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sábado, 25 de junio de 2011

Pueblos Solidarios con Palestina



El tono de las amenazas en contra de los internacionalistas que han organizado la segunda flota de la libertad en favor de los asediados palestinos ha llegado a extremos incomprensibles. Ante esto, el cariño y solidaridad de los voluntarios sigue firme, tal como lo muestra este texto de nuestro amigo Iñaki Errazkin publicado en inSurGente:

La solidaridad de los pueblos del Estado español viaja rumbo a Gaza

Iñaki Errazkin

Cuando hace un par de meses me propusieron formar parte de la II Flotilla de la Libertad como pasajero del carguero comprado y fletado por la organización internacionalista española Rumbo a Gaza, acepté sin titubeos y me puse inmediatamente a organizar mi viaje. Había que atar muchos cabos, desde la necesaria desocupación de una agenda siempre saturada hasta la concienciación de familiares y amigos que, previsiblemente, pondrían objeciones a mi decisión dado el alto riesgo de la misión.

En principio, según me explicaron los organizadores, la II Flotilla la compondrían una docena de cargueros de distintos países capitaneados por el buque turco Mavi Marmara, el mismo que el año pasado fue asaltado por soldados israelíes que lo abordaron a sangre y fuego haciendo riza, asesinando a nueve voluntarios, hiriendo de bala a más de cincuenta y secuestrando durante varios días al resto del pasaje de la I Flotilla. A día de hoy, aquellos hechos siguen impunes.

En estos dos meses de preparativos he tenido la oportunidad de conocer a buena parte de los cientos de personas que componen Rumbo a Gaza, todas ellas generosas en extremo, totalmente entregadas al noble fin de romper el criminal bloqueo con el que Israel castiga a los palestinos, hombres y mujeres de todas las edades, que sobreviven en la Franja de Gaza. Si digo que son lo mejor de esta sociedad, me quedo corto.

La catalana Laura Arau y el madrileño Manuel Tapial son las almas máter y páter de Rumbo a Gaza. Ambos, junto al periodista valenciano David Segarra, eran los tres ciudadanos del Estado español que viajaban a bordo del Mavi Marmara y fueron testigos presenciales de los estragos causados por los uniformados sionistas. Manuel y Laura, impresionados por la experiencia y reforzada su motivación, decidieron, poco después de su regreso, integrarse en la organización internacional de la II Flotilla de la Libertad con el objetivo de aportar un barco a la nueva expedición naval que está a punto de zarpar.

Para ellos ha sido casi un año de actividad frenética, primero creando la red de activistas y, siempre, buscando dinero para poder ver realizada la compra del carguero. Donaciones, conciertos, productos licenciados, rifas... Como suele, esfuerzo, constancia e imaginación han sido las claves de su éxito. Así, para la primavera se habían conseguido los 200.000 euros que ha costado el carguero, bautizado para la ocasión con el simbólico nombre de Gernika, la villa vasca que fuera bombardeada en día de mercado por la aviación del III Reich alemán, aliado de las tropas nacionalistas sublevadas contra la II República española.

Más de sesenta personas del Estado español, entre activistas, periodistas y varias personalidades de la cultura, de la política, del sindicalismo, de la sociedad en definitiva, íbamos a embarcar repartidos entre el Gernika y el Mavi Marmara. Me llevé una inmensa alegría al encontrarme entre ellos con algunos buenos amigos: el combativo coronileño Diego Cañamero, dirigente del SOC, del SAT y de la CUT; el actor Willy Toledo, siempre comprometido con las causas justas; el bueno de Juanma Morales, que posee el don de la ubicuidad revolucionaria; el escritor mundaqués Edorta Jiménez, que hace cuarenta años me inició en el marxismo; el histórico militante abertzale Mikel Zuloaga, Mikelon, salvajemente torturado en 1984 por la policía del PSOE y encausado veinte años después en el infausto sumario 18/98; el filósofo Santiago Alba Rico, actual editor del periódico electrónico Rebelión... Manitú nos cría y nosotros nos juntamos.

Así estaban las cosas cuando, la semana pasada, nos desayunamos con la noticia de que, por motivos geopolíticos, el Mavi Marmara, con pabellón turco, se ha descolgado de la expedición y no formará parte del convoy solidario. El que iba a ser de nuevo nuestro buque insignia, que llevaría a bordo a la mitad de los componentes de la Flotilla, abandonaba... ¡Nuestro gozo en un pozo!

La agitación vivida desde entonces es inenarrable. Me consta que los compañeros y compañeras de la comisión organizadora de Rumbo a Gaza han pasado estas noches en blanco intentando ajustar una lista de pasajeros que había que reducir considerablemente sí o sí. No me hubiese gustado estar en su lugar, pues, siendo el perfil general de los voluntarios más que alto, tuvieron que revisar y valorar en pocos días la lista primitiva decantándose finalmente por quienes más contribuyesen a la resonancia internacional de la misión, léase cargos políticos y periodistas de los grandes medios estatales, además de activistas que se habían ganado a pulso su pasaje por su encomiable trabajo durante la intensa y prolongada campaña.

De más de sesenta a menos de cuarenta. Muchas hemos sido las personas que hemos pasado a engrosar el apoyo a la Flotilla desde tierra renunciando a nuestras respectivas plazas en los barcos. Quiero resaltar la talla humana y militante demostrada por todos los afectados. He visto muchos ojos de gente curtida en mil batallas derramando lágrimas por no poder viajar en el Gernika, y ello a pesar de haberse incrementado considerablemente el riesgo de ataque por la ausencia del Mavi Marmara que, sin duda, ha debilitado cuantitativamente a la Flotilla si bien cualitativamente permanece intacta.

Por fin, este miércoles, 22 de junio, los treinta y tantos voluntarios partieron del aeropuerto de Barajas hacia Atenas, de donde viajarán la próxima semana hasta el puerto del Mediterráneo desde el que zarparán con rumbo a Gaza. Llevarán con ellos diez toneladas de ayuda humanitaria (materiales de construcción, escolar y clínico) valorada en 600.000 euros. El gobierno israelí les/nos acusa de terroristas porque, dicen, el Gernika, como los otros barcos, transporta armas destinadas a Hamás. Yo conozco el contenido del carguero y doy fe de que lleva, efectivamente, una potente arma, una sola pero verdaderamente peligrosa: la solidaridad internacionalista con nuestras hermanas y hermanos palestinos. Ahora desde tierra, seguiremos informando.


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