A cada demostración de poder absoluto, ya sea por parte de Zapatero, ya sea por parte de Garzón, siempre por designio de Juan Carlos Borbón, lo que el estado español realmente demuestra una cobardía como pocas, un complejo de inferioridad sin parangón. De esto nos habla este escrito de Victoria Mendoza publicado en Gara.
Victoria Mendoza | Psicoterapeuta
Miedo, hipocresía e injusticia política
Más detenciones arbitrarias e injustas: antidemocracia y falta de derechos humanos, esa es la imagen de España a nivel nacional y a nivel internacional. Hay algunas preguntas claras y concretas que me rondan por la mente. La primera va dirigida a todos los partidos, sean cuales sean sus colores partidistas: ¿cómo y cuando van a permitir a miles de ciudadanos vascos tener una verdadera representación política, si encarcelan a sus representantes políticos, ilegalizan y abortan cualquier iniciativa y participación política de la izquierda abertzale? ¿Se puede llamar a esto democracia?
Otra pregunta posible es ¿qué necesitan todos estos detenidos, encarcelados, torturados, dispersados y condenados para no parecer ante los ojos injustos, enfermos, y paranoicos de los partidos políticos y de los mal llamados políticos que son quienes les acusan, qué necesitan ser y hacer para no parecerles peligrosos, ni contaminados, ni terroristas, ni colaboradores de ETA? Si eliminas la opción política, ¿qué alternativa dejas a todas las personas que dejas sin participación y sin representación política?
Y la última pregunta es sobre todo para Garzón, Zapatero y Rajoy: ¿A pesar de la crisis económica provocada por sus malas gestiones políticas, serán capaces de construir cientos y miles de cárceles para poder encarcelar a toda la gente de la izquierda abertzale, a familiares de presos, a familiares de dispersados, a familiares de torturados, a familiares de ilegalizados y condenados, a cualquiera que tenga olor y color abertzale? ¿Serán suficientes sus cárceles y sus medidas represivas, será suficiente toda esa gran lista de conculcación de derechos humanos que están cometiendo diariamente en el País Vasco, para poder hacerse del poder y adueñarse del País Vasco? ¿Será suficiente toda esa crueldad o debemos esperar todavía más?
La gente ya no cree en las instituciones públicas. Algunos todavía confían en su partido o en sus representantes políticos, pero cada vez es menos lo que podemos creerles porque hay tanta injusticia e hipocresía, tanto juego sucio, tanta demagogia y discursos incoherentes con la realidad. Poco podemos creer en los partidos políticos y mucho menos podemos creer en políticos incapaces de solucionar un conflicto. Durante años han creado confusión y provocado división y odio, durante años han mentido y se han burlado de quienes les han votado.
En realidad el pueblo no les importa, sólo les interesa el poder y el dinero que deja ese poder, les interesa crear confusión, dividir, atemorizar y han sabido hacer uso y abuso de su poder político, han cometido, con y sin elegancia, al puro estilo europeo, una serie de actos terroristas políticamente incorrectos que se pueden traducir en cada uno de sus actos injustos. Han perdido muchas oportunidades de darle paz y democracia al pueblo y la forma tan absurda, tonta y descabellada de actuar sólo dará resultados trágicos para los más inocentes, para los que nada tienen que ver con sus esquizofrenias y paranoias políticas.
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