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martes, 5 de enero de 2010

Documentación de Acceso Público

Ya que estamos en el asunto de cartas apócrifas y de emporios noticiosos empeñados en proveer con una patina de democracia al sepulcro blanqueado del estado español les presentamos este texto de Maite Soroa publicado en Gara:

Maite Soroa

El oficio de intoxicar

No es nueva la técnica, pero sigue sorprendiendo la facilidad y hasta el entusiasmo con que algunos se prestan a entrar en el juego de la manipulación informativa y la intoxicación. Así de claro.

Ayer la práctica totalidad de los periódicos que se venden en Hego Euskal Herria se hacían eco de un teletipo de la agencia Europa Press según la cual «Segi disponía de planos del TAV que la Guardia Civil sospecha que fueron facilitados por ayuntamientos de ANV». Luego, cada uno le agregaba sus propios condimentos para hacer más sabroso el potaje ponzoñoso.

Así, leíamos en «La Gaceta» que «concejales de ANV de varias localidades de Vizcaya suministraban datos a Segi, cantera de ETA, sobre los tramos en construcción del Tren de Alta Velocidad. Después, los jóvenes etarras, con buena información en la mano, saboteaban las obras de la infraestructura, sobre la que ETA tiene fijada su siniestra diana».

En «La Razón», además de consideraciones de parecido tenor, aclaraban que no se trataba de planos, sino de dos documentos titulados «Consideraciones técnicas en torno al trazado de la red ferroviaria del País Vasco a su paso por los municipios de Elorrio, Atxondo y Abadiño. Análisis y valoración técnica del proyecto básico» y «Respuesta y comentarios al informe de consideraciones técnicas en torno al trazado de la red ferroviaria del País Vasco».

Y a pesar de lo inocuo de los documentos en cuestión, «El Correo Español» y «El Diario Vasco» aprovechaban para enturbiar las aguas: «El Tren de Alta Velocidad en Euskadi ha sido uno de los objetivos principales de la banda. De hecho, en diciembre de 2008 ETA asesinó al empresario Ignacio Uria, propietario de la firma Altuna y Uria, una de las adjudicatarias de las obras ferroviarias». Se preguntarán qué tendrá que ver eso con los documentos «incautados», ¿verdad? Pues nada. No tiene nada que ver.

Me lo explicaba ayer un atento lector de esta sección: «La documentación se encontró en una sociedad utilizada por la Coordinadora de oposición al TAV. La documentación citada es de acceso público. El Ministerio del Interior no incluyó esta documentación en su nota de prensa tras los registros. No se hace referencia a este documento en el auto de procesamiento».

Ya ven lo fácil que es intoxicar y con qué entusiasmo prostituyen algunos el periodismo.


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