Un blog desde la diáspora y para la diáspora

viernes, 21 de febrero de 2003

Madrid Cierra Egunkaria

Justo en este momento se le debiera esta cayendo la cara de vergüenza a Armando G. Tejeda, a Carlos Monsiváis, a Guillermo Almeyra y en general a todos los periodistas e intelectuales que se han posicionado en contra de los derechos civiles y políticos del pueblo vasco.

Pero estamos conscientes de que no será así pues su españolismo les ciega, convirtiéndose, de motu propio, tanto en nostálgicos de la grandeza de la España imperial como en propagandistas de la España borbónico franquista.

¿Por qué estamos dispuestos a afirmar esto desde un blog editado desde la diáspora vasca y para la diáspora vasca?

Por lo que ha ocurrido con la misma nocturnidad con la que se dado la reunión entre José María Aznar y su títere mexicano Vicente Fox; el asalto a las instalaciones del periódico vasco Egunkaria, publicado íntegramente en euskera, lo cual sería una reedición del cierre de Egin y las amenazas constantes contra Gara.

¿Y cuál es el motivo que utiliza Madrid para justificar dicho asalto a la razón?

Pues nada, lo de siempre, la doctrina del juez clown Baltasar Garzón; todo es ETA.

Lean ustedes este reportaje que ha preparado La Jornada:


Ordenan en España cierre y registro del diario en lengua vasca Egunkaria

Acusan a la publicación de vínculos con ETA; orden de arresto contra 10 directivos

Armando G. Tejeda y Gara | Especial para La Jornada | Corresponsal

Bajo el argumento de que estaría vinculado al grupo armado vasco ETA, el juez de la Audiencia Nacional de España Juan del Olmo ordenó el cierre y registro del diario vasco Egunkaria (Día a día), el único diario escrito íntegramente en euskera, y giró orden de aprehensión contra 10 altos cargos del rotativo, entre ellos su director, Martxelo Otamendi.

La decisión -que para el gobierno conservador de España es una acción contra "un instrumento terrorista" y en "defensa de la cultura" de los vascos- provocó duras críticas en diversos ámbitos, incluido el gobierno regional vasco y movilizaciones de protesta esta noche en las capitales vascas. Ya al mediodía, cientos de personas se habían congregado espontánteamente frente a las sedes del diario y para el sábado se ha convocado una manifestación en Donostia (San Sebastián).

La operación policial, llevada a cabo la madrugada de este jueves por unos 300 agentes de la militarizada Guardia Civil, también se saldó con los registros de las oficinas de la Federación de Ikastolas (escuelas de enseñanza de la lengua vasca) y de las revistas Jakin y Argia.

Diversos partidos políticos y medios de comunicación denunciaron esta medida como un "intento de criminalizar la lengua vasca", mientras que el gobierno vasco, liderado por el moderado Partido Nacionalista Vasco, calificó el cierre del rotativo como medida propia de un "Estado totalitario".

También sindicatos, asociaciones de prensa y la Universidad del País Vasco condenaron el cierre, mientras que en París la organización Repoteros Sin Fronteras se preguntó "acerca de la oportunidad de cerrar diarios sin que la justicia siquiera se haya pronunciado todavía sobre las acusaciones contra los periodistas de Egunkaria".

La medida judicial ordenó el cierre de las cuatro sedes del rotativo en Euskadi: la casa central de Andoain -localidad cercana a San Sebastián- y sus delegaciones de Gasteiz (Vitoria), Bilbo (Bilbao) e Irueña (Pamplona). Los agentes, fuertemente armados, registraron minuciosamente las instalaciones del diario e incautaron abundante documentación y material informático, así como cuadernos, grabadoras e incluso las nóminas de los trabajadores.

Egunkaria es un diario fundado en 1990 y un referente informativo en Euskadi, al convertirse en el primer diario escrito en su totalidad en la lengua vasca y llegar a unos 50 mil lectores, con un tiraje de 15 mil ejemplares diarios. Para el diario británico The Independent este periódico está más alejado de sectores vascos que podrían considerarse radicales, lo que supone que Aznar amplió su campaña contra los nacionalistas vascos.

A su vez, el diputado socialista (mayor fuerza de oposición) Ramón Jáuregui calificó la medida de cierre de "sorprendente", pues "nadie había contemplado al periódico metido en la órbita del terrorismo".

El juez Del Olmo emitió un comunicado en el que justificó la medida en la presunta vinculación de los directivos y equipo gerencial del diario con el grupo armado ETA, al tiempo que sostuvo tener indicios de que por medio de las finanzas del diario se "blanqueaba dinero procedente de la extorsión y los secuestros" perpetrados por el grupo.

El comunicado señala además que la detención de los periodistas se basa en el "presunto delito de pertenencia a organización terrorista o colaboración con organización terrorista ETA militar, relativa a la presunta instrumentalización de las sociedades mercantiles Egunkaria sortzen, Egunkaria S.A. y del diario que edita ésta, Euskaldunon Egunkaria, dentro de la estrategia terrorista".

Además del director del diario, Martxelo Otamendi, fueron detenidos el presidente del consejo de administración, Joan Mari Torrealdai; el consejero delegado, Iñaki Uria; el miembro del consejo de administración y ex gerente Fermín Lazkano; el subdirector Xabier Oleaga; el primer director que tuvo el diario, Peio Zubiria; la ex gerente Inma Gomilla; así como Txema Auzmendi, Luis Goia y Xabier Alegría, este último señalado como el supuesto vínculo entre el diario y ETA.

Los agentes de la Guardia Civil no sólo registraron las oficinas del diario, sino también las viviendas de todos los detenidos y la sede la Federación de Ikastolas, con el pretexto de que uno de los detenidos era el responsable de la comunicación social. Por igual se registraron varias empresas en las que también trabajaban algunos de los detenidos.

El director del rotativo clausurado, Otamendi, y la directora del diario Gara, Mertxe Aizpurua, fueron acusados el año pasado de "inducción al asesinato" por el juez Baltasar Garzón, quien sustentó la acusación en una entrevista que publicaron esos medios a dirigentes de ETA. Después de comparecer ante el juez como imputados, la Sala de lo Penal decretó la "libertad sin restricciones" para los periodistas, que denunciaron el "permanente acoso" que sufren los profesionales de la información en la región.

Ante lo que consideraron un nuevo ataque la libertad de expresión en Euskadi, numerosos medios de comunicación, como Deia, El Diario de Alava, El Diario de Noticias y Gara, se solidarizaron con los trabajadores del periódico hasta el punto de que ofrecieron sus rotativas para que el diario salga mañana. También la editorial Elhuyar, el Grupo Goiena y la Facultad de Informática de la Universidad del País Vasco en el campus de Donostia ofrecieron sus instalaciones.

Por su lado, los empleados del diario y el consejo de administración se reunieron durante varias horas y desmintieron que los detenidos "tengan relación con la estrategia terrorista".

Jon Larrarte, en representación de los periodistas, declaró que con el cierre de este periódico "la sociedad vasca está sufriendo un sinsentido judicial y policial. Es mentira que por parte de Egunkaria haya ningún tipo de instrumentalización dentro de la estrategia terrorista. Egunkaria no tiene y nunca ha tenido nada que ver en ese tipo de acusaciones. Desde que se creó es un medio de comunicación independiente de cualquier partido político e institución y tiene un solo compromiso: con el euskera y con la información veraz".

Un comunicado del diario creado hace 13 años también advirtió que la operación policial "no va sólo en contra de la comunidad euskaldum, sino de la libertad de expresión en general, del derecho a informar y a recibir información".

Pero el ministro del Interior español, Angel Acebes, defendió la actuación policial porque se trata de una "medida de defensa de la cultura y la libertad del pueblo vasco", mientras que su colega de Justicia, José María Michavilla, consideró que "está hecha con mucho fundamento, en la que se demuestra que este diario es un instrumento de la acción terrorista".

En Euskadi, Jaime Mayor Oreja, presidente del derechista Partido Popular en la región, acusó al gobierno vasco de conceder al rotativo subvenciones por más de ocho millones de euros desde 1994.

El gobierno vasco respondó pidiendo una "urgente aclaración" de lo ocurrido a la Audiencia Nacional, y consideró la clausura como una "medida de excepción en democracia".

Begoña Errazti, presidenta de Eusko Alkartasuna, socio de la coalición de gobierno en el país vasco, consideró que el cierre del diario "es un ataque frontal y totalitario contra la libertad de expresión y el euskera, otra vuelta de tuerca más en la estrategia que lleva a cabo Madrid contra nuestro pueblo en su afán de criminalizar la cultura vasca, mezclándolos interesadamente con la violencia y el terrorismo". 




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