No, esta vez no nos estamos refiriendo a Carlos Urquijo, aunque ambos se revuelquen en las mismas cloacas ideológicas.
Resulta que el multi homicida Anders Behring Breivik, ese que no tuvo empacho en llevar a cabo una masacre en contra de jovencitos noruegos de ideología izquierdista, ahora clama por sus derechos. Pero fiel a su "street cred", lo hace de forma a la vez prepotente y desafiante.
Les presentamos la información que Naiz ha publicado al respecto:
Breivik se presenta con el saludo nazi ante el tribunal que analizará su demanda contra Noruega
El autor confeso de la matanza de Oslo y Utoya (Noruega) en 2011, Anders Behring Breivik, se ha presentado este martes realizando el saludo nazi ante el tribunal que va a analizar la denuncia que ha presentado contra el Estado noruego por considerar que vulnera sus derechos fundamentales al mantenerle encarcelado en régimen de aislamiento.
Breivik ha saludado alzando el brazo derecho al estilo nazi cuando ha llegado ante el tribunal en la primera sesión del juicio sobre la demanda con la que pretende que las autoridades noruegas cambien su régimen carcelario.
Breivik argumenta que está siendo víctima de un trato inhumano y el Estado sostiene que las condiciones carcelarias son legales. El juicio se lleva a cabo en la sala principal del gimnasio de la prisión de Skien, en la que Breivik cumple condena, en el sur del país.
La vista de este martes estará dedicada a las exposiciones del representante legal de Breivik y del fiscal del Estado.
El tribunal ha advertido de que cuando el ultraderechista declare mañana, para lo que dispondrá de unas tres horas, no se le permitirán comentarios que puedan ser ofensivos o aprovechar para enviar mensajes ideológicos.
Breivik, que mató a 77 personas en 2011 en Oslo y en la isla de Utoya, no había vuelto a aparecer ante la opinión pública desde el juicio celebrado en 2012. En aquella ocasión se le permitió una única visita en prisión, la de su madre, que falleció víctima del cáncer en 2013.
El ultraderechista, de 37 años, argumentará ante el tribunal que el régimen carcelario que tiene incumple la prohibición del «trato inhumano y degradante» de la Convención Europea de Derechos Humanos. «Quiere tener contacto con otras personas», ha explicado su abogado, Oeystein Storrvik, en declaraciones a la prensa antes de la celebración del juicio.
El veredicto del juez se conocerá en las próximas semanas.
Breivik ya había realizado un saludo similar varias veces durante el proceso seguido contra él en 2012, que acabó con una sentencia a 21 años de prisión prorrogables de forma indefinida, pena máxima y que puede equivaler a una cadena perpetua, al considerarle penalmente responsable de los atentados y rechazar que sea un enfermo mental.
La Fiscalía del Estado rechaza la acusación y resalta que posee tres habitaciones, puede salir al patio una vez al día y cuenta con un ordenador acceso a sin internet, televisión y videoconsola.
El control de las comunicaciones obedece, según el fiscal, a la gravedad de la pena y a que ha intentado contactar con otros extremistas y añade que que el régimen carcelario se ha suavizado varias veces tras las críticas del Defensor del Pueblo, y que puede acceder a un área donde hacerse la comida.
Tiene permitido salir al patio para hacer ejercicio y solo tiene contacto con guardias y con personal médico. Su abogado tiene que hablar con él a través de un cristal.
Storrvik ha dicho que podría llevar el caso al Tribunal Europeo de Derechos Humanos si la justicia noruega no le da la razón.
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