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miércoles, 12 de diciembre de 2007

Un Vasco Universal

Esta biografía nos ha llegado por correo electrónico:

Francisco de Etxaberri

J.L. Bengoetxea

El próximo 3 de diciembre, se conmemora a San Francisco Xabier, patrón de Nabarra, del euskera y pelota vasca; asimismo, se celebrará el día de las Merindades. Diferentes organizaciones culturales que componen la plataforma Orreaga, emprenden unos actos recordatorios a tal efecto en Iruña. Merindades o restos de territorios de aquel gran estado bascón, que fue el Reino de Nabarra que abarcaba: la actual Nabarra, CAV, Lapurdi, Baja Nabarra, Xuberoa, Bearn, Foix, llegando hasta los límites del río Garona; y por el sur hasta Atapuerta (Atapuerca), Belorado...

Un reino de abolengo, histórico en los anales de la Edad Media. Estado, con su propio derecho, el derecho pirenaico, precursor y modelo adoptado por el resto de los Estados europeos de la época. Epoca, donde imperaban, en dicho territorio los fenómenos del Humanismo, Renacimiento y Reforma, consecuentes con su lengua, instituciones políticas y jurídicas propias con una concepción clara de nacionalidad y Estado. Llegando el apogeo cultural con la reina Margarita de Nabarra, quintaesencia del Humanismo y Renacimiento. Autora del Heptamerón, obra muy avanzada para aquel tiempo y que inspiró a Shekeaspeare en Los trabajos del amor perdido; hasta tal punto impresionó al vate inglés, que llegó a manifestar textualmente: "Nabarra shall be the wonder of the world" ("Nabarra será la admiración del mundo").

En este Estado europeo de Nabarra, nació un personaje ilustre que marcó un hito en nuestra historia. Se llamaba Francisco Jaso Azpilkueta. Francisco era hijo de Juan de Jaso, doctor en decretos por la universidad de Bolonia y canciller del reino, natural de Jaso (aldea perteneciente a la merindad de ultrapuertos o Baja Nabarra), y de María de Azpilkueta, de ilustre familia baztanesa de Arizkun. Invadida Nabarra en 1512 y perdida la plaza de Iruña, Juan de Jaso acompañó a sus reyes hasta su refugio del Bearn. Podemos apreciar en Francisco Xabier y familia, los primeros refugiados políticos, precursores de los actuales exiliados. Francisco Xabier, tuvo dos hermanos varones, Miguel y Juan, y tres hermanas, Magdalena, Violante y Ana. Aquellos participaron en diferentes hechos históricos, batalla de Noáin (1521) y defensa de Amaiur (1522), donde fueron detenidos como el resto de defensores del castillo, símbolo importante de la soberanía Nabarra. Hechos prisioneros y trasladados a Iruña, consiguieron fugarse, para intervenir posteriormente en la liberación de Hondarrabia. Plaza que recuperó el hijo del Mariscal Pedro de Nabarra en nombre de su rey Enrique II El Zangotzarra. Y, por cierto, es un sarcasmo que la fortaleza siga llevando el nombre de Carlos V, nacido en 1500 cuando fue construida y fortificada por Sancho VII, el Fuerte de Nabarra, más de 300 años antes.

Con Francisco, ocurre lo mismo que con otros personajes; las naciones se disputan burdamente su cuna. Francia afirma que el linaje de Jaso proviene de un pueblo enclavado en la Baja Nabarra, situado en Francia, luego es francés. España alega que el Santo nació en Xabier, lugar situado en España, luego es español. El razonamiento de franceses y españoles está viciado por un error de hecho y por un sofismo cronológico. El error: Francia y España poseen unidad étnica. La verdad es otra; son meros conglomerados de razas y pueblos diferentes debajo de cierta razón social. Una de las razas aludidas era la vasca, Reino de Nabarra a la sazón.

Por caminos sucios y ásperos, le usurparon su independencia, quedando una parte bajo dominio español (1522) y otra Baja Nabarra, en dominio francés (1620). El sofismo cronológico: suponer que ayer es hoy.

Francisco de Xabier nació el 9 de abril de 1506, y el pueblo de su padre, Jaso, no pertenecía a Francia, ni el castillo de Xabier a España. Ambos pertenecían a Nabarra, reino y nación, absolutamente soberana entonces, con reyes, tribunales, cortes, leyes, ejércitos, diplomacia, administración, moneda, pesos y medidas, idioma, usos y costumbres propias.

Los registros de la universidad parisina Sorbona, donde el santo cursó estudios, marcaron su nacionalidad; y no con los apelativos de francés o español, sino como el se definía "(...) vasco de linaje y lengua, nabarro de nación...".

Aunque los organismos oficiales de Nabarra, desgraciadamente banalizan y manipulan la figura de Xabier, es conveniente dejar muy claro, su gran sacrificio y amor que dejaron por su pueblo de Nabarra, por su pueblo de Euskal Herria, la familia Jaso Azpilkueta, y en especial Francisco de Etxaberri, un vasco universal.


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