Desde el principio del malhadado proceso de paz para Euskal Herria el primer ministro español José Luis Rodríguez Zapatero mintió. Su interés nunca fue la resolución pacífica de un conflicto iniciado hace ya más de 500 años. Todas sus acciones se abocaron a maniobrar políticamente para reforzar sus posibilidades de reelección este año.
A los españoles que honestamente desean la paz les hizo creer que realmente era promotor de el dialogo y el entendimiento con los actores vascos involucrados en el conflicto, estos españoles son las verdaderas víctimas del cinismo político de Rodríguez Zapatero.
Por otro lado, hizo todo lo posible por apaciguar a los españoles que apuestan por la continuidad del colonialismo de la España Una Bajo Dios, a estos españoles Rodríguez Zapatero los tranquilizó cuando lejos de dar concesiones a los presos políticos vascos y sus familias optó por recrudecer las condiciones, llegando al extremo de arrestar a los negociadores de ETA solo para mostrarle a la extrema derecha que él era más duro que su paladín favorito, José María Aznar.
Para lograr todo esto Zapatero y sus allegados mintieron una, y otra, y otra vez. Le mintieron a todos, a los españoles liberales, a los españoles fascistas, a la comunidad internacional y por supuesto, le mintieron a los vascos.
Gara nos relata en esta nota como un andamiaje de mentiras tarde o temprano cae en esta nota:
Ya, la reacción de los franquistas del PP y de AVT no es de extrañar, después de todo, los vascos no son mas que moneda de cambio en la sucia política española.
A los españoles que honestamente desean la paz les hizo creer que realmente era promotor de el dialogo y el entendimiento con los actores vascos involucrados en el conflicto, estos españoles son las verdaderas víctimas del cinismo político de Rodríguez Zapatero.
Por otro lado, hizo todo lo posible por apaciguar a los españoles que apuestan por la continuidad del colonialismo de la España Una Bajo Dios, a estos españoles Rodríguez Zapatero los tranquilizó cuando lejos de dar concesiones a los presos políticos vascos y sus familias optó por recrudecer las condiciones, llegando al extremo de arrestar a los negociadores de ETA solo para mostrarle a la extrema derecha que él era más duro que su paladín favorito, José María Aznar.
Para lograr todo esto Zapatero y sus allegados mintieron una, y otra, y otra vez. Le mintieron a todos, a los españoles liberales, a los españoles fascistas, a la comunidad internacional y por supuesto, le mintieron a los vascos.
Gara nos relata en esta nota como un andamiaje de mentiras tarde o temprano cae en esta nota:
Euskal Herria
Zapatero admite ahora que siguió hablando con ETA tras la T-4
Después de meses de desmentidos por parte de destacados miembros de su Gabinete y de dirigentes del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero ha reconocido que el Gobierno español y ETA siguieron con las conversaciones tras el atentado de la T-4 de Barajas. En una entrevista en «El Mundo», señala también que mientras hablaba «preparaba la confrontación».
Iker BIZKARGUENAGA |
«No ha habido ningún tipo de contacto entre el Gobierno y ETA ni entre el PSOE y Batasuna desde el momento en que se produjo la ruptura de hecho del alto el fuego permanente con el atentado de la Terminal 4 de Barajas». El autor de estas palabras es el portavoz del grupo parlamentario PSOE en el Congreso español, Diego López Garrido, quien, el 15 de junio del año pasado, agregaba que a partir de aquel atentado ya no tenía «ni el más mínimo sentido» que hubiese «ningún contacto».
El portavoz parlamentario del partido gobernante pretendía, con estas declaraciones, desmentir la información publicada la víspera por GARA, en la que se aseguraba que «Gobierno-ETA y Batasuna-PSOE mantuvieron negociaciones simultáneas y en el mismo lugar en plena campaña electoral, sin que se llegara al acuerdo».
Una información sobre la que también quiso echar tierra la vicepresidenta primera del Ejecutivo español, María Teresa Fernández de la Vega. «¿Mantuvo el Gobierno contactos con ETA durante la campaña?», le preguntó el periodista. «Ninguno, absolutamente ninguno», fue la respuesta de la portavoz.
Son sólo dos ejemplos de los desmentidos que en todos estos meses han ocupado la agenda de destacados dirigentes del PSOE, muchas veces ante informaciones publicadas por este diario. Ayer, José Luis Rodríguez Zapatero dejó a todos en mal lugar, al admitir que su gobierno siguió dialogando -habla de «contactos»- con la organización armada tras la acción del aeropuerto madrileño.
«Instancias internacionales»
El presidente español, en una extensa entrevista publicada por «El Mundo», declara que los «contactos» por los que le pregunta el director del rotativo continuaron «debido al deseo de instancias internacionales». «Al ver que tenían toda la buena voluntad de que pudiera verse la luz al final del túnel, de que aquello no fuera el fin...» afirma Zapatero, como tratando de justificarse ante el periodista, agregando que «la verdad es que había ya muy pocas posibilidades».
Gran parte de la entrevista está dedicada a la situación política en Euskal Herria y al fracasado proceso de diálogo, y Zapatero sostiene, a modo de balance, que el citado proceso falló porque «si es difícil hacerse terrorista es mucho más difícil dejar de serlo».
Cuando el periodista le inquiere sobre si al aceptar a ETA como interlocutor político ha «creado un mal precedente», el mandatario español evoca procesos anteriores y pregunta a su vez «¿De qué se había hablado en Argel y en Zurich? ¿De la liga de fútbol profesional?». «¡Por favor! Estoy dispuesto a aceptar un juicio crítico, pero no a que se falseen los hechos. En Argel se habló de política y en Zurich se habló de Constitución. Y me parece normal. Nosotros tuvimos un número elevado de reuniones que nunca he negado. Que se habló de política... ¿Pero cedimos algo en política? No».
Y, dicho esto, Zapatero deja entrever con qué actitud encaró su Gabinete el proceso, al afirmar que «yo busqué la paz con ETA, pero a la vez preparaba la confrontación».
También se hace referencia en el cuestionario a las conversaciones entre el PSE y Batasuna, que el inquilino de La Moncloa no considera «diálogo político» y, respondiendo a otra pregunta sobre esta cuestión, señala que «creo que el compañero Eguiguren no tuvo ningún contacto político». Según su versión, el presidente del PSE, una de las figuras principales en los albores del proceso de diálogo, sólo «tenía algún contacto por cercanía personal, no de trascendencia política».
Zapatero también defiende su papel en relación al denominado Pacto Antiterrorista, suscrito entre su partido y el PP cuando José María Aznar gobernaba. Su sucesor en la Moncloa destaca que «fui totalmente leal al Pacto». «Propuse aquel Pacto y apoyé con toda lealtad lo que pedía el Gobierno dentro de aquel Pacto».
La situación en Nafarroa
Respecto a la declaración que en mayo de 2006 el propio Zapatero hizo en los pasillos del Congreso, el presidente español apunta que «esa declaración responde a lo que ya había dicho durante el debate del plan Ibarretxe y era obviamente conocida por lo que entonces llamábamos izquierda abertzale». «Mis compromisos durante el proceso de diálogo fueron los expresados en el Parlamento, ni uno más ni uno menos», agrega.
No recuerda Zapatero es que en aquella solemne declaración puso la Constitución española como límite a la voluntad de decisión de la sociedad vasca, algo que chocaba con lo previamente acordado.
Ligado al proceso de diálogo, en la entrevista también se le pregunta al secretario general del PSOE sobre la situación de Nafarroa y su decisión de apoyar a UPN para que continuara al frente del Gobierno. A este respecto, Zapatero argumenta que «la decisión es por el resultado electoral. UPN sacó una ventaja considerable como para conformar una mayoría con Nafarroa Bai». Valora que «si el PSN hubiera quedado más cerca de UPN eso habría sido la expresión de un deseo de cambio. Pero con ese resultado...».
No explica, sin embargo, por qué, si desde el primer momento partían de esa base, PSN y Nafarroa Bai estuvieron durante meses negociando la conformación de un gobierno alternativo al de Miguel Sanz.
confrontación
El presidente español desnuda su actuación en el fracasado proceso de diálogo al afirmar que «yo busqué la paz con ETA, pero a la vez preparaba la confrontación».
LEAL AL PACTO
«Fui totalmente leal al Pacto Antiterrorista. Lo propuse y lo apoyé siempre». Con estas palabras Zapatero da también la medida de su compromiso con el proceso de diálogo.
Rajoy se felicita y la AVT habla de «traición»
El presidente del PP, Mariano Rajoy, se felicitó de que Zapatero haya reconocido, un año después, la existencia de conversaciones entre el Gobierno español y ETA tras el atentado de la T-4. «Por hacer esa afirmación algunos fuimos objeto de toda suerte de críticas y agresiones verbales» señaló Rajoy, destacando que Zapatero «al menos hoy, muchos meses después, haya dicho la verdad». El líder del PP, en su línea habitual, apuntó también que «yo no negociaré con ninguna organización terrorista, no lo haré nunca».
También el presidente de la AVT, Francisco José Alcaraz, entró a valorar las declaraciones del mandatario español, y calificó su actuación de «traición a las víctimas y a todos los españoles».
Para Alcaraz, Zapatero «miente a los españoles», y señaló que «nadie puede garantizarnos que no está mintiendo en estos momentos y que en un futuro conozcamos toda la verdad del proceso de negociación». Asimismo, acusó al gobierno del PSOE de haber «utilizado el terrorismo para llegar al poder» y usar «el terrorismo como arma electoral». GARA
Ya, la reacción de los franquistas del PP y de AVT no es de extrañar, después de todo, los vascos no son mas que moneda de cambio en la sucia política española.
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