Olfateando el aroma del triunfo electoral de Rajoy y queriendo asegurar el voto de los derechistas en Navarra, Aznar se hizo presente en la publicación de un libro que cuenta como los navarros y los vascos no son los mismo, o sea las patrañas de siempre que buscan dividir al pueblo de Euskal Herria.
Aquí tienen la nota al respecto publicada por Gara:
Bueno, todos conocemos de sobra a la figura tragicómica que es José María Aznar, ¿pero quién es su lamebotas en turno?
Aquí les presento una pequeña biografía de el tal del Burgo:
O sea, es un hijo de un miembro del régimen dictatorial más brutal que conoció Europa en la segunda mitad del siglo XX y es miembro prominente en Nafarroa (y prominentemente corrupto) de la formación política que es la depositaria ideológica de ese régimen, ustedes hagan las cuentas.
Aquí tienen la nota al respecto publicada por Gara:
Aznar, Quijote al rescate de Nafarroa contra la «farsa» de Euskal Herria
Del Burgo ve claro el problema: «Si viniera un extraterrestre, bilingüe claro, llegaría a la conclu- sión de que las vanguardias del Duque de Alba están a punto de aparecer por la Barranca o la aviación alemana calienta motores». La farsa con mayúsculas, añade Aznar, se llama Eus- kal Herria. Pero aquí están ellos para salvarnos.
Ramón Sola
A tal objetivo responde el libro «Vascos y navarros en la Historia de España», coordinado por Jaime Ignacio del Burgo y presentado ayer en Iruñea con presencia estelar de José María Aznar. Con el título está todo dicho. Lo importante es el fin: contar a los navarros su verdad frente a las patrañas de «quienes se inventan naciones y utilizan los frutos de la violencia para reclamar soberanías imaginarias», resumió el ex presidente.
Del Burgo lleva tiempo insistiendo ante el PP en que la clave de sus problemas es ésta: «Si viniera por estos pagos un extraterrestre, bilingüe claro está, y se pusiera a ojear ciertos medios de comunicación navarros o vascos, llegaría a la conclusión de que las vanguardias vasco-castellanas del Duque de Alba están a punto de hacer su aparición por la Barranca o que la aviación alemana calienta motores para arrasar la histórica villa foral de Gernika. Si nuestro extraterrestre se diera una vuelta por cualquier ikastola saldría de ella con la idea de que su nave había aterrizado en medio de un pueblo indómito, que aunque no figure en los mapas tiene por nombre Euskal Herria (...) Aprendería que este pueblo indomable se encuentra sometido por dos poderosos estados que practican una política genocida», continuó. A eso le llama Del Burgo «adoctrinamiento basado en una atroz manipulación de la realidad histórica». A lo que se ve, la derecha navarra no lleva siete décadas gobernando en Nafarroa, escribiendo su historia e imponiendo su educación.
Del Burgo se trajo a Aznar para que le ayudara en ese peculiar combate contra fantasmagóricos molinos de viento (para no existir, ya les da lata Euskal Herria). Cual Quijote moderno, el ex inquilino de La Moncloa instó a los navarros a no despistarse: «En estos cuatro años hemos asistido al ensayo general de lo que puede ser una representación trágica de naciones inventadas, hemos visto estatutos que crean naciones inventadas...». Les exhortó a que saquen de La Moncloa al PSOE, sobre todo después de que «ayer supimos que el presidente del Gobierno decidió sentarse a seguir negociando políticamente con los terroristas poco después de que éstos asesinaran a dos personas en un atentado». Y, con esa melena que confiere ahora un aspecto aún más quijotesco, avisó por fin a los navarros: «De todos los españoles, sois vosotros los que probablemente más os jugáis en el envite».
Si Aznar ejercía de caballero andante al rescate, Del Burgo se vistió de fiel Sancho Panza. Un ejemplo: «A las seis de la tarde de aquel aciago 14 de marzo de 2004, cuando parecían soplar ya vientos de derrota, sentí el deber de llamar a La Moncloa para decirle: `Pase lo que pase, la historia te recordará como el mejor presidente de nuestra democracia'», narró. No es de extrañar que el de ayer fuera un día muy sentido para Del Burgo, que con la disolución de las Cortes veía acabada una larga carrera política. Aznar elogió su labor como escudero de la causa: «Hay más sitios que el Congreso para seguir sirviendo. Ni yo me voy a librar, ni tú tampoco. Y si te quieres librar, ya me encargaré yo de que no puedas», avisó.
Bueno, todos conocemos de sobra a la figura tragicómica que es José María Aznar, ¿pero quién es su lamebotas en turno?
Aquí les presento una pequeña biografía de el tal del Burgo:
Jaime Ignacio del Burgo Tajadura (Pamplona, 31 de julio de 1942) es un político y escritor vasco, de tendencia ultra-conservadora y encuadrado actualmente en Unión del Pueblo Navarro, partido que mantiene un acuerdo de colaboración política con el Partido Popular, que se disolvió en Navarra, en cumplimiento de ese acuerdo y para disfrazar la estrategia política de confrontación en contra de todo lo vaco que mantiene el partido fundado por el ex-ministro franquista Manuel Fraga. Es hijo del también político e historiador franquista Jaime del Burgo.
Del Burgo, líder durante la Transición de la Unión de Centro Democrático en Navarra, fue uno de los principales artífices de la existencia de dos vías para acceder a la autonomía: una para Navarra y otra para las Vascongadas (posteriormente País Vasco). Así, propugnó que les correspondía sólo a los navarros decidir si se incorporaban al País Vasco o no:
"Sólo el pueblo navarro tiene derecho a decidir si acepta o no la existencia de un poder político supranavarro" ("Punto y Hora de Euskal Herria", nº 11 de 15/9/1976)"
Desde entonces, sus planteamientos se han mantenido básicamente en similares posturas, acentuándose su rechazo hacia cualquier fórmula de entendimiento con el País Vasco.
Defensor de las Teorías de la conspiración del 11M. Por lo que tras la sentencia emitida el 31 de octubre del 2007, en que se excluye la participación de ETA y de otras conpiraciones internas, en los Atentados del 11 de marzo de 2004, el Sindicato Unificado de Policía (SUP), el mayor de los sindicatos de policía en España, decide querellarse contra Del Burgo, además de contra otros políticos del Partido Popular.
La carrera política de Del Burgo atravesó su mayor contratiempo entre 1980 y 1984, al ser acusado de estar envuelto en un caso de corrupción, el conocido como caso Fasa y ser destituido como Presidente de la Diputación Foral (de la que era presidente desde 1979) el 28 de abril de 1980.
Siendo Presidente de la Diputación, ésta concedió un crédito de 81 millones de pesetas (499.000 €) a la empresa FASA (Fundiciones Alsasua, S.A.), de la que Del Burgo era accionista y además la Caja de Ahorros de Navarra, dependiente de la propia Diputación, concedió un crédito de 57 a dicha empresa siendo Del Burgo avalista solidario de dicha operación, aparentemente ocultando tal condición a sus compañeros de Diputación. Ya en 1976, antes de dedicarse a la política, había desempeñado cargos de relevancia en FASA, trabajando como asesor jurídico de la misma y siendo Secretario de su Consejo de Administración. Del Burgo se ausentó de la sesión en la que la Diputación alcanzó ese acuerdo.
Sin embargo y una vez recibidos los créditos, poco después, la empresa se declaró en quiebra y el dinero nunca se recuperó.
O sea, es un hijo de un miembro del régimen dictatorial más brutal que conoció Europa en la segunda mitad del siglo XX y es miembro prominente en Nafarroa (y prominentemente corrupto) de la formación política que es la depositaria ideológica de ese régimen, ustedes hagan las cuentas.
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