Si uno atiende a los principios más básicos de la democracia y entiende el fundamento humanista con el que se se enfoca la impartición de justicia en nuestros días, uno debería de estar entonces en pleno conocimiento de un principio jurídico fundamental: una vez que una persona ha cumplido en la totalidad su condena, toda deuda con la sociedad a quedado saldada.
O sea, un auténtico borrón y cuenta nueva.
Por lo tanto, cualquier tipo de acusación posterior a su liberación, ya sea por parte de una institución del estado o un colectivo de la sociedad civil no puede ser considerada mas que como persecución política e incluso, como una acto de discriminación.
Tal es el caso que se presenta en este artículo dado a conocer por El Periódico en el cual dan cuenta de como, por medio de su delegado en la CAV, desde el PP una vez más se intenta criminalizar las bienvenidas que se dan a lxs expresxs políticxs vascxs en sus respectivas comunidades.
De entrada hay que recordad las medidas de excepcionalidad que tienen que sufrir en carne propia los presxs políticxs vascxs, a quienes sistemáticamente les son denegadas todas las reducciones de tiempo a las que tienen derecho el resto de los presos. No olvidemos ni por un momento que en el caso de los acuados vascos las condenas son desproporcionadas, o sea, el tiempo de cárcel exigido por las fiscalía es siempre muy superior al que se pide por exactamente ese mismo delito si es cometido en cualquier otra comunidad que no sea la CAV o Nafarroa. Y se han presentado múltiples casos en los que incluso, en su sentencia, el juez instructor supera el tiempo de la condena solicitado por el fiscal. Si a eso le sumamos el periodo de incomunicación tras su arresto y los largos periodos de prisión preventiva, pues ya vamos viendo que el asunto es mucho más empinado para un vasco por el solo hecho de su militancia política.
Pero continuemos, después de la sentencia, el preso político vasco, enfrentará una serie de medidas de excepción que se aplican solo a ellos como son; el aislamiento, la dispersión, la prohibición de hablar en euskera durante las visitas, el monitoreo de su correspondencia y un largo etcétera.
Ni siquiera su estado de salud le permitirá acceso a reducciones en su condena, como nos muestra claramente el caso de Ibon Iparragirre y tantos otros, reducciones contempladas en la propia legislación españistaní.
Así que para cuando por fin sale de prisión, el preso político vasco ha cumplido CON CRECES cualquier tipo de deuda que según Madrid, haya tenido con la sociedad, le guste o no le guste a COVITE, la AVT o a Juan de las Cotonas.
Por lo mismo, el ahora expreso tiene derecho a cualquier tipo de bienvenida que su familia, sus vecinos, sus amigos y sus conocidos tengan a bien proporcionarle. Estando ahí el quid del asunto, claro está, pues lo que más molesta a los peperos es precisamente esto, tanta muestra de cariño y solidaridad para con una persona que ellos, durante años, intentaron presentar como un monstruo.
Noten que además, hemos dejado fuera el tema de la tortura, ya ahí entraríamos de lleno en el terrorismo de estado o guerra sucia de la que han sido partícipes todos los gobiernos españoles desde antes de la modélica transición, sin que los integrantes de las fuerzas represivas españolas hayan saldado ningún tipo de deuda con la sociedad vasca.
Pero si la formación política a la que pertenece el tal Javier de Andrés es capaz de utilizar la navidad para hacer avanzar su campaña de odio en Euskal Herria, pues que podemos esperar con respecto al tema del artículo en cuestión.
Noten que además, hemos dejado fuera el tema de la tortura, ya ahí entraríamos de lleno en el terrorismo de estado o guerra sucia de la que han sido partícipes todos los gobiernos españoles desde antes de la modélica transición, sin que los integrantes de las fuerzas represivas españolas hayan saldado ningún tipo de deuda con la sociedad vasca.
Pero si la formación política a la que pertenece el tal Javier de Andrés es capaz de utilizar la navidad para hacer avanzar su campaña de odio en Euskal Herria, pues que podemos esperar con respecto al tema del artículo en cuestión.
Aclarado lo anterior, aquí la información:
Javier de Andrés cree que son "actos de enlatecimiento del terrorismo" y "ofensivos" para las víctimasEl delegado del Gobierno en el País Vasco, Javier de Andrés, ha denunciado que algunos jueces están haciendo una interpretación "muy laxa" de la ley, al permitir la celebración de recibimientos a expresos de ETA que tendrían que ser catalogados como "actos de enaltecimiento del terrorismo".De Andrés se ha referido, en un encuentro informativo con los medios de comunicación en Vitoria, a las críticas del Colectivo de Víctimas del Terrorismo (Covite) por la decisión de algunos jueces de permitir actos de recibimiento a antiguos presos de ETA en algunos municipios de Euskadi, por considerar que no se trata de expresiones de enaltecimiento del terrorismo, sino de muestras familiares de alegría hacia esas personas.El delegado del Gobierno ha asegurado, en respuesta a una pregunta sobre esta cuestión, que no le corresponde "juzgar" las decisiones de los jueces de la Audiencia Nacional que han adoptado este tipo de decisiones.Actos "ofensivos" para las víctimasNo obstante, ha afirmado que "hay una serie autos judiciales que orientan a una interpretación muy laxa de lo que tendría que ser un acto de enaltecimiento del terrorismo".De Andrés ha afirmado que este tipo de actos son "ofensivos" para las víctimas del terrorismo. "Bailar un 'aurresku' no se puede catalogar simplemente como un acto de bienvenida o alegría, es un reconocimiento público", ha manifestado.El delegado del Gobierno en el País Vasco, que ha afirmado que las competencias de la Delegación en este ámbito son "muy limitadas", ha asegurado que "lamenta mucho" que existan este tipo de actos, que ha calificado de "intolerables".
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