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martes, 13 de marzo de 2007

Acerca del "Caso Galíndez"

El secuestro en Estados Unidos y posterior tortura y asesinato de Jesús de Galíndez en la República Dominicana puede ser considerado como el puntillazo final en la traición por parte de Washington al Gobierno Vasco en el Exilio. 
 
Los vascos que en pos de la recuperación de su soberanía decididamente lucharon en contra de los superpoderes militares fascistas desde 1937 hasta 1939, que se adhirieron al esfuerzo Aliado en contra de Hitler e Hirohito, que colaboraron en la localización de Nazis escondidos en Latinoamérica tuvieron que sufrir la ignominia de ver como Washington elegía a Francisco Franco Bahamonde como comparsa en su enfrentamiento de la Unión Soviética, olvidando así la promesa de expulsar el fascismo de Europa lo cual hubiera permitido a los vascos recuperar la soberanía de Hegoalde. 
 
Esta nota publicada en Deia nos habla de los datos más recientes acerca del "Caso Galíndez": 
 
El ‘‘caso Galíndez’’ espera a la desclasificación de papeles para conocer más implicados

Ayer se cumplieron 51 años del secuestro del delegado del Gobierno vasco en Nueva York

I. Camaño

Ayer se cumplieron 51 años de la desaparición de Jesús de Galíndez en Nueva York. Un 12 de marzo de 1956, el delegado del Gobierno vasco fue sacado de su domicilio en la Quinta Avenida con una orden de detención falsa, drogado, trasladado en ambulancia hasta un aeropuerto privado de la ciudad y embarcado en un avión que, tras repostar en Florida, aterrizó en la República Dominicana.

Allí fue torturado y asesinado por el régimen de Trujillo, impulsor y autor de su desaparición. Sus críticas a ese régimen y, sobre todo, la tesis doctoral que iba a defender en la Universidad de Columbia fueron los detonantes. «Todavía quedan papeles por desclasificar del FBI y de la CIA. Lo que pasó, cómo pasó y por qué paso está claro, pero quizá podrían aparecer nuevas implicaciones», intuye Iñaki Bernardo, coautor junto a Iñigo Camino del libro ‘‘Galíndez: la tumba abierta’’.

El jurista vasco nació en Amurrio en 1915. Marchó a Madrid junto al resto de su familia tras morir su madre. Allí cursó estudios de Derecho en la Universidad Complutense. Nada más estallar la Guerra Civil se ofreció voluntario -se afilió al PNV con 17 años- para ayudar a los vascos que residían en la capital española. Su exilio en Francia le relacionó con el cónsul de la República Dominicana.

El Gobierno vasco le nombró delegado en dicho país sudamericano en 1940. Pasó seis años allí y se convirtió, además de en un profundo estudioso de la realidad sudamericana, en colaborador habitual de numerosos periódicos y en un prolijo escritor. Su próximo destino fue Nueva York. Galíndez se erigió en uno de los artífices de la estrategia internacional que consiguió aislar al régimen de Franco.

Tres años más tarde ocupó el cargo de delegado del Gobierno vasco en la ciudad de los rascacielos. El Museo Vasco de Bilbao alberga una exposición de la Fundación Sabino Arana sobre la figura de tan significativo nacionalista vasco.
 
 
 
Por cierto, Israel nunca ha reconocido el esfuerzo y compromiso del Gobierno Vasco en el Exilio para encontrar a criminales de guerra Nazis, tampoco han reprobado que Washington restableciera relaciones diplomáticas con Francisco Franco, comparsa de Adolph Hitler. La real politik realmente apesta. 
 
 
 
 
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