No, el reto es uno, la recuperación de la soberanía.
Pero en esta nota en El Mundo podemos ver las cuatro -altamente manipuladas- preocupaciones de los españolazos, y las publiquen como parte de la "doctrina del shock" aplicada a los españolitos:
~ El empleo y el mantenimiento de un tejido empresarial orientado a la exportación serán los principales retos económicos
~ La cuestión de los presos se hará un hueco en el debate político vasco¿Ahondará el nuevo ejecutivo autonómico en el marco del autogobierno, o optará por la ruptura con España?
~ La racionalización de la compleja administración vasca resultará imprescindible para no socavar aún más los bolsillos de los ciudadanos
~ La amenaza del apartheid lingüístico se cierne sobre miles de vascos que sólo hablan castellano
Josean Izarra
Euskadi afronta cuatro años cruciales para sus ciudadanos. La crisis económica y la declaración de alto el fuego de ETA anunciada hace un año constituyen dos hilos conductores de las decisiones que marcarán la agenda del próximo lehendakari y de una oposición que reflejará la pluralidad de la sociedad vasca en el Parlamento Vasco que emanará de las urnas.
Euskadi en crisis
La economía vasca refleja su entrada en la recesión con caídas trimestrales en su Producto Interior Bruto (PIB) desde otoño de 2011. Con 164.000 desempleados su porcentaje de paro del 14,5% es significativamente más bajo que el de la media española (24,5%) pero ya han desaparecido 6.000 empresas desde el inicio de la crisis según los datos de la patronal vasca.
Hasta la fecha, el Gobierno socialista ha utilizado la puesta en marcha de avales (2.200 millones comprometidos), el apoyo a la internacionalización y la inversión en Innovación como instrumentos de apoyo a las empresas. El próximo Gobierno deberá mantener las mismas medidas pero con un presupuesto menor. Los empresarios temen que si Francia y Alemania, los dos grandes mercados, no tiran de la economía europea sus exportaciones (21.700 millones en 2011) también se resientan. Por eso presionan para mejorar su implantación en mercados emergentes como Rusia, Brasil y Asia.
ETA, sin final
Tras el alto el fuego de la organización terrorista, la izquierda abertzale presionó para configurar una guía que pretendió avalar internacionalmente en la denominada ‘Conferencia de Aiete’. El Gobierno socialista llegó a plantear cambios en la política penitenciaria para facilitar la reinserción. La cuestión de los presos se hará un hueco en el debate político vasco con un Parlamento Vasco con mayoría nacionalista. Un Ejecutivo autonómico nacionalista presionará para reagruparlos en cárceles vascas.
Con EH Bildu en la Cámara es más que probable un fuerte tensionamiento con iniciativas de ruptura con España en las que será clave el posicionamiento del PNV de Urkullu. El final de ETA, sin embargo, estará ligado a la capacidad de la banda para lograr sus objetivos sobre el futuro de sus presos y exiliados.
Autogobierno o independencia
La campaña electoral ha dejado claro que PSE y PP mantienen su apuesta por el marco político que defienden la Constitución y el Estatuto y que EH Bildu luchará por la independencia de Euskadi. El PNV, sin embargo, ha hecho todo lo posible por mantener su proyecto político en una calculada ambigüedad. Todo apunta a que Urkullu, si es lehendakari, abrirá un tiempo para buscar acuerdos y trasladará al Parlamento la elaboración de un texto articulado sobre el encaje de Euskadi en España de igual a igual.
Con el ambiguo título del ‘nuevo estatus’ pretende liderar un plan que pretende rubricar en las urnas. El ejemplo de Escocia y el devenir del proyecto de Mas determinarán los ritmos. Sólo EH Bildu parece, a priori, el partido que puede apoyar al PNV si decide reditar otro proyecto soberanista como el de Ibarretxe.
Recortar el gasto
Las instituciones vascas tienen menos ingresos que gastos. En los últimos años el endeudamiento del Gobierno vasco y de las diputaciones ha crecido más de 8.000 millones de euros. El candidato del PNV Iñigo Urkullu ya ha adelantado que el presupuesto de 2013 deberá reducirse, al menos, en 1.000 millones de euros aunque no ha concretado como lo hará.
Euskadi cuenta con altos niveles de calidad en Educación y Sanidad y sus ayudas sociales suponen un gasto cercano a los 400 millones de euros. La primera opción para aumentar los recursos será una reforma fiscal que, liderada por las Diputaciones, supondrá aumentar los impuestos. Con ello, y con ciertos retoques presupuestarios los nacionalistas pretenden afrontar un año muy complicado. La racionalización de la compleja administración vasca, planteada sin éxito por el lehendakari López, resultará imprescindible para no socavar aún más los bolsillos de los ciudadanos.
Euskera, vínculo o arma arrojadiza
Euskadi ha destinado en los últimos 20 años cientos de millones de euros a euskaldunizar a sus funcionarios, a sus profesores, a médicos y enfermeras, a policías, a niños y universitarios… Un objetivo liderado por los gobiernos nacionalistas que ya se ha inoculado como incuestionable y que, de momento, se mantiene pese a la crisis. En la escuela prácticamente ha desparecido la opción de estudiar en castellano con una asignatura para el aprendizaje de euskara.
El modelo trilingüe impulsado por el gobierno socialista ha apaciguado el debate hasta que Bildu ha utilizado la Diputación de Gipuzkoa y el Ayuntamiento de San Sebastián para segregar a los castellanoparlantes. La coalición abertzale ha puesto en marcha la exclusión de empresas a contratos públicos si no acreditan el conocimiento de esta lengua, realiza declaraciones públicas sólo en euskara y ha elaborado listas de castellanoparlantes y de euskaldunes. La amenaza del apartheid lingüístico se cierne sobre miles de vascos que sólo hablan castellano.
Estimado Josean Izarra, el pueblo vasco ha afrontado más de quinientos años cruciales, los próximos cuatro son pan comido, Madrid está agotada, pero sigue siendo la generadora de los cuatro "retos" de la ciudadanía vasca que tú listas, aunque te recordamos que para una parte de los vascos han sido decisiones tomadas en París.
Así que el reto es uno y solo uno, la recuperación de la soberanía, para que los vascos decidamos nuestro modelo económico, para que ETA no tenga razón de ser y el euskera no sea amenazado por el supremacismo lingüístico de los españolazos, por que para hablar de apartheid lingüístico mira que se necesita cara para plantearlo a tu manera.
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