Es sabido que a través de la historia los españolazos han mostrado poca o ninguna compasión para con sus adversarios. Afectados por un fuerte complejo de inferioridad son inmisericordes en la victoria, siendo la "fiesta brava" una alegoría de esa inclinación perversa por torturar a quien saben va a morir. Baste recordar, guardadas las proporciones, lo que hicieron en América con Cuauhtémoc y Tupac Amaru II (por mencionar dos casos representativos).
En el caso de los vascos, en pleno siglo XXI, la idea no es solo infligir castigos añadidos al preso político, sino a su red social también, así, familiares y amigos son víctimas del perverso juego de poder por parte de la burocracia del estado español.
Tal es el caso de los presos políticos que sufren enfermedades graves o terminales, y de eso nos habla esta nota publicada en Gara:
Miles de personas reclaman que Iosu Uribetxeberria sea llevado a casa y que se excarcele al resto de presos enfermos para evitar nuevos casos.
Ramón Sola
A 70 kilómetros de donde convalece de un cáncer con metástasis, cerca de 4.000 personas reivindicaron ayer tarde que Iosu Uribetxeberria sea llevado ya a su domicilio para poder afrontar su enfermedad irreversible del modo más digno. Esta exigencia se hace extensiva a los otros trece presos políticos vascos que están enfermos, desde la premisa de que al negarles la excarcelación «el Gobierno español está dictando penas de muerte», según subraya el mensaje final de Herrira.
En ello hizo hincapié también Laura Mintegi, candidata a lehendakari por Euskal Herria Bildu. Desde Arrasate, recordó que si el Gobierno español no da solución a esta cuestión «mañana, pasado mañana, puede ser otro. Estos presos están en una situación límite, límite de salud y límite en lo que se refiere a los derechos humanos».
Bildu se implicó intensamente en la movilización. En ella participó Martin Garitano, diputado general de Gipuzkoa, junto a miembros de su equipo como Helena Franco, Larraitz Ugarte, Iñaki Errazkin o Juan Carlos Alduntzin. Mintegi también estuvo acompañada por personas que conformarían su gabinete si llega a Ajuria Enea, como Julen Arzuaga, responsable del área de Libertades Ciudadanas que sustituiría a Interior y Justicia. Y cada partido de la coalición estuvo presente igualmente con una potente representación. Se vio, entre otros, a Rufi Etxeberria, Pernando Barrena y Joseba Permach, por la izquierda abertzale; Pello Urizar, de EA; y Rebeka Ubera, de Aralar.
La pancarta llevaba un lema tan simple como contundente: "Iosu askatu, hamalauak herrira''. Esta última palabra se fusionaba con el logotipo del movimiento Herrira. Entre quienes la portaban estaba Jabi Uribetxeberria, hermano del preso enfermo. A su lado, Jon Agirre Agiriano, excarcelado tras 30 años, los últimos de los cuales padeció también entre rejas una grave enfermedad, y que fue luego uno de los encargados de firmar el Acuerdo de Gernika en nombre del Colectivo de Presos y Presas Políticas Vascos (EPPK).
Saludo de Uribetxeberria
Tras ellos, cerca de 4.000 personas que no dejaron de corear lemas, antes incluso de que el grupo se pusiera en marcha desde la Plaza de Arrasate. Junto a los referidos a este caso concreto -"Iosu askatu'' o "Gaixo larriak askatu''- sonaron otros que exigían una solución definitiva para la cuestión carcelaria -"Presoak kalera, amnistia osoa''- y para el conflicto político global -"Demokrazia Euskal Herriarentzat'', "Borroka da bide bakarra''-.
El acto comenzó con sorpresa, dado que Herrira explicó que, pese a su enfermedad, varios amigos habían conseguido a la mañana que Iosu Uribetxeberria escribiera unas líneas desde su habitación del Hospital Donostia para que fueran leídas en Arrasate. Además de expresar su agradecimiento por la movilización y destacar el aporte de ánimo que suponen este tipo de iniciativas, Uribetxeberria alude a la necesidad de diálogo entre las dos partes para buscar solución al conflicto.
El prisionero arrasatearra se hace eco de que muchas partes todavía siguen emplazando a la izquierda abertzale para que dé pasos. Defiende que ya los está dando y que dará aún más, pero subraya a continuación que ese diálogo abierto favorecería la salida. Una ovación saludó este breve mensaje.
Tras una larga vuelta alrededor de Arrasate, cuyas calles centrales se vaciaron prácticamente durante ese tiempo, la comitiva volvió a la Plaza, superando un pequeño chaparrón en la parte final del trayecto. Allí fueron la actriz Mariasun Pagoaga y la cantante y trikitilari Inés Osinaga, ambas vecinas de Arrasate, las que leyeron el mensaje de Herrira.
Comienza haciendo referencia a los siete años transcurridos sin dar solución al tema desde que Uribetxeberria enfermó, para recalcar que «al final se ha consumado la venganza: Iosu ya está en el 'corredor de la muerte'». Más allá de este caso concreto, se insta a «rebelarnos ante la cruda realidad, porque no queremos más muertes, no queremos más venganza, queremos que se respeten los derechos humanos de todas las personas y queremos a estos catorce presos en la calle de manera inmediata».
La marcha de Arrasate solo es un punto y seguido. El futuro de Uribetxeberria sigue en manos de la Audiencia Nacional, pero Herrira no se quedará esperando. El martes se ha convocado una movilización de catorce horas -una por cada preso enfermo- ante el Hospital Donostia, desde las 10.00 hasta las 24.00. Y miércoles, jueves y viernes se realizarán concentraciones ante el centro, junto a organizaciones políticas, sindicales y sociales.
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