Si usted es empático con aquellos que luchas por un mundo más incluyente encontrará aberrante que en pleno siglo XXI haya quienes hagan víctimas de sí mismas mientras al mismo tiempo agreden a un grupo que en la sociedad actual es extremadamente vulnerable.
Y es que no bastó con la campaña de censura llevada a cabo por los émulos Mark Zuckerberg en contra de Chrysallis EH, ahora resulta que un grupúsculo -de esos que tanto gustan a los vividores que habitan La Zarzuela y que despachan desde La Moncloa- fundamentalista cristiano también ha enfilado sus baterías en contra de esta asociación.
Claro, haciendo como que no se enteran de casos como el de Juan Kruz Mendizabal.
Les invitamos a leer esta nota publicada en Naiz:
La asociación católica Centro Jurídico Tomás Moro, con sede en Madrid, ha pedido que la fiscalía acuse de corrupción de menores a la asociación Chrysallis Euskal Herria por su campaña para visibilizar la transexualidad infantil.Para el Centro Tomás Moro, la campaña Chrysallis es «publicidad engañosa», «atenta a la ciencia» y es un «verdadero acto de corrupción de menores».Esta asociación, cuyos objetivos son la «restauración de los valores cristianos» y la defensa de la «libertad religiosa de los católicos», ha iniciado incluso una recogida de firmas contra Chrysallis Euskal Herria en internet.La campaña de Chrysallis, que pretende visibilizar y normalizar la transexualidad de los menores, se ha lanzado con carteles en marquesinas de paradas de autobuses y del metro de las capitales de Hego Euskal Herria, así como en redes sociales, con un dibujo de menores con el lema «Hay niñas con pene y niños con vulva».
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