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Completando el rompecabezas de marzo
Kontuz!
El lamentable espectáculo vivido en las últimas semanas nos deja peor que al principio. La crisis generada por el “caso Goiocoechea” se cierra en falso y los que han decidido que la ciudadanía navarra debe continuar soportando el bochorno no viven aquí y no han puesto por delante los intereses de Navarra a la hora de tomarla. Y para colmo, tampoco sufrirán las consecuencias.
Lejos de aclararse lo ocurrido, el “marzazo” ha evidenciado que a los navarros se les gobierna desde bambalinas, en trastiendas, con acuerdos secretos y línea directa entre Pamplona, “Génova” y “Ferraz”. Con favores que no sabemos cómo se devolverán. Porque lo que buena parte de los políticos trasladaron a los navarros fue, simplemente, mentira.
Kontuz considera que nadie tiene derecho a decidir que, como mal menor o por el bien del Estado, los navarros hemos de seguir gobernados bajo la sombra de la corrupción y que hemos de tolerar que ésta se extienda por nuestras instituciones. Y mucho menos, que estas decisiones tan importantes se tomen a puerta cerrada. No nos referimos a pactos en almacenes, cuyas conclusiones sí se dieron a conocer, sino a otras reuniones con insospechados comensales.
Mientras los votantes del PSN y la oposición a UPN mantenían las esperanzas y 35 mil personas se reunían en Pamplona para pedir “regeneración democrática y palabra para el pueblo”, en Kontuz tuvimos noticia de una llamativa reunión en dependencias reales en Madrid. Nada más y nada menos que Felipe Borbón junto a un representante de la Casa Real, conversaron con el empresario corellano Antonio Catalán, el hombre de confianza de Areces e Isidoro Álvarez en el Corte Inglés, el baztanés Florencio Lasaga, y con el dueño de uno de los más prestigiosos despachos de asesoramiento laboral a empresas de Madrid, el pitillés José Antonio Sagardoy, también exconsejero de la CAN. Todos ellos vinculados estrechamente con el poderoso y ultraconservador lobby de San Fermín de los navarros en la capital del estado.
La excusa, una posible biografía del heredero de la corona borbónica, pero encima de la mesa la común preocupación sobre el futuro de Navarra. Felipe Borbón indicó que, pese a su “gran preocupación” por la cuestión de Navarra, no podía “interferir”. Aún así se había puesto al habla con el secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba y éste le había garantizado que “a ese muchacho” (Jiménez) no le iban a permitir llevar adelante la moción de censura. Y, suponemos, todos tranquilos y contentos por su gestión, aunque los allí reunidos no van a sufrir las consecuencias de otros 15 meses de “barcinato” porque ninguno vive en la comunidad foral. Desde Kontuz nos preguntamos, ¿acaso alguno de estos personajes es representante elegido por el pueblo navarro?
Antonio Catalán, viejo amigo de Miguel Sanz, defiende ahora a Yolanda Barcina y no nos extrañaría que la presidenta estuviera al tanto de esta conversación, lo que le facilitó, sin duda, su rotunda negativa al adelanto electoral. Es lo que se denomina contar con información privilegiada, de la que carecían los miembros del PSN desplazados a Madrid quienes, hasta dos días antes de la decisión del partido en Ferraz, seguían creyendo en el desenlace electoral.
Y, hay más, los miembros del PSN desplazados a Madrid, estaban tan felices que decidieron celebrarlo con una cena en un restaurante navarro en la capital del estado que cerraron sin prisa… Lo curioso (más bien lamentable) de este evento es que se trataba del “Tierra de Queiles”, gestionado por el exalcalde de UPN de Egüés, condenado por diversos delitos relacionados con la corrupción, “Iñaki” Galipienzo. Con el viejo amigo de Yolanda Barcina compartieron la velada Roberto Jiménez, Lizarbe, Ancízar, Esporrín… ¡Cómo si no hubiera otro restaurante en Madrid! Y lo celebraron sin saber que la decisión estaba tomada en otros estamentos, lejanos eso sí de la lógica democrática.
Ya basta de paternalismos. La sociedad navarra es lo suficientemente adulta como para tomar sus propias decisiones. Nadie puede liberar a los políticos de su obligación de asumir sus responsabilidades. Y tampoco se pueden ocultar a la sociedad manejos para saltarse las urnas ni los brindis con corruptos. Ya deberían saber que los ciudadanos no somos tan tontos como ellos se creen.
Como asociación de contribuyentes, entendemos que las instituciones y sus representantes deben cumplir con unos mínimos de moralidad, honradez y transparencia. La democracia solo es real cuando hay urnas, luz y taquígrafos. Y eso siempre debe primar por encima de los intereses electorales, partidistas, sindicales y del apego a la poltrona. Por ello, continuaremos luchando con la denuncia y la movilización social, que es imparable.
Asociación de Consumidores, Contribuyentes y Usuarios Kontuz!
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