente sirve para impulsar el diálogo «cuando los canales oficiales están cerrados, que es lo que ocurre aquí». Y que tiene la capacidad de aportar «ideas creativas» en situaciones de bloqueo como esta. En referencia concreta al Foro Social, Dudouet subrayó tanto su pluralidad interna como la autonomía respecto a los partidos.
Los partidos, instados a hablar y desatascar los temas pendientes antes de primavera de 2019
Tanto Brian Currin como los portavoces del Foro Social Aitzpea Leizaola y Agus Hernán se refirieron a la excelente «ventana de oportunidad», prácticamente inédita, que brindan los casi tres años próximos sin elecciones en el sur de Euskal Herria. Y tanto el sudafricano como los dos vascos miraron directamente a la primera fila situada a su izquierda, donde estaban sentados juntos los máximos representantes de PNV y EH Bildu, Andoni Ortuzar y Arnaldo Otegi.
«Tienen un tiempo definido –les hicieron ver Hernán en castellano y Leizaola el euskara–: se inició ayer [por anteayer, con la constitución del Parlamento de Gasteiz] y en enero de 2017 con la nueva mancomunidad, y la ficha final será primavera de 2019, con la disolución del Parlamento navarro». El Foro Social ve claro que estos dos años y medio largos deben usarse para encarrilar las consecuencias del conflicto en su conjunto, no solo el desarme. En ese tono casi imperativo, insistieron en que «no tenemos tiempo que perder», instaron a «buscar más lo que une que lo que separa» y pidieron que «dialoguen, por favor, hasta el amanecer si es necesario».
Antes de este mensaje final, Currin había subrayado que «las oportunidades hay que aprovecharlas» tras recordar, con flemática ironía anglosajona, que ya lleva diez años viniendo a Euskal Herria y casi siempre escucha que no es momento propicio para avances porque «en los seis próximos meses tenemos elecciones». Compensó ese pequeño tirón de orejas con un halago a la «resiliencia vasca. Tras 2006 el proceso de paz parecía estar muerto, pero se consiguió avanzar. Hoy podemos ver una luz al final del túnel y debemos lograrlo juntos».
Una imagen es solo una imagen, pero la actitud previa a la reunión de las delegaciones de PNV y EH Bildu resultó elocuente, casi un acuse de recibo de la interpelación que se les iba a trasladar. Otegi y Ortuzar departieron ante las cámaras junto a Currin y el también facilitador Alberto Spektorowski, mientras unos metros más allá también conversaban de modo distendido Rufi Etxeberria y Arkaitz Rodríguez (Sortu) con el jeltzale Joseba Aurrekoetxea.
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