Un blog desde la diáspora y para la diáspora

lunes, 17 de febrero de 2025

Lo Inhumano de una Película

Ahora que Iñaki Egaña ha puesto sobre la mesa el tema de la tortura, les compartimos este reportaje en Naiz que deja al desnudo a María Luisa Gutiérrez, productora de la película panfletaria con la que Madrid refuerza su relato de la 'derrota policiaca' de ETA en su torpe obsesión por desvirtuar el proceso de paz impulsado por la sociedad vasca.

Aquí la información:


‘El Inhumano’ de ‘La infiltrada’, señalado por torturas en Via Laietana y en Gipuzkoa

‘La infiltrada’, galardonada en los recientes Goya, ha exaltado la lucha policial anti-ETA pasando por alto su cara oculta e impune. El coprotagonista es ‘El Inhumano’, un mando policial sobradamente conocido en Catalunya y Euskal Herria, señalado por torturas en diferentes décadas.

Ramon Sola

María Luisa Gutiérrez, productora de ‘La infiltrada’, explicó en la gala de los Goya que quería compartir el premio a mejor película con aquellos policías que «arriesgaron su vida sobre todo por defender los principios de la democracia». Entre los destinatarios de esta mención, además obviamente de Arantzazu Berradre/Elena Tejada –la protagonista de esta historia ficcionada con base real–, estaba quien ocupa un papel de coprotagonista en el film.

Se trata del mando policial que gestó la infiltración en el «comando Donostia». Un comisario que permanece anónimo en la película, pero al que ha identificado ‘El Mundo’ hace unos días. Fernando Sainz Merino: un nombre y dos apellidos que no han desapercibidos ni en Catalunya ni en Euskal Herria.

Luis Tosar, el actor que encarna al mando policial anónimo en la película, ha indicado en entrevistas que a su personaje en las comisarías se le llamaba ‘El inhumano’ porque «despertaba a los agentes a horas intempestivas y era muy activo». En coherencia con esta tesis, en la película ‘El inhumano’ es en realidad bastante humano, alguien que rechaza «un nuevo GAL» cuando su pupila cree que le va a proponer algo así, que prioriza ante todo la seguridad de Tejada y que incluso se preocupa por el gato de la agente.

Hasta aquí la «versión oficial». La otra cara, la que no muestra ‘La infiltrada’, es lo que ocurría en los sótanos de calabozos y comisarías. Sainz Merino fue señalado como torturador por tres independentistas catalanes detenidos en Barcelona ya en el año 1980. Y posteriormente ejerció como jefe de la Policía española en Gipuzkoa a partir de 1992 y hasta 1999, en tiempos en que según el informe oficial del Instituto Vasco de Criminología proliferaron los casos de tormentos por parte de este cuerpo y la Guardia Civil y en este herrialde concreto; en torno a un centenar bajo su mando.

De Barcelona a Donostia

El recorrido de este policía nacido en Logroño en 1952 y ya jubilado ha dejado muchos rastros en prensa, boletines oficiales y también documentos judiciales. Ingresó en la Policía todavía en el franquismo, en 1974. Fue seis años después cuando tres independentistas catalanes le denunciaron por torturas junto a otros cuatro agentes españoles. Lo identificaron en una rueda de reconocimiento ordenada por el juzgado.

Se trataba de los militantes del Exèrcit Popular Català (EPOCA) Xavier Barberá, Antoni Massagué y Ferran Jabardo. Habían sido detenidos en 1980 por el atentado mortal contra el industrial José María Bultó ocurrido tres años antes. Denunciaron haber sido torturados para forzar sus autoinculpaciones, en la tristemente conocida comisaría de Via Laietana. Su declaración en comisaría no fue ratificada al pasar ante el juez de la Audiencia Nacional.

El proceso judicial abierto en un juzgado de Barcelona dio pie a la citada identificación de ‘El Inhumano’. La instrucción fue llevada a cabo por los jueces Angels Vivas y Carlos Bueren (que por cierto luego hizo carrera en la Audiencia Nacional mostrándose muy próximo a la Guardia Civil). Aunque finalmente no hubo juicio por las torturas, los tres detenidos perseveraron en su denuncia y tras agotar el periplo judicial español elevaron el caso hasta el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. En 1987, y por vez primera, el Estado español tuvo que comparecer en Estrasburgo, acusado de diversas vulneraciones del Convenio Europeo.

Europa dio la razón a los independentistas condenados respecto a la alegación de que no habían tenido un juicio justo en el tribunal especial español. De hecho, una vez repetida la vista oral acabaron siendo absueltos en 1993 por la Audiencia Nacional, la misma que les había condenado once años antes. Una vez eliminada la autoinculpación forzada, se determinó que no había pruebas suficientes en su contra.

Volviendo a Sainz Merino, la experiencia en la Brigada Regional de Información de Barcelona le sirvió a este policía para ir subiendo en el escalafón y entrar directamente en la lucha anti-ETA desde la Comisaría General de Información. De modo que en 1992, con apenas 40 años, pasó a dirigir la Policía española en Gipuzkoa.

El informe encargado por el Gobierno de Lakua al equipo del IVAC muestra cómo la tortura fue una realidad muy común en esa década de los 90 en Euskal Herria, y especialmente en Gipuzkoa. Y es que este herrialde acapara el 47% de los casos totales del periodo global analizado.

Concretamente, en esos siete años en que ‘El Inhumano’ ejerció la máxima responsabilidad policial en Gipuzkoa el estudio certifica 214 episodios de tortura correspondientes a la Policía española en el conjunto de la CAV, por lo que en Gipuzkoa pueden cifrarse en torno a un centenar como mínimo.

En los dos primeros tercios de su «mandato», Sainz Merino compartió tareas represivas con el primeramente coronel y luego general de la Guardia Civil Enrique Rodríguez Galindo, que estaba aún al frente de la Comandancia de Intxaurrondo.

Sobra decir que en esos años la impunidad en torno a la tortura fue total en Euskal Herria, por lo que no consta que hubiera investigaciones directas sobre ‘El Inhumano’. El último caso del que se ha llegado a condena firme ocurrió precisamente en 1992 (la detención de Kepa Urra en Bizkaia por parte de la Guardia Civil). Las otras 19 sentencias condenatorias firmes (sobre un total de más de 5.000 casos certificados) son todas anteriores.

El ministro Jaime Mayor Oreja ascendió a Sainz Merino a «asesor antiterrorista» en 1998, puesto que compatibilizó inicialmente con el de jefe policial en Gipuzkoa y desde el que propagó la tesis de que el alto el fuego de Lizarra-Garazi era una «tregua-trampa».

Fernando Sainz Merino volvería a ser jefe de la Policía española en Gipuzkoa en 2002 y posteriormente llegó a máximo responsable del cuerpo en la CAV entre 2012 y 2013 (en el impasse fue jefe de la Unidad Central de Información Exterior –UCIE–, centrada en el yihadismo). El entonces delegado español, Carlos Urquijo, destacó en la toma de posesión de 2012 que el designado disponía de dos Cruces al Mérito Policial con distintivo rojo gracias a «un trabajo en condiciones muy adversas por el terrorismo etarra, al que ha combatido muy eficazmente».

Los siete años de Tejada

Por otro lado, ese periodo 1992-1999 coincide exactamente con el periodo en que la agente Elena Tejada llevó a cabo su infiltración, según reveló ‘Ardi Beltza’ en 2000.

Tejada llegó a Donostia presentándose como objetora de conciencia de Logroño el mismo año en que Sainz Merino arribó a la jefatura policial. Y fue entrando en círculos abertzales mientras aprendía euskara hasta llegar al «comando Donostia» y propiciar varias detenciones en marzo de 1999, año en que el comisario provincial fue cambiado de destino.

Sergio Polo y Kepa Etxeberria, en concreto, resultaron detenidos de noche junto al estadio de Anoeta en un operativo realizado a tiros por la Policía española dirigida por Sainz Merino. Por la mañana, los agentes recogieron los casquillos del lugar a plena luz del día y ante las cámaras de los fotógrafos de prensa. Los dos detenidos refirieron torturas.

Tanto Fernando Sainz Merino como Elena Tejada son naturales de la capital riojana, aunque la historia oficial haya preferido ubicar la captación de la agente por ‘El Inhumano’ en la academia de policía de Ávila, bien porque así fue realmente o bien por difuminar pistas que llevaran a identificarle.

Hasta la fecha el comisario ya jubilado había dado algunas entrevistas ligadas a la película, pero siempre tapando su rostro y con nombres figurados como ‘Julio’. Hasta que ‘El Mundo’ ha aportado su verdadera identidad.

Fernando Sainz Merino insiste en un podcast de ‘El Correo’ en que le llamaban ‘El Inhumano’ solo porque «trabajábamos fines de semana, no teníamos vacaciones, ni había Semana Santa ni Navidad... En una de las reuniones que teníamos me dijeron ‘tú, como el responsable, eres El Inhumano’, y ya está».




°

domingo, 16 de febrero de 2025

Reconocer la Tortura

Les compartimos esta editorial de Naiz inspirada por la presentación de la Euskal Herriko Torturatuen Sarea en el Kursaal, misma que demanda pasos firmes en el esclarecimiento de los miles de casos de tortura generados por el terrorismo de estado español - a lo que llaman 'guerra sucia contra ETA' - en su criminal obsesión por negar a toda costa los derechos políticos y civiles del pueblo vasco.

Lean ustedes:


Antes o después deberán reconocer cómo torturaron sin piedad a miles de vascos y vascas

En un ejercicio de empoderamiento colectivo, la Red de Personas Torturadas de Euskal Herria se constituyó ayer en el Kursaal con el objetivo de  dar testimonio, reivindicar la verdad y demandar justicia y reparación. Por supuesto, como víctimas de una violación grave de derechos humanos, también exigen que se establezcan garantías de no repetición, para lo que hará falta activar mecanismos eficaces.

Las alrededor de 900 personas que se dieron cita en Donostia pertenecen a generaciones diferentes, provienen de todos los territorios del país, fueron arrestadas por diferentes cuerpos policiales en épocas distintas y en condiciones particulares, algunas militaban y otras no tenían nada que ver, algunas de ellas fueron condenadas por esas militancias y otras ni siquiera pasaron ante el juez… No obstante, todas ellas son la evidencia clara –si es que a estas alturas, además de los policías, los negacionistas y los ventajistas alguien necesitara pruebas–, de que en Euskal Herria la tortura se utilizó de forma sistemática como parte de una estrategia política.

Esas 900 personas son parte de los más de 5.000 casos de torturas certificados por diferentes organismos oficiales. En realidad, son más, pero esa cifra oficial ya es escalofriante para un país diminuto.

Los vergonzosos huecos de la hemeroteca

Es un escándalo que no sea un escándalo cómo se ha torturado en Euskal Herria: de forma masiva, salvaje y sofisticada, silente y desvergonzada, sostenida e impune. Sobre todo, impune. Que sea un escándalo no quiere decir que sea incomprensible. Demasiada gente y entidades colaboraron de un modo u otro con ese sistema represivo; hay mucho que tapar o de lo que avergonzarse. Además, la realidad de la tortura quiebra el relato oficial sobre el conflicto vasco, distorsionado precisamente por esta impunidad.

La tortura es una realidad que todo el mundo conocía, pero ante la que todas las estructuras de poder del país miraban para otro lado, cuando no colaboraban. Un método afinado con el tiempo y la cooperación necesaria de cargos políticos, jueces, médicos y periodistas. Ante la abrumadora comparecencia masiva e inapelable de Donostia, callan todos ellos.

El cuento de desmanes aislados de policías que perdieron el control nunca tuvo ni pies ni cabeza, pero con el tiempo ha quedado como otra prueba de la crueldad, la desvergüenza y la irresponsabilidad de los torturadores y de sus jefes.

La legitimación de la tortura era la cara B de los pactos que suscribieron los partidos, de la cooperación policial, de cada denuncia descartada por los jueces, de los protocolos no aplicados por los forenses y de los reportajes dictados por «fuentes policiales». En el marco del consenso «antiterrorista» se institucionalizaron los malos tratos a los y las ciudadanas vascas arrestadas bajo incomunicación.

Hora de que las instituciones estén a la altura

Los poderes del Estado deben reconocer lo sucedido. Su negacionismo les debilita ante la sociedad vasca, más ahora que la Red va a difundir las demandas de verdad, justicia y reparación. Las instituciones vascas, especialmente los Gobiernos de Gasteiz e Iruñea, deberían estar a la altura; tarde pero a la altura. Hay una interpelación a los lehendakaris Imanol Pradales y María Chivite para que adopten una visión que respete a las víctimas y oficialicen mecanismos integrales que den una respuesta a estas demandas justas.

Los actos de reconocimiento son un paso positivo que se debe desarrollar. La sociedad vasca tiene una deuda con las personas torturadas que, en un acto de generosidad, plantean hacer de sus traumas y dolores una fuerza colectiva para reconstruir la verdad, la convivencia y la libertad.




°

sábado, 15 de febrero de 2025

Novela Gráfica de la Generación Gernika

Desde las páginas de Deia traemos a ustedes más información acerca de la novela gráfica dedicada a los niños y las niñas de la Generación Gernika.

Aquí la tienen:


Memorias del exilio: los niños vascos del 37

Un viaje a nuestro pasado reciente a través de los recuerdos de “los niños de la guerra”. Esta novela gráfica busca tender un puente entre generaciones y honrar la memoria de los niños y niñas vascos que vivieron el éxodo infantil de 1937. Es un homenaje a sus vivencias y una herramienta para reflexionar sobre realidades similares que ocurren hoy en día

Begoña Garrido

El exilio es una herida que atraviesa la historia reciente de Euskadi. En 1937, miles de niños vascos fueron evacuados para escapar de los horrores de la Guerra Civil. Cuando la guerra se recrudeció en el frente norte, tras los bombardeos de Otxandio (julio, 1936) y Durango (marzo, 1937); el bombardeo de Gernika (abril, 1937) fue el detonante para conseguir apoyo internacional, algo que el Gobierno Vasco llevaba meses buscando para poner a los niños a salvo a través de las denominadas Expediciones infantiles. Francia e Inglaterra brindaron apoyo logístico para evacuar a los pequeños desde el puerto de Santurtzi. Para poder garantizar la seguridad de los refugiados era fundamental coordinarse con países vecinos que pudieran ofrecer rutas seguras y apoyo adicional en puertos de destino. Los refugiados se dirigieron a Francia, Reino Unido, Bélgica, la antigua URSS y México, principalmente; llegando a alcanzar la cifra de 32.000 niños evacuados entre abril y junio de 1937.

El proyecto surgió de mi tesis doctoral financiada por la Universidad de Reading sobre las mujeres de clase trabajadora vizcaínas en el primer franquismo. Sin embargo, cuando comencé a realizar entrevistas en 2019, el exilio emergió con fuerza y me di cuenta del impacto emocional y de la importancia histórica de este episodio. Así, de aquellas entrevistas, surgieron dos proyectos: una tesis y este cómic. Dada la cantidad de familias afectadas por el exilio, pensé que era necesario un proyecto de divulgación propio que llegara al máximo número de familias posible. Por esto, busqué una persona que pudiera realizar la parte gráfica y contacté con el ilustrador Oskar Gorroño, quien entendió la importancia de plasmar estas historias de vida con todo el respeto y el rigor histórico posible.

La novela gráfica muestra las historias de vida de los protagonistas desde los ojos de un niño, tal y como ellos lo narraban con más de noventa años, y como quisieron ser recordados. En ese momento de conversación volvían a su infancia y volvían a sentirse vulnerables. Por eso, también, varias personas declinaron participar, ya que para quienes no habían hablado anteriormente del exilio, esta etapa se había convertido en una experiencia traumática y traerla al presente les expuso a recuerdos dolorosos.

A diferencia de un libro académico, el cómic puede atraer a personas mayores, jóvenes o lectores casuales. Es un formato divulgativo más inclusivo. Facilita la comprensión al lector de un episodio histórico gracias a la combinación de imágenes y texto.

 Además, las imágenes tienen un efecto duradero en nuestra memoria y ver el sufrimiento, la alegría o la lucha de los personajes dibujados genera un impacto emocional que ayuda a generar empatía en el lector. Por estas razones, fue el formato escogido para plasmar parte de las entrevistas. Fue una decisión consciente para evitar dar más protagonismo a los vencedores de la guerra. Sabemos que quienes ganan los conflictos son quienes escriben la historia, y muchas voces habían quedado en silencio durante demasiado tiempo. El objetivo era dar espacio a esas voces.

El cómic relata las vivencias de Lucía, Antonio y Martina, personajes que representan diferentes perspectivas del exilio. Lucía y Antonio, de 12 y 11 años respectivamente, formaron parte de las expediciones infantiles. Barcos como el Habana llevaron a estos niños a la Unión Soviética e Inglaterra, donde fueron acogidos por familias, e instituciones; en el caso de la URSS el gobierno organizó casas-escuela. Martina, sin embargo, ya tenía 17 años, y huyó a Francia acompañada por su madre, dos hermanas mayores y un hermano menor, donde fueron acogidos por una familia. Debido a su edad y a la de sus hermanas no pudieron acogerse a un programa gubernamental infantil; sin embargo, las mujeres de cualquier edad podían ser evacuadas y, en este caso, lo hicieron a través de Asturias.

El hilo narrativo son las emociones por las que los protagonistas van pasando lejos de su hogar, y aunque cada vivencia es diferente, el relato del exilio es una historia universal y las voces de los personajes se cohesionan a través de las emociones proyectándose en la narración como una única experiencia paradigmática de exilio. Reflejo de esto es la estructura narrativa del libro, donde cada capítulo tiene por nombre la emoción que predomina en cada etapa de este viaje: Miedo, Incertidumbre, Esperanza, Ilusión y Desarraigo.
Las emociones son el núcleo

El cómic comienza mostrando el sonido de las sirenas, niños y jóvenes corriendo hacia un refugio y la toma de decisión por parte de los padres acerca del exilio. Los siguientes capítulos muestran la incertidumbre de la llegada al país de acogida, y la esperanza, que corresponde al momento de adaptación. Cuando llevan semanas o meses, las caras se vuelven familiares, el espacio ya no resulta tan hostil, y comienzan a construir un nuevo “hogar”, a pesar de tener presente la separación de sus figuras de apego.

El último capítulo muestra la repatriación como un momento agridulce. Aunque lo vivieron con ilusión por reunirse con sus familias, muchos niños se enfrentaron a numerosas dificultades para readaptarse a su lugar de origen, marcado por la devastación y la represión franquista; además de separarse de sus familias de acogida con las que habían estrechado lazos. Algunos, como Lucía (que había pasado 19 años en la URSS), regresaron en 1956 sintiéndose “extranjeros” en su propia tierra. Su educación era más soviética que franquista, ya que no habían conocido el franquismo hasta que volvieron ya como adultos. Esto provocó que “los rusos” estuvieran controlados e incluso perseguidos por la Policía y que muchos de ellos no pudieran adaptarse y volvieran a la URSS.

Los testimonios recopilados proceden de personas que, en 1937, eran niños o adolescentes, así que “los niños” y sus madres se convirtieron en protagonistas involuntarios del exilio. Además, quería reivindicar el papel fundamental de las mujeres en esta experiencia. Por un lado, las madres se enfrentaron a decisiones extremadamente difíciles: separarse de sus hijos para salvarlos, o exiliarse junto a ellos (cuando era posible) llevando consigo una carga emocional enorme.

Mientras que para muchos niños las primeras semanas del exilio fueron vividas casi como una aventura, sin ser conscientes del tiempo que pasarían sin ver a sus padres; las madres completamente conscientes de la situación, como mujeres adultas, vivieron el duelo de la separación de sus familias y el trauma que supuso el exilio de otra forma. El cómic muestra estas diferencias generacionales sobre las distintas formas de vivir el duelo. Además, el rol de las mujeres fue fundamental como guardianas de la memoria y de la cultura de origen.

Madres y maestras asumieron el rol de cuidadoras, transmitieron la cultura, el idioma, y las tradiciones vascas. Rompieron con los roles de género al convertirse en “cabezas de familia” y ser ellas las que tomaban las decisiones. La situación les empujó a ocupar los espacios públicos y estas experiencias afectaron a la forma en que las hijas vieron a sus madres, en muchas ocasiones, como figuras de autoridad y fortaleza.

El cómic también destaca el papel crucial de las andereños que brindan apoyo no solo logístico, sino que ayudaron a los niños a integrarse, siendo figuras de protección en ausencia de sus padres. En la narración, aparecen dos personajes simbólicos, una maestra catalana que acompaña a los niños a la U.R.S.S. y vive con ellos en la casa-escuela, y la andereño que les acompaña a Reino Unido, y organiza excursiones y festivales para conseguir financiación para el mantenimiento de los niños, además de cantarles en euskera y promover su fe católica.

El régimen franquista silenció las historias de los exiliados infantiles e impuso un discurso único. Considerados “rojos”, muchos sufrieron control y marginación al regresar, como el caso de los que fueron a la URSS. Además, debido al adoctrinamiento político en las escuelas, se perpetuó el silencio sobre la guerra y se impuso la ignorancia sobre el exilio infantil y sus implicaciones. Memorias del Exilio busca romper ese silencio, hablar colectivamente de episodios del pasado que nos han sido negados, recuperar las voces de mujeres y niños como protagonistas y preservar las vivencias de los exiliados, a través de este cómic cuyo relato trata de ser reparador para curar viejas heridas que aún permanecen abiertas.
Los autores

Begoña Garrido

    Doctora en estudios culturales por la Universidad de Reading, especializada en el primer franquismo. Actualmente trabaja en la investigación y divulgación de la memoria histórica.

Oskar Gorroño

    Licenciado en Bellas Artes, por la UPV/ EHU. Desde 2003 ha compaginado la ilustración de libros, manuales y revistas con la enseñanza de las artes plásticas en su academia.

 

 

 

°

Egaña | Tortura: de Bilbao a Estambul

Hace unos días el referente de la izquierda abertzale Arnaldo Otegi daba a conocer pormenores de la tortura a la que fue sometido por los esbirros del españolismo:


Hoy, día contra la #tortura, quiero relatar las que me practicaron en Intxaurrondo y en la dirección general de la Guardia Civil en Madrid.

Día 1. Me ponen una camisa de fuerza y me sumergen una y otra vez en la bañera. Me la practican continuamente hasta perder el conocimiento.

Día 2. Siguen con la bañera, pero la acompañan de la utilización de descargas eléctricas. Durante todo el día.

Día 3. Ahora se suman los golpes y continuan los largos interrogatorios con amenazas hacia mi hijo y mi familia. Amenazas de muerte.

Día 4: Sigue el calvario. Picana electrica, la bañera y amenazas. Ese cuarto día me dejan una pistola en la mesa y me animan a cogerla y fugarme.

Día 5. Declaración con abogado. No se si es abogado o Guardia Civil. Me dicen que lo firme todo o que luego volvemos a empezar. Niego todo y no firmo.

Día 6. Ingreso en prisión y denuncio torturas. Mi denuncia llega a las Naciones Unidas.


En esta ocasión, les compartimos este texto dedicado precisamente a la tortura, de la pluma de Iñaki Egaña, quien lo ha compartido en su perfil de Facebook:



Tortura: de Bilbao a Estambul

Iñaki Egaña

En 1957 y 1959 se produjeron en Bilbo razias policiales con maltratos a los detenidos, con el objetivo de detener a jóvenes de EGI que salían del cascaron y llegaban a un escenario en blanco y negro, donde por gritar “Viva Rusia” o “Gora Euskadi”, al margen de una buena somanta de ostias, arriesgaba a dos años de prisión. “Era lo habitual”, han reconocido los defensores de esa “Transición modélica”, entonces en la oposición, y que a partir de la llegada de la monarquía parlamentaria dijeron que aquellas malas prácticas desaparecieron. Me ha recordado cuando hace poco más de una década la nefasta Yolanda Barcina, presidenta del Ejecutivo foral navarro y luego a su dimisión consejera de Movistar, fue acusada de cobrar dietas por valor de 68.500 euros de reuniones que no había asistido, y se defendió con aquella mítica frase: “era lo que se venía haciendo”.

Al parecer, la tortura había desaparecido, pero la corrupción, al menos en 2013, no. Esta semana, ya metidos en 2025, hemos conocido el informe anual de Transparency International (TI, “The global coalition against corruption”) que adjudica a España en el tema de la corrupción un papel activo en su desarrollo. Estados como Ruanda, Qatar, Cabo Verde o Arabia Saudí son menos corruptos que España que se coloca a la cola de Europa, con el consuelo de que más atrás está la Italia de Goirgia Meloni. Para afianzarse, la derecha española señala que la corrupción se ha elevado a niveles de la época de Felipe González. ¿Y la tortura? Hoy, gracias a los informes de la Fundación Euskal Memoria y el IVAC para los gobiernos de la CAV y la Comunidad Foral Navarra, hemos logrado varias conclusiones. Una de ellas que la tortura en comisarias y cuarteles no se relajó, como dijeron los adalides de la Transición democrática. Que incluso incorporaron a su uso a cuerpos de creación reciente, como la Ertzaintza. Y que el pico más alto de malos tratos y torturas se ejerció en las legislaturas de Felipe González.
Hoy aún persiste esa negacionismo, quizás en ambos casos. La corrupción y la tortura son esporádicos, como en cualquier otro lugar del área occidental. Saltaron casos especiales, mediáticos, como los de Egunkaria, Unai Romano, Kepa Urra, Sandra Barrentxea o el de Patxi Arratibel que logró firmar su declaración con aquel Aztnugal (laguntza, leído en sentido contrario). Los esporádicos que dirán los del Régimen del 78. Pero el trabajo del IVAC nos va contando que ya van más de 6.000 los torturados. Un escándalo en la Piel de Toro, tan cerca de Abu Ghraib y Guantánamo. Y, para su defensa, con la complicidad de jueces, medios de comunicación, lideres de formaciones políticas, instituciones y, huelga decirlo, de fuerzas policiales que inventaron manuales y textos, con una literatura barata, mientras el “Manual del torturador español” de Xabier Makazaga era prohibido en bibliotecas y foros de debate.

La última andanada fue la de la Audiencia Nacional contra Iratxe Sorzabal. En diciembre de 2017, por orden de la justicia francesa, varios expertos confirmaron que el relato que Sorzabal sobre las torturas sufridas en 2001 por parte de la Guardia Civil era verídico. Lo hicieron aplicándole el Protocolo de Estambul, la prueba del algodón. Dicho protocolo fue elaborado por la ONU. El 9 de agosto de 1999 fue presentado a la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos el manual para la investigación y documentación eficaces de la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes, denominado Protocolo de Estambul. La versión revisada del Protocolo de Estambul presentada en Ginebra el 29 de junio de 2022 mostraba el papel fundamental que cumplían los expertos forenses en la investigación de la tortura y del maltrato. España lo rubricó con su firma. Pero prevaricó. A pesar de las recomendaciones y las firmas, el Protocolo de Estambul no fue aceptado por la mayoría de los jueces de la Audiencia Nacional. En el caso de Iratxe no se hizo, ya en Madrid, prueba pericial, ni se tramitó el realizado en París. Simplemente se rechazó. Usos y costumbres, “era lo que se venía haciendo”.

Hoy, se presenta en el Kursaal de Donostia la recién creada “Euskal Herriko Torturatuen Sarea”, que acoge a cientos, miles de torturados en las últimas décadas. Una iniciativa que tiene como sustento ese reconocimiento en la CAV y en la CFN de que la tortura ha estado generalizada entre nosotros, por encima de negacionismos y justificaciones. Son tiempos convulsos también, pero tiempos de reconocimientos, sobre todo de aquellos que hicieron un trabajo intenso, contra viento y marea. No sólo de los torturados, que parecieron predicar en el desierto, sino incluso de comisionados especiales de Naciones Unidas como Theo Van Boven que fueron tachados de marcianos, por incidir en la culpa de España. En 2021, Amnestý International recordaba que España -el entonces monarca Juan Carlos Borbón lo avaló con su firma- había rubricado la declaración contra la tortura en 2006, pero que 15 años más tarde no la cumplía.

Y este tiempo de reconocimiento, también, de aquellos pioneros, que a la sombra de la firma en Nueva York, organizaron en diciembre de 2006 en Elorrio, el Torturatuen I. Nazio Batzarra, con la participación de 421 afectados. La asamblea derivó a una primera organización de torturados, con comités locales en 20 eskualdes, que comenzaron a formarse en febrero de 2007. Sus conclusiones las englobaron en siete puntos, cuyos dos primeros decían: “Somos personas torturadas y como tales nos reivindicamos dignamente. La tortura está amparada y tiene responsables que viven con total impunidad”. Hacían un “llamamiento a todos los torturados para unir fuerzas y luchar de manera conjunta”. Bienvenido sea, porque entonces, recordarán, todos los movimientos relacionados con la solidaridad con los presos o la defensa de los derechos humanos, fueron criminalizados y la mayoría ilegalizados. Efectivamente, nuevos tiempos. Pero para todos.

 

 

 

°

viernes, 14 de febrero de 2025

La Desvergüenza de Gogora

La miseria humana de las personas que toman las decisiones en la institución revisionista de la CAV conocida como Gogora ha tocado fondo.

Resulta que consideran víctimas, entre otros, a quienes bombardearon salvajemente las localidades de Otxandiano, Durango y Gernika.

Tal cual.

Aquí lo que nos informa Naiz:


Gogora incluye entre las víctimas del 36 a pilotos nazis, fascistas italianos y requetés

Intxorta 1937 Kultur Elkartea ha denunciado que el Instituto para la Memoria Gogora sigue incluyendo en su listado de víctimas del golpe militar de 1936 a pilotos de la aviación nazi, unos 40 fascistas italianos, falangistas y requetés.

Intxorta 1937 Kultur Elkartea ha reclamado a Gogora «que abra una investigación que repare este desaguisado», después de comprobar que en su listado de ‘Víctimas mortales de la Guerra Civil en Euskadi’ sigue incluyendo a pilotos nazis, unos 40 militares de la Italia fascista de Benito Mussolini, falangistas y requetés navarros. La situación ya salió a la luz hace unos años y la entonces consejera, Beatriz Artolazabal, alegó que «esas personas también son parte de nuestra historia, de ahí su presencia en esta base de datos».

En este listado se encuentra el grueso de los registros (5975) y se incluyen tanto a ciudadanos vascos muertos en el frente vasco o en otras partes del Estado, como a ciudadanos muertos en el frente vasco, sea cual sea su procedencia. «El problema surge de un pequeño contraste historiográfico sobre estas personas a favor del golpe de Estado franquista del 18 de julio de 1936 que resultan ser requetés, falangistas, aviadores alemanes nazis de la Legión Cóndor, fascistas italianos… glorificados por su actuación en “la conquista de las provincias vascongadas”, o muertos “por la patria y por Dios”», ha señalado Intxorta 1937 en un acto en Arrasate.

La asociación memorialista ha recordado que en la Ley 9/2023, de 28 de septiembre, de Memoria Histórica y Democrática de Euskadi «se habla en su artículo 1 del conocimiento, reconocimiento y dignificación de quienes defendieron estos derechos y valores [democráticos] frente al golpe militar de 1936 y la dictadura franquista».

Por ello, se han preguntado lo siguiente: «¿Son también víctimas los falangistas, requetés, soldados del ejército sublevado, guardias civiles golpistas o militares extranjeros que apoyaron a los franquistas, tal y como las establece Gogora en su página web?» En ese sentido, lo compara con la realidad en Nafarroa, donde el Ejecutivo, en la plataforma Oroibidea – Camino de Memoria cuenta solo las víctimas del franquismo.

La Legión Cóndor y los militares de Mussolini, víctimas

Entre quienes aparecen como víctimas se encuentra, por ejemplo, el piloto nazi Ekkard Hefter que se estrelló con su aparato en la Plaza Nueva de Gasteiz el día 28 de septiembre de 1936. Asimismo, hay por lo menos 40 fichas de combatientes italianos. «Combatientes navarros en cuyas fichas se omite que fueron cuneteros, o murieron teniendo la mala suerte de ser herido por nuestros heroicos soldados muriendo después de recibir los Santos Sacramentos», han añadido.

«Queremos denunciar lo que consideramos una afrenta a nuestra memoria y un gravísimo error histórico después de leer un extenso, detallado y bien documentado informe que ha llegado a nuestras manos. No podemos abordar más que unas pinceladas del mismo, pero es nuestra intención socializar este tema y extenderlo tanto a los grupos de memoria como a los diferentes ayuntamientos», han apuntado desde Intxorta 1937.

Asimismo, han recordado que las listas de Gogora están basadas en las realizadas «por los descendientes de los insurgentes» y que «incluye como requetés o voluntarios a personas que, en realidad, no lo eran». «Nunca fueron requetés y nunca fueron voluntarios. Hubo quien combatió en la resistencia al golpe militar y después de caer presos fueron obligados a combatir en el bando insurgente», han remarcado.

En ese sentido, han querido recuperar la memoria de Francisco Gastañares Elorza, Gregorio Orobengoa Ceciaga, Sabino Ortiz de Guzmán Gallastegui, Ramón Ugalde Lizarralde, Juan Arrese Orbegozo y Esteban Elorza Olalde «detenidos y obligados a ir con los requetés a la línea de combate», donde murieron.

«955 arrasatearras combatieron en primera línea de ambos frentes: 552 lo hicieron junto a los resistentes al golpe militar y 403 como insurgentes o con los insurgentes. Entre estos últimos, 250 fueron obligados por quintas sin estar en absoluto de acuerdo con ninguna de las ideas que se enarbolaban en las filas de los sublevados. ¿Cuántos de estos casos se repetirán en otras localidades?», se han preguntado.

 

 

 

°

sábado, 8 de febrero de 2025

Egaña | Cabeza Fría, Corazón Valiente

Desde Facebook traemos a ustedes esta reflexión de nuestro amigo Iñaki Egaña quien, tomando como referente una reciente declaración por parte de la mandataria mexicana Claudia Sheinbaum, elabora un texto que dibuja un paralelismo con la trayectoria de la izquierda abertzale.

Disfruten la lectura:


Cabeza fría, corazón valiente

Iñaki Egaña

Claudia Sheinbaum, presidenta de México, acaba de dar una nueva versión a la clásica de “Cabeza fría, corazón caliente” que ya difundió su predecesor, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), con el añadido de “razón y pasión”. Ha sido una de las alocuciones de Sheinbaum a cuenta de los aranceles impuestos por la administración de Donald Trump al Estado que dirige y que finalmente han sido atrasados en un mes. La novedad estaba en esa transmutación de “caliente” por “valiente” que, por cierto, en aquel lado del Atlántico se ha hecho viral.
La expresión, con su variantes, no deja de ser una más entre canciones, discursos, poemas, de una referencia casi obligada ante situaciones que se antojan complejas y a las que hay que abordar sí o sí. Hasta Artur Más promocionó su visión particular del Procés con un libro que llevo el título, precisamente, que utilizó AMLO, ya posteriormente, supongo que sin conocer el trabajo del catalán. La respuesta puede originar un cambio de paradigma, modificar el escenario político y por ello, la eterna pregunta. ¿Cuál es la acertada? ¿La razón o la pasión? ¿Las dos necesarias? ¿Una condiciona a la otra? Avanzo que la mía tampoco es rotunda. La coyuntura, el contexto, marcan las decisiones. En ellas, el equilibrio -una concepción demasiado teórica- decide. Y la perspectiva nos dirá cuál ha sido la más acertada. Porque ambas, la cabeza fría y la valentía, son necesarias. Algo que, con seguridad, a corto plazo al menos, obviará la Inteligencia Artificial. Por un tiempo seguiremos siendo humanos, controlando a las máquinas.

Los territorios, es decir y aunque parezca escasamente científico, marcan las diferencias entre una y otra opción. El aire que respiramos o el que inhalaron nuestros antepasados más cercanos, nos hace ser como somos. Y por eso, entre ambas, siempre hay una que superpone a la otra, por mucho que la expresión clásica las equipare. En Oriente, y en particular en China, dicen que la pausa para evaluar es prolongada. Hay una anécdota que la han cambiado una y otra vez. Se trataba de Zhou Enlai, primer ministro chino, que acudió a Ginebra para mediar en la guerra de Vietnam en 1954 o en otra ocasión según las fuentes. A la pregunta de un periodista francés sobre su opinión referente a la Revolución francesa (1789) parece que respondió “es demasiado pronto para conocer sus efectos”. Exuberantemente atractiva para borrarla, al margen de su veracidad. En el otro extremo, Guillermo Larregi, migrante navarro a Argentina, quien por una apuesta y a sus 50 años, tomó una carretilla de 130 kilogramos y marchó andando de Buenos Aires a Patagonia. Le tomó gusto y finalmente realizó cuatro caminatas completando más de 22.000 kilómetros, siempre con su pesada carretilla. Le llamaron “El vasco de la carretilla”. Puro corazón.

En nuestro proceso político hemos asistido a esas bifurcaciones donde la respuesta debía ser inmediata y, ahí, la decisión razonada era complicada. Se necesitaba, como señala el dicho, mover el avispero, incluso alborotarlo. En la cercanía europea son innumerables los proyectos que ante un exceso de razonamiento, de evaluación de consecuencias y ramificaciones, cayeron por muerte dulce, por inanición porque les faltaba pasión. ¿Cuántas revoluciones demoradas sucumbieron en pizarras, bibliotecas y universidades? También las que acabaron en una par de días, empujadas por los latidos de corazones impetuosos.

La “cabeza fría” ha sido asociada a la “paciencia revolucionaria”. Pero tanta paciencia, ¿aboca a la pérdida del espíritu transformador, a la asimilación? Desde la izquierda abertzale, casi desde sus inicios modernos (me refiero al nacimiento de ETA porque ANV no tuvo tiempo de desplegar su teoría en práctica ante la guerra civil), la idea constante ha sido la de “la presión”. Presión para mantener en danza a los enemigos seculares. Más importante que cualquier razonamiento de tipo ideológico tradicional. Porque presión, la mayoría de las veces, es desgaste para el contario. Aquella década de “acción-represión-acción” necesitó algo de corazón, pero sobre todo de valentía. Y aquello agitó la cesta. ¡Vaya si la removió! No sólo para aquella juventud surgida en un magma franquista, sino para toda una generación opositora, derrotada y humillada que volvió a sentir la llama militante.

Sin embargo, en tiempos posteriores, esa misma presión, inmediata, dejó algunas lagunas que la perspectiva convirtió en preguntas. ¿Y si la cabeza fría hubiera superado a la valentía en las Conversaciones de Argel (1989) y aquel texto modificado por el Gobierno hispano no hubiera sido rechazado tan tajantemente? ¿Y si la Iniciativa de 1998, seguida del Acuerdo Lizarra-Garazi no hubiera sido examinada con lupa y sí con anteojos amplios? ¿Y si en las Conversaciones de Loiola y en las negociaciones de Suiza-Noruega (2005-2007) se hubieran ampliado los márgenes? Son preguntas sin respuesta porque el desenlace, de contestar afirmativamente, pudiera haber sido el mismo.
No quiero con ello desequilibrar la balanza y dar la impresión que nuestro pleito, aún abierto, ha pecado de corazón y ha adolecido de cabeza fría. No soy yo quien lo digo (diversos estamentos internacionales lo consideraron extraordinario en comparación con otras experiencias), pero ese proceso que comenzó a gestarse en 2010 y concluyó en 2017, tiene mucho de “cabeza fría” y “valentía”. Contra viento y marea, abriendo puertas jamás expeditas, revolcaron una situación enquistada que España consideraba ganada en lo que supuso la “solución final”. Alfredo Pérez Rubalcaba, el maquiavélico ministro del Interior socialista, ya había hecho su reflexión: “¿Con quién se creen que están negociando? ¿No se dan cuenta que somos el Gobierno España?”. Pues eso. Quizás nos han tomado por ser un Guillermo Larregi más. Sus parodias nos clasifican en ese apartado. Pero este pueblo ha dado sobradas muestras que también sabe gestionar con la cabeza fría y el corazón valiente.

 

 

 

°

lunes, 3 de febrero de 2025

Miguel de Iturbide y Zuría

Este texto histórico de la autoría de Joseba Asiron, mismo que ha sido publicado en Noticias de Navarra, arroja luz sobre un personaje vinculado a uno de los consumadores de la independencia de la Nueva España, posteriormente llamado México, del cual el golfo deriva su nombre.

Agustín de Iturbide Aramburu, quien era vasco por los cuatro costados, no es una figura bien ponderada en la actualidad en México, aunque los cargos de los que le acusan tanto historiadores como revisionistas no dan para que haya sido defenestrado y suenan más a mala prensa.

Tampoco debemos de olvidar que un paisano suyo, Xabier Mina Larrea, también desafió a la monarquía española y que su incursión en la Nueva España sirvió para mantener viva la llama de la insurrección en los momentos más aciagos para los insurgentes.

Ahora bien, más allá de los personajes, es interesante ver la cantidad de movimientos independentistas en contra de la corona espñola que existían en el siglo XVII.

Lean ustedes:


Miguel de Iturbide y Zuría: De héroe de los tercios de Flandes a traidor “independentista”

En 1648, la monarquía española enfrentó una gran crisis, con revueltas y una dura represión que alcanzó a muchos, incluidos navarros hoy olvidados

Joseba Asiron

Los Iturbide de Gartzain

Hoy en día el caserón conocido como Iturbidea de Gartzain (Baztan) tiene la fisonomía de uno más de los caseríos vascos de la zona, y no permite adivinar su origen medieval. Y es que el paso de los siglos ha desfigurado lo que en inicio debió ser una torre defensiva, casa solar de los Iturbide y lugar de nacimiento, en 1607, de Miguel de Iturbide y Zuría Mayor, hijo de Sancho de Iturbide y Rafaela de Zuría. Los Iturbide formaban parte de la más antigua nobleza del reino, y como tal su escudo, tres fajas verdes sobre fondo plateado, figura en el Libro de Armería del Reino de Navarra, donde se recogían los escudos de los más importantes clanes nobiliarios del reino. Es seguro que en su infancia Miguel escucharía mil veces las viejas historias de la familia, las mismas que, años más tarde, sirvieron para que fuera nombrado caballero de la Orden de Santiago. Historias seguramente fantásticas y difíciles de comprobar, como aquellas que aseguraban que sus antepasados habían servido a los reyes de Navarra en las batallas de Valdejunquera (920), Calatañazor (1002) y Navas de Tolosa (1212). Mejor documentada está la colaboración de los Iturbide en las empresas de la monarquía española, y así, Juan de Iturbide, tatarabuelo de Miguel, fue banderizo beaumontés que colaboró en la conquista de Navarra, participó en el asedio de Amaiur y murió preso de los franceses en Dax. Le sucedió su hijo Sancho, bisabuelo de Miguel, y a este su hijo, llamado también Sancho. Cinco hermanos de este último, tíos-abuelos de Miguel, murieron sirviendo a Felipe II: dos luchando contra los turcos en la batalla de Lepanto, uno en Francia, en el tercio del guipuzcoano Alonso de Idiáquez, otro en Flandes y otro en Nápoles. Su tío, el maestre de campo Pedro de Vicuña, murió de dos arcabuzazos en Vervins (Francia), y hasta su propio padre perdió un brazo tras despeñarse con su caballo en acto de servicio.

Soldado heroico en los tercios

Con estos antecedentes a nadie extrañará que Miguel eligiera la carrera de las armas. Sabemos que se enroló en el ejército de Flandes en 1625, con 18 años, y sirvió en el tercio de Alonso Ladrón de Guevara. Sus superiores lo describen entonces como “principal, particular y valiente soldado”, habiéndose distinguido en el asedio de la ciudad de Brujas. En 1931 un teniente coronel del ejército español, Eufrasio Munárriz, escribió una novela histórica sobre Miguel de Iturbide donde se pone mucho acento en sus hazañas militares, aunque ignora casi por completo su faceta política y su relación con Pamplona. Sabemos, eso sí, que en 1631 tuvo que regresar de Flandes por la muerte de su padre, y que posteriormente se integró en la compañía de Alonso de Cosgaya para combatir a los franceses en Hondarribia. Informado el virrey de que Miguel hablaba euskara y francés, lo envió a espiar los movimientos de tropas y las fortificaciones de San Juan de Luz, Bayona, Dax y otros lugares, trabajo que le ocupó varios años. Regresó en 1635 y marchó a Madrid para informar, siendo alabado por el mismísimo conde-duque de Olivares e ingresando en la Orden de Santiago. En 1636 forma parte del contingente que invade Francia, tomando Ziburu, Sara y Ainhoa al frente de 500 baztaneses. En septiembre de 1638 colabora en el desbaratamiento del asedio francés de Hondarribia, y acto seguido marcha a Cataluña, donde será herido de un mosquetazo. Regresa entonces a Navarra para recuperarse, poniendo final a su carrera militar, con el rango de capitán de “caballos corazas”, es decir de la caballería pesada o “acorazada”. Es muy posible que en este tiempo estableciera su residencia en Pamplona, casándose con Clara de Argaiz, con la que tuvo al menos una hija, llamada Magdalena de Iturbide.

Regidor y diputado en Pamplona

En 1643 y cuando Miguel cuenta 36 años es nombrado regidor (concejal) por el burgo de San Cernin. Durante un año desempeñará funciones de índole representativa, militar y logística en el ayuntamiento, desde desfilar por las calles encabezando la milicia o participar en la marcha “en cuerpo de ciudad”, hasta apadrinar al hijo del virrey, pasando por custodiar las armas depositadas en la armería o supervisar el suministro de pan, vino y aceite de Pamplona. Por ello su firma aparece con asiduidad en el Libro de Actas del Ayuntamiento de Pamplona. La carrera política de Miguel culminará cuando en 1644 sea nombrado diputado por Pamplona en las Cortes del Reino, convirtiéndose en el político navarro más carismático e influyente del momento. Es en este tiempo cuando, declarando como testigo en un litigio, afirmaba que “la lengua matriz de este Reyno (...) desde Tafalla hasta los Pirineos (...) es la bascónica o bascongada (...) que es la que hoy se practica en toda gente ordinaria...”

Mientras tanto, la situación política se ha complicado muchísimo. En 1640 Cataluña y Portugal se habían alzado en armas para conseguir su independencia, y la corona quiso convertir Navarra en centro de reclutamiento para el frente catalán, contraviniendo lo que dictaba el Fuero. El virrey español, conde de Oropesa, presiona a unas Cortes que, lideradas por Iturbide, se resisten a los reclutamientos forzosos y amparan y protegen a los navarros que desertan. En febrero de 1645 el conde de Oropesa manda a galeras a ocho desertores navarros, y las protestas alcanzan cotas de escándalo en Pamplona. Iturbide, abiertamente enfrentado al conde de Oropesa, viaja a Zaragoza, donde se encontraba el rey, y consigue algo inaudito y sin precedentes, la destitución y traslado del virrey.

Un asesinato de estado

Pero Miguel de Iturbide se estaba acercando demasiado al abismo. En 1646 Felipe IV se desplaza a Pamplona, acompañado del príncipe heredero Baltasar Carlos, para jurar los fueros de Navarra e intentar calmar la revuelta situación política, pero en la práctica nada se consigue. A las rebeliones secesionistas de Portugal y Cataluña se añaden conspiraciones en Aragón y Andalucía, y surge entonces la sospecha de que Iturbide es en realidad el cabecilla de un intento por recuperar la independencia de Navarra. Y el hecho de que en las conversaciones que se llevaban a cabo con Francia el estado vecino comenzara a introducir la “cuestión navarra” aumentó aún más los recelos. En el invierno de 1646 Iturbide recibe la orden de marchar a Madrid, únicamente con la intención de alejarle de Pamplona, núcleo de una eventual conspiración. Permanece allí en situación de libertad vigilada y, todavía un año después, el 19 de julio de 1647, en la correspondencia mantenida con Navarra se aseguraba que no le habían comunicado la razón de su destierro, aunque no constaban cargos contra él. Por fin, de manera fulminante, Miguel de Iturbide es detenido e inmediatamente asesinado el 15 de agosto de 1648. En una carta que se ha podido conservar, escrita por el militar Carlos Padilla a su hermano, se dice: “A un caballero llamado Don Miguel de Iturbide y a otro letrado, ambos navarros, prendieron esta noche. Ya son muertos, dicen que de repente. El pretexto fue conjuración en Navarra, eran de allí entrambos”. Esta es la única pista que existe sobre el destino final de Miguel de Iturbide. Cómo murió, dónde fue enterrado y quién era el otro navarro asesinado con él, constituye un misterio. Lo único seguro es que el baztanés pasaba así a engrosar una larga lista de navarros que, a través de los siglos, intentaron preservar la personalidad y el autogobierno de Navarra, siendo víctimas de la monarquía hispánica. 174 años después de la muerte de Miguel de Iturbide un familiar suyo, descendiente del mismo tronco baztanés y llamado Agustín de Iturbide y Aramburu, se convertirá en líder de la independencia mejicana e incluso llegará a ser nombrado emperador de Méjico pero, como suele decirse, esa es otra historia... 




°

domingo, 26 de enero de 2025

Egaña | La Estrategia de las Violaciones

Cada vez que el estado español o un medio de comunicación afín habla acerca de las actividades armadas de ETA siempre reducen las estadísticas de la violencia a los muertos y heridos causados por ETA así como la de las bajas en el campo abertzale, sin mencionar la autoría de estas.

Nunca se habla de otras estadísticas, como por ejemplo, la de la cifra de los torturados.

Mucho menos se va a hablar de la violación como un arma más en el arsenal represivo en contra del derecho del pueblo vasco a su autodeterminación.

Por lo anterior es que se hacen tan necesarias voces como la de Iñaki Egaña, quien ha compartido el siguiente reporte en su perfil de Facebook:


La estrategia de las violaciones

Iñaki Egaña
Este enero se han cumplido 45 años de la violación y muerte de Ana Tere Berroeta en Loiu y en junio el mismo aniversario recordará a Mari José Bravo en Donostia. Ana Tere tenía 19 años y Mari José 16. Javi Rueda, el compañero de Bravo, fue apaleado cuando intentaba defender a la adolescente, y dejado por muerto. Revivió pero a consecuencia de las heridas falleció años más tarde. Las muertes de ambas mujeres fueron reivindicadas por el BVE, la marca estatal que en 1983 fue sustituida por la de los GAL.

En ese periodo se produjeron más violaciones en las que, en algunas de ellas, los denunciados fueron agentes policiales. Las violadas sobrevivieron. También hubo varios casos de denuncias de violaciones en comisarías, en situación de custodia policial. Tras las denuncias, sus nombres se difundieron en los medios de comunicación. Pero las denuncias no tuvieron recorrido judicial. Una de ellas fue declarada incluso en un juicio en 1988 que tuvo lugar tras una detención . En el litigio, en el que la acusada fue imputada por ser militante de ETA, la fiscal Carmen Tagle, ejerció de juez y testigo a la vez, afirmando, por toda prueba, que el aspecto de Begoña no era el de una mujer violada. Hubo también situaciones que sugirieron haber sido preparadas en un despacho de expertos en contrainsurgencia. También en 1988, durante un largo secuestro por ETA de un empresario madrileño, los medios y la Policía cargaron las tintas sobre un miembro del comando que retenía al industrial. Y con la intención aparente de que el clandestino abandonara su escondite, dando pistas de donde se hallaba retenido el secuestrado, el hijo del militante sufrió un intento de violación, en su localidad natal, a 500 kilómetros de Madrid.

Estos casos ya fueron amparados explícitamente por el informe del Gobierno Vasco de 2008 "Víctimas de vulneraciones de derechos humanos derivados de la violencia de motivación política", bajo el epígrafe de violaciones sexuales de mujeres "con reivindicación política". En dicho informe, asimismo, se recogieron casos de detenidas en dependencias policiales que denunciaron haber sido violadas o agredidas sexualmente en el transcurso de su arresto. Y algunas de esas denuncias no estaban alejadas en el tiempo tanto como las de Ana Tere o Mari José, sino que pertenecían al siglo XXI. También impunidad, esta vez judicial, porque otra institución, como en este caso el Gobierno de Gasteiz ya las había señalado.

Las fuentes de todas esta crónicas son varias. Las diligencias judiciales, a las que no tenemos acceso, y cuando lo haya, la ley de protección de datos que obliga a que la petición deba ser realizada por la víctima. Muchas no quieren revivir el terror y otras, bilógicamente, no están entre nosotros. También los archivos históricos en los que están alojados los informes diarios de Guardia Civil, Policía y gobernadores. Pero en ellos nos encontramos con tres problemas. El primero, que en caso de resolución, únicamente aparecería el nombre de la víctima y el resto de nombres estaría tapado con tachones para encubrir generalmente a los victimarios. El segundo, los 50 años que deben haber transcurrido, por ley, entre el hecho y la petición de información. Y el tercero y más doloroso, que las cuestiones relacionadas con violaciones de derechos humanos (torturas, abusos sexuales, ejecuciones extrajudiciales…) no aparecen en los informes que los propios policías confeccionan. Lo digo con experiencia, revisando legajos anteriores a 1974. Y en supuesto caso de posibilidad de acceso a información relevante que desvele alguno de estos acontecimientos, la franquista y a pesar en vigor, el muro de la Ley de Secretos Oficiales.

En la investigación popular, al margen de la hemerotecas, fue el exhaustivo trabajo del abogado Miguel Castells -todavía en activo a sus 93 años- que recogió las transgresiones de derechos humanos del Estado español en Euskal Herria, incluidas las violaciones, que le llevaron a una conclusión compartida por gran parte de nuestra sociedad: la actividad paramilitar estaba diseñada desde el Estado. Fue condenado por este trabajo por los tribunales españoles y el de Estrasburgo le dio la razón en 1991, lanzando una nueva andanada contra la estrategia negacionista de los Gobiernos españoles.

Más recientemente, Argituz presentó un nuevo informe “Mujeres violadas con reivindicación política por grupos parapoliciales”, que refiere el periodo que fue de 1977 a 1980 y recoge casos particulares, en los que destacan que antes de ser violadas, algunas víctimas sufrieron un interrogatorio sobre miembros de ETA. Sin embargo, las instituciones y los estudios académicos han pasado de puntillas sobre este tema, al margen de los trabajos y esfuerzos citados. Si la lectura debe se integral, aún tenemos un debe enorme.

Gracias a estas fuentes, hoy conocemos que hubo varios localidades que concentraron la mayoría de las agresiones sexuales: las cuatro capitales de Hego Euskal Herria y otros puntos menores como Bermeo, Orereta o Irun. Las violaciones tuvieron lugar en escenarios donde también se produjeron otro tipo de represiones tanto asumidas por el Estado (torturas, secuestros) como negadas (acciones paramilitares). El modus operandi de los victimarios fue muy similar a pesar de la distancia entre localidades. En todos los casos, los violadores exhibieron sus armas para coaccionar a las víctimas. Lo más llamativo del tema reside en que casi la totalidad de las manifestaciones por esas agresiones sexuales fueron reprimidas violentamente por las fuerzas de seguridad españolas, provocando heridos.

Al hilo de los testimonios, Mai Etxamendi, compuso y cantó una canción junto a su padre Eñaut (el de la mítica pareja Etxamendi eta Larralde), titulada “Zure kontzertu batez (1980)”: “Errenteriritk bost gizon dira heldu/ Bostek ninduten hortxet inguratu/Kristianoz ninduten deshoratu/Joak labanez sarraskitu/Nintzalarik lurreratu/Bostek ninduten biolatu”. 




°

sábado, 25 de enero de 2025

El Quid de la Sede

Cuando Jordi Évole se sentó a entrevistar a Josu Urrutikoetxea en lo que después se convertiría en el documental conocido como 'No me llame Ternera', el propagandista catalán se despachó a gusto con la gran mentira del relato españolista; que tras la muerte de Franco la democracia había llegado al estado español, claro, con la intención de dar a entender que con la muerte de Franco y la supuesta llegada de la democracia dejaba de existir la razón de ser de ETA.

Pues bien, para desmayo de Évole, el PP a nivel estatal ha decidido no concederle la razón pues insiste en que un edificio comprado por vascos en París, mismo que fue incautado por el franquismo, pertenece a Madrid.

Desde Naiz, aquí lo más reciente con respecto al edificio en París que fuese la sede del gobierno vasco en el exilio:


Sede de París: para el PP es de España; para el PP vasco, de Lakua; y para el PNV, suya

El PP ha conseguido instalar un debate a nivel estatal sobre de quién es la sede que ocupó el Gobierno Agirre en París, no sin contradecirse, porque afirma una cosa en el Congreso y otra en Euskal Herria. Mientras, el PNV se reivindica como legítimo dueño afirmando que la pagaron sus militantes.

Ramon Sola

El acuerdo entre el PNV y el Gobierno español para transferir la propiedad de la sede que ocupó en París el Gobierno de José Antonio Agirre en el exilio se ha convertido en motivo de gresca entre este partido y el PP. La formación que lidera Alberto Núñez Feijóo lo está usando cada vez más como argumento principal para justificar el golpe que quiso propinar a Pedro Sánchez tumbando el «decreto omnibús», a sabiendas de que es muy impopular poner el foco en las otras consecuencias de su no: pensiones, desahucios y ayudas al transporte.

En esta ofensiva ha conseguido extender un debate sobre de quién debe ser ese edificio. En el Pleno celebrado el miércoles en el Congreso confluyó totalmente con Vox en la afirmación de que se trata de una propiedad española, obviando que fue incautada a la representación del Gobierno Vasco primero por el nazismo y luego por Franco.

Como recordaba en este reportaje en NAIZ el historiador Iñaki Egaña, «con la invasión alemana de París, la Gestapo y los servicios secretos españoles se hicieron cargo de la delegación vasca. En nombre de la embajada española, los funcionarios Pedro Urraca, Francisco Serrano y Pedro Macías se incautaron de la sede. Y este embargo provocó la confiscación de numerosa documentación que dejó la puerta abierta a una brutal represión en Hego Euskal Herria».

En 1944, recordaba Egaña, la sede de Marceau fue recuperada por un grupo de guerrilleros, cuando los nazis abandonaron París. Xabier Landaburu, vicelehendakari que había permanecido en París, recuperó para el Gobierno Vasco, pero la Embajada franquista protestó airadamente. «Fue en el verano de 1951 cuando el Gobierno francés expulsó sorpresivamente al Gobierno Vasco de su sede parisina. El proceso judicial, que parecía claro a favor del Gobierno Vasco, se decantó a favor del Gobierno falangista, cuando el dictador Francisco Franco anunció que cerraría el instituto y el liceo francés en Madrid si no se desalojaba al Ejecutivo vasco de su sede de la Avenida Marceau».

El chantaje surtió efecto y el lehendakari Agirre declaró: «Salimos de este edificio expulsados por la fuerza pública, en ejecución de una sentencia que califica al Gobierno Vasco de ‘ladrón’, sentencia obtenida durante la ocupación alemana bajo la protección del enemigo».

Desde entonces el edificio ha sido propiedad estatal y en los últimos tiempos sede del Instituto Cervantes. Hasta que ha llegado este acuerdo con el Gobierno español para su «devolución», largamente demandado por el PNV.

Doble discurso del PP

En el pleno del miércoles, y eludiendo todas estas evidencias históricas, el representante del PP Juan Bravo insistió en que el edificio es «patrimonio estatal» y que no cabe traspasar la propiedad para «beneficiar a un partido político».

Un día antes, el portavoz principal en el Congreso, Miguel Tellado, había encendido las iras del PNV afirmando que «todos los españoles vamos a pagarle al PNV una renta mensual para tener en ese edificio que hoy es público y mañana dejará de serlo para ser del PNV: La sede en Francia del Instituto Cervantes. Vaya vergüenza todo. Vergüenza el comportamiento del Gobierno de España y vergüenza la actitud y el comportamiento del PNV». Tildo a la formación jeltzale de «aprovechategi». Desde la tribuna del Congreso, Idoia Sagastizabal le devolvió el insulto: «Lotsagabe».

Este viernes, sin embargo, el presidente del PP en la CAV, Javier de Andrés, ha utilizado otro discurso, según el cual el palacete no es español, pero tampoco jeltzale, sino en su caso del actual Gobierno de Lakua.

Ha afirmado que existen «cuatro sentencias» que así lo acreditan: tres en tribunales franceses, «la última de 1951», y otra del Supremo español. Y ha acusado al lehendakari, Imanol Pradales, de no reivindicar la propiedad. «Su libertad e independencia acaban donde empiezan los intereses de su partido», ha dicho.

«Bastaría con que Gobierno Vasco fuera con estas cuatro sentencias y oponerse a que ese registro sea efectivo, pero Pradales prefiere meterse con el PP, porque nosotros estamos defendiendo los intereses de los vascos a través de lo que tendría que ser el Gobierno Vasco», afirma De Andrés.

El PNV se reivindica

Por su parte, el PNV no se echa atrás para reivindicarse como único propietario. Ya el día que se presentó el acuerdo, el Euzkadi Buru Batzar sostuvo que «está plenamente probado y demostrado que, si bien lo utilizó el Gobierno Vasco en el exilio, quien adquirió y pagó el edificio de la Avenida Marceau fue EAJ-PNV. La transferencia previa a su adquisición se formalizó el 12 de septiembre de 1936, cuando el Gobierno Vasco aún no existía. Ni siquiera se había aprobado aún el Estatuto de Autonomía que sustentó legalmente la existencia de aquel primer Gobierno Vasco».

En la misma línea, este viernes el coordinador del archivo de la Fundación Sabino Arana, Eduardo Jauregi, ha aseverado que el palacete pertenece al PNV porque se adquirió con donaciones de sus militantes, en concreto una transferencia económica de miles de dólares desde el Banco Nacional de México a la sucursal del Banco de Bilbao en la capital francesa por parte de la familia Belaustegigoitia a Elidoro de la Torre, primer consejero de Hacienda del recién constituido Gobierno de Lakua.

«Hay prueba documental de esa transferencia –remarca Jauregi–. Se hace el 12 de septiembre de 1936 antes de constituirse el propio gobierno de Euskadi (7 de octubre). Yo no sé de dónde han sacado la información de que el Gobierno de la República dio dinero al Gobierno Vasco. Nosotros desconocemos esos datos, lo que sabemos es que ese dinero vino de gente del PNV para ese asunto».

El coordinador de la fundación añade, en un recordatorio pertinente a PP y Vox, que las dependencias de París acogieron, además de a la Falange Española, a la denominada Comisión de Recuperación de Bienes creada «por el nuevo Gobierno franquista», que intentaba conseguir y recuperar todos los bienes que, según ellos, «los rojos» habían sacado de territorio estatal.

 

 

 

°

Angulas a los Cerdos

Una juventud acostumbrada a comer mac hamburguesas, pizza de mostrador, rollos de arroz - llamados incorrectamente sushi - y ramen de microondas... hoy califica negativamente platos sofisticados o con tonos sutiles para el paladar.

Como dicen en México, qué mejor, entre menos burros, más olotes.

Aquí lo que nos informa el Diario Vasco:


Un clásico de la cocina vasca, en el listado de los peores platos del mundo

TasteAtlas, una enciclopedia gastronómica internacional, elabora este ranking anual para destacar las recetas más y menos apreciadas en todo el mundo

I. G.

Un plato tradicional vasco, las angulas a la cazuela, ha sido incluido en el listado de las peores recetas del mundo elaborado por la guía internacional TasteAtlas. Este ranking, que genera polémica cada año, clasifica las recetas menos apreciadas según las votaciones de miles de usuarios alrededor del planeta. En la edición de 2025, las angulas a la cazuela obtuvieron una puntuación de 2,3 sobre 5, situándose en el puesto número 19 del ranking.

La receta, un clásico de la cocina vasca, se prepara con ingredientes como angulas, ajo, pimentón picante, aceite de oliva y sal. El ajo y el pimentón se sofríen en aceite de oliva en una cazuela, a la que se añaden las angulas para cocinarlas hasta que estén calientes y chisporroteen. Tradicionalmente, este plato se sirve directamente en la cazuela y se come con un tenedor de madera.

Pero las angulas no son el único plato español que aparece en esta poco halagadora clasificación. Las faves a la catalana, un guiso originario de Cataluña elaborado con habas, butifarra negra, tocino y especias, han sido calificadas como el 16º peor plato del mundo, también con una puntuación de 2,3. Este plato, con recetas que se remontan al siglo XIX, es un símbolo de la gastronomía catalana, aunque parece no haber conquistado el gusto de los votantes internacionales.

Un clásico de la cocina vasca, en el listado de los peores platos del mundo

Por su parte, un plato valenciano también figura en la lista: el bocadillo de carne de caballo, habitual en el 'esmorzar' típico de la región. Este bocadillo, que combina carne de caballo con ingredientes como ajos tiernos, queso o tocino frito, ocupa el puesto 18º, igualmente con una puntuación de 2,3.

TasteAtlas, una enciclopedia gastronómica internacional, elabora este ranking anual para destacar las recetas más y menos apreciadas en todo el mundo. En la edición de este año participaron casi 600.000 personas, de las cuales unas 400.000 fueron reconocidas como votantes legítimos tras un riguroso proceso para evitar fraudes y votaciones sesgadas.

 

 

 

°

sábado, 18 de enero de 2025

Egaña | La Agenda del Medio Centenario

Nuestra publicación de 2015 titulada 'Paca la Culona' ha tenido muchas visitas durante las semanas recientes y no podemos negar que esto nos había picado la curiosidad.

Pues bien, agradecemos a nuestro amigo el que haya publicado este texto que nos ayuda a esclarecer el misterio, mismo que traemos a ustedes desde Facebook:


La agenda del medio centenario

Iñaki Egaña

A poco de comenzar el año, nos llegó la turrada de la que va ser tendencia durante 2025. El medio siglo de la muerte del dictador, al que no le salvó ni siquiera aquella mano incorrupta de Teresa Sánchez de Cepeda, una religiosa que canonizaron como Santa Teresa y cuya reliquia trasladaron desde la iglesia de la Merced de la ciudad andaluza de Málaga. Las referencias a Franco nos han inundado como una Dana. Unos para reforzar su narrativa de cuánto enfrentaron a la dictadura, cuando la realidad fue que con la excepción del PCE, ETA y algunos sindicatos, su postura fue la de la espera. Otros para aprovechar la ola neofascista y reivindicar su “buen hacer”. Y un tercer grupo para mostrar supuestas equidistancias y desinterés, con el argumento de que no merece la pena rasgar ese pasado tan lejano, cuando la juventud actual ni siquiera conoce quienes fueron Eddy Merckx, Gorbachov o Rodríguez Galindo.

Así que la agenda está servida. Pero como sucede con otros aniversarios redondos, la potencia de los medios extraños, la viralidad de las redes y la universalidad de la idiotez, nos enfangan en una agenda ajena. Es cierto que el suceso, la muerte del dictador y su trayectoria, tuvieron un impacto bestial en la sociedad de Hego Euskal Herria. Pero también es notorio que en nuestro territorio, tanto al norte como al sur de la muga, este medio centenario debería tener otros recuerdos más pujantes que la loa o el despreció del llamado entonces generalísimo.
Las exequias de Franco estuvieron precedidas de las ejecuciones de dos militantes de ETA y tres del FRAP. Jon Paredes, Txiki, y Ángel Otaegi, fueron condenados a muerte en juicios que apenas duraron unas horas y sus penas fueron refrendadas por una corte de dirigentes franquistas que dos años más tarde se despertarían, como por arte de magia, siendo tan demócratas que hoy aún, sus apellidos nominan avenidas, escuelas y aeropuertos. De aquella fecha, 27 de setiembre, la izquierda abertzale situó el Gudari Eguna y con aquellos mimbres y los de los gudaris de la guerra del 36, edificó un robledal, un camposanto metafórico, que fue dilapidado por las “fuerzas del orden” hace poco más de una década.

Las movilizaciones por Txiki y Otaegi fueron parte de un contexto que nos presentó como un pueblo unido como cantaba Quilapayún. Con un coste enorme que este medio centenario debería reconocer. Huelgas generales, protestas, encierros, sabotajes… La repuesta del Estado franquista fue la del estado de excepción, la promulgación de una Ley Antiterrorista y la escenificación de una guerra sucia que comenzó con el BVE (Batallón Vasco español) y se alargó con los GAL, en tiempos de quienes en 1975 decían ser oposición clandestina, activada para derrocar al dictador (PSOE). Habilitaron la plaza de toros de Vista Alegre, en Bilbo, para albergar a tantos detenidos que no entraban en comisaría. Tal y como había hecho Pinochet con el Estadio Nacional de Chile, exactamente dos años antes.

Para evitar las ejecuciones, la Policía mató a quienes intentaban su liberación, militantes como ellos: Andoni Campillo, Josu Mugika, Montxo Martínez Antía y al gallego Moncho Reboiras. En las protestas mataron en Donostia al estudiante Jesús García Ripalda, en controles de carretera a la alemana Alexandra Leckett, Emilio Pérez y a Kepa Etxandi. Al joven Bonifacio Martínez, de apenas 18 años, lo mató la Guardia Civil en Bilbo y en Mungia a Alfredo San Sebastián. En Gernika, mataron al militante Jesús Mari Markiegi y horas más tarde, al matrimonio que le había albergado en su vivienda, Blanca Salegi e Iñaki Garai. Francisca Saizar murió de un infarto cuando los de charol derribaron la puerta de su casa en Ondarroa, a la búsqueda de su nieto. También en Ondarroa, los mismos halcones mataron a Koldo Arriola, también con 18 años, cuando celebraba el fin de curso. Alfredo Valcárcel fallecía a consecuencia de las torturas. Mikel Gardoki y Koldo López de Guereñu murieron en emboscadas y a Bittor Pérez Elexpe le acribillaron cuando repartía unos pasquines en Sestao. Jacques Andreu, imitando a los bonzos que protestaban por la ocupación yankee de su país Vietnam, se inmoló en Pau, en solidaridad con la causa vasca. A Carlos Sanchiz le dieron el tiro de gracia y sobrevivió de milagro.
La llamada guerra sucia, el terrorismo de Estado, saltó a Ipar Euskal Herria con una innovación, las bombas-lapa. Y si los objetivos habían sido librerías como Nafarroa u organizaciones asistenciales como Anai Artea, los refugiados y sus familias se convirtieron en prioridad. La primera familia fue la de Josu Urrutikoetxea. El mercenario murió en la tentativa. Luego atentaron contra las familias de Txomin Iturbe y Tomás Pérez Revilla y el intento de secuestro de la compañera de Garratz Zabarte. A Iñaki Etxabe y Germán Agirre los mataron en Arrasate, sin reivindicación. No se atrevieron. A José Martín Zubillaga, le tirotearon en el término municipal de Sara y le trasladaron detenido al sur de la muga.

Aquel año estuvo teñido de rojo, pero también con alcances y anclajes del mismo tono. La huelga de Potasas marcó a una generación. Los encuentros para el acuerdo tuvieron sus hitos, los proyectos del BAT y del Herrikoi Batasuna, la primera iniciativa de unidad popular. El nacimiento de KAS y de EHAS, que serviría décadas más tarde al juez Garzón para construir una narrativa conspiranoica. El Aberri Eguna de Gernika y la detención de los diputados flamencos Walter Luyten y Willy Kuipers, así como el periodista inglés Stephen Elliot. Aquella reunión de octubre en Biarritz, en la que se sentaron en una mesa ETA, PNV y PSOE, repetida en otras ocasiones, incluso ya en el siglo XXI.
Medio siglo de la muerte del dictador. Con un tono repetitivo que me resulta si no lejano, al menos cansino. Nada nuevo. En cambio, entre el Aturri y el Ebro, aún estamos construyendo nuestra propia narrativa. A la que, a modo de empujón, debería ser también nuestra agenda de evocaciones para el futuro.

 

 

 

°

Europol Violó Pacto Internacional

El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos fue aprobado en 1966, entrando en vigor el 23 de marzo de 1976.

En el mismo, se consagran en el mismísimo Artículo 1, los siguientes derechos:

1. Todos los pueblos tienen el derecho de libre determinación. En virtud de este derecho establecen libremente su condición política y proveen asimismo a su desarrollo económico, social y cultural.

2. Para el logro de sus fines, todos los pueblos pueden disponer libremente de sus riquezas y recursos naturales, sin perjuicio de las obligaciones que derivan de la cooperación económica internacional basada en el principio del beneficio recíproco, así como del derecho internacional. En ningún caso podrá privarse a un pueblo de sus propios medios de subsistencia.

3. Los Estados Partes en el presente Pacto, incluso los que tienen la responsabilidad de administrar territorios no autónomos y territorios en fideicomiso, promoverán el ejercicio del derecho de libre determinación, y respetarán este derecho de conformidad con las disposiciones de la Carta de las Naciones Unidas.


Leído lo anterior, nos podrían explicar ¿cómo es que Europol consideraba a los movimientos de autodeterminación vasco y catalán como terroristas y extremistas?

¿No debiera iniciarse un proceso en contra de Europol por violentar de forma tan excesiva el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos?

Más aún ¿a quienes desde Madrid solicitaron el ingreso de esos movimientos de autodeterminación en esa categoría de Europol?

Porque tanto en Europol como en los diferentes gobiernos españoles bajo el mandato de Juan Carlos y Felipe Borbón existen personas con nombre y apellido.

Así que, establecido lo anterior, les presentamos esto que nos informa Noticias de Gipuzkoa:


Los movimientos independentistas vasco y catalán salen del informe sobre terrorismo y extremismos de Europol

El escrito se basa en "datos cualitativos y cuantitativos proporcionados por los Estados miembros" de la Unión Europea

El Informe sobre la Situación y Tendencias del Terrorismo en la Unión Europea, elaborado anualmente por Europol, no incluye en su edición de 2024 al movimiento independentista catalán, que en su versión anterior aparecía primero bajo el apartado de "Terrorismo separatista" y luego de "Extremismos", causando polémica en la política catalana.

Fuentes de la agencia europea aseguraron hoy a EFE que el TE-SAT, las siglas que recibe este informe, "se basa en datos cualitativos y cuantitativos proporcionados por los Estados miembros", por lo que no es decisión de Europol incluir o retirar a grupos y movimientos de este informe, sino de cada país, que es quien proporciona los datos y la información incluida entre sus páginas.

No incluye los movimientos independentistas vasco y catalán

"Europol únicamente recopila la información recibida y realiza evaluaciones sobre los desarrollos fuera de la UE que afectan la seguridad de la Unión y de sus ciudadanos", agregó la misma fuente.

El TE-SAT 2024 no hace mención a los movimientos independentistas catalán y vasco, que en 2023 se incluían como "los más activos y violentos dentro del escenario separatista español".

Además, el informe agregaba que "sus narrativas combinan el separatismo con puntos de vista de extrema izquierda, centrándose en mensajes contra el Estado español y sus instituciones, así como contra temas más amplios como el capitalismo".

En un principio, ambos movimientos estaban bajo el apartado "Terrorismo separatista", pero, después de generarse la polémica general y las exigencias desde el independentismo catalán de una rectificación, el informe fue actualizado y pasaron a estar bajo un nuevo epígrafe titulado "Extremismo".

Ese cambio se produjo después de que el Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (Citco) de España pidiera por carta a Europol "la rectificación de los epígrafes", dijo el Citco, para que "las alusiones al independentismo catalán se eliminen del apartado de terrorismo y se mantenga en un epígrafe independiente como independentismo".

"Extremismo"

Según explicó entonces a EFE una portavoz de Europol, "se agregó un nuevo capítulo sobre Extremismo" al que se movió exactamente el mismo epígrafe, que mantenía su advertencia sobre los movimientos independentistas catalán y vasco.

España había solicitado, explicó, que los "dos párrafos de la contribución española al informe se trasladaran bajo un título diferente. Europol evaluó la solicitud oficial española y actualizó en consecuencia el TE-SAT 2023".

El pasado marzo, la directora de la agencia, Catherine de Bolle, anunció en una entrevista con EFE que Europol iba a cambiar la "metodología" de elaboración de este informe anual sobre la situación del terrorismo e involucrar a unidades antiterroristas y académicos para que revisen "la situación en su país", tras la polémica sobre el independentismo catalán.

"Antes de publicar el TE-SAT, invitaremos a los jefes de las unidades antiterroristas a que lo revisen bien desde su perspectiva y vean la situación en su país, para saber que estamos en el camino correcto con los mensajes recibidos de diferentes Estados miembros. E involucraremos a más académicos para mirar el TE-SAT y asegurarnos de que estamos en el camino correcto en cómo tenemos que definir y clasificar la información que recibimos", explicó. 




°