El juez clown está agotado, no puede más, está reventado. Las exigencias de la casta divina española son demasiadas y el señorito se resquebraja ante la presión. Además, en el tanque de tiburones donde antes él era el escualo alfa ahora la competencia por aparecer como el inquisidor más brutal ante su majestad franquista ha hecho que el pobre leguleyo con nombre de rey mago renuncie a los conocimientos adquiridos en la facultad de derecho y ha abandonado su quehacer represor para dedicarse a la ficción, como nos muestra esta nota publicada en Gara:
Que importa que sus autos estén mal elaborados, para Juan Carlos Borbón y su entorno lo único que cuenta es la eliminación de todos los derechos políticos y civiles de los vascos, y si Garzón no quiere rubricar los esperpentos jurídicos ya habrá quien este dispuesto a hacerlo, a cambio claro de los generosos estipendios atados y bien atados, y es al dinero a lo único a lo que Garzón nunca va a renunciar, así se muestre como un imbécil sin los más mínimos conocimientos acerca de lo que la justicia significa.
Garzón coloca en su punto de mira al polo soberanista
Baltasar Garzón dictó ayer auto de procesamiento por «integración en organización terrorista» para los detenidos en la redada del 13 de octubre contra dirigentes independentistas. El auto no demuestra la participación de los encausados en los hechos que se les imputan, al tiempo que hace una lectura sesgada de los datos para presentar como acusatorios incluso aquéllos que contradicen su deseo de criminalizar a los detenidos y a un futuro polo soberanista.
Iñaki Iriondo | Gasteiz
El juez Baltasar Garzón ha procesado por «integración en organización armada» a Arnaldo Otegi, Rafa Díez, Miren Zabaleta, Sonia Jacinto, Arkaitz Rodríguez, Amaia Esnal, Txelui Moreno y Mañel Serra. Les acusa de formar parte de «Bateragune o Comisión de Coordinación o Dirección de la Izquierda Abertzale» que, según detalla en el auto hecho público ayer, «es un órgano de coordinación dirigido y controlado por ETA en el seno de la izquierda abertzale».
Sin embargo, el magistrado no detalla ni cuándo se crea ni quién compone dicho supuesto órgano. Ni siquiera prueba su existencia ni la relación de los imputados con el mismo. Por ejemplo, roza el ridículo al afirmar que, siguiendo supuestas órdenes de ETA, y «coincidiendo con el funcionamiento en esas primeras semanas de 2009 del Bateragune, desaparece cualquier cita o referencia a Batasuna en los comunicados y comparecencias públicas, y, aparece la mención a la izquierda abertzale». Es público y notorio que la marca Batasuna había dejado de ser empleada desde años antes, por las consecuencias penales que acarreaba.
Además, se inventa realidades inexistentes, como cuando afirma que «para llevar adelante el proyecto diseñado por ETA, el 16 de marzo de 2009, se produjo en San Sebastián la presentación pública de los integrantes del Bateragune, arropados por representantes de todo el entramado organizativo de la izquierda abertzale». En aquella fecha, en un hotel donostiarra tuvo lugar una comparecencia en la que la izquierda abertzale llamó a la búsqueda de una estrategia para un «independentismo eficaz». La rueda de prensa se entiende hoy como el primer paso de la reflexión interna que ha llevado a la apuesta de Altsasu por las vías políticas y democráticas. Como se puede comprobar en las reseñas de prensa, no se hizo en la misma referencia a ningún Bateragune ni comisión de coordinación. Tampoco explica Garzón por qué atribuye a algunos de los presentes ser miembros de Bateragune y a otros «representantes de la izquierda abertzale», cuando ni de la intervención en el acto ni de su colocación formal se observan distinciones entre los participantes.
La jerarquía y la autonomía
El juez Baltasar Garzón atribuye a los imputados actuar a las órdenes de ETA, «partiendo de la posición jerárquicamente superior de ETA que priva de autonomía al Bateragune».
Sin embargo, en el propio auto recoge los elementos suficientes para refutar esas afirmaciones. En los hechos que se detallan como acusatorios hay dos hitos importantes: las elecciones al Parlamento europeo y el debate sobre el proceso democrático. Y, en ambos casos, según escribe Garzón, los imputados contradijeron a ETA y se acabó haciendo lo que ellos previeron y no lo dictado por la organización armada.
El escrito del juez llega a tal punto de negación de la realidad que recoge un documento hallado en el despacho de Rafa Díez en el que se dice textualmente que «hay que superar una fase de confrontación político-militar que nos mantiene en el bloqueo e incrementa el desgaste de la estrategia del MLNV» y luego el juez lo presenta como parte de un proyecto ideado por ETA. Al igual que atribuye a Arnaldo Otegi la misión de conseguir «treguas encubiertas» de la organización armada por orden de la propia organización armada.
Directo al «polo soberanista»
La mayor parte de las acusaciones y citas que se recogen en este auto de procesamiento son copiadas del auto con el que el propio Baltasar Garzón envió a prisión a cinco de los detenidos. Pero hay una diferencia sustancial que no puede pasar desapercibida: la importancia que el juez da ahora a la formación de un «polo soberanista».
Si en el auto de octubre las menciones al mismo eran prácticamente colaterales, en el de ayer se presenta la formación de este polo como la principal misión del llamado Bateragune.
De momento, eso sí, la presunción de criminalidad sólo recae sobre la izquierda abertzale. El resto de agentes políticos y sociales que pudieran integrarlo, habrían caído en «una operación de engaño o enredo».
Baltasar Garzón ratifica en su auto las situaciones de prisión y libertad de los imputados. El juez no ha procesado y desvincula de la causa a Rufi Etxeberria, porque su presencia en la sede de LAB era circunstancial. Fija para el 10 de febrero una declaración indagatoria de los procesados. Antes, Arnaldo Otegi se enfrenta a partir de mañana a un juicio, junto a otras cuatro personas, por su intervención en un acto de recuerdo al preso zornotzarra José Mari Sagardui.
El PP pide que Gobierno y fiscal actúen contra el polo
La posible creación de un polo independentista de izquierda en Euskal Herria ha llevado en los últimos días a que determinados portavoces institucionales y políticos, así como medios de comunicación, hayan puesto en circulación la posibilidad de que Eusko Alkartasuna esté «dispuesta a ceder sus siglas a Batasuna para concurrir a las próximas elecciones» que, cabe recordar, serían en primavera de 2011, para lo que falta más de un año.
Aunque la dirección de EA ya ha desmentido esta posibilidad, y ha atribuido el bulo al «nerviosismo y preocupación» que generan «la posibilidad de articular una mayoría plural en torno a un proyecto estratégico nacional», hay quien se ha decidido incluso a pedir ya la intervención de la Fiscalía.
El portavoz del PP de la CAV, Leopoldo Barreda, instó ayer al Gobierno español y a la Fiscalía a que tomen las medidas «necesarias» para impedir la posibilidad de que EA «ceda» sus siglas a Batasuna y «burle» así la legalidad democrática. Se trata de evitar que Batasuna se beneficie de ese «saldo» de siglas para «burlar» la legalidad democrática e indicó que «todos los demócratas debemos estar atentos para que, quienes este fin de semana se ha comprobado que son estrictamente lo mismo que ETA, no puedan hacerse pasar por una formación democrática».
Barreda indicó que hay tiempo para tomar las medidas y reformas que sean «necesarias» y pidió que «no se pierda ni un minuto» para que «no se pueda hablar de sorpresa dentro de unos meses». «El anuncio está hecho y es el momento de tomar decisiones», concluyó.
Ante esta petición, el portavoz del PSE, José Antonio Pastor, señaló que el Gobierno español «sabe perfectamente lo que tiene que hacer» ante un escenario político y electoral que definió como una posibilidad que es tan sólo «una hipótesis».
Por otra parte, el diputado general de Gipuzkoa, Markel Olano, consideró que la posibilidad de que se produzca un acuerdo para las próximas elecciones municipales y forales entre EA y la izquierda abertzale «no tiene recorrido». Además, aunque aseguró que no pretendía polemizar sobre la cuestión, sí quiso apuntar que es «ilusorio» dejar «de lado» al PNV en una colaboración entre formaciones nacionalistas.
Que importa que sus autos estén mal elaborados, para Juan Carlos Borbón y su entorno lo único que cuenta es la eliminación de todos los derechos políticos y civiles de los vascos, y si Garzón no quiere rubricar los esperpentos jurídicos ya habrá quien este dispuesto a hacerlo, a cambio claro de los generosos estipendios atados y bien atados, y es al dinero a lo único a lo que Garzón nunca va a renunciar, así se muestre como un imbécil sin los más mínimos conocimientos acerca de lo que la justicia significa.
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