Traemos a ustedes este artículo de El Correo acerca del esfuerzo que se lleva a cabo para producir películas en euskera:
El cine euskaldun ocupa menos de la quinta parte de las producciones del País Vasco y gracias a las subvenciones no necesita grandes taquillas para ser rentableJ. Mikel FonsecaEl éxito de Loreak pone de manifiesto la naturalidad que el euskera ha ido ganando a lo largo de los años en el cine vasco. La filmografía euskaldun es escasa y reciente; no es hasta el siglo XXI que han empezado a rodarse producciones íntegramente en este idioma, gracias a la actual generación de cineastas para los que el euskera es su lengua materna.En el País Vasco existen 66 productoras audiovisuales, pero de media solo dos largometrajes en euskera ven la luz cada año, de la decena que se suele producir en total. Las televisiones públicas autonómicas tienen la obligación de potenciar sus idiomas propios, de ahí que EiTB gestione las ayudas para estos fines. Los proyectos en euskera, así como los que se ruedan en Euskal Herria, parten con más puntos para lograr una financiación de los más de tres millones de euros que la cadena vasca reparte entre producciones audiovisuales. EiTB puede llegar a sufragar la cuarta parte de los costes del film.Las películas rodadas en euskera tienen «un hándicap y una virtud», como explica Carlos Juárez, presidente de la asociación de productores vascos EPE-APV. El hándicap es su limitación en cuanto a estilo («nadie va a rodar una superproducción de Hollywood en euskera», bromea) y de público (hay 550.000 euskaldunes). Su virtud radica en que no tienen la presión de necesitar ser taquilleras para ser rentables, debido a las ayudas antes mencionadas, lo que les permite centrarse más en lo artístico que en lo comercial.Para su exhibición nacional, la mayoría de estas películas se ruedan con el doblaje al castellano en mente. «Aquí tenemos la cultura del doblaje metida a fuego, vete tú a decirle a un madrileño que vea una película de dos horas en euskera con subtítulos...», justifica Juárez. «Las películas en versión original, sea esta cual sea, tienen un circuito muy reducido, aquí es casi una obligación doblar al castellano».Unos inicios discretosAunque a finales de los 80 ya se hablaba de un cine vasco, no existía apenas cine en euskera. Kareletik, Urte Ilunak y Offeko maitasuna son las referencias más reseñables, junto a Ander eta Yul, que además es la única obra de cine vasco de esta época dirigida por una mujer, Ana Díez. Ke arteko egunak, de Antxon Ezeiza, fue el primer film en euskera presentado en el Zinemaldia, en su edición de 1989. Joxean Fernández, director de la Filmoteca Vasca, lo considera el «antecedente de Loreak, que sirvió de trampolín para otras producciones en euskera».El impulso definitivo del cine euskaldun vendría en 2005 con Aupa Etxebeste. El film de Asier Altuna y Telmo Esnal cosechó 72.000 espectadores, un hito sin precedentes que avalaría otras producciones posteriores rodadas en euskera como Ander, Bertsolari, Urte Berri on Amona, 80 egunean, Lasa y Zabala y por supuesto, Loreak. Fernández ve esta eclosión del cine en euskera como algo «natural, ya que para ellos es su lengua materna, simplemente».Antes de la popularización del cine vasco hubo alguna producción íntegramente vascoparlante, aunque sin una repercusión mas allá de lo anecdótico. La más conocida es Ama Lur, donde el euskera no tiene un papel protagonista pero se deja oír en el fondo. Destacan también la serie de 21 cortos Ikuska, rodados entre 1978 y 1984 bajo la coordinación de Antxon Ezeiza. El cineasta reunió a los máximos exponentes del cine vasco del momento, como Montxo Armendáriz, Imanol Uribe o Pedro Olea, a los que dio libertad para rodar siempre que fuese en euskera. Los mediometrajes basados en obras literarias en euskera Hamaseigarrenean aidanez de Anjel Lertxundi, Ehun metro de Alfonso Ungría y Zergatik panpox de Xabier Elorriaga fueron importantes por su labor de difusión cultural.Donde siempre ha habido una importante producción en euskera es en el cine de animación, especialmente en el infantil. Destacan Balarzatxoa y Kalabaza tripontzia como precursoras, y Gartxot, Olentzero e Ipar haizearen erronka como las más conocidas. «El cine infantil en euskera ha sido una prioridad para el aprendizaje del idioma y que los niños no lo asocien solo al colegio, si no también a la diversión», explica Juárez.
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