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martes, 15 de mayo de 2001

Administrando la Victoria

Damos seguimiento al reciente proceso electoral en la CAV, mismo en el que vimos fracasar la intentona de asalto al poder por parte del bipartidismo borbónico franquista tratando de aprovechar el fin de la tregua de 14 meses que mantuvo ETA sin que de parte de Madrid se hubiera mostrado la más mínima intención de hacer avanzar un proceso de resolución del conflicto.

Esto es lo que ha publicado La Jornada:


Llama el líder del PNV a conformar una mesa de pacificación para el País Vasco

Aznar felicitó al reelecto lehendakari y mantuvo su postura al pedirle no pactar con EH

Armando G. Tejeda | Enviado

El máximo dirigente del Partido Nacionalista Vasco (PNV), Xavier Arzalluz, llamó hoy a todas las agrupaciones políticas a formar una eventual mesa de pacificación "como en Irlanda", para avanzar hacia una solución del conflicto en el País Vasco, un día después de su histórico triunfo en las elecciones legislativas vascas.

Mientras, el reelecto presidente del gobierno vasco, Juan José Ibarretxe, convocó a los partidos políticos con representación en el Parlamento vasco a una ronda de negociaciones para sentar las bases de la futura legislatura. Hasta el momento todos, incluido el conservador Partido Popular (PP, en el gobierno español), de Jaime Mayor Oreja, han aceptado la invitación.

Ibarretxe y su equipo de campaña estudian fecha y forma para la investidura del lehendakari; hasta el momento lo único claro es que Ibarretxe gobernará en solitario gracias a los 33 escaños que obtuvo el PNV-Eusko Alkartasuna, y que le dan una mayoría relativa.

De acuerdo con la legislación vasca, el jefe de gobierno debe ser nombrado en la primera sesión de investidura con mayoría absoluta (38 diputados), mediante eventuales alianzas con Izquierda Unida (IU) e incluso la coalición radical Euskal Herritarrok (EH), pero en caso de no lograrlo pueden recurrir a la mayoría relativa.

El Ejecutivo español, el conservador José María Aznar, no rompió el mutismo que mantiene desde la jornada electoral, aunque sí cumplió con el protocolo y envió un "telegrama de felicitación" al reelecto lehendakari, informó el vocero del gobierno, Pío Cabanillas, quien se limitó a señalar que el único mensaje del gobierno a Ibarretxe es que "mantenga el compromiso de no pactar con EH".

Mientras, la Ejecutiva del PNV se reunió para analizar "en frío" los resultados electorales. Ahí, Arzalluz resaltó que lo apremiante es "crear la distensión" para abrir el diálogo entre todos los partidos políticos pues, como dijo ayer, "aquí no sobra nadie".

El dirigente del PNV declaró que Aznar se equivocó y puso un candidato que en su gobierno "era muy valorado, pero aquí no", y confió en que la próxima legislatura será la de la paz.

Arzalluz se dijo a favor de "crear primero distensión para ir sentando las bases de un diálogo y luego, algún tipo de mesa de diálogo como en Irlanda. Es la única salida que yo veo a esta situación y es lo que nos han encomendado los ciudadanos: diálogo y victoria", y añadió que no espera de ETA "a mediano plazo, ni una tregua ni un alto el fuego", ni tampoco un cambio de actitud del Ejecutivo español que es, dijo, "absolutamente rígido".

El gran derrotado de los comicios, el ex ministro del Interior español Jaime Mayor Oreja analizó también los resultados y confirmó que no abandonará el País Vasco y participará en forma activa en la política de la región. "Mi compromiso será compartir el futuro con el PP vasco, voy a ser un miembro más. Siempre estaré abierto al diálogo institucional", pero en ningún caso participará en foros "como Estella (Lizarra-Garasi)", agregó.

El líder de los socialistas españoles, José Luis Rodríguez Zapatero, refrendó el pacto anti-ETA entre su partido y el PP en diciembre pasado y que dio pie a la alianza electoral, que según analistas fue la principal razón del mal resultado del partido, que perdió un escaño y perdió presencia en pueblos históricamente socialistas, cediéndolos al derechista PP, como Ermua.

Rodríguez Zapatero añadió que su partido hará una "oposición responsable", como la que hace en el Estado español.

El también derrotado líder y vocero de la coalición separatista EH, Arnaldo Otegi, admitió veladamente que la "dinámica armada" pudo influir en los resultados de su formación, que perdió siete de sus 14 escaños y decenas de miles de votos.

Otegi reiteró la satisfacción de EH por "la derrota del españolismo", que fue el principal responsable de la polarización de la sociedad vasca. A su juicio, esta polarización fue el principal factor de la debacle de EH.

Esta coalición señaló en un comunicado que "lo que realmente estaba en juego no era la elección de un lehendakari vasco o un lehendakari español, sino la elección entre un marco jurídico-político español, que impone la división territorial de nuestro país y posibilita la injerencia permanente española en los asuntos que afectan a los vascos, o la apuesta por avanzar hacia un nuevo contexto político nacional y democrático, capaz de garantizar la soberanía del pueblo vasco y situar el conflicto en su fase resolutiva".

Gaspar Llamazares, líder de Izquierda Unida, consideró que los comicios son una evidencia de que "los vascos han decidido pasar página a la confrontación".

Por último, trascendió que el juez de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón, tiene intenciones de abrir investigaciones judiciales y procesamientos contra tres ex diputados de EH que perdieron su condición de aforados. Se trata de Pablo Gorostiaga, Jose Antonio Etxeberria y Jon Salaberria, a quienes Garzón vincula al supuesto entramado de financiamiento de ETA.

 

 

 

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