Ayer les comunicábamos la decisión del gobierno de Rafael Correa de conceder el asilo político al activista Julian Assange y mencionábamos nuestra solidaridad para con el fundador de Wikileaks pues consideramos que nuestra labor como blogueros es similar a la que realiza el australiano, o sea, desmontar la pared de mentiras que ciertos regímenes levantan apoyándose en las megacorporaciones noticiosas. Pues bien, lamentamos informar acerca de un ataque más a la libertad de expresión, y esta vez se ha dado en Rusia (que de socialista no tiene ya nada pero de Stalinista mucho), para ello les compartimos esta nota publicada en la página de SDP:
Dos de los más importante organismos humanitarios internacionales pidieron hoy a las autoridades de Rusia liberar a las tres miembros de la banda Pussy Riot, al considerar que fueron condenadas a dos años de prisión por motivos políticos.
“Las autoridades rusas deben revocar el fallo de la corte y liberar inmediatamente a las miembros de (la banda feminista de punk) Pussy Riot”, declaró John Dalhuisen, directivo del programa para Europa y Asia Central de Amnistía Internacional (AI). Según el organismo, el juicio es otro intento del gobierno ruso para desalentar y quitar legitimidad a la disensión, y consideró que probablemente provocará el efecto contrario.
Asimismo, AI indicó que la sentencia dictada este viernes es “un duro golpe a la libertad de expresión”.
Tres miembros de Pussy Riot –formada por 10 elementos– fueron condenadas por cargos de “alteración del orden público por motivos de odio religioso”, por entonar en febrero pasado una canción de protesta política dentro de la principal catedral de la iglesia ortodoxa en Rusia.
Las artistas, vestidas con atuendos y máscaras, ejecutaron lo que llamaron una “plegaria punk” en la que cantaron fragmentos de su canción “Virgen María, libéranos de Putin”, en referencia al entonces primer ministro y actual presidente ruso Vladimir Putin.
Con su actuación, las tres integrantes de la banda de punk: Maria Alekhina, Ekaterina Samutsevich y Nadezhda Tolokonnikova, buscaban realizar una crítica a la supuesta cercanía entre gobierno e iglesia ortodoxa.
AI consideró que las tres mujeres son prisioneras de conciencia, ya que su detención fue realizada por motivos políticos y debido a que manifestaron sus convicciones de manera pacífica, aunque de un modo que pudiera ser considerado como ofensivo.
Por su parte, Human Rights Watch (HRW) manifestó que el veredicto y los cargos contra las músicos era inapropiados y desproporcionados, por lo que coincidió en demandar su inmediata liberación, luego de que ya han pasado cinco meses en prisión en espera de su sentencia.
“Los cargos y el veredicto contra las miembros de Pussy Riot distorsionan tanto los hechos como las leyes. Estas mujeres nunca debieron ser acusadas por un crimen de odio y deben ser liberadas de inmediato”, dijo Hugh Williamson, director de la división de Europa y Asia Central de HRW.
Williamson afirmó que era claro que Pussy Riot había intentando hacer una declaración política, y que también era obvio que algunas personas la considerarían ofensiva.
“Sin embargo, hay un largo trecho entre una declaración política ofensiva y un crimen de odio”, enfatizó el directivo de HRW.
El caso ha generado una amplia cobertura internacional y ha recibido el apoyo generalizado de docenas de artistas, abogados y creadores tanto dentro como fuera de Rusia, entre los que se cuentan Sting, Paul McCartney, Madonna, Yoko Ono y Bjork.
Por cierto, que diferencia entre el lenguaje claro, preciso, contundente y asertivo usado en este caso por Amnistía Internacional y el lenguaje abyecto, pusilánime, "equidistante" y mendaz del representante de Amnistía Internacional en el estado español, Esteban Beltrán.
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