Vía La Jornada traemos a ustedes un poco más de información acerca del Aguascalientes en Madrid:
Durante 4 días los indios chiapanecos conquistaron el corazón de Madrid
Hermann Bellinghausen
En esta ocasión no le hizo falta a México una emperatriz como la de Agustín Lara para conquistar el populoso barrio de Lavapiés. Ahora, curiosamente, lo consiguió gracias a la lucha de unos indios en el sureste mexicano, que inspiraron la creación de un Aguascalientes zapatista, quizás no en el corazón de Europa, pero sí en el de España, que ya es decir.
El encuentro en Lavapiés, siendo entre ciudadanos del Estado español, resultó la mayor movilización del zapatismo desde la marcha nacional del EZLN hace año y medio. En el corazón del silencio zapatista, que tanto se oye en México por aquello de los famosos "15 minutos" presidenciales (casi tan famosos y fugaces como los "15 minutos" de Andy Warhol), José Saramago habló de las guerras con suerte y las guerras sin suerte. En ambas hay sufrimiento y muerte, pero de unas se habla y de otras no. Para el escritor portugués los zapatistas son unos "indios con suerte". Ellos hablan; y cuando no, otros lo hacen, no por ellos, sino con ellos. Así, una participante española pudo comentar ayer: "Los zapatistas no rompen el silencio si nos envían una carta. Es sólo que estamos hablándonos entre nosotros".
Es notable la interiorización del zapatismo por los grupos independientes de la izquiera europea. Algunos de ellos, nacidos de la solidaridad con las comunidades de Chiapas como comités de apoyo, colectivos y plataformas, al calor de los años y las luchas en sus propios ámbitos han devenido movimientos sociales en sí mismos. Es el caso de los Desobedientes, el movimiento libre con mayor influencia hoy en Italia; sus bases proceden de los Centros Sociales y la organización ¡Ya Basta!, en el entorno zapatista desde 1994. En México se les ha conocido como los "expulsados de Zedillo" en 1998, y los Monos Blancos de la marcha indígena. Hoy son el enemigo público número uno de Silvio Berlusconi, quien mantiene a muchos de ellos en cárceles de alta seguridad, y a los demás (unos 40 mil ya) los vigila a nombre de la "democracia".
Al no ubicarse en un sitio fijo, sino en un itinerante estado de ánimo colectivo, el Aguascalientes madrileño resultó ser un espacio ubicuo y subversivo que durante cuatro días convocó a centenares de personas, en su mayoría jóvenes, para hablar y escuchar acerca del movimiento indígena chiapaneco y anexas que, para como van las cosas de la globalización, son todas la luchas y movimientos de resistencia popular conectándose a través del mundo.
Después de lo que ha ocurrido en ocho años recientes, especialmente en Estados Unidos y la Europa meridional, ya no debería sorprender tal vez la capacidad de convocatoria de los zapatistas; ni siquiera fueron ellos quienes llamaron a esta reunión de "nadies" madrileños, que para su propia sorpresa se salieron con la suya.
Lo de "nadies" es un decir, y no. Primero, porque nadie es nadie realmente, todos somos alguien y eso es todo. Y segundo, porque sólo José Saramago, Manu Chao, Fernando León y otras "celebridades" obligaron a la prensa local (el diario El País lo hizo, hoy, en su sección de espectaculos, y por única vez) a registrar el acontecimiento. De otra manera se lo hubieran perdido. Sólo la radio dedicó espacios significativos al Aguascalientes desde su inicio este 20 de noviembre (cuando se celebraban, coincidentemente, la Revolución Mexicana y la muerte del caudillo Francisco Franco).
La mañana del día 21, la policía asaltó La Fuga, una casa ocupada en el centro de Madrid donde vivían una veintena de los organizadores del Aguascalientes intergaláctico. Sin orden de cateo, la tira los expulsó y despojó, de entre otras cosas, los proyectores de video que deberían utilizarse durante el encuentro prozapatista.
Aguascalientes, revancha política
Un Aguascalientes en Madrid resulta mucho más que una puntada de la historia. Es una elocuente revancha simbólica de los indígenas americanos en el centro del reino (virtual) del trono Borbón. El cineasta peruano Javier Corcuera recordaba el sábado -en la misma mesa de Saramago, León y Chao-, que alguna vez escuchó a dos remeros quechuas preguntarse ante unos turistas españoles: "Pero, ¿a éstos quién les dijo que ya nos conquistaron, si todavía seguimos aquí y esto no ha terminado?".
El tema de Euzkadi, o País Vasco, ha "contaminado" a todas las oposiciones y resistencias al gobierno derechista de José María Aznar. En el mejor estilo bushiano, "el que niega los colores de mi camiseta es mi enemigo", y todos van a dar al baúl del terrorismo. Obviamente la acusación es falsa, pero quién dijo que gobiernos como los de Aznar, Berlusconi o Bush guardan algún compromiso con la verdad.
En su inesperado mensaje al encuentro madrileño, el subcomandante Marcos escribió al Ruso, Angel Luis Lara, ex cantante del grupo Hechos Contra el Decoro, que a los zapatistas "para terroristas lo que nos falta es vocación y no medios". Sin embargo, las menciones de Marcos al gobierno español y el tema vasco cayeron en seco en el ambiente político de este país.
"Fascismo se le llegó a llamar en épocas pasadas, neoliberalismo le dicen hoy, capitalismo siempre", había dicho Javier Elorriaga al presentar la tarde del domingo la revista Rebeldía, del FZLN, en El Laboratorio, casa ocupada, centro social, espacio de cultura y convivencia según sus habitantes y el numeroso público que suele reunir en sus amplias y rudimentarias instalaciones de la calle Amparo103.
El Aguascalientes caminó un poco por la capital española. En el Círculo de Bellas Artes se exhibió el extraordinario documental Caminantes (acerca de la marcha zapatista en marzo de 2001) de Fernando León Abaroa, el cineasta español del momento, candidato al Oscar de Hollywood por su película Lunes al sol.
Allí mismo, José Saramago contó que el subcomandante Marcos, tomándolo del brazo, le pidió durante la marcha indígena: "Nunca nos dejes solos", y le aceptó el reto. Manu Chao, trovador que les pegó a las listas de popularidad musical con sus canciones desde y sobre el zapatismo, también vino a dar la cara, nuevamente, por los "sin rostro" de Chiapas.
En la sala Caracol, los roqueros Amparanoia y Fermín Muguruza, con teatro lleno y la calle más llena todavía de gente que no consiguió entrar, trajeron el Aguascalientes a los cuerpos y las mentes de otra multitud que comenzó entonando con la potente banda de Amparanoia el himno zapatista. El escenario presentaba, como única decoración, tres banderas negras con la estrella roja y las siglas del EZLN. El gran Fermín, al reventar en euskerra sus canciones más conocidas, vestía un pantalón negro de insurgente zapatista y una blusa, negra también, con una estrella roja bordada a la altura del corazón. Al concluir el concierto, llegó Manu Chao para hacerla un rato de diyei.
Durante los días 21 y 22, la Universidad Complutense había dado cabida a exhibiciones cinematográficas y mesas redondas sobre el contexto mexicano y la situación actual de la guerra en Chiapas. El público fue tan numeroso que muchos se quedaron fuera, igual que en el Círculo de Bellas Artes y la sala Caracol.
En El Laboratorio se celebró un taller didáctico para conocer las cinco Declaraciones de la Selva Lacandona, programado para treinta participantes. Durante cerca de tres horas, 250 jóvenes leyeron y discutieron los documentos, que no conocían, con interés y paciencia. Los organizadores estaban sorprendidos.
El dirigente social italiano Luca Casarini, quien debía participar el sábado en la mesa "Zapatismo, movimiento de movimientos, y el segundo ciclo de la lucha global", telefoneó desde la trinchera, literalmente, en un remoto pueblo de Cosenza, donde los centros sociales y los Desobedientes italianos realizaban una marcha de 60 mil personas por la liberación de sus compañeros encarcelados después del Foro Social en Florencia. Su voz, amplificada toscamente para el público que lo esperaba, llamó a los españoles a resistir.
En la misma mesa participó Carlos Taibo, académico y articulista español. El controvertido pensador Antonio Negri, referente intelectual de los Desobedientes italianos, envió un mensaje videograbado para la reunión madrileña, que concluía pidiendo: "hable, subcomandante Marcos".
Adiós a la vieja política
La aparición de Rebeldía en el ámbito mexicano coincide con la de las revistas Global (Roma) y La Dinamo (Madrid), que nacieron este mismo noviembre para discutir la política y la cultura desde planteamientos similares y formatos muy distintos. De la primera, Javier Elorriaga dijo en El Laboratorio: "Rebeldía acompañará a quienes estén en huelga, en ocupaciones, en la calle, en los barrios, en la música, en el campo, luchando por un mundo donde quepan muchos mundos, con o sin colectivo, pero siempre desde lo colectivo".
Un fantasma recorre el mundo: el desprestigio de los estados cada día menos "nacionales", la política tradicional y los partidos como franquicias para la toma del poder. El escritor Manuel Vázquez Montalbán, en su mensaje desde Barcelona al Aguascalientes y la revista Rebeldía, afirmó que "el neozapatismo es también un elemento crítico exportable para la crítica de la degeneración de las democracias, incluso en los lugares donde aparentemente funcionan con todos los rituales puestos". En similar sentido se manifestó Sergio Rodríguez Lazcano, director del nuevo mensuario mexicano.
En la Declaración del Aguascalientes de Madrid, leída la noche del domingo 24, los causantes del pequeño gran éxito se preguntaban: "¿Cómo construir un espacio que no es ni puede ser? ¿Cómo construir un espacio de todos y todas sin ser de nadie?". Durante los últimos cinco días, agrega la declaración, "cientos de personas han roto la imagen de isla solitaria que les devolvía el espejo y se han sabido archipiélago".
Una participación tan masiva "señala que todos sienten como suyo lo que no es de nadie", prosigue el texto, "porque con los hombres y mujeres zapatistas hemos aprendido que se puede ver un comienzo donde la mayoría de los ojos ve que las cosas terminan. Por eso este Aguascalientes que le ha nacido a la ciudad de Madrid apenas ha comenzado. Es necesario que lo sigamos cuidando, es necesario que no lo abandonemos, que no lo olvidemos, que lo sigamos usando para construir la política nueva que todos y todas estamos soñando. Para que, poco a poco, con paciencia pese a la urgencia, lo que hoy se sueña pueda respirarse, sentirse, tocarse".
Este Aguascalientes, concluye la declaración madrileña, "se salta todas las formas, burla todas las fronteras" y llama a la sociedad civil de Madrid y de Europa: "No se detengan, no se conformen, no esperen. Permanezcan atentos y atentas. Corran la voz. Sigamos encendiendo la mecha. Entre todos y todas continuemos el Aguascalientes, hagamos de él movimiento. De todos y todas depende que siga levantando el viento".
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