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El Caso Carod | Alexandre, Victor
Viena EDICIONES (colección carta blanca)
ISBN: 8483302934
http://www.vienaeditorial.com
El formar parte de una sociedad "no normalizada", o lo que es lo mismo, de una nación a la que un Estado extraño niega su existencia práctica en el conjunto internacional, por responder exclusivamente a los intereses de otra -de la suya propia- constituye un ejercicio permanente de valentía, de consciencia y de práctica democrática "contra corriente". Los intereses que defiende son lingüísticos y culturales tanto como sociales y económicos, es decir son patrimoniales en el amplio sentido de la palabra.
Cuando un Estado responde a los intereses nacionales de una sociedad concreta y fuerza la "integración" en su seno de otra u otras sociedades nacionales, éstas sufren, generalmente, la minoración, la persecución y destrucción de sus señas de identidad, la ocultación y tergiversación de su historia, la depredación de sus bienes y, en resumen, el expolio de todo su patrimonio.
En estos casos el intento de asimilación es permanente. La resistencia de la nación dominada puede ser muy fuerte, con una sociedad civil madura, estar bien organizada y triunfar y así lograr su constitución como Estado independiente. Pero no siempre sucede de ese modo. En otras ocasiones se produce su recuperación e integración en la nación del Estado dominante, la aniquilación de sus señas de identidad y el olvido de su historia; su patrimonio pasa a formar parte del de la sociedad hegemónica.
No nos estamos refiriendo a entelequias lejanas; hablamos de sociedades concretas y próximas. Tanto como lo son la catalana y la navarra. Dentro de las lógicas e importantes diferencias de su proceso histórico, ambas sociedades han constituido sendos estados europeos durante muchos siglos, con un reconocimiento internacional de primer orden. Ambas se han visto "integradas", a través de diversos y "democráticos" procesos determinados por los hechos de armas, en los estados español y francés. Para garantizar su continuidad y supervivencia, ambas necesitan acceder a su normalización democrática, mediante su reconstitución en estados.
Para alcanzar este objetivo es imprescindible que toda la presión de los aparatos educativos, mediáticos, legales, judiciales y de coerción de los estados dominantes sea permanentemente neutralizada, en un continuo ejercicio de afirmación y autoestima; que todo el imaginario simbólico sobre el que se asientan se vea reemplazado por otro que las promueva eficazmente. El principal factor para lograr la independencia real de los retardatarios y antidemocráticos estados español y francés es la convicción de que la soberanía no se mendiga sino que se ejerce; la sustancia de la soberanía es su ejercicio.
Cuando a principios del año en curso, el entonces Conseller en Cap o Jefe del Gobierno de la Generalitat de Catalunya, Josep Lluis Carod-Rovira decidió acudir a la entrevista con ETA, hizo un ejercicio de soberanía. Víctor Alexandre, ya conocido entre nosotros por la traducción al castellano de su libro "Yo no soy español" y sus artículos en Berria, nos narra en una nueva obra, con un ágil y comprometido lenguaje periodístico, las peripecias de la entrevista y, sobre todo, la agresión y linchamiento a que se vio sometido no sólo Carod, sino toda la sociedad catalana. Los acontecimientos que se desarrollaron a continuación de la entrevista son un ejemplo paradigmático de acoso, calumnia e intento de derribo, de una sociedad que quiere ejercer en la práctica su soberanía.
El título del libro es "El caso Carod" y constituye, además de una exposición veraz y comprometida de lo acaecido, una muestra de los criterios mínimos necesarios para que una sociedad ejerza como tal sin complejos. Su autor se define simplemente como "militante de los derechos nacionales de los Países Catalanes". El no ser militante de Esquerra Republicana de Catalunya, ni de ningún otro partido, le permite una independencia con relación tanto al propio Carod, como a su partido y al conjunto de la sociedad catalana, que le hace ser muy crítico con la serie de comportamientos políticos que siguieron al hecho que da título al libro. No sólo, por supuesto, los de todos los medios y aparatos del Estado español, sino también los de los grupos, sectores sociales y partidos de la sociedad catalana, incluso los de los autodefinidos como "nacionalistas catalanes".
Si, al igual que los Países Catalanes, Navarra, esto es la sociedad política que desde un punto de vista lingüístico y cultural se denomina Euskal Herria, quiere alcanzar un estatus democrático a nivel europeo y mundial, poder desarrollar todas sus potencialidades: su lengua y cultura, una auténtica solidaridad con quienes sufren las injusticias del mundo actual y su participación en el desarrollo de un Planeta equilibrado, necesita recuperar la independencia arrebatada por la fuerza y a la que nunca ha renunciado. Para ello debe comenzar por reafirmar su autoestima y confianza; en una palabra "creérselo" realmente y ejercer la soberanía permanentemente en los múltiples aspectos que presenta la sociedad contemporánea. Testimonios como el descrito por Víctor Alexandre en su libro, sirven de orientación en el camino.
Nuestras miras, y las de los catalanes, no pasan exclusivamente por Madrid o París, que también pasan por ambas capitales, sino, principalmente, por Berlín, Londres, Roma y Praga; y por Nueva Cork, Tokio, Shangai, Río de Janeiro, Méjico o El Cairo. Tenemos que empezar ya. Si no, será demasiado tarde.Luis María Martínez Gárate
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