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lunes, 25 de mayo de 2020

Julen Atxurra Sufre Derrame Cerebral

En días recientes se ha dado a conocer una iniciativa de activación ciudadana por parte de Sare en favor del colectivo de represaliados políticos vascos. Comentábamos la situación de Jakes Esnal en el estado francés y la de Patxi Ruiz en el estado español.

Pues bien, recién se recibe información acerca de la grave situación en la que se encuentra Julen Axurra. Cuando lean lo que nos reporta Naiz entenderán la gravedad de la política penitenciaria vengativa que Madrid y París han implementado en contra de los presos vascos y su negativa a modificarla a pesar del proceso de paz iniciado desde hace nueve años, mismo que ha sido acompañado desde el principio por parte de la organización antifascista ETA que de hecho ya ha culminado los componentes de desarme y de desmovilización dentro de su proceso de DDR.

No obviemos tampoco que ni siquiera la emergencia sanitaria generada por el contagio global del SARS CoV-2 modificó un ápice la postura por parte de los estados español y francés con respecto a los presos políticos vascos.

Dicho lo anterior, aquí la información:


Julen Atxurra Egurrola, preso de Lekeitio de 61 años de edad y encarcelado en la otra punta de la Península, sufrió el pasado día 13 un derrame cerebral que le ha dejado secuelas. Etxerat ha difundido hoy la noticia, apuntando que está en la enfermería de Puerto-I tras recibir la atención hospitalaria y su familia ha podido verle este fin de semana.

Etxerat ha dado a conocer este lunes que el preso político lekeitarra Julen Atxurra Egurrola, de 61 años y encarcelado en la prisión de Puerto-I (Cádiz), ha sufrido un derrame cerebral. «Como consecuencia del mismo, se ha visto afectado en la zona izquierda de su cuerpo, en mayor medida la rodilla y el pie, así como los dedos de la mano, tal y como se desprende del informe médico y de la información que sus familiares han recibido por parte del servicio de Neurología del hospital en que fue atendido», indica.

El derrame le sobrevino el miércoles 13 de mayo y fue comunicado a los familiares. «Al revés por semejante noticia hay que añadir la impotencia ante la imposibilidad de contactar directamente con la persona querida, unido a la gran distancia a la que se encuentra. Una preocupación acrecentada por el desconocimiento de las circunstancias y la premura con la que se realizara el ingreso hospitalario, hecho de vital importancia en este tipo de ataques, ya que cuanto más tiempo dure la anomalía del flujo sanguíneo hacia el cerebro, mayor es el daño», destaca Etxerat.

El pasado jueves, 21 de mayo, ocho días después de sufrir el derrame, el preso vizcaino fue trasladado de nuevo desde el hospital a la cárcel, desde donde pudo llamar a su casa. Y este pasado sábado «dos familiares pudieron viajar hasta Puerto de Santa María y visitarle durante 40 minutos en un locutorio de la prisión de Puerto-I. Los familiares han relatado que Julen Atxurra se encuentra ingresado en la enfermería de la cárcel, con buen estado de ánimo y que, gracias a su fortaleza física y mental, empieza a recuperar sensaciones en las zonas más afectadas de su cuerpo».

En primer grado tras 24 años preso

Etxerat muestra en la nota «todo su cariño y apoyo» al preso y a sus familiares. Y hace hincapié en que «el ataque le ha sobrevenido al preso de Lekeitio en un momento muy complicado muros adentro, dado que se mantiene la situación de emergencia por la covid-19, toda vez que las comunicaciones ordinarias con el exterior se encuentran interrumpidas desde hace más de dos meses. Ahora, tras volver del hospital, deberá afrontar la cuarentena, en su situación».

«Constatamos, además, que los padres del preso político vasco son muy mayores y no es posible que puedan acudir a visitarle a una prisión situada a 1.020 kilómetros de su casa. Julen Atxurra Egurrola fue encarcelado en julio de 1996, es decir, va a cumplir en breve 24 años en prisión, todos ellos en 1º grado, es decir, el más duro y restrictivo y se encuentra encerrado en una prisión situada a 2.040 kilómetros de ida y vuelta a su entorno familiar», detalla Etxerat.

La nota añade que su caso «es el descarnado exponente de una realidad a la que hay que poner fin con urgencia, que nos habla de que, a día de hoy, tenemos 17 presos vascos que padecen enfermedades graves; hay dos presos políticos vascos mayores de 70 años, otros 12 que suman más de 65 años de edad y 24 más que superan los 60; el 80% de los encarcelados en el Estado español se encuentran en prisiones situadas entre 400 y más de 1.000 kilómetros de distancia de su entorno; 158 de las y los 200 presos en el Estado español están en 1º grado penitenciario». En consecuencia, incide en las demandas de liberación de los presos con enfermedades graves y mayores de 65 años, así como el acercamiento de todos y todas a Euskal Herria.






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