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jueves, 6 de marzo de 2014

Munilla y el Aborto

Euskal Herria avanza en favor de los derechos reproductivos de las mujeres.

Sin embargo, en su seno, todavía podemos encontrar a seres retrógradas que están dispuestos a decir cualquier cosa con tal de mantener a las mujeres en el Medievo.

Para muestra, este botón en Naiz:


El obispo de Donostia, José Ignacio Munilla, ha presentado una carta pastoral «con el deseo de contribuir al debate abierto» en la sociedad a raíz de la reforma de la Ley del Aborto que impulsa el Gobierno español. El prelado descarta cualquier supuesto para interrumpir el embarazo, incluida la violación, y defiende que una mujer embarazada ya es madre» y que un niño también tiene derecho a decir «stop desahucios» desde el vientre de la madre.

Maider Iantzi

El obispo de Donostia, José Ignacio Munilla, ha presentado una carta pastoral «con el deseo de contribuir al debate abierto» en la sociedad tras la presentación por parte del Consejo de Ministros de Madrid el pasado diciembre del Anteproyecto de Ley Orgánica para la Protección de la Vida del Concebido y de los Derechos de la Mujer Embarazada. En una rueda de prensa en la Sala Idatz, en la calle Urdaneta de la capital guipuzcoana, se ha ofrecido, además, a participar en cualquier discusión relacionada con el aborto.

La carta se titula ‘El 'descarte' del aborto’. El término «descarte», utilizado por el Papa Francisco, hace referencia al «descarte de los no nacidos» y llama a «cuidar la fragilidad». Ante un número importante de periodistas y pocos ciudadanos, el obispo ha explicado que su objetivo es llegar a «un nivel más mediático, respondiendo a las demandas que se formulan popularmente».

Tras reivindicar «la coherencia en todos los valores morales», ha afirmado que una niña o un niño también tiene derecho a decir «Stop desahucios» desde el vientre de la madre, y ha criticado el hecho de que, mientras se defienden los derechos de los animales, exista en Donostia «un hospital donde se sacrifican niños».

Asimismo, en relación a la paz –«estamos en un momento en que queremos apostar por el fin de la violencia», ha declarado– ha hecho suyas las palabras que dijo Teresa de Calcuta al recibir el Premio Nobel de la Paz: «Mientras haya aborto, no habrá paz».

Entre otras ideas, sostiene que «el invocado derecho a decidir es falso», ya que una mujer que se queda embarazada «ya es madre» y lo que tiene que decidir es «si puede matar a su hijo o no». «Lo que tiene que decidir es si es madre de un hijo vivo o muerto», ha insistido.

Ha indicado que «hay 4.000 abortos anualmente en Euskadi» y que la Iglesia Católica no «puede aceptar esto sin más». En esa línea, ha informado que en el centro Miriam apoyan a «madres en riesgo de aborto» y que les da una enorme «alegría rescatar vidas del aborto, algunas incluso con la fecha fijada para el aborto».

En relación al anteproyecto de ley presentado por el PP, ha opinado que «sigue siendo injusto», porque «en la defensa de la vida no puede haber excepciones» y no se puede «justificar el aborto en caso de violación». «Una injusticia no se solventa con otra, haciéndole pagar al inocente», ha defendido.

A la salida, las caras de los periodistas han sido muy expresivas.






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