Esto está para leerse y no creerse... pero ha sucedido.
Lean ustedes esta nota publicada en la página de Mediterraneo Digital:
Conmoción en Renfe. La compañía ha abierto una investigación interna para esclarecer el incidente que se produjo entre una revisora y un viajero catalán. La dirección prevé tomar medidas contundentes para que episodios como éste no se repitan.
Un vecino de Girona y su nieto de 4 años fueron obligados a abandonar un tren Talgo en Cataluña tras un incidente con una revisora.
El afectado, un hombre de 72 años, explica que no había comprado el billete para su nieto, porque pensaba que el niño estaba exento de pagar. Afirma que intentó hablar con la empleada en catalán, pero al observar su enfado cambió rápidamente al castellano.
A pesar de la disposición del viajero a abonar el billete en efectivo, la revisora fue tajante. Le dijo en castellano: "Pues ahora no me da la gana. Tengo manía a los catalanes y por mis cojones que se baja".
El incidente ha llegado hasta los despachos de la cúpula de Renfe. La dirección ha abierto ya un expediente informativo para esclarecer lo ocurrido.
Destacan que "son comportamiento que se no pueden tolerar", por lo que se prevén decisiones contundentes para que una situación así en los trenes no se vuelva a producir. Según las fuentes consultadas, la empresa ha recibido también esta semana una queja formal del afectado. Durante las próximas semanas, se va a proceder a tomar declaración a la empleada que protagonizó el incidente. También se van a recabar los testimonios de los testigos.
La Generalitat presenta una queja formal al Gobierno central
Como era de esperar, el caso no ha tardado en saltar a la esfera política. El portavoz de la Generalitat en la Comisión de Fomento del Congreso, Pere Macías, ya ha pedido explicaciones al Gobierno por el incidente, y ha reclamado que debieron ser atentidos por la revisora en catalán.
Los dos pasajeros fueron forzados a bajar del Talgo en la estación de Montcada i Reixac, pese a que ese tren no tiene parada en la localidad.
Macías quiere saber por qué se les obligó a descender del ferrocarril, por qué se escogió esa estación y por qué la revisora no les habló en catalán "como está obligada por ley". El diputado nacionalista también se interesa por si esa revisora "tiene conocimientos para atender en catalán a los pasajeros" y por si Renfe va a tomar alguna medida para obligarla a usarlo en sus conversaciones con los viajeros catalanoparlantes.
"¿Por qué motivo Renfe no respeta la ley que le obliga a que los pasajeros tengan la posibilidad de ser atendidos en catalán?", "¿Qué medidas se han tomado para que este incidente no se repita?", continúa la batería presentada por Macias, quien también demanda conocer si se ha abierto algún expediente informativo y con qué resultados.
El relato de los hechos: el abuelo explica su versión
Josep Maria Sagrera es un hombre de 72 años, vecino de Girona. Cuenta al Diari Avui que quería llevar a su nieto en Talgo "porque le gustan mucho los trenes". El pasado 5 de diciembre, decidió bajar a buscarlo a Barcelona, donde vive con sus padres, y volver con él de viaje a Girona. Salieron a las 16:42 desde la estación de Sants.
A la altura de la parada de Paseo de Gracia, pasó la revisora y le pidió los billetes. Cuando él le preguntó en catalán si el niño de 4 años tenía que pagar, la trabajadora de Renfe le respondió que todos los niños pagan, con "muy malas palabras y muy enfadada".
El abuelo, que no quería que su nieto se asustara, preguntó si podía pagar con tarjeta. Como la respuesta fue negativa, se puso a buscar cambio para abonar el billete en efectivo. "Incluso una señora del vagón se ofreció a pagarlo y me vino a tranquilizar, porque me estaba poniendo muy nervioso", explica. Pero en ese momento, la revisora le espetó en castellano: "Pues ahora no me da la gana. Tengo manía a los catalanes y por mis cojones se bajan".
Hizo parar el tren a la altura de la estación de Montcada i Reixac y los hizo bajar. El usuario explica que incluso "cogió al niño y lo sacó, dejándolo sólo en el andén, mientras yo todavía recogía las cosas". El nieto acabó llorando y el abuelo se alteró tanto "que me acabé dejando los 14 euros del billlete en el tren".
Los hechos denunciados ocurrieron el 5 de Diciembre de 2013.
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