Los navarricos, esos vasquitos colonizados, pueden ser más peligrosos para Euskal Herria que incluso sus amos españolazos.
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Iribas relanza la polémica sobre los textos que aluden a Euskal Herria ante los problemas en Educación
Iribas denuncia sin pruebas el “adoctrinamiento” y la “manipulación” de la educación en Navarra - Admite que todavía no tiene constancia de que se haya incumplido la ley - Manda inspeccionar solo los centros que imparten euskera
Ibai Fernandez
Con el Departamento de Salud sumido en el caos organizativo, en medio de un goteo permanente de dimisiones y ceses en áreas clave como Hacienda, Educación o la propia sanidad, con la autonomía política y financiera en riesgo por los recursos del PP al Constitucional y con la viabilidad de la comunidad en riesgo por la dejación de funciones del Gobierno de Navarra en una cuestión tan importante como el IVA de Volkswagen, UPN ha optado por abrir una nueva polémica identitaria a modo de cortina humo.
Y una vez más a costa de la educación en euskera, nuevamente objetivo de los ataques indiscriminados y generalizados de quien teóricamente debe velar por su buena imagen, el consejero de Educación. José Iribas volvió a mostrar ayer su versión más sectaria, plagada de prejuicios y sin más argumentos que la suposición de que en algunos centros se puede estar “vulnerando la ley”. El consejero no ahorró en calificativos, recurrentes siempre en estos casos, como “adoctrinamiento” y “manipulación” de “los niños”. Un alarmismo injustificado por la gravedad de unas sospechas vertidas de formal global contra el conjunto del sistema educativo euskaldun pese a que el propio responsable de Educación admitió que no están confirmadas.
Algo que sin embargo no impidió que Iribas enfatizara con todo el dramatismo posible unas acusaciones que caen sobre terreno ya mojado. Arropado además por el portavoz Juan Luis Sánchez de Muniáin, que tampoco tuvo reparo en asegurar desde su responsabilidad institucional y sin ningún otro matiz que en Navarra se está produciendo “un uso partidista de los centros educativos” y un “adoctrinamiento político por parte de la izquierda abertzale”. Acusaciones que siguen la línea de la campaña que hace justo un año impulsó el propio Gobierno foral a cuenta de un supuesto informe de la Guardia Civil que hablaba sobre supuestos “infiltrados” y que resultó no ser oficial, pero que sirvió para dar pábulo a los prejuicios y las sospechas en torno a la educación en euskera, contra la que arremetieron sin pudor destacados medios de comunicación madrileños con la complicidad activa de algunos dirigentes de UPN.
Acusación generalizada
Esta vez la excusa ha sido doble. Por un lado la existencia de 22 libros de texto que según el Gobierno foral “no respetan la realidad institucional de Navarra”, ya que sitúan a la Comunidad Foral “en el contexto de un territorio que no le corresponde o se utiliza la bandera del País Vasco sin contexto que lo justifique”. Y por el otro una guía elaborada por distintos agentes educativos contra la implantación de la LOMCE. Dos sospechas que el Gobierno foral admitió ayer no tener confirmadas, pero que no evitaron que el consejero aprovechara la exposición pública que ofrece la comparecencia habitual de los miércoles para difundir la alarma y, en todo un alarde de irresponsabilidad, sembrar la desconfianza sobre la educación de miles de escolares navarros.
El de los libros de texto es ya un asunto habitual del Gobierno foral, al que periódicamente recurre a modo de acicate identitario. Esta vez los materiales son de “Lengua Vasca y Literatura”, euskera en definitiva, un idioma que además de en Navarra se habla también en los territorios presentes en el mapa que UPN pretende combatir. Y sobre los que ahora Iribas desata una caza de brujas pese a que no sabe cuántos están siendo utilizados en centros educativos navarros, ni siquiera si están siendo empleados. “Estamos convencidos de que se utilizan”, se escudó el consejero, que admitió incluso que en años anteriores el problema se ha limitado a una sola página, ante lo que abogó por “soluciones prácticas”, dando a entender que arrancar la hoja podría ser suficiente. Además, reconoció que tras las 11 inspecciones realizadas el pasado año, solo hubo una infracción, y que este año no ha habido renovación de libros.
En cuanto a la guía contra la LOMCE, y que tanto Iribas como Muniáin aprovecharon para justificar su denuncia del presunto “adoctrinamiento”, el consejero admitió que no sabe en cuántos centros se ha repartido, y que tampoco tiene constancia de que en algunos de ellos se esté incumpliendo la ley. “Si se incumple actuaremos”, señaló Iribas, admitiendo que realiza la denuncia antes de que la inspección haya iniciado su trabajo.
Se trata a fin de cuentas de un documento público -fue presentado en una rueda de prensa-, que se limita a recoger las legítimas aspiraciones educativas de quienes lo suscriben con diferentes requerimientos y propuestas dirigidas al Gobierno de Navarra, padres y madres para minimizar el impacto de la LOMCE, que se pueden atender o no. Como cualquier otra guía, folleto o pasquín de contenido cultural, religioso o educativo que se pueden encontrar en centros escolares y laborales de todo tipo, pero que el Gobierno de UPN no parece querer fiscalizar.
Examen de navarridad
La orden foral que ha dado pie a la polémica fue el unico acuerdo relevante adoptado ayer por el Gobierno de Navarra, que tiene reducida su actividad al mínimo, y que ahora exige la retirada de los libros de texto a las editoriales y amenaza con dejar sin subvención pública a quienes los utilicen. Algo que ahora van a comprobar los inspectores del departamento por orden expresa del consejero. Un celo sobre unos contenidos educativos concretos que el Departamento de Educación no tiene con otros aspectos docentes como las referencias históricas al franquismo o la difusión entre los alumnos de roles sexistas. Aspectos ambos amparados por la Ley de Memoria Histórica y la Ley de Igualdad, y que el Gobierno foral no sabe si se cumplen. “Eso es como pedirle al ministro que sepa si se cumple el código de circulación”, aseguró Iribas, que reconoció que la inspección solo se va a realizar en los centros que imparten la enseñanza del euskera. “Un incumplimiento no justifica el otro”, alegó.
La polémica ya está servida, jaleada desde su obsesión particular por el PP, y sustentada en el mero convencimiento personal del consejero, suficiente en cualquier caso para extender el manto de la sospecha sobre unos centros educativos con muchos más problemas, y más graves. Y va a servir para que UPN pueda a hacer consigna de su navarridad, cuestionada las últimas semanas por su aproximamiento al PP, responsable de los recursos que han puesto en el disparadero el autogobierno y el propio régimen foral.
Una bandera en la que ayer se envolvió el consejero de Educación para subrayar la importancia de que los niños conozcan Navarra “a través de su bandera, sus símbolos, su escudo y su himno”. Cuestiones que, según Iribas, todos los niños “tienen derecho a conocer” y de las que serán debidamente evaluados. Un examen de navarridad convertido en prioridad política de un Gobierno más preocupado por el mapa de un libro de texto que por el recorte en las competencias propias que para Navarra supone la puesta en marcha de la nueva ley de educación.
Nuevo ataque al euskera, el PP se atribuye el mérito
Alegría de Zarranz. La parlamentaria del PPN Amaya Zarranz manifestó ayer su “alegría” por que el Departamento de Educación “esté cumpliendo por fin con su labor de inspección educativa” y haya requerido la retirada de 22 libros de texto al entender que no se ajustan a la realidad institucional de Navarra. Zarranz, que atribuyó el mérito a sus iniciativas parlamentarias, pidió extender la “adecuación” a la LOMCE de los cuadernillos y otros materiales didácticos. La parlamentaria pidió también conocer “el listado de los centros escolares donde se han detectado estos libros de texto”. Algo que el Gobierno todavía no sabe porque no ha realizado la inspección.
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